14: Mi corazón es honesto (parte I)

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—Entonces... —Namjoon le da un vistazo a Jimin a través del libro que sostenía en sus manos, el menor frente a él se remueve nervioso con las palmas apretadas entre los muslos—, ¿qué tienes que decir si no entiendes?

—C-culd- you... uhm... ssspeak slouwer?

—¿Si quieres ir algún lado y no entiendes las direcciones?

—C-can you show m-me in the map?

Un silencio se forma en la sala cuando Jimin siente que ocupó todas las energías en formar las frases que creía correctas. Namjoon baja el libro y le da una seria mirada, siente las galletas que Jin le había dado cuando llegó a su departamento revolverse en su estómago.

—Jimin, tu inglés apesta.

—Namjoon, no ayudas así. —Jin advierte desde su lugar en la cocina americana.

Jimin se echa sobre el respaldo del sillón y suelta el aire que había retenido producto de sus nervios. —Es cierto, esto es horrible.

Siendo honestos, su inglés apestaba y los días estudiando con Namjoon en su departamento no sirvieron mucho cuando su cabeza trabajaba a una velocidad demasiado lenta para poder pronunciar y entender realmente el idioma. Sabía lo básico, pero sentía que se volvería paranoico si no lograba aprender algo más avanzado.

Sobre todo, cuando ya habían pasado los días y le quedaban prácticamente tres días para irse de Corea.

—¿Te doy un consejo? —Namjoon se pone de pie y camina hasta sentarse a su lado. Levanta la mano y le da un leve apretón en su hombro—, no vayas. Si vas, nada saldrá bien.

—Namjoon basta —Jimin puede ver como Jin hace su camino para sentarse en su otro lado para hacer la misma acción que Namjoon—, ¿por qué todos se comportan de esa manera con él? Ya dejen a Jimin tranquilo, si él quiere ir, que vaya.

Jimin aprieta los labios sin poder formular las palabras precisas para decir, se sentía como si fuera el hijo de un matrimonio peleando por su custodia.

—Solo estoy salvando su pellejo hyung. —Namjoon se levanta con los brazos alzados como si fuera asumiendo la derrota.

Jin le da una mirada seria. —En serio, no eres gracioso.

—Pero estoy diciendo la verdad Jin... nada bueno saldrá si Jimin va-

—Namjoon, te dije que basta. —Jin grazna molesto y Jimin siente al mayor tensarse a su lado.

Rápidamente se siente mal por lo que acababa de provocar, así que se levanta más que rápido apretando las manos a sus costados cuando siente el par de ojos en su dirección. Namjoon con un rostro confundido y Jin con un rostro de preocupación.

—Yo creo que es suficiente por hoy, estoy cansado así que volveré donde Taehyung, gracias hyung. —Sonríe y guarda en tiempo récord todos los libros que había sacado en esa tarde de estudio.

Y ambos chicos se dan cuenta de lo triste que lucía su sonrisa.

Namjoon es el primero en hablar. —Jimin yo-

—Gracias —Jimin corta sus palabras cerrando su mochila y pasándola por sus hombros—, estudiaré en casa y si tengo dudas te enviaré un mensaje. Gracias por todo y lo siento...

A Namjoon le duele el hecho de que Jimin evitó todo el tiempo su mirada mientras caminaba apresurado por el pasillo para colocarse sus zapatos.

Jin presencia el intercambio de palabras entre sus menores con la necesidad de decir algo, pero su boca se abre y se cierra cuando escucha el portazo y el código de la puerta activarse. Jimin ya se había ido.

De inmediato se pone de pie apretando los puños frente a Namjoon. —Ves lo que logras...

—¿Qué? —Namjoon quién se rascaba la nuca, incómodo, levanta la cabeza confundido por la hostil forma en la que Jin le habla—, ¿dices que es mi culpa?

—¡Sí! ¡Todos! Lo único que han hecho es hacerlo sentir mal durante todos estos días. —Jin grita tan fuerte que Namjoon no es capaz de decir nada cuando el silencio vuelve apoderarse de la sala. Hace tiempo que no lo había visto de esa manera, y él odiaba pelear con su mayor.

—Jin cálmate ¿sí?

—¿Quieres que me calme? —Jin lo observa con un rostro dolido y molesto, su ceño se frunce en algo similar a la decepción. Y Namjoon lo sabe, ha visto ese rostro varias veces y no le gusta lidiar con ello, porque Jin era de los que acumulaba todo para luego explotar como pólvora, y cuando eso pasaba el resultado no era uno bueno, sobre todo cuando el mayor conocía su talón de Aquiles para herirlo como se le de la gana si quiere.

—Jin yo no quise decir eso-

—Yoongi ni siquiera le habla desde hace más de una semana, Taehyung y Hoseok lo único que hacen es convencerlo de que se quede a pesar de que él quiere ir. Jimin vino en busca de nosotros porque creyó que podíamos ayudarlo, somos sus hyung, por lo tanto, deberíamos ser mucho más maduros para saber apoyarlo y tú vas y te haces el gracioso diciendo esto y aquello, cuando sabes que en realidad lo único que consigues es lastimarlo. ¿Cómo quieres que esté calmado?

Namjoon se agita cuando Jin lucía afligido con los ojos brillosos, como si fuera a llorar de pura rabia. Da unos pasos hacia adelante, tratando de acortar la distancia, pero el mayor retrocede tan pronto como se mueve.

—Hyung yo no trataba de-

—¿Crees que para él es divertido perder la memoria? ¿crees que él está bien con todo esto? No nos recuerda Namjoon y aun así es capaz de sonreír y tratarnos como si nos conociera desde hace tiempo, solo por el hecho de que nosotros lo tratamos como si nada hubiera pasado.

La sala vuelve a caer en silencio cuando Jin termina de hablar y Namjoon abre su boca sin decir ninguna palabra porque la sorpresa de las palabras de Jin lo habían herido de una forma en la que no podía justificar y mantener una discusión, sobre todo cuando no quería pelearse con él, su novio.

Unos cuantos minutos más en la misma posición sin que ninguno de los dos dijera nada, y Namjoon siente que es necesario acortar la distancia cuando nota como Jin posee la vista hacia abajo, simplemente mirando hacia la nada. Siente el deseo de borrar todo el malestar que se reflejaba en su rostro.

—Hyung... —Susurra despacio mientras que con temor levanta una mano y la posa suavemente en la mejilla de Jin para dar una suave caricia. Primero con miedo, pero luego de que Jin se dejara acariciar, cierra sus ojos y suelta un suspiro que reflejaba su miedo y ansiedad—. Lo siento hyung.

Jin guarda silencio y Namjoon desliza la otra mano por la cintura para dejarla descansando en su espalda baja. Puede sentir como rápidamente los hombros de Jin comienzan a destensarse y acerca su cuerpo apegándolo al suyo.

—Lo siento hyung, yo no quería hacer sentir mal a Jimin, es solo que, como todos... no quiero que se vaya. —Abraza ahora por completo el cuerpo del mayor y al cabo de unos segundos, Jin lo recibe hundiendo el rostro en el hueco de su cuello.

—¿Te acuerdas cuando lo conocimos?

Namjoon sonríe ante la pregunta cuando los recuerdos vuelven a su mente, sus manos ahora deslizándose por toda la espalda ajena.

—Sí, él y Taehyung lucían como unos pollitos perdidos de su madre. En ese tiempo aún no estábamos juntos.

—Y tú te ponías celoso de Yoongi.

Namjoon lanza un bufido. —No estaba celoso de Yoongi-hyung... —Jin se despega y le da una mirada con esos ojos que conocen la verdad, así que no le queda más que rodar sus ojos—, de acuerdo, sí, estaba celoso, pero sólo porque él era demasiado genial y tú muy cercano a él.

—Pero a Yoongi le gustaba Jimin, aun no entiendo tus celos.

Namjoon tuvo la necesidad de levantar una mano y despeinar los suaves mechones oscuros de Jin. —Sí, pero Yoongi ni siquiera se daba cuenta de eso, aparte, tu nunca me dijiste nada y todo fue muy confuso.

Ambos recordaban eso, su relación al principio había sido muy inestable, sobre todo porque Namjoon poseía demasiados sentimientos encontrados y confusos con respecto a Jin. Ambos habían sido demasiado indecisos para quedar como amigos y demasiado temerosos como para arruinar todo y volverse novios. Al final, el tiempo y los sentimientos le dieron la respuesta que tanto buscaban.

—Tu sabes, yo... demoré en darme cuenta que me gustabas. —Namjoon guardaba en su memoria todas esas ocasiones en las que sentía que se volvía loco debido a todo lo que Jin provocaba en él.

—¿Te arrepientes? —La pregunta de Jin lo distrajo, y cuando sus ojos se encontraron pudo notar el miedo que rodeaba al mayor. Sentía que esa pregunta estaba demás, pero de todos modos trataba de entenderlo, ya que Jin siempre estuvo enamorado de él, mientras que para él fue una historia totalmente diferente, comenzando porque en ese entonces, se creía un completo heterosexual, vuelto loco por no saber el por qué el cuerpo de su hyung lo encendía tanto.

Namjoon posa sus manos  a cada lado del rostro de Jin, se desliza hacia adelante y corta toda la distancia para poder besar sus labios con tranquilidad, deseando que en ese beso pudiera Jin recibir una parte de todo lo que eran sus sentimientos.

Cuando se separa, posa su frente en la contraria y sonríe, pensando en que no podría estar más enamorado de ese hermoso hombre. —Me arrepiento, sí, pero de no haberme dado cuenta antes, me arrepiento de haber demorado tanto hyung. Me arrepiento de haber sido tan cobarde de no aceptar a tiempo el hecho de que te amo Jin, el hecho de que eres mi todo.

Jin sonríe a pesar de sus ojos se vuelven llorosos, Namjoon desliza ambos pulgares por debajo de sus pestañas para tomar algunas de esas lágrimas que, en definitiva, eran de amor porque Jin sonreía de esa manera tan dulce como a él le gustaba.

Vuelve a deslizarse hacia delante y besa los labios ajenos, sintiendo la perfecta manera en la que la boca de Jin se moldea a la suya. Y son justo esos pequeños instantes, los que le hacen saber a Namjoon que Jin es para siempre.


*


Jimin esperó a que el ascensor llegara al primer piso mientras balanceaba sus pies de atrás hacia delante. Luego de salir del apartamento de Namjoon y Jin decide irse a casa sin la esperanza de que todo lo que estaba haciendo resultara ir por buen camino.

Es decir, él era consciente de las adversidades que podría encontrar en otro continente donde estaría prácticamente solo, sin embargo, el hecho de que sus amigos tuvieran una actitud negativa hacia sus propias decisiones no lo hacían sentir para nada bien.

Espera en silencio mientras el ascensor seguía bajando y cuando las puertas se abren, siente el ruido de un celular sonar dentro de su mochila.

De inmediato rebusca en el bolsillo pequeño y lo saca, su ceño se frunce cuando un número desconocido aparece en la pantalla.

El debate aparece en su cabeza cuando se pregunta si debe contestar o no, porque, a fin de cuentas, el celular vibrando en su mano no era suyo, sino de Yoongi. Los únicos que eran conscientes de que él lo ocupaba, era sólo su grupo de amigos y las personas del hospital, así que era muy probable que la llamada entrante no era para contactarse con él, más bien, con el dueño del aparato.

Siente la necesidad de observar para todos lados mientras se muerde los labios, otros minutos de indecisión más y finalmente desliza el pulgar por la pantalla.

—¿Diga?

—Buenas tardes ¿es usted el encargado de Min Yoongi? —La voz de una mujer por la otra línea se escucha fuerte y claro. Su audición logra captar todo el ruido que había detrás; papeles, pisadas, sonidos de teléfonos y algo parecido al golpe de metales—. ¿Hola? ¿es usted algún familiar de Min Yoongi?

—S-si... yo soy... —Detiene sus palabras aturdido por no entender la situación, su corazón se detiene y un revoltijo de nervios se forma en la base de su estómago al preguntarse qué estaba pasando—. Yo vivo con él ¿por qué? ¿qué desea?

—Buenas noches, estamos contactando a su familia, pero nadie responde, uno de los teléfonos que tenemos registrados era este, así que lo llamamos desde la cuarta comisaría policial del distrito de Mapo, necesitamos su presencia para que retire al detenido y pague la fianza, de lo contrario, pasará las noches en el calabozo hasta que el monto sea pagado.

—¿¡Q-qué!? ¿Detenido? —Jimin grita mientras sale más que rápido del edificio pensando donde rayos quedaba el distrito de Mapo.

—Sí, necesitamos la presencia de algún guardián que pague la fianza, si usted es el encargado del joven detenido, necesitaremos su nombre para dejar constancia de que pagará.

—Park Jimin —Responde sin pensarlo demasiado—, mi nombre es Park Jimin.

—Bien, Jimin-ssi apenas llegue, se acerca al oficial a cargo y diga su nombre para que le den el monto de la deuda.

Apenas terminó de hablar la oficial, Jimin corta la llamada  y camina hacia la acera haciendo parar un auto frente a él. Le da las indicaciones al chofer y agarra nuevamente su celular para intentar llamar a Taehyung.

Como era de esperarse, el castaño nunca contestó, ni tampoco lo hizo Hoseok cuando intentó llamarlo, así que buscar un poco de ayuda en ellos no estaba sirviendo.

Quiso marcar a Jin y Namjoon, sin embargo, la forma en la que se había ido del apartamento de ambos, le daban la sensación de culpabilidad, los mayores suficientes problemas tenían con él como para llenarlos con otro.

Obviamente, no iba a llamar a Jungkook, porque simplemente no estaba dentro de sus planes hablar con él. Y no es como si lo odiara, pero la incomodidad y el trato del menor era suficiente como para desear tenerlo lejos, sobretodo en situaciones donde lo primero que debe predominar es la calma.

Por último, pensó en el señor Min, su médico, sin embargo, estaba seguro que la oficial ya había llamado al hospital sin conseguir ninguna respuesta. Quizás se encontraba atendiendo en alguna emergencia, sabía que las tardes en el hospital podían llegar a ser muy agitadas.

Resignado, se echó hacia atrás para descansar su espalda en el asiento, estaba nervioso, pero ahora sabía que,  sea lo que sea el problema de Yoongi, debía solucionarlo solo, sin la ayuda de nadie. Cerró sus ojos sintiendo la forma rápida en la que su corazón golpeaba sobre su pecho, y a  este punto, Jimin no sabe si es por el hecho de no saber por qué lo detuvieron, o por el hecho de que lo volvería a ver luego de casi más de una semana.

-

-

La comisaría era amplia y concurrida; la gente se mantenía en movimiento constantemente sin que él fuera percatado por algún policial. En el centro de esta, habían mesones distribuidos de manera ordenada simulando pequeñas oficinas. Jimin se acercó hasta el puesto de un oficial y se sentó en silencio esperando a que la persona frente a él, centrada en el computador, hiciera contacto visual para hablar.

—¿Qué desea joven?

—Soy Park Jimin, vine a pagar la multa de un detenido —Carraspeó luego de decir las palabras evitando el contacto visual, sus mejillas ardieron por lo bochornoso que se sentía estar en una situación como esa—, Min Yoongi, ese es su nombre.

—Ah, el joven Min, ¿un chico de cabello rubio cierto? —Jimin asintió tímido mientras apretaba la mochila entre sus manos, el hombre rápidamente sacó una carpeta donde comenzó a rebuscar sacando varias hojas en el acto. Supuso sería el expediente de Yoongi. —Veamos... destrozos de local privado, daños en la vía pública, mal lenguaje a personal de policías... su multa es de 160 mil wons.

El hombre sonrió sarcásticamente mientras separaba las hojas que había apartado y le tendía una donde aparecía el nombre de Yoongi y los delitos que había cometido para tener aquel alto monto.

Y Jimin estaba seguro que su boca formó una pequeña "o" por lo sorprendido que se encontraba, ni siquiera sabía si su tarjeta aguantaría ese dinero, pues, la había usado, pero no para comprar grandes cosas.

Por otro lado, se encontraban las multas impuestas a Yoongi, destrozos de local privado, Jimin ni quería imaginarse en qué lugar se fue a meter que terminó causando problemas, ¿daños a la vía pública? y ¿mal lenguaje a los policías? Eso último se lo esperaba, de Yoongi se lo podía esperar, incluso sonrió al tratar de imaginárselo.

—Jovencito no tenemos todo el tiempo, usted paga o el detenido pasará las noches aquí. Nosotros no tenemos problemas en dejarlo.

Jimin le dio de manera apresurada la tarjeta al hombre que ya lucía como si estuviera perdiendo la paciencia. Para su suerte, el pago se realizó sin ningún problemas, supuso que había suficiente dinero para cubrir los gastos. Guardando la tarjeta en su mochila, se levanto y esperó de pie en el mismo lugar hasta que saliera.

Sin embargo, unos cuantos minutos pasaron y nada ocurría, Jimin frunció el ceño y se dirigió hacia el oficial para hablarle.

—¿No traerán a Yoongi?

El hombre lo miró con las cejas alzadas. —¿Qué nadie le dijo nada? El papel que le acabo de entregar es para presentarlo en el hospital, él fue trasladado porque se hirió las manos en una pelea.

—¿¡Qué!? —Jimin grita haciendo que todos los de su alrededor presten atención, sin embargo, no estaba preocupado en eso—, ¿Cómo es que se hirió? ¿Por qué no me lo dijo? ¿Dónde está ahora? Quiero verlo.

—Escucha, necesitas calmarte.

—Estoy calmado... —Respondió de manera agitada justo después de que el hombre haya hablado—, solo quiero saber que paso con él.

El policía suspiró como lo había hecho antes, metió las manos en su bolsillo y sacó un pequeño control apuntándolo a su cara.

—Vamos, te llevaré, de todos modos, voy para allá.

Jimin asintió siguiendo sus pasos, salió de la comisaría y se subió a un auto con las típicas líneas azules y amarillas a los costados. Era la primera vez que estaba en un auto policial y para su suerte no iba esposado, con el rostro atrapado o con un centenar de abogados esperando el veredicto de un juez.

Desde su lado de la ventana observa el cielo que empieza a tornarse cada vez más oscuro, al igual que el miedo y la ansiedad que siente por no saber realmente qué le había pasado.

—Sabes... —Escucha al policía hablar y rápidamente, desde su asiento de copiloto, se voltea para capturar su atención, ve una pequeña sonrisa en el hombre—, Yoongi no era así antes, digo, era un muchacho extraño, pero nunca le causó problemas a Yoonhyuk...

El hombre voltea a su dirección y le sonríe completamente.

Jimin abre sus ojos sorprendido por lo que acaba de enterarse. —Espere... ¿qué? ¿usted conoce a Yoongi?

—Sí —el policía asiente—, mi hijo es compañero de jungkook, su hermano menor. Conocía también a su padre, Yoonhyuk y a ti Jimin... también te conocía.

La escena definitivamente no era parte de una película de terror, pero de todas maneras Jimin no puede evitar sentir un escalofrío al saber que el hombre también lo conocía a él.

—Y-yo lo siento yo no lo recuer-

—Ya lo sé hombre... YoonHyuk me lo contó en una noche de copas, no tienes que preocuparte.

—¿Uh? ¿los policías pueden beber alcohol?

El policía le da una mirada cabreada —¿Es en serio? —Jimin levanta sus hombros inocentemente mientras sigue esperando por la respuesta—. ¡Claro que sí! No estaba en mi día de trabajo Jimin...

—Y el arma que llevas... ¿de verdad está cargada?

Tan pronto como la pregunta salió el policía, ya de edad, larga una sonora risa mientras niega con la cabeza. Jimin se siente confundido por no saber qué fue lo tan gracioso que dijo, de todas maneras, sonríe con el hombre porque su risa era graciosa.

—Me estás preguntando las mismas cosas que me preguntaste cuando Yoongi te presentó.

—¿É-el nos presentó? Supongo que eres cercano a su familia... 

—Tú lo eres Jimin, no yo.

—¿Puede contarme? ¿cómo me conoció? —La sola idea lo emocionó, y a pesar de que no recordaba para nada el rostro del hombre, sentía que era muy bueno que se le presenten oportunidades como esas, aunque las circunstancias que lo llevaron a encontrarse con él no eran las adecuadas.

—Yoonhyuk, quien es el padre de Yoongi, y yo hemos sido amigos durante años, un día fui a su casa y estabas con Yoongi. Recuerdo que estabas avergonzado porque Yoongi te presentó como su nov-

El hombre paró sus palabras de inmediato y lo observó de reojo, Jimin levantó sus cejas esperando por más.

—Aigo, ¿cómo digo esto?

—¿uh? ¿Qué cosa?

—bueno, él te presentó como su novio ¿lo sabes cierto?

Jimin suspira cuando el hombre estaciona el vehículo en la zona de prioridad justo en la entrada del hospital.

—Lo sé, pero no lo recuerdo así que... no sirve de nada. —Jimin dejó salir todo el aire retenido nuevamente mientras observaba por la ventana hacia un punto fijo en la nada. Y como siempre, la misma pregunta volvió a marcarse entre sus pensamientos, ¿volvería a recuperar la memoria?

Hace semanas atrás Jimin hubiera dado lo imposible para descubrir todo de él, toda la información perdida, pero ahora que ya sabía prácticamente todo, se sentía vació por dentro y peor que antes, porque saber todos los acontecimientos que perdió ni siquiera le ayudaron siquiera un poco, al contrario, terminó hiriendo a gente que realmente se preocupaba por él.

—¿Te digo algo? —El policía volvió hablar mientras se acomodaba su chaqueta y guardaba la llave del auto en su bolsillo, entonces, el hombre de edad volvió a sonreírle y Jimin supo que sus siguientes palabras serían sinceras—. No sé si servirá, pero... él te ama, y no te digo esto porque él me lo dijo, Yoongi no es alguien que andaría contando sus sentimientos ni mucho menos a un hombre de 50 años como yo. Él no me lo dijo, a él se le nota Jimin. Sé que no recuerdas nada, ni siquiera la parte donde ustedes comenzaron a ser novios, pero puedo decirte que nunca lo vi sonreír tanto como lo hacía contigo, nunca lo vi preocuparse tanto por alguien como se preocupaba por ti, ni siquiera con Jungkook-ah era así. Sé que esto no hará que recuperes tu memoria, pero creo que era necesario que lo supieras. —Jimin sonrió automáticamente y sus ojos se volvieron brillantes, quería llorar, no sabía si de pena, alegría, o por el hecho de sentirse miserable, pero en ese minuto su pecho le dolía de una forma que no podía ser sanada con un abrazo y un "todo va a estar bien" era como si quisiera sacarse toda la angustia atorada, pero no podía, nada salía, se sentía como si el dolor hubiera pasado a ser parte de su piel, cubriendo hasta el más alejado nervio para hacerlo sentir, no mal de manera física, sino de una manera emocional, algo que tenía que ver más con el alma, y eso, Jimin sabía que no lo podía curar de la noche a la mañana.

—Gracias. —Fue lo único que pudo decir y al parecer el hombre lo entendió.

—Bien, nos separamos aquí, caminas por la entrada principal y en recepción preguntas por Yoongi, habrá un oficial a cargo, así que asegúrate de entregarle el papel a él.

Jimin se despidió del hombre con la necesidad de haber sabido su nombre, nunca se lo preguntó y en su chaqueta solo aparecía el apellido Kim y una M como la inicial. De todas formas, se aseguró de preguntarle a Yoongi por él en algún momento.

Hizo todo lo que el oficial le dijo, habló con la recepcionista y le entregó el papel al oficial que se encontraba custodiando la recepción. Unos cuantos minutos más esperando hasta que por el pasillo pudo ver a Yoongi llegar mientras se observaba la mano vendada.

No lo había visto desde aquel día en la noria, así que tenerlo a metros de él se sentía como no haberlo visto desde hace mucho tiempo. No pudo evitar soltar un suspiro al sentir como todo su cuerpo se relajaba al notar que no tenía ninguna herida grave, pues, Jimin se lo había imaginado cojeando o con un cabestrillo o algo por el estilo. Una simple venda alrededor de su mano derecha era todo lo que llevaba, sin contar el pequeño tajo arriba de su ceja izquierda y el roseado de su pómulo derecho.

Yoongi no lo nota de inmediato, así que los nervios se lo comienzan a comer vivo mientras está parado ahí con las manos a su costado sin moverse o hacer algo más que sólo dedicarse a observarlo. El mayor camina un poco más inconscientemente en su dirección con la cabeza agachada, y justo cuando quedaban unos dos metros se detiene, y Jimin sabe que es porque lo acaba de notar. Ve la mirada de Yoongi escanearlo desde abajo, subiendo lentamente hasta encontrarse con sus ojos. La respiración se le va cuando el rostro del mayor se transforma a uno completamente frío, como si las emociones carecieran en ese cuerpo que  a él inexplicablemente le gustaba. Jimin sabía que no era bienvenido.

—¿Qué haces aquí? —Yoongi arrugó su rostro, pero más que confusión, había molestia perfilando las palabras.

De todas maneras, Jimin se prometió a sí mismo mantenerse firme.

«Yo igual estoy feliz de verte, hyung...»

Levanta el papel timbrado por el oficial y lo agita a su alrededor. —Vine a buscarte, pagué tu fianza así que... nos vamos a casa...

—Puedes irte, te depositaré el dinero a tu tarjeta dentro de estos días, ya no tienes nada que hacer aquí. —Yoongi pasó a su lado mientras le arrebataba el papel de su mano, no lo observó más de lo necesario y Jimin pudo notar el olor a alcohol que lo rodeaba.

Sentir el rechazo de Yoongi era algo diferente al rechazo de cualquiera otra persona. Ser rechazado por el mayor le ocasionaba miedo, tristeza y frustración, tanto así, que quería esconderse, llorar y golpear la pared más cercana; todo eso al mismo tiempo.

Apretó sus labios y sus uñas se clavaron en sus palmas cuando empuñó sus manos, se dio media vuelta y siguió los pasos del mayor.

—Yoongi espera.

Como era de imaginarse, Yoongi no se detuvo en ningún momento, y Jimin no tenía el valor de caminar a su lado, no cuando sabe que su presencia no era bienvenida. Sin embargo, tampoco tenía el valor de irse, necesitaba asegurarse de que llegue sano y salvo a casa.

—Yoongi... hyung... ¿puedes esperarme?

El mayor se detuvo en la parada frente al hospital y se volteó, Jimin detuvo sus pasos quedando a metros, lo suficientemente cerca para notar la seriedad de su rostro.

—No quiero hablar contigo Jimin, tampoco quiero verte. Ya hiciste lo que debías, ahora vete.

Jimin apretó sus labios y frunció sus cejas. Quería llorar, pero de rabia, quería tomar la piedra que había cerca de su zapato y lanzársela a la cabeza por lo imbécil que estaba siendo.

De todos modos, decide aguantarse todas sus emociones y niega con la cabeza. —No, no me iré. Te llevaré a casa.

Yoongi lanza una risa y se tambalea hacia los lados perdiendo el equilibro. Jimin se mueve un poco, pero se detiene cuando el mayor recupera la estabilidad en cuestión de segundos.

Supuso que aún había un poco de alcohol en su cuerpo, pues si el hospital le hubiera hecho un lavado entonces Yoongi debería estar hospitalizado.

Sabiendo esto, con mayor razón no lo dejaría irse solo. Era la primera vez que lo veía en ese estado, si sucedió antes, entonces no lo recordaba, así que tenía un poco de miedo al no saber lo que el mayor sería capaz de hacer. Si causó disturbios en la vía pública, destrozos de local y mal lenguaje a los policías, entonces definitivamente no lo dejaría solo. No quería que Yoongi se metiera en más problemas.

—¿Qué? ¿acaso te di lástima?

—Hyung yo-

—Si es así, vete. —Yoongi se volteó nuevamente dejándolo sin la posibilidad de hablar.

Entendiendo el mensaje, guardó silencio y se quedó tras el mayor observándolo para no perderle en ningún momento de vista.

Un autobús llega en ese momento y Yoongi lo hace parar, se sube y Jimin con él. Cuando lo nota, Yoongi le gruñe con notoria molestia, sin embargo, de todas formas, puede ver como el mayor saca una tarjeta y paga por dos boletos.

Jimin sonríe sin sentido y larga una pequeña risa. No puede evitar mantener ese rostro cuando toma asiento con el mayor que ya se encontraba observando la ventana.

—Solo te pagué porque te debo dinero, así que deja esa cara tonta, Jimin.

—Es solo que... te he extrañado hyung... —Jimin susurra jugando con sus dedos y sintiendo como el calor recorre su rostro, sin embargo, no recibe ninguna respuesta audible, ni siquiera un gesto o algo; Yoongi seguía observando a nada en particular a través del vidrio.

—Vamos, deja de estar enojado conmigo —Jimin toma del brazo ajeno y lo aprieta suavemente para llamar su atención—, no nos hemos visto desde ese día en la noria, incluso cambiaste el código de la puerta, ¿es que ni siquiera piensas en despedirte de mí?

—Por fin lo captas, simplemente no quiero despedirme de ti. —Yoongi aparta su brazo de manera brusca, y Jimin siente que ya no tiene ni el permiso de poder mirar a su dirección, porque, a decir verdad, le da un poco de miedo la reacción que está teniendo. —Como sé que no te quedarás tranquilo, dejaré que me acompañes a casa, pero después te vas, no quiero verte.

—¿No estás siendo muy duro?

Yoongi se gira al escuchar aquella pregunta que salió con notorio dolor. —No como tú lo fuiste conmigo.

Jimin decidió no volver hablar porque le encontraba la razón, él era una persona cruel. Una persona que sólo pensaba en sus propios beneficios más que en los de su alrededor, las personas que lo querían y se preocupaban por él.

Y, a decir verdad, ahora que se encontraba tan perdido frente a todo debía más que nunca tomar los consejos de otros, sin embargo, estaba tan arraigado en sus propias decisiones que sentía que ya nadie podía pararlo.

Suspira derrotado y agacha la cabeza observando sus vacías manos. Se pregunta cuando tiempo le tomará el autobús llegar al edificio, pues con Yoongi en ese estado sentía que lo único que hacía era incomodar al mayor.

Justo en eso siente un peso en su hombro y unas respiraciones tornarse irregulares. El olor a shampoo invade sus fosas nasales y el peso de su corazón se aligera un poco cuando se da cuenta que la cabeza de Yoongi cayó en su hombro, indicándole que el mayor se había dormido.

—¿Cómo puedes jugar así conmigo hyung? —Jimin susurra muy por lo bajo, pensando en voz alta cuando se da cuenta que Yoongi puede llevarlo desde el infierno al cielo en tan solo segundos. Y sabía que, debido a su historia juntos, todo su cuerpo era capaz de reaccionar de una manera positiva hacia Yoongi, sin embargo, ahora mismo Jimin es un manojo de confusión debido a los diferentes sentimientos que se acunan en su pecho, como dardos que explotan justo al tocar su corazón.

Levanta su mano y desliza sus dedos por la mejilla contraria, dibuja una línea por el pequeño hematoma formado en el pómulo y sonríe cuando Yoongi se queja en sus sueños mientras se remueve para quedar mucho más cerca de él.

Jimin aprieta sus labios, nervioso por lo que está a punto de hacer, sin embargo, no se arrepiente porque sabe que cuando Yoongi vuelva abrir los ojos, lo volverá alejar. Así que, con mucho cuidado, levanta el brazo y lo desliza por los hombros del contrario esperando a que no despierte, Yoongi se queja un poco y Jimin se paraliza en el acto, pero luego de unos segundos el mayor vuelve a calmarse mientras se acurrucaba ahí en su pecho.

Sonríe pensando en su victoria y sintiendo a Yoongi bajo sus brazos. Si a Jimin le tuvieran que pedir un significado de la paz, entonces él tomaría este momento como un ejemplo perfecto.

Respira hondo cuando levanta la cabeza y la posa en la coronilla de Yoongi. —Hyung, sé que estás enojado en este minuto —Jimin susurra mientras observa el reflejo de ambos en la ventana, siente miedo de hablar más alto; no porque Yoongi lo puede escuchar, sino porque él no sabe si es capaz de hablar bien sin que su voz se quiebre, así que luego de varios suspiros siente que es correcto continuar, porque, sino se lo saca ahora, entonces la oportunidad no llegará más—. Pero te prometo que cuando vuelva serás la primera persona a la que busque. A decir verdad, tengo miedo por todo, pero siento que si no tengo un tiempo para mí solo, nunca podré recuperar la persona que realmente soy. A este punto, he asimilado que mis recuerdos no van a volver, y sé que es egoísta ir tras mis sueños sin pensar en ti o en los demás, pero cuando vuelva... sólo si aún quieres, nosotros... podríamos, bueno... uhm... podríamos empezar de cero. Ahora mismo, solo quiero que me perdones por olvidar lo nuestro. Perdón hyung...

Sus ojos comenzaron a picar y tuvo que sorber de su nariz varias veces observando como el cuerpo de Yoongi se removía entre sus brazos. No supo cuando realmente sucedió, pero de un momento a otro cerró sus ojos y se durmió.

*

Yoongi sentía que su cabeza subía y bajaba en una posición diagonal. Su cuerpo se sentía tenso y apretado sin ninguna explicación. Así que arrugó su frente y decidió abrir los ojos para darse cuenta que los brazos de Jimin eran los que lo estaban apretando.

En menos de un segundo se incorpora con el pulso agitado cuando se percata que se había quedado dormido prácticamente desparramado en el pecho contrario.

—Argh... hyung espérame, vamos juntos. —Yoongi observa a Jimin susurrar en su sueño mientras se mueve hacia su dirección, justo hasta deslizar los brazos alrededor de su cintura y posar la cabeza en su pecho, en la misma posición en la que él había despertado.

Y la sola sensación de tenerlo lo tiene completamente asustado y agitado. Lo amaba tanto que dolía. Dolía el hecho de que no lo vería por un año, dolía el hecho de que en tan solo unos días más estaría a mil kilómetros alejado de él.

No quería estar cerca del menor durante sus últimos días porque después sería demasiado difícil soltarlo, y Yoongi no es una persona que puede llegar y dejar ir las cosas así como así, no cuando el amor que sentía por Jimin significaba un para siempre marcado en su corazón.

Jimin vuelve a removerse bajo su cuerpo y Yoongi tiene la necesidad de esperar unos cuantos minutos antes de por fin levantar sus brazos, temeroso, para envolverlo en un abrazo.

—"Vamos juntos" ¿dices? —Ríe con un sabor amargo en sus labios mientras observa las calles a través del ventanal. Su semblante se vuelve serio y su mirada acuosa—.  Cómo puedes decir eso cuando eres tú él único que ha decidido ir solo... Jimin-ah...

Yoongi cierra sus ojos intentando calmar todas sus emociones, faltaba poco para llegar y eso significaba despertar a Jimin y volverse un completo bastardo con el menor. Así que ordena todos sus pensamientos, sintiendo lo mucho que le gustaba tener al pelinegro durmiendo en su pecho y lo mucho que lo extrañaría cuando se vaya.

Y sabía que su comportamiento era inmaduro y caprichoso, pero Yoongi nunca había enfrentado una situación así, y la única manera que conocía para poder calmar todas sus emociones era alejándose y construyendo nuevos muros alrededor de su corazón para que nadie sea capaz de dañarlo.

—Jimin... —Susurra mientras golpea su brazo, no recibe ninguna reacción más que quejidos sin sentido. —Jimin despierta, hay que bajarse... —Esta vez lo empuja para levantarse de su asiento, el menor dormido se echa hacía atrás y cae como peso muerto sobre el respaldo de su propio asiento. Yoongi suelta una risa, Jimin tenía el sueño tan pesado. Levanta las piernas para pasar por sobre el menor y toca el timbre anunciándole al chófer que se detenga en la próxima parada. Nuevamente intenta despertar a Jimin, pero lo único que hace el menor es solar ligeros ronquidos, y sabe que ya no le queda más opción que usar una última opción.

Con mucho cuidado acerca su mano hasta quedar muy cerca del pecho del menor, debatiéndose si hacerlo o no, pues ya había perdido todos los derechos de novio sobre Jimin así que, prácticamente hacer lo que quería hacer era un acto que sería tildado como invasión al espacio personal ajeno.

El autobús se detiene y Yoongi sabe que ya no le queda tiempo, sin titubear acerca su mano y pellizca por sobre la tela del pezón de Jimin.

De inmediato el menor salta agitado, con los ojos abiertos y en total desorientación. Yoongi quiere reír. —Nos bajamos aquí.

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—¿Hyung tenías que hacer eso? —Jimin pregunta cuando ya se encontraban dentro del apartamento. Yoongi deja su celular y billetera en la mesa de estar mientras que él aún se encontraba de pie en el pequeño pasillo, preguntándose cuánto tiempo faltaría para que Yoongi lo echara.

—¿De qué hablas? —Yoongi se voltea sacándose la chaqueta de encima. 

Jimin le da una mirada. —¿Es en serio? —¿En serio? ¿acaso le iba a negar que pellizcó uno de sus pezones? El solo recordarlo lo volvía rojo.

—Como sea, me ducharé, has lo que quieras. —Yoongi se pierde por el pasillo dejándolo completamente confundido. ¿en serio lo negaría? ¿ni siquiera se disculparía?

Se molesta cuando escucha el agua correr dándole la respuesta de que a Yoongi ni siquiera le importaba. Gruñe en respuesta y camina hacia su habitación pensando que él igual necesitaba una ducha, así que más que rápido tira la mochila en la cama y se saca las ropas de arriba para ir por su pantalón, pero justo cuando está desabrochando el cinturón, siente un golpe bien fuerte provenir desde el baño donde estaba Yoongi.

—¿Hyung? —Pregunta cuando se acerca hasta la puerta.

—Ugh...

—¡Hyung! —Jimin grita dándole golpes a la puerta cuando escucha un quejido que reconocía. —¿estás bien? ¿puedes abrirme la puerta?

—Agh... mierda...

—¡¡Hyung!! —Jimin vuelve a gritar desesperado cuando vuelve escuchar sus quejas, no sabía que pasaba, pero escenas como Yoongi muriendo ahogado o cosas así comenzaron a pasar por su cabeza. Patea la puerta e intenta con todas las fuerzas que tenía empujarla, sin embargo, no consigue nada. —¿hyung estás bien? Espera aquí yo iré por algo para poder abrirla ¿sí?

—E-en... la mesa... —El esfuerzo que utiliza Yoongi es notorio—, e-en la mesa... mierda... en la mesita de mi habitación... ugh... hay una llave del baño... es a-azul.

Jimin se echa a correr y abre el cajón más que rápido, puede ver la pequeña llave brillar contra la luz de la habitación. Vuelve al baño y recién cuando quiere introducir el metal en el pequeño espacio se da cuenta que está tiritando.

Introduce por fin la llave y abre la puerta, la habitación estaba completamente llena de vapor y Yoongi se encontraba sentado en la tina, desnudo y con la venda de su mano llena de sangre.

Había distintas cosas que deberían preocuparle y sorprenderle a Jimin, como el hecho de reconocer la piel demasiado pálida del mayor en un contraste completamente notorio con el color oscuro de la bañera, o el hecho de que yacía desnudo sentado en la tina mientras el agua de la gran llave ubicada en la pared corría cerca de sus piernas, igual de pálidas.

También, el hecho de que sus propios pantalones estaban casi al borde de la curvatura de sus glúteos, a punto de caerse, o que su torso estaba completamente al descubierto porque había llegado sin nada.

Sin embargo, lo principal que capta todos sus sentidos no es la forma agitada en la que Yoongi respira, no es la forma en cómo los ojos de Yoongi lo escanean, más bien, es el charco de sangre que se deslizaba por el desagüe.

—¡Yoongi! —Jimin se acerca hasta su lado y cierra la llave mientras Yoongi parpadea con notoria confusión—. Oh cielos... ¿Yoongi estás bien? ¿Qué no te dijeron que no debes mojar tu herida? Oh Dios, hay que llevarte al hospital hyung, le avisaré a Hoseok-hyung para que nos venga a buscar... por favor resiste ¿sí? —Jimin se agacha para poder ayudar a levantar el cuerpo contrario, Yoongi vuelve a pestañear confuso y Jimin supone que era por la pérdida de sangre, si perdía la consciencia él no sabría realmente qué hacer. —Hyung, no te pierdas, no puedes cerrar los ojos... ¿por favor? Déjame ayudarte a levantarte ¿bueno?

—Jimin... —Yoongi susurra un poco ido mientras cerraba los ojos y respiraba pesadamente—, eres un idiota Jimin...

—Lo sé, pero no es momento para insultarme, déjame ayudarte, te levantaré ahora mismo ¿bueno? Cuando pase mis manos por detrás de tus piernas y tu cintura quiero que te agarres de mi cuello ¿sí? —Jimin comenzó meter sus manos por el cuerpo mojado de Yoongi quien sólo reía por su actitud. En otro momento, se hubiera enojado, pero ahora había demasiada sangre como para preocuparse de otras cosas.

—¿Qué? ¿ahora soy tu princesa que me estás cargando? —Yoongi ríe, pero de todas formas envuelve con el brazo de su mano sana el cuello de Jimin. Rápidamente el contacto de sus pieles le hicieron caer en un pequeño cortocircuito, como si les hubiera dado la corriente. Sintieran lo que sintieran, ninguno se refirió al tema cuando Jimin lo tenía completamente cargado entre sus brazos, al estilo nupcial.

—Vamos hyung, deja de jugar, no bromees en una situación así cuando estás casi inconsciente por la pérdida de sangre. 

Yoongi cerró los ojos agotado y descanso su cabeza en el hueco del cuello de Jimin. —Joder, eres tan tierno Jimin, que podría burlarme horas de ti.

Jimin se detuvo en medio del pasillo tratando de darle una mirada. —¿Estás jugando conmigo ahora maldición?

Yoongi pudo notar su cambio de voz, se había enojado, y eso le causaba más risa. Jimin era tierno cuando se enojaba.

No dijo nada y al parecer Jimin lo entendió cuando se lo llevó hacia la habitación para sentarlo en la cama y arrojarle unas toallas.

—Quédate aquí ¿si? No hagas esfuerzo, llamaré a Hoseok para que nos venga a buscar y te ayudo a vestirte.

—Jimin... —Yoongi llamó y Jimin se volteó justo en el marco de la puerta, sus ojos estaban asustados y serios y Yoongi se estaba sintiendo mal por no aclarar el error desde un principio. Suspira sabiendo que Jimin se enojaría como la mierda y se quita la venda empapada de sangre y agua—, la herida no se abrió tonto... era la sangre seca que no me alcanzaron a limpiar. —Agita la mano y puede ver perfectamente como Jimin lo mira completamente sorprendido. La piel de la palma de su mano tenía un gran tajo que había sido cocido con puntos por toda la zona palmar hasta terminar en su hueso escafoides.

—Me inyectaron analgésicos en la zona y me dieron unos medicamentos que me han quitado la energía, me estaba bañando y al parecer el vapor hizo que me mareara y cayera sentado, se me cortó la respiración por el dolor del golpe en mi espalda y lo que tú viste fue la sangre seca que había salido de la venda que me habían dejado puesta. Lo siento... —Yoongi termina lo último observando hacia el suelo, creyendo estar demasiado cansado como para enfrentar el enojo del menor. Sin embargo, cuando no escucha sus gritos y su voz le da curiosidad que tipo de rostro tendría.

Y hubiera deseado no verlo, porque le parte el corazón, Jimin tenía los ojos llorosos y su respiración comenzaba a ser audible y agitada.

—Jimin... —Yoongi dice tratando de ponerse de pie, pero no lo hace cuando se siente demasiado mareado y seguro de que no encontraría la estabilidad si se paraba.

En eso, Jimin en silencio se acerca hasta él y se pone de rodillas justo en el hueco que dejaba sus rodillas separadas. Yoongi agradecía tener una toalla tapando ahí en su zona, pues, no estaba seguro de si Jimin se sentiría incómodo o no con él desnudo mostrando toda su hombría de tan cerca.

—Jimin escucha, yo no quería asustarte yo... —Yoongi se detiene cuando Jimin rodea su cintura y lo abraza, hundiendo el rostro en su estómago. De inmediato siente algo húmedo mojar sus abdominales.

—Y-yo... pensé lo peor... h-hyung... yo... —Jimin no puede continuar cuando el sollozo es soltado como si hubiera retenido ese llanto por bastante tiempo. Yoongi no sabe qué decir, se encuentra demasiado sorprendido por la forma en la que su menor se estaba rompiendo.

—Jimin... —Dice nuevamente, tomando el brazo del chico y tratando de zafarlo de su cuerpo para poder observarlo a la cara.

—¿Puedes dejar de odiarme tanto? ¿es tan malo para mí querer tomar esa beca hyung? —Jimin vuelve a sollozar apretándose con más fuerzas. Esta vez Yoongi no lo intenta liberar, sino que lleva su mano a los mechones oscuros del menor y acaricia su pelo de una manera que buscaba transmitir paz y consuelo.

Jimin lloró por al menos media hora.

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—Siento haberte dejado el estómago lleno de... ugh... lo siento por haber llorado tan así... —Jimin hace una mueca pensando en toda la saliva y lágrimas que había dejado en el estómago de Yoongi cuando se apretujo a él. Había pasado casi una hora desde que había dejado de llorar y ahora ambos se encontraban vestidos observando el techo de la habitación de Yoongi.

Jimin había dicho que simplemente quería estar ahí y Yoongi esta vez no lo alejó.

—Está bien... creo que puedo con todos esos mocos y esas lágrimas-

—¡Yaaah Hyung! No eran mocos... —Jimin protesta haciendo que el aegyo natural de su voz salga, Yoongi sonríe un poco al notar cómo la situación se vuelve más normal de lo que él pudo imaginar.

—Está bien. —Levanta sus hombros y cierra sus ojos—, solo por esta vez Jimin, solo por esta vez.

—Deberías descansar, estás demasiado cansado por las pastillas que te dieron, esperaré a que te quedes dormido y me iré hyung, prometo no molestar más.

—Ajam... —Yoongi mantiene sus ojos cerrados y pasa un brazo por su rostro para que funcione como banda para tapar la luz de la ampolleta que pegaba de lleno en sus párpados.

Se queda pensando por un buen momento, sintiendo como el cuerpo de Jimin se remueve al lado del suyo. Inmediatamente recuerda lo de hace una hora atrás, las últimas palabras que le había dicho Jimin definitivamente lo habían marcado. ¿Acaso estaba siendo demasiado egoísta por enojarse por que Jimin lo dejaría por un año? La respuesta hasta Yoongi la sabía, era sí. Y siempre lo supo, era demasiado posesivo y preocupado como para haber permitido que Jimin firmara esa beca.

—¿Jimin? —Pregunta de pronto, su garganta le duele porque no sabe muy bien lo que pasaría con sus siguientes palabras. Agradecía tener un brazo sobre su rostro tapándole los ojos, impidiendo ver el rostro que tenía Jimin en ese instante.

—¿Si?

—¿Tu sabes cierto? —Hubo un gran silencio de parte de ambos, y Yoongi ya había comenzado a sentir miedo.

—¿Uh? ¿de qué hablas?

Esta parte era la difícil, Yoongi apretó sus labios una y otra vez, tensando sus músculos y levantando las rodillas para flexionarlas y volver a dejarlas tiradas en la cama.

—¿Hyung?

—Tú eres mi novio Jimin...










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