2: Sentimientos

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—¡Por una maldita vez en tu vida vete a la mierda! —El grito de Yoongi llenó la sala, no le importó en lo más mínimo si alguien los alcanzaba a escuchar. Aunque sabía que las paredes de su apartamento eran lo suficientemente gruesas.

El chico parado frente a él tenía el rostro rojo y las manos empuñadas. Sus facetas lucían de manera sombría y las venas sobresalían de su cuello. Yoongi era mayor que él, por ende, debería haber dado el brazo a torcer, era estúpido tener una discusión así, por algo aún más estúpido como lo eran los celos. Pero simplemente no podía, estaba igual de enojado como el muchacho que lo observaba con los ojos brillantes, con pequeñas lágrimas a punto de salir.

—Controla tus malditas palabras Yoongi. —Graznó molesto. Yoongi rio sin diversión mientras bajaba la vista y negaba con la cabeza.

—¿Oh qué? —desafió luego de levantar la cabeza y caminar hacia el menor— ¿Qué harás Jimin?

—No me provoques hyung. —Escuchó la amenaza mientras que al mismo tiempo sintió el agarre de una mano en la base de su cuello, arrugando su camisa. Yoongi no se quedó atrás y agarró las ropas del contrario.

—¿Por qué? ¿qué harás? —podía sentir la respiración ajena chocando con la suya—, ¿le irás a chupar la polla al primero que encuentres? —Lanzó molesto, de tan solo pensarlo sentía como la ira explotaba, drenándose por sus venas. Soltó al menor con un suave empujón, no quería lastimarlo.

—Estás siendo irracional —negó Jimin con la cabeza—, estás exagerando y viendo cosas estúpidas donde no hay nada. No me trates como si te hubiera hecho algo malo porque sabes que no es así.

—Vete. —No quería escucharlo más, estaba enojado, realmente enojado.

—Te vas arrepentir de esto Yoongi. —La mirada ajena estaba brillosa pero llena de odio, al igual que la suya.

—Vete y no vuelvas Jimin, estoy cansado de tus mierdas. —Susurró un poco alto para que Jimin lo pudiera escuchar, caminó hasta el sofá de la sala y se sentó mientras hundía el rostro entre sus brazos.

Hubo un gran silencio antes que escuchara algún movimiento.

Pasos apresurados, algo rompiéndose en el piso, y, por último, el grito enojado de Jimin.

—¡Desearía no haberte conocido! —un portazo y Yoongi se encontraba solo. Miró hacia la entrada y un florero de cerámica estaba hecho trizas en el suelo, agua escurría por la alfombra.

Ni siquiera lo limpió, lo último que Jimin le gritó fue como una bomba nuclear explotando en su cabeza. Caminó a pasos acelerados hasta su habitación mientras soltaba una que otra maldición. Pateó la puerta abriéndola de golpe e interceptó un puño en la pared, sus nudillos estaban pelados y rojos, sin embargo, su ira todavía no se iba; comenzó a tirar todo lo que podía encontrar, las cosas de su repisa, sus trabajos, un cuadro que Jimin le había regalado. Todo se encontraba ahora en el piso. Se quedó quieto por un segundo observando el desastre en el que se había convertido su pieza, despeinó su cabello mientras gruñía de forma molesta. Estaba tan enojado, tan celoso, tan triste. Se sentía una persona miserable.

Se tendió en su cama y tomó su celular, habían pasado solo cinco minutos desde que Jimin se había ido, el reloj marcaba pasada las tres de la madrugada. Navegó entre sus mensajes y leyó la última conversación con el menor.

Para: Jiminah

"Mocoso, ¿por qué no me dijiste que participarías en una obra teatral?"

De: Jiminah

"Hyung como supiste?? No vengas es vergonzoso..."

Para: Jiminah

"¿Que te hace pensar que voy a ir?"

De: Jiminah

"¿Entonces no vienes? Gracias hyung"

Para: Jiminah

"Bebé, ya estoy sentado en primera fila."

De: Jiminah

"YA! Hyung! por favor vete sí? O si te quedas no te enojes está bien?

Para: Jiminah

"Jimin... ¿Por qué me enojaría? ¿Le puedes contar a tu hyung porque mierda me enojaría por ver una obra teatral tuya?

Suspiró cuando llegó al último mensaje y dejó su celular a un lado en la cama. Cerró los ojos pensando en cómo una idiota pelea provocada por celos pudo terminar así. Llevaban ya tiempo de relación y seguían igual de celosos que siempre, era estúpido.

Su celular comenzó a sonar, sacándolo de sus pensamientos. Cuando lo tomó, el nombre "Jiminah" aparecía en la pantalla.

—¿Jimin? —Preguntó al segundo de contestar, su corazón latía a mil por horas, golpeando en su pecho.

—Buenas noches, ¿es usted algún familiar del dueño de este celular? —la voz por la otra línea era grave y no pudo evitar fruncir el ceño al no reconocerla.

—¿Quién eres y por qué mierda tienes el celular de Jimin? —Yoongi se paró de su sitio y caminó hasta la entrada de su apartamento, tomó su chaqueta y sus llaves mientras se colocaba sus zapatos. Definitivamente iría a tener una seria charla con Jimin, le importaba una mierda la hora que era.

—Señor le pedimos que coopere, entre los datos de urgencias del señor Park salía este número ¿es usted algún familiar? —Preguntó la voz mientras ya se encontraba casi corriendo por las escaleras hasta el estacionamiento sin saber por qué. El sonido en el fondo de la otra línea lo aterró, no sabía si eran bocinas de patrullas o de ambulancia.

"no, no, no, no, no, no." Su corazón se partió pensando lo peor.

—Sí, lo soy —Contestó luego de un rato, tratando de encontrar alguna estabilidad en su voz, caminó por el estacionamiento y abrió la puerta de su auto quedándose sentado ahí sin saber a dónde ir—, Soy su pareja.

—Señor, lo llamamos del Hospital Nacional de Seúl, lamentamos informar que el señor Park Jimin ha tenido un accidente. Su estado es grave, necesitamos su presencia para que firme el permiso para proceder a la operación, existen altas probabilidades de que el paciente no la resista.

Yoongi comenzó a caer mientras sentía como las lágrimas escurrían por su cara esa noche, tan reales como lo fue todo, y empezó a ver todo negro, oscuridad era todo lo que lo rodeaba cuando el sonido de una llamada entrante en su celular lo sacó de su ensoñación, haciéndolo volver a la realidad. Abrió los ojos alterado y se sentó de golpe mientras encontraba alguna estabilidad en sus respiraciones. Podía sentir el sudor frío deslizarse por su espalda, producto del sueño que había tenido.

—Mierda. —Murmuró pasando una mano por su cabeza. Estaba en la comodidad de su habitación, luz cálida entraba por la ventaba. Siempre que soñaba con Jimin despertaba alterado con un sentimiento de tristeza apretando su pecho. A veces era la pesadilla del día en que todo se había venido abajo, o simplemente eran recuerdos de su vida diaria transformados en sueños.

Trató de calmarse cuando escuchó que el celular seguía sonando, y sin siquiera mirar el nombre del contacto contestó la llamada.

—Este será el último día que me dejen solo con un Jimin curioso y preguntón —Se quejó Taehyung a través de la línea—, y hyung... ¿puedes decirme donde está Hoseok? No contesta mis llamadas.

Todos sabían que el doctor había prohibido estrictamente revelar información demás a Jimin, por el miedo a como esta podría repercutir en su tratamiento. Era mejor esperar a que recuerde todo por sí solo, aunque había un alto porcentaje de que su memoria no vuelva. Aún recordaba su reacción hace una semana atrás cuando supo que Jimin había despertado, todos quedaron de acuerdo en limitar la información que compartirían con el menor, sin embargo, él se encontraba enojado y molesto, lo único que quería era verlo, tirarlo a sus brazos y nunca más dejarlo ir.

El sentimiento amargo llenó su estómago, quitándole las ganas de levantarse esa mañana. De todas formas, Yoongi carraspeó y habló concentrándose en la pregunta de Taehyung.

—Eres al único que recuerda Tae, debes aguantarlo y Hoseok debe estar durmiendo en su habitación —Yoongi caminó hasta su puerta y, mirando por el pasillo, echó un vistazo a la habitación de invitados, la puerta estaba abierta hasta atrás y podía ver la extraña forma en que dormía, sonrió un poco decidiendo molestar a Taehyung—, ayer se quedó hasta tarde follando con tres mujeres, si supieras como gritaban, era molesto.

Hubo un gran silencio en la línea y Yoongi por un momento pensó que se había pasado con su broma.

—Hyung no eres gracioso. Tú no me hablaste por una semana cuando yo te hice la misma broma sobre Jimin chupan-

—Ya entendí Taehyung, no necesitas decirlo —Cortó al menor a la mitad de la oración, bocinas y ruidos de autos se escuchaban de fondo cuando Taehyung largó una suave risa— ¿Dónde mierda estás?

—Camino a la universidad, tomaré clases adelantadas antes de ir al hospital, hoy es el día del alta de Jimin —Un pequeño silencio rodeó la línea—. ¡hyung se supone que le haremos una fiesta sorpresa! ¿Qué no están todos armándola ya?

Yoongi abrió los ojos sorprendido, se había olvidado completamente de esa información. Como era su último año había estado trabajando arduamente en su proyecto final, sacrificando horas de sueño y saltándose comidas, así que se había vuelto completamente despistado.

—Mierda. —Lanzó de pronto, mordiéndose las uñas mientras pensaba. 

—¡Hyung! —Taehyung gritó en la línea, pero Yoongi lo ignoró.

—Tae tengo que cortar, lo siento.

—Hyung, pero- —Sin preocuparse de lo que el menor diría corto la llamada lanzando el celular en la cama y quitándose sus ropas para tomar una ducha.

Cuando salió del baño, observó el reloj de su pared, este marcaba recién las 11 de la mañana, se vistió más que rápido y agarrando su chaqueta caminó hacia la entrada. Por el pasillo podía escuchar a Hoseok despierto hablando por celular. Por la forma en cómo se expresaba podía deducir que Taehyung estaba en la otra línea.

No se molestó en despedirse, total, iba y volvía; haría una visita rápida solo por la horrible sensación de sentirse ahogado y vacío.

Caminó hasta el estacionamiento y abrió la puerta de su SUV, era un auto grande y no estaba conforme cuando lo compró, sin embargo, Jimin había dicho que era espacioso y cómodo a la hora de deslizarse desde el asiento copiloto hasta él. Sonrió al recordar eso, el auto en sí olía al perfume de Jimin.

Saliendo del estacionamiento y dirigiéndose a la pista central, manejó por alrededor de diez minutos hasta llegar al gran edificio que veía ahora frente a él.

Entró rápidamente y tomó el ascensor a la derecha, algunas personas lo reconocieron y él les hizo una suave reverencia. Cuando llegó al 5to piso, el encargado del área le sonrío.

—Joven Min, que gusto de verlo ¿viene a ver a su padre? —Preguntó el hombre mientras le echaba un vistazo a una ficha.

—No, vine a ver a un paciente. —Contestó suavemente, su mirada se dirigió hasta el largo pasillo, recordaba muy bien cuál era su habitación, por tres meses había venido de visita, todos los días, sin perderse nada, así que ya era conocido, aunque no solo por ser una visita constante, sino porque su padre también trabajaba ahí.

—¡Oh! ¿El mismo de siempre? —el hombre preguntó mientras buscaba en su ficha—, su alta es en unas horas más, pero puede pasar a verlo ahora.

Yoongi asintió y caminó con prisa, casi desesperado, un nudo se formaba en su garganta y podía sentir las traicioneras lagrimas quemando en sus ojos. Sus manos estaban empuñadas porque tenía miedo de verlas tiritar por el nerviosismo que lo atragantaba. Había pasado una semana desde que no había querido venir más y habían decidido que Taehyung fuera, todos quedaron de acuerdo con eso, y se suponía que él no debería estar ahí; debería estar en casa con Hoseok y reuniéndose con sus otros amigos para organizar una bienvenida al chico que ni siquiera los recordaría.

Pero ahí estaba, girando la manilla y entrando a su habitación, habitación que recordaba muy bien. El sonido de la máquina cardíaca invadió sus oídos, las ventanas estaban un poco abiertas, era primavera así que el viento ligero refrescaba su rostro. Se acercó hasta la camilla y lo vio.

A sus ojos, Jimin tenía un semblante brillante y una tez hermosamente suave, se encontraba dormido y Yoongi no pudo quitar los ojos de su rostro. Un parche más pequeño estaba en un lado de su cabeza, aún recuerda la primera vez que pudo verlo después de todas las cirugías que tuvo, inevitablemente un nudo se apretó en su garganta, haciendo que tragar fuera doloroso.

Estiró su mano y peinó los suaves y finos mechones anaranjados del menor, este contrajo un poco su rostro y Yoongi sonrió divertido, recordaba ese gesto, a Jimin nunca le gustó que lo tocaran mientras dormía, pero Yoongi amaba molestarlo. Siempre que dormían juntos, el menor terminaba cerrando los ojos primero, entonces Yoongi lo acariciaba hasta que este volviera a despertar, todo malhumorado y enojado, él reiría y le llenaría el rostro de pequeños besos, consintiéndolo hasta que quedara dormido otra vez.

—¿Yoongi? —Alguien por detrás llamó a su nombre, haciéndolo sacar de todos sus pensamientos sobre Jimin. No tuvo que girar el rostro para saber quién era.

—Doctor Min. —Dijo mientras volteaba y le hacía una reverencia completa al hombre que se hacía llamar su padre.










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