13: Decisiones

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+nota: ¡Hola! volví ♥ destacar que, este capítulo posee varios tiempos, así que no confundirse con ellos y que es extremadamente largo ~ se nos viene el drama. Que estén bien ~ Si hay errores, disculpen ;; lo betie como tres veces antes de subirlo jaja+



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—¡Mierda! —Taehyung pega un salto hacia atrás, una mano en el centro de su pecho cuando enciende la luz de la sala y ve el bulto esparcido en el sillón. Era Jimin observando a la nada.

—¿Uh? ¿Ese es Jimin? —Hoseok susurra tras su espalda, el rostro confundido cuando ve la cabellera negra reposar en el canto del encuerado sofá.

—Creo que sí... —El menor murmura de vuelta, ambos observando a lo lejos, como si el chico en cuestión acurrucado, con los ojos rojos frente a ellos sea un total experimento fallido de laboratorio.

Taehyung piensa en el altercado de hace minutos atrás, cuando todo iba bien, hasta que Jimin quiso montar la moto de Hoseok haciendo que Yoongi se enoje. Lo último que recuerda es ver al mayor caminando a grandes zancadas hacia el interior del edificio y Jimin siguiéndole los pasos.

—Claro que soy yo, par de idiotas. —La voz de Jimin es áspera, como si sus cuerdas hubieran sido desgastadas gritando, siendo que lo único que hizo fue llorar silenciosamente mientras se hundía en sus propios conflictos.

Taehyung mira a Hoseok, y Hoseok lo mira de vuelta, manteniendo una batalla interna con la mirada para ver quién debería hablar primero.

Al final es Taehyung quien. —¿Ocurre algo? ¿está todo bien con Yoongi-hyung? —Se rasca su cabeza, maldiciéndose a sí mismo por no ser bueno en este tipo de cosas. Es decir, Taehyung siempre ha sido los oídos de Jimin y ha tomado cuidado de él como si fuera un hermano de su propia sangre, sin embargo, en situaciones como esta donde lo único que se necesita es un buen consuelo y alguno que otro consejo, podía resultar ser un total fracaso.

Jimin se incorpora en su lugar. —¿Puedo pasar la noche aquí? —Sus ojos eran brillantes cuando se encontraron con el par observándolo desde el pasillo.

—Sí, obvio que sí... —Hoseok se desliza hacia delante para tomar asiento en la mesita de roble que había en el centro, justo frente a él—, ¿Qué ocurrió? Puedes contar con nosotros Jiminnie.

Jimin agacha la mirada hacia el suelo, contando las hebras sobresalientes de la gruesa alfombra, porque tenía miedo a ser juzgado, así que siente que es mucho más fácil agachar la cabeza que levantarla.

—Yo... —Jadea deteniéndose abruptamente al sentir la forma en como su estómago se retuerce ante lo que está a punto de decir—, yo sé lo que Yoongi es.

—¿Uh? ¿A qué te refieres? —Taehyung pregunta, curioso dando pasos hasta quedar cerca.

Jimin ve las miradas ajenas, rostros bañados en preocupación, no puede evitar tragar nuevamente, pero el dolor que le apretaba la garganta se niega a desaparecer. —Yo sé que es mi novio...

—¿¡Qué!? —El grito de Taehyung es alegre cuando se sienta a su lado y toma sus hombros—, ¿entonces ya recuerdas? Hay que decirle a Yoongi hyung. —Rápidamente es soltado por el castaño que comienza a caminar hacia el pasillo, directo a la puerta principal.

El miedo se acrecienta en todo su pecho cuando adivina sus intenciones. —¡Taehyung no! —Grita con desesperación mientras se pone de pie.

Taehyung voltea y la sonrisa de su rostro desaparece poco a poco cuando nota su aflicción. —P-pero... hay que decirle... que sabes... —Susurra, casi como si no creyera en sus propias palabras.

Jimin niega con la cabeza. —No... —Manos a los costados, vueltas puño y la mirada agachada, tratando de esconder las lágrimas que comenzaron a nublar su visión.

—¿Jimin? —Taehyung lo llama, y el silencio es la primera respuesta que los envuelve a todos. Jimin escucha los pasos del menor cerca de él y lo siente escudriñar su mirada—. ¿Qué ocurre?

Trata de alejarse, pero el sillón choca con sus pantorrillas.

Hoseok, quién desde su lugar puede ver completamente el rostro afligido de Jimin, se pone de pie dirigiéndose a ambos, coloca cada mano en un hombro diferente y aprieta el agarre de manera sutil. —¿Por qué no nos sentamos todos y hablamos con mayor tranquilidad?

Jimin es el primero que asiente cuando un sollozo escapa al momento en que las lágrimas bajan. Se pregunta cuánto más necesita llorar para no ser tan débil y sensible ante todo. Aunque también, es consciente que, en ese instante, es un manojo de emociones inestables que se manifiestan de manera casi automática y libre, sin él tener la fuerza suficiente para detener todos los sentimientos que lo recorren.

—Está bien... ya no llores... —Taehyung pide, o más bien suplica, con la voz vuelta un susurro, en un hilo que desprende preocupación. Jimin había estado llorando desde que los tres se volvieron a sentar—. Jimin... por favor ya no llores, no le diré nada a Yoongi-hyung, lo siento por haber actuado apresurado, lo siento...

El pelinegro hipa con cada espasmo que levanta sus hombros, siente que los ojos le duelen y la cabeza le punza, pero sabe que la única forma de deshacerse de todo el dolor era esa, quebrándose él mismo.

—Es que... es que... no sé qué hacer. —Cubre su rostro empapado en lágrimas, y siente que después de mucho tiempo, se llena de la necesidad de tener a sus padres consigo, abrazándolo y diciéndole que todo estaría bien.

—Ya... shhh... no es tu culpa. —Hoseok susurra, palmeando su rodilla y dando ligeros masajes para intentar confortarlo.

Taehyung observa la escena, mordiéndose las uñas cuando un nudo se forma al final de su garganta, completamente nervioso por no saber cómo calmar todo lo que sucedía frente a él.

Anteriormente, si Jimin lloraba, entonces él lo abrazaría y lloraría también; si Jimin se enojaba, entonces él escucharía los motivos y se enojaría. Pero ahora era diferente, lo que sucedía no era un tema trivial sobre una tonta pelea de juguetes o algo por el estilo. Así que, cuando siente los ojos picar con lágrimas, decide contenerse, porque ahora más que nunca, el pelinegro necesitaba a alguien que lo sostenga, alguien fuerte.

Agradeció a que Hoseok estuviera a su lado, porque lucía completamente calmado frente al tornado de sentimientos que estaba viviendo.

No pudo evitar deslizar una mano hacia abajo, buscando la de Hoseok para entrelazarla con la suya, por la simple necesidad de sentirlo, porque había tratado de ponerse en el lugar de Jimin y Yoongi, y el solo pensarlo le había producido un mar de emociones oscuras que no desearía nunca experimentar, porque Taehyung no es tan fuerte como para soportar que Hoseok se olvide de él.

—Yo... lo quiero, pero lo único que hago es dañarlo... —Los sollozos de Jimin aumentan, porque sabe que incluso su sola presencia frente a Yoongi ya es suficiente para hacerlo sufrir, porque sabe que lo hace, no es tonto, el presentimiento y la culpabilidad está siempre latente en todos los pensamientos que tiene durante el día.

—No es así, Jimin... Yoongi es la persona que está más feliz con tu recuperación. —Hoseok le sonríe tiernamente, como si fuera una capa de buenas vibras, esparciéndose para limpiar toda la depresión de la habitación.

—Ese es el problema... y-yo... ni siquiera me estoy recuperando. Las probabilidades de que recuerde son escasas, el doctor me dijo, y contra más tiempo pase, menos posibilidades habrán.

—¿Y si lo intentas de nuevo? Con Yoongi... —Taehyung ofrece la pregunta del millón. Jimin detuvo todos sus pensamientos, intentando buscar la calma que necesitaba. Se encuentra con su mirada y sonríe tristemente, durante todo el día había pensado mucho en eso.

—Yo... yo no quiero. —Responde de manera tímida, el miedo a ser juzgado brotando por toda su piel—, yo no lo amo, y si lo intento y no me gusta sería peor. Ya saben, siempre hay uno que ama más que el otro, o sufre más... mira como está Yoongi-hyung y cómo estoy yo, no ha salido nada bueno de todo esto. No puedo estar con alguien a quien... a quien no recuerdo.

—Jimin... —Taehyung se incorpora erguido mientras procesa la información. Nunca lo hubiera pensado, nunca hubiera imaginado que dos personas como lo eran Jimin y Yoongi estuvieran en una situación donde ni siquiera los sentimientos pueden ayudar a salvarlos—. ¿Entonces qué harás?

—Yo no quiero alejarme, pero... sé que tampoco puedo quedarme. —Jimin suelta un suspiro, dejando caer sus hombros. Siente las lágrimas volver a quemar cuando los recuerdos de las últimas semanas se reproducen en su mente.

Hoseok frunce el ceño. —¿Qué quieres decir?

A Jimin le es imposible no removerse en su sitio, y a pesar de que no quería mirarlos, levanta la cabeza y lo hace. —Estoy pensando en... en aceptar una beca que me gané por mis estudios. Una beca para estudiar en américa el próximo semestre.

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Yoongi se encuentra en su estudio, trabajando en una nueva pista que no quiere coincidir con las melodías que ya lleva compuestas. Físicamente se encontraba editando y haciendo los arreglos, pero en su cabeza solo había espacio para Jimin.

Habían pasado dos horas desde altercado y el menor aún no decidía hacer presencia por el apartamento.

Sabía que había perdido la compostura, pero cuando sus emociones actuaban antes que sus pensamientos racionales, no había mucho que poder hacer más que aceptar las consecuencias.

Es decir, Yoongi tuvo mil maneras de poder expresarse, pero por ningún motivo permitiría que Jimin se montara a una motocicleta de nuevo, no en su presencia. Quizás debía dar una disculpa, pero él estaba tan seguro de lo que hacía que prácticamente era justificado el hecho de haberle gritado, porque lo que Jimin quería hacer era algo irracional.

Sus nervios estaban a flor de piel, sabía que no debía meterse con niñatos, lo sabía, pero Yoongi desde un principio le dio la libertad a Jimin de hacer lo que quisiera con él.

Y ya no había punto de retorno, por lo menos no para él.

Abandonó el estudio sabiendo que no lograría nada más que falsas y extrañas melodías por culpa de su poca concentración.

Camina hacia su habitación y se quita sus ropas para entrar al baño y darse una ducha.

Justo cuando sale, el timbre suena.

Jimin.

Piensa por un segundo, pero si fuera así, el menor entonces hubiera ingresado el código y listo. Ata la toalla bajo su ombligo y avanza para abrir la puerta.

—Tienes cara de haberte decepcionado. —Hoseok sonríe.

—Pensé que eras Jimin... —Yoongi es directo, dejando la puerta abierta para el menor mientras él camina hacia la sala secando su cabello con la toalla de manos.

—De hecho, por eso vine...

El corazón de Yoongi salta, girándose y abriendo sus ojos. —¿Ocurrió algo? ¿está bien?

—Sí... woah, hyung nunca pensé que te preocuparías así por alguien, pude haber grabado esta reacción.

—No eres gracioso, ¿Qué quieres?

—Vine a buscar algo de ropa... —Hoseok se removió nervioso en su lugar cuando Yoongi lo miró confundido—, él... dormirá con nosotros.

—Oh... —Murmura tratando de procesar la información—, él... ¿está molesto o algo? —Yoongi desvía la mirada, como si todo su orgullo se hubiera ido con esa pregunta.

—No... él solo está cansado o algo así.

Yoongi asiente sin decir nada más. —Me visto y te ayudo.

Hoseok se sienta y enciende la tele, buscando el programa que tanto le gustaba ver los lunes en la noche. Pero justo cuando Yoongi se adentra al pasillo lo llama.

—Y Hoseok... —El nombrado se gira levantando las cejas—, no eres para nada bueno mintiendo. Conozco a Jimin como la palma de mi mano.

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—Así que te desmayaste cuando viste las fotos en tu celular y luego mentiste diciendo que no recordabas nada, a pesar de que recordabas todo... —Taehyung recapitula la historia, luego de que Jimin haya decidido contar todo, desde principio a fin, detalladamente.

Ambos acostados boca arriba en la cama de dos plazas del castaño, con la vista al techo, observando a la nada. Habían quedado solos, luego de que Hoseok se ofreciera a buscar un poco de ropa al apartamento cuando Jimin se había negado a ir por sus propias cosas. Era un cobarde. 

—Sí... así es.

Taehyung no dice nada por un buen momento, pero luego se oye un gran suspiro salir desde el fondo de su pecho. —Sigo pensando que es una muy mala idea lo que quieres hacer Jimin...

—Tae...

—Solo promete que lo pensarás mejor... ¿por favor? —Taehyung se voltea, apegando su cuerpo al suyo, Jimin solo gira su cabeza y observa la súplica marcada en todo su rostro.

Un sentimiento de tristeza lo envuelve, pero de todas maneras sonríe y asiente. —Lo prometo. —Responde, sin embargo, es consciente de su terquedad. Jimin sabe que cuando se le mete una idea en la cabeza, no hay nada ni nadie que pueda sacársela, porque a él no le da miedo cometer errores, le daba más miedo no poder aprender de estos. Así que, pese a que existía la posibilidad de que todas sus decisiones termine en un desastroso final, estaría bien con ese desastre, porque por lo menos en esta decisión que estaba tomando, la única persona perjudicada sería él y no otros.

—¿Puedo preguntar algo? —Jimin habla luego de que ambos quedaran inmersos en su propio silencio. Voltea hacia Taehyung, viendo como este levanta las cejas esperando—. ¿Cuánto llevábamos?

Aquella pregunta o más bien, respuesta, podía abarcar muchas cosas. Si fueran pocos meses entonces Yoongi quizás alcanzaría a volver a ser feliz por su cuenta, o alcanzaría a tener su perdón por no recordarlo y tomar decisiones egoístas como desaparecer por un tiempo de su vida; y tal vez, así todo comenzaría de cero. Pero también existe la posibilidad de que sea más tiempo, donde el punto de retorno haya sido eliminado de su camino juntos.

Taehyung evita su mirada y se incorpora para volver a quedar de espaldas. —Uno y medio... —Susurra, tan bajo que Jimin no lo entiende. Si fuera un mes y medio o dos meses de relación entonces todo estaría bien, incluso se llegaría a burlar por pensar que fue más tiempo.

Al menos Dios no fue tan malo. Pensó.

—Un año y medio Jimin... casi dos años, en octubre cumplen dos años. —Taehyung sonríe tristemente con la mirada pegada al techo. Jimin tarda en procesar la información, cayendo en la cuenta que prácticamente todos los recuerdos perdidos eran los de Yoongi. Y todo este tiempo el mayor estuvo tratándolo de manera amable, ni siquiera se podía imaginar el dolor que debía sentir al convivir con él, al estar en la misma habitación de él y que tenga que tratarlo como un amigo más.

—Soy una mierda. —Concluye.

—No lo eres idiota, no es tu culpa. —Taehyung suelta un bufido pasando un brazo por su pecho.

—¿Puedes decirme qué sucedió? —Pregunta, notando la indecisión de Taehyung en todo su rostro—, anda, puedes decirme, no pasará nada, si nada pasó cuando supe lo de Yoongi, entonces no pasará nada al saber de mi accidente.

—Uhm, como que te desmayaste cuando supiste lo de Yoongi, Jimin. Y apostaría mi vida a que, si algo ocurre ahora, me daría un ataque de pánico por no saber qué hacer.

Jimin vira sus ojos. —Tae, estás exagerando ¿por favor?

Taehyung gruñe derrotado mientras voltea para estirar la mano hasta alcanzar el celular descansado en la mesita de noche. Jimin frunce el ceño. —¿Qué estás haciendo?

Lo observa buscar entre los contactos hasta dar con el número de urgencias, levanta el celular y lo agita en el aire frente a su rostro. —Preparándome por si algo pasa.

Jimin niega con la cabeza, encontrando la situación un tanto divertida. —Eres demasiado Kim Taehyung, realmente demasiado.

—Te estoy protegiendo.

—Solo dime y ya... idiota. —Jimin ríe, golpeando su brazo.

Ambos se incorporan hasta quedar sentados con las piernas cruzadas, de frente.

—Todo empezó cuando participaste en un musical de teatro reemplazando a Jin. Tenías demasiado miedo de contarle a Yoongi porque en una escena te besabas con una de las bailarinas, pero- —Taehyung corta sus palabras, abre los ojos y sube las manos tapando su boca.

—¿Taehyung?

—Es mi culpa... es mi culpa Jimin... —Susurra cuando la verdad se muestra ante él.

—¿Uh? ¿a qué te refieres? —Jimin se confunde, sin lograr unir como el hecho de hacer una obra musical con su accidente y Taehyung estén entrelazados. Se preocupa cuando ve al contrario agitarse. 

—¡Es mi culpa! Yo- yo-

—Taehyung cálmate... ¿qué es tu culpa?

—Yo le dije a Yoongi que ibas hacer un musical, se supone que era secreto porque si él veía que te besabas se iba a enojar y tú no querías eso, pero- oh Dios... yo le dije a cambio de información de Hoseok-hyung y él- y él asistió, ustedes pelearon por eso, es mi culpa. Lo siento tanto Jimin, si yo no hubiera dicho nada... yo- —Taehyung comenzó a respirar rápidamente cuando las lágrimas se formaron en sus ojos, incapaz de terminar la oración.

—Taehyung no es tu culpa... —Jimin levantó sus manos, tomando entre sus palmas el rostro ajeno—, tranquilízate ¿sí? No es tu culpa.

Taehyung asintió luego de un rato mientras que en silencio esperaron a que se calmara. 

—¿Qué ocurrió después?

—Bueno... sé que discutieron fuerte, y tú tenías una moto, te fuiste en ella sin tu casco, una camioneta se desvió de la línea golpeando la parte trasera de tu moto. Los doctores decían que no ibas a sobrevivir y Yoongi quién era tu guardián en ese entonces, le hicieron firmar un documento para realizar la operación, porque podías morir en ella.

Jimin toma una larga respiración. —¿Estás tratando de decir que casi muero?

—Sí, el doctor Min dijo que hicieron reanimación.

<<wow, solo wow>> 

Jimin sabía que algo así había pasado, lo había escuchado de la boca del doctor cuando le dieron el alta, sin embargo, escucharlo de Taehyung era diferente, se sentía mucho más real. Sobre todo, cuando Taehyung lo recuesta en la cama y se apega a él como un koala.

—No sé qué hubiera pasado con todos nosotros si tú... si tú... ni siquiera puedo decirlo.

—Pero estoy aquí ¿no?

Taehyung se separa, levantándose y le da una mirada seria. —Pero te irás, eres cruel.

—No me iré a otro planeta, solo será otro continente... —Jimin roda sus ojos cuando el castaño mantiene su rostro de "¿es en serio?" —. De acuerdo, suena horrible, pero existe Skype y cosas para poder comunicarnos, no es como si fuera a desaparecer.

Taehyung asiente dejando salir todo el aire de su pecho. —Está bien, aunque no me lo creo, no me lo creeré hasta que realmente llegue ese día.

—No le digas a nadie de esto, que yo me iré...

—Pero prométeme que lo pensaras muy bien antes de decidirte.

—Lo prometo Tae, por segunda vez, lo prometo.

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A la mañana siguiente, Jimin despierta en la habitación que antiguamente era suya y que habían preparado en la noche cuando Hoseok llegó con sus ropas.

Se levanta dirigiéndose a la ducha, y cuando ya está listo, sale encontrándose con Taehyung en la cocina.

—¿Tienes clases? —Pregunta cuando toma la taza que Taehyung le entregó con café. Unos emparedados se encontraban en la mesa y estuvo tentado a la idea de comer o no, porque cada día notaba que su cuerpo era más grasa y menos músculos. Al final decide por comer uno.

Solo uno.

—inglés III, ¿Por qué, si sólo me dedicaré a pintar? No sé. —Pregunta y se responde a sí mismo.

—Vamos juntos entonces.

—¿Uh? ¿no se supone que tienes licencia? —Taehyung frunce el ceño comiéndose el último emparedado que Jimin quería comer también. Se enoja por un segundo, pero luego agradece porque él no tenía la fuerza necesaria para rechazar la comida, y por lo mismo, estaba engordando mucho.

—Bueno sí, pero quiero hablar con mi profesora... ya sabes. —Se encoge de hombros, recordando la conversación de anoche.

Taehyung solo asiente y ambos terminan su desayuno en silencio.




—¿Tu profesora la amante de tu pelvis? —El castaño ríe divertido cuando salen del apartamento.

—Sí, y no es amante de mi pelvis... —Rueda los ojos, pero de todas maneras sonríe cuando llegan al ascensor. —Por cierto, ¿Hoseok-hyung?

—Tenía clases más temprano, aunque dijo que me vendría a buscar, le mensajearé diciéndole que me iré contigo.

Jimin asiente y el ascensor suena abriendo sus puertas. Taehyung rebusca en su mochila el celular trizado y lleno de golpes, porque es un poco descuidado y no les tiene mucho amor a las cosas electrónicas.

Jimin espera que las puertas se deslicen para poder entrar y cuando enfoca su mirada, fue como si todo estuviera sucediendo de forma lenta, muy lenta.

Yoongi se encontraba de pie al centro de este. Manos en los bolsillos y espalda recostada en el espejo trasero. El mayor usaba unos lentes de marco grueso y negro, nunca lo había visto con anteojos; se quedan por un tiempo en silencio hasta que nota el reflejo de su rostro de asombro tras el espejo del ascensor. Sus mejillas se tiñen de rojo.

—¡Hyung! —Taehyung casi grita de forma alegre, Jimin lo observa, dándole una súplica, esperando a que no se le ocurra abrir la boca más de la cuenta.

—Tan animado como siempre Tae. —Yoongi sonríe y luego gira su vista hacia el pelinegro, quien se remueve nervioso, evitando la mirada por el simple hecho de sentirse expuesto—, buenos días Jimin-ah.

—Uhm, buenos días hyung... —Dice un tanto incómodo y torpe.

—¿A dónde van tan temprano?

—A la universidad, tengo clases de inglés y Jimin... —Taehyung guarda silencio cuando ve los ojos abiertos de Jimin, pidiéndole inconscientemente que cerrara la boca de una buena vez—, y Jimin... tiene que ver el tema de su licencia, sí, eso... él quiere ir a clases a pesar de que tiene licencia.

Yoongi asiente y de nuevo, su mirada se posa en él. —¿Estas bien? ¿crees poder hacer ejercicios?

Jimin sonríe, notando como el ascensor iba mucho más lento de lo que normalmente era, solo estaban en el tercer piso, pero su pecho se aprieta como si hubieran estado bajando desde el décimo.

—Sí estoy bien, gracias... quiero recuperar un poco de musculatura y el doctor no me ha impedido hacer del todo ejercicio.

Yoongi se mantiene en silencio y Jimin se coloca ansioso, cambiando su peso de un pie a otro al no obtener una respuesta conforme por parte del mayor. Taehyung parece haber sido absorbido por su teléfono y Jimin lo odia por no ser una ayuda.

El ascensor suena, abriendo las puertas cuando llega al primer piso.

Yoongi sale primero, sacando las llaves de su SUV del bolsillo y moviéndolas entre sus dedos.

—Los llevaré, también voy a la universidad.

Jimin mira a Taehyung, quien por fin levanta la vista soltando el celular. —Ah hyung no te preocupes, Hoseok vino a buscarme, ¿puedes llevar a Jimin?

—No es necesario, puedo caminar y tal vez conocer más de Seúl —Jimin ríe nervioso—, es decir, perdí la memoria, qué estúpido... me servirá para conocer mejor...

—Claro que puedo, vamos Jimin... —Yoongi ignora su petición y camina a grandes zancadas atravesando el estacionamiento.

Cuando lo ve a una distancia prudente, voltea hacia Taehyung. —Eres un maldito Tae. —Gruñe por lo bajo, Taehyung se encoge de hombro y le sonríe.

—Suerte con lo tuyo.

—"Suerte con lo tuyo" —Remea molesto, exagerando las acciones contrarias—. Juro que te mataré cuando vuelva.

—También te amo Jiminnie...

Jimin vio a Taehyung alejarse hasta que escucha el sonido de una motocicleta, Hoseok le hizo señas con el casco puesto mientras Taehyung se colocaba otro. Se subió tras el mayor y antes de partir agitó su mano despidiéndose. En respuesta, levantó su dedo medio sonriéndole de manera sarcástica.

Ahora, se encontraba de pie, frente a la puerta del copiloto, mordiéndose el labio inferior y debatiendo si realmente era buena idea entrar.

Yoongi encendió el motor. —Jimin no te voy a morder si es lo que te preocupa.

No dijo nada y se deslizó en el asiento, cerrando la puerta y esperando ver el auto avanzar.

—El cinturón... —Yoongi susurra y Jimin de inmediato se voltea para tirar de la correa, pero justo en ese momento no funcionaba. Y quiere morir, porque justo en los momentos menos oportunos deja de funcionar, es decir, él una vez quiso que se trabara, pero no justamente hoy.

—No sale... —Dice cuando tira de nuevo.

Yoongi se desliza hasta su asiento, quedando muy cerca de él, como la primera vez que había ocurrido lo mismo. El mayor tira un poco y el cinturón se destraba, Jimin se sonroja al notar lo rápido que sucedió.

—Si tanto querías tenerme cerca no tenías que inventar la excusa del cinturón Jimin...

Abre los ojos sorprendido mientras voltea a su dirección. —Yo no...

Yoongi ríe, realmente ríe. —Es broma idiota...

Inevitablemente la sonrisa se pinta en toda la cara de Jimin, sintiendo como la tensión del aire de a poco iba desapareciendo, Yoongi lucía como un experto en hacerlo sentir bien.

Salen del estacionamiento hasta dirigirse por la carretera sur.

—Uhm... —Yoongi murmura, rascándose la nuca y mirando hacia cualquier lado menos donde Jimin—, yo uhm, lo siento por haberte gritado ayer, yo... creo que sobre reaccioné...

Jimin lo ve removerse nervioso en su asiento, abriendo y cerrando las manos en el volante; el rostro surcado en un mohín incómodo.

Y en ese estado nervioso, no pudo evitar pensar que lucía tierno, tan tierno que le hizo gracia.

—No te rías... ocupé casi toda mi vida pidiéndote disculpas...

—Hyung a veces sueles ser muy tierno. —Jimin dice divertido y mueve los pies por debajo del picaporte, por la simple necesidad de moverlos.

Yoongi levanta sus hombros sonriendo. —Puedo ser lo que tú quieras...

—Entonces sé encantador y has un poco de aegyo. —La sonrisa coqueta marcada en su rostro cuando Jimin se olvidó de todos sus problemas en menos de un segundo.

—Pide cosas posibles Jimin, no fantasías. —Yoongi niega con la cabeza mientras entraba a la calle principal que daba al campus de la universidad.

La mirada de Jimin decayó, inflando sus no-tan-notorios mofletes y cruzándose de brazos. —Hey, eres un embustero, no eres todo lo que quiero entonces.

—Buing. —Yoongi suelta sin gracia mientras buscaba un lugar donde estacionar.

Jimin rio fuerte, haciendo la risa golpee por todo el espacio.  —Yiah hyung, ¿qué fue eso?

—Un aegyo a mi estilo. 

Niega con la cabeza, pensando en cómo Yoongi al final siempre se salía con la suya. —Eres un estafador.

—Pero te estás riendo igual, así que supongo que es algo bueno ¿no?

—Supongo...

—¿Eso significa que estamos bien?

—No lo sé...

—Entonces... —Yoongi se mueve hasta la guantera, Jimin lo ve abrir la tapa y sacar dos pequeños papeles que lucían como unas entradas—, hay un grupo al que le vendí una canción, la estarán tocando hoy por primera vez frente a todos en el parque de atracciones...

La entrada es puesta entre sus manos, la pequeña hoja de colores blancos y naranjos con un sello brillante cambiaba según el reflejo de la luz. Volteó hacia Yoongi sin decir ninguna palabra.

—¿Quieres ir? —Yoongi se muerde el labio inferior, lucía incómodo y torpe, dedujo que el mayor no era de los que hacía ese tipo de cosas.

Asintió sonriendo un poco triste. —Sí, ¿a qué hora es?

—Como a las ocho de la noche... entonces ¿me disculpas?

Jimin sonrió ladeando su cabeza, como si estuviera completamente realizado por la forma que tenía el mayor de intentar hacer las cosas bien. —Si te disculpo hyung~ —Su voz fue suave, como si con ella estuviera tratando de dar una caricia en el acto.

—Bien, entonces tenemos una cita. —La voz de Yoongi sale sin ninguna emoción, sin embargo, Jimin no puede evitar ponerse rojo por lo que la palabra "cita" conlleva.

—¿U-una cita? —Su voz pendiendo de un hilo, en una cita podían pasar muchas cosas.

—Sí, una cita... —Yoongi baja de su SUV y antes de cerrar entrecierra los ojos en su dirección, sonriendo de manera abierta cuando descubre los pensamientos por los que Jimin se estaba yendo—, oh... ¿qué estás pensando? No es realmente una "cita" si crees eso... no caigas tanto por mí Jimin...

Jimin abre y cierra la boca, sin emitir ningún sonido mientras intentaba procesar la arrogante forma en la que Yoongi sonreía. Suelta un bufido, aún incrédulo cuando se baja del auto siguiendo sus pasos. —¡Quién está pensando en algo!... en serio hyung, a veces te crees demasiado.

—Yo solo te digo que no pienses en cosas extrañas... —Yoongi alborotó su cabello y comenzó a caminar en reversa. La acción de quedarse observando en su lugar como un idiota, ocurre de manera automática—Te veo luego, y no te lastimes, suficiente tengo con lo que me has hecho pasar.

El mayor sonríe y voltea dándole la espalda. Perdiéndose mientras lo seguía con la vista. Lo vio conversar a lo lejos con un par de chicos, mientras reía. No puedo evitar sentir un poco de nostalgia y tristeza. Quizás estaba haciendo un torbellino en un pequeño vaso de agua, y quizás debería quedarse, pero la culpabilidad se lo comía vivo, por todos lados, y como un cobarde quería huir.

Apretó la correa de su mochila y caminó hasta el departamento de su área. Preguntó en recepción por su profesora y cuando le dijeron donde se encontraba fue hasta las salas de práctica, la misma a la que había asistido las veces pasadas.

Ingresó a una habitación vacía, su reflejo se mostraba en el espejo bajo la luz tenue se mantenía encendida. No pudo evitar sentir todo su cuerpo tensarse por las horribles ganas de querer bailar y poder liberarse de todo el estrés que ha estado acumulando durante los días.

—¿Jimin? —La voz de una mujer lo saca de su trance, volteando para encontrarse con su profesora saliendo de la pequeña oficina que en el lugar había.

—Profesora...

—¿Cómo estás hijo? La secretaria nos informó de tu licencia. —La mujer le sonrió mientras caminaba hasta quedar a metros de él.

Jimin le sonrió de vuelta. —Está todo bien... yo vine para hablar con usted... —Titubeó un poco, jugando con sus dedos y cambiando la mirada de un lado a otro cuando el rostro de la profesora se frunció—. ¿se acuerda de la beca en estados unidos de la que me habló?

La mujer asintió. —Sí... lo recuerdo, ¿por qué? ¿tienes alguna duda?

—No, yo... —Las palabras se quedaban atadas en su garganta, respiró varias veces, maldiciéndose porque se le hacía difícil algo tan simple de decir. Quedándose en silencio por un segundo, tomó una última respiración, sabiendo que sus próximas palabras cambiarían el curso de su vida—, yo aceptaré la beca. Quiero ir a estudiar al extranjero profesora.

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Era tarde cuando Taehyung por fin sale de la ducha, encontrándose con Hoseok tendido en la cama leyendo un libro sobre masajes. Refriega su cabello con la toalla mientras camina y cuando está un poco conforme , se sienta en el lado vacío de la cama, hundiendo el colchón en el acto.

Frente al gran silencio en el que se tornó su habitación no pudo evitar pensar en Jimin. Esa tarde, el pelinegro había entrado desesperado al departamento, mordiendo sus uñas sin saber qué hacer, Taehyung había preguntado que qué le pasaba, pero Jimin solo mostraba su rostro afligido sin decir ninguna palabra.

Después de haber calmado sus nervios, les contó a ambos que su profesora le había dado nueva información sobre la beca en el extranjero. Información que tenía un gran peso, porque tenía que estar viajando antes de las vacaciones de julio, o sea, cerca de dos semanas más.

Nadie se había dado cuenta de todo el tiempo que había pasado desde que fue dado de alta. Cuatro semanas desde que despertó y tres semanas desde que volvió a casa, ahora que estaban a mediados de junio, solo faltaban dos semanas para que Julio comenzara junto con las vacaciones de verano.

Taehyung ni siquiera pudo calmarse frente a esa declaración, porque eso significaba que Jimin estaría lejos en un abrir y cerrar de ojos.

Se desplomó en su cama, observando al techo, el cabello húmedo mojando la almohada cuando cierra sus ojos intentando pensar en alguna idea que los ayude a pasar más tiempo con Jimin o que lo ayuden a recuperar sus recuerdos y así sus ganas de irse se esfumen, porque sabía perfectamente que el Jimin del pasado nunca hubiera decidido irse de sus vidas por una tonta beca otorgada por ser tan bueno en su área.

En ese momento, siente la cama moverse y antes de que pudiera procesar, un cuerpo se encuentra encima de él. Abre los ojos y ve a Hoseok a horcajadas arriba suyo, acoplándose perfectamente en todas las partes donde su cuerpo hormiguea por el calor ajeno.

Inmediatamente las manos se van a las caderas contrarias.

—¿Qué ocurre? —Pregunta el mayor, suavemente, peinando los mechones de su cabello y meciéndose en el acto. Taehyung no puede evitar jadear un poco al sentirlo.

—Me cuesta creer que Jimin y Yoongi terminen así... es decir, ellos se venían tan unidos, incluso más que nosotros y... no lo sé, es imposible de creer, se siente como un sueño. —Taehyung se deja querer cuando Hoseok baja el rostro para darle un suave beso en sus labios.

—A veces las personas no están destinadas a estar juntas Tae... y si ellos lo están, entonces no importa cuán lejos estén del otro, se juntarán de todas maneras. —Hoseok comenzó a trazar un camino de besos desde su mandíbula hasta su cuello, utilizando desvergonzadamente la lengua en el acto mientras que su pelvis de bailarín se movía de manera lenta y dolorosa, de esa manera que dejaba a Taehyung completamente en blanco, porque daba en todos los puntos exactos para que su cuerpo comenzara a calentarse y las cosas allí abajo se encendieran. No pudo evitar mover sus caderas hacia arriba, al mismo tiempo que Hoseok las pegaba hacia abajo.

—H-hyung... Jimin puede llegar en cualquier momento... —Jadea, apretando la cintura cuando Hoseok mordisquea su lobulillo. En ese momento estaban solos, ya que Jimin había salido con Yoongi al parque de atracciones, pero ya había pasado bastante tiempo, así que esperar a que Jimin apareciera en cualquier momento, era casi esperable. 

—Nos ha escuchado antes, déjalo que llegue... —Hoseok lo deja ir, por un breve minuto para quitarse la camisa y el bóxer, quedando completamente desnudo para él.

Taehyung lo ve, y traga duro, sabiendo que nunca se acostumbraría a la belleza contraria. Se levanta con la ayuda de sus codos y lo observa de arriba abajo, y sabe que tenerlo así es casi una pelea pérdida, porque Taehyung no puede decirle que no.

—Pero él no recuerda que nos ha escuchado hyung... —Taehyung deja salir un suspiro, desinflándose en el acto y siente todo su cuerpo tensarse cuando Hoseok vuelve a la posición anterior, ahora sintiendo toda su piel contra la tela de su bóxer y la camisa húmeda que llevaba cuando salió de la ducha.

—Quizás recuerde si nos escucha. —Hoseok sonrió y Taehyung sonrió con él, siendo consciente de que a este punto ya no podría negarse.

Levantó su brazo y envolvió la mano alrededor de su cuello, tirándolo hacia abajo. Entonces, desde ese momento, Taehyung sólo se dejó querer.

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Jimin arrastra a Yoongi hacia la gran noria que había en el centro de todo el parque.

—Jimin no me puedes obligar... —Escucha al mayor refunfuñar mientras se resiste a ser empujado.

Jimin le sonríe y lo sigue tirando. —Estas entradas son un pase libre para todos los juegos, no nos podemos ir sin haber subido a la noria hyung...

—Pero ya hemos subido a casi todos los juegos, no quiero. —Jimin observa a Yoongi hacer una mueca de completa infelicidad mientras levanta la cabeza observando la gran rueda rodante que se iluminaba de distintas maneras en toda su estructura.

Habían llegado hace cerca de una hora atrás, la canción que Yoongi compuso era demasiado buena y el grupo que la cantaba lo hacía muy bien. Jimin nuevamente se encontró impresionado admirando el trabajo ajeno.

Ahora que el pequeño concierto había terminado, no quedaba más que aprovechar los pases, prácticamente vip, que a Yoongi le habían regalado. Así que luego de pasar por la montaña rusa, el barco y otros, Jimin había decidido ahora ir por la noria, porque desde metros de distancia podía notar cuán grande era, y la curiosidad de poder ver la ciudad desde arriba lo tenían completamente ansioso por querer probar el juego.

—Hyung será divertido. —Vuelve a sonreírle, pero Yoongi solo larga un suspiro pesado.

—Odio lo divertido. —Dice sin ganas.

—Vamos, es solo un juego, este será el último y no te obligaré más.

—¿En serio? —Yoongi abrió sus ojos, como si estuviera emocionado más de lo normal por ver que ya no sería obligado a ser sometido a todos esos juegos que le causaban un dolor de cabeza y revoltijos en su estómago.

Jimin se siente mal por un momento por hacerlo subirse con él, pero se encontraba tan emocionado que no logra pensar con claridad las cosas, haciendo que su emoción se desborde el triple cuando todos los juegos estaban frente a él, listos para ser ocupados.

—A ninguno más si no quieres hyung, solo este ¿sí?

Yoongi suspira perdiendo la cuenta de cuantas veces había lanzado esas largas espiraciones. —Solo este Jimin-ah.

Jimin sonríe, tirándolo cuando era su turno para pasar. Rápidamente se sientan de frente y la noria comienza avanzar, el pelinegro no puede evitar ponerse de pie para tener una mejor vista.

Yoongi, quien estaba demasiado concentrado pensando en que nada malo va a pasar y que era completamente normal que la cabina se balancee de lado a lado, levanta la cabeza por un segundo para observar la emoción contraria. De inmediato siente como todos sus músculos se relajan con tan solo ver a Jimin en ese estado brillante de felicidad.

—Woah, es realmente lindo, en serio. —Jimin mantiene las manos en el vidrio, con el rostro lo más pegado posible. Cada vez que subían, la ciudad se volvía más pequeña, resaltando las luces de los faroles como pequeños destellos que pintaban toda la vista en miniatura. —¿Habíamos venido antes? —Gira su rostro hacia Yoongi, quien ya lo estaba observando, con una sonrisa en su rostro y los ojos caídos, en un estado de completo relajo. Quiso burlarse, porque abajo, el mayor fue el primero en protestar por esto, pero ahora lucía como si estar ahí lo relajara.

—Es la primera vez, incluso en el parque de diversiones.

Jimin asiente un poco serio porque no es capaz de ordenar todos los pensamientos que van y vienen en su cabeza. Se gira de nuevo al ventanal y siente la noria detenerse, justo cuando ellos están en la parte más alta. En eso recuerda las antiguas historias, poniéndose un poco triste por todo lo que le viene.

—Hyung, dicen que si te das un beso con alguien en la cima estarás por siempre con esa persona...

Yoongi levanta una ceja, colocándose de pie para quedar a su lado. —¿Quieres darme un beso?

Jimin se coloca rojo. —N-no yo... solo... —Balbucea sin sentido, incapaz de terminar la frase por un leve periodo de tiempo. Al final logra calmarse y dice—: yo solo quiero tener más tiempo.

—Ah, pero yo no quiero que pases todo el rato pegado a mí, Jimin-ah.

—¡Yiah hyung! —Jimin se gira molesto golpeando el brazo de Yoongi, quién en ese momento sólo ríe.

—Estoy bromeando, mocoso. Ven aquí.... —En un acto inesperado, Yoongi toma su brazo y lo tira hacía él, girando su cabeza hacia un lado, Jimin se queda de pie por un momento y luego se mueve hacia adelante colocando un beso en la mejilla ajena.

No puede evitar rodear con sus brazos la cintura de Yoongi, quien en ese momento recibe su abrazo.

—Gracias por cuidar de mí. —Dice un poco nostálgico.

Yoongi suelta una pequeña risa, que le llega directo a su pecho. —Eso suena como una despedida.

—¿Quieres que me vaya hyung? —Jimin agradece tener su cabeza posada en el hombro de Yoongi, evitando completamente su mirada.

—Sería bueno, así tengo un poco de paz. —Bromea, como siempre lo hacía, y Jimin no encontró ninguna risa en esas bromas.

De todas maneras, le siguió el juego. —Verás que cuando me vaya me vas a extrañar.

—Sí, te extrañaré —Yoongi es honesto—, es por eso que tú siempre estarás aquí ¿verdad?

—Yo... —Jimin se mantiene en silencio, la incertidumbre comiendo sus pensamientos mientras se debatía si abrir la boca estaría bien. El miedo comienza a fluir como un rayo por todo su cuerpo, y las ganas de querer irse de ahí le pesan en esa cabina que comenzó avanzar antes de que ellos se percataran.

—¿Jimin? —Yoongi se separa, lo suficiente como para encontrarse con su mirada.

Y Jimin no la soporta, jadea siendo incapaz de buscar sus ojos, porque sabe que, a este punto, ya no había mas vuelta atrás.

—Yo... lo siento hyung... —Su rostro cambia a uno de tristeza, mientras que Yoongi aún mantenía la confusión perfilando sus ojos.

—¿Qué está sucediendo? —Yoongi frunce el ceño, tomando distancia. El ruido del parque manteniéndose bien lejos de sus oídos.

—Lo siento... —repite, pero sabe que por más que lo repita nunca conseguirá la disculpa ajena—, yo... yo acepté la beca para estudiar en Estados Unidos. Mis recuerdos no quieren volver y todos sufren viéndome así.

Jimin agacha la mirada, incapaz de ver la reacción que tenía Yoongi en esos momentos.

—Pero no puedes irte... sufriremos si te vas Jimin. —La voz contraria se escucha dulce, muy dulce.

—Lo siento.

—No puedes irte, Jimin. —Ahora su voz cambia, sale más brusca, casi graznando cada palabra.

Jimin siente el deseo de abrazarse a sí mismo, y lo hace. —Lo siento hyung, no puedo quedarme si no los recuerdo.

—¡Maldición Jimin! —Yoongi grita cuando se gira y golpea el ventanal, haciéndolo saltar en su lugar por el susto—, no puedes, ¿cómo pudiste hacer los papeles para irte? —El rostro de Yoongi se arruga, como si lo que él estuviera haciendo fuera una total traición.

La noria sigue girando, a punto de llegar al punto de partida.

—Y-yo creo que es lo mejor hyung...

—No. No lo es ¿es que no te das cuenta? nosotros estamos bien así... —A Yoongi se le quiebra un poco la voz y Jimin se sorprende por lo rota que suena, sin embargo, no encuentra nada parecido a la tristeza, era algo mucho más crudo.

—No están bien hyung... no mientas.

Una cabina más y ellos serían los próximos en salir. Jimin ve a Yoongi apretar los puños, haciendo que todos sus músculos se tensen. La mirada del mayor era fría.

—Si tú te vas, nunca más te volveré hablar.

Abre y cierra la boca, las lágrimas comenzando a picar, sabiendo que sus propias decisiones hirieron a alguien importante.

Da unos pasos hacia adelante. —Yoongi no me hagas esto. —Dice, sin embargo, cuando el mayor se percata de su intención de abrazarlo, toma toda la distancia que en una cabina de no más de tres metros de largo se puede tomar. Lo ve voltear su rostro molesto, se siente como si en ese minuto fuera la última cosa que el mayor deseaba mirar.

La noria gira nuevamente y el encargado de la máquina, les abre la puerta.

Yoongi lo ve por última vez. —No me pidas algo así, cuando tú me harás esto.

Lo ve salir mientras que él permanece estancado en su lugar. Sigue con la mirada la espalda que va desapareciendo entre la muchedumbre. Y de nuevo, siente como la distancia los vuelve alejar.








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#Me costó como 10 años subir este capítulo (exagera) ;; wattpad creo que cambió ;; y me volví loca.

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