5: Emoción

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—Hyung vete de aquí, Jin tiene una prueba importante para mañana. —Namjoon brincó al lado de Yoongi, sin saber qué hacer para echarlo, no lo mal interpreten, él quería a Yoongi, era su sunbae en la universidad después de todo; sin embargo, eran cerca de las dos de la mañana y el peliverde no se dignaba a abandonar el apartamento al que había llegado hace una hora.

—No quiero.

—¿Por qué no quieres? No me digas que estás- —Namjoon susurró mientras entrecerraba sus ojos, él era muy bueno en captar las cosas, así que supo de inmediato el motivo del por qué el blanco no quería irse a su casa.

—Sí —Murmuró, confirmando sin que Namjoon hubiera preguntado directamente—, estoy evitando a Jimin. Cuando llegue, él estará ahí y no quiero verlo —Negó con la cabeza—, no cuando no me recuerda.

—Jimin no se acuerda de nadie y de nada, estará solo si no llegas, ¿no te da pena?

—Dios, ¿por qué gritan tanto? —Jin apareció desde el pasillo, Yoongi y Namjoon lo observaron con miradas distintas. La del blanco pedía ayuda y la de Namjoon era de, bueno, parecía cabreado.

—Namjoon me di cuenta que no teníamos nada para comer, ¿puedes ir a comprar algo?

—De acuerdo —Namjoon levantó los brazos, en señal de derrota—, me voy.  —era obvio que no había nada que comprar porque ¿quién saldría a las dos de la mañana a comprar algo? Él no era idiota, por favor, tenía un coeficiente mayor que el de cualquiera, él sabía que Jin sólo lo echó para tener una charla personal con Yoongi, y no es como si le doliera ser excluido, sabía que Yoongi a las únicas personas que le contaba todos sus problemas son Jin y Jimin, aunque Jimin no cuenta cuando era el causante de todos los problemas que Yoongi tenía.

Sabía que el mayor era una persona completamente cerrada y reacia a compartir sus propias debilidades, y entendía muy bien él por qué Jimin logró colocarse muy por debajo de su piel. Jimin tenía todo lo que a Yoongi le faltaba, y Yoongi le daba a Jimin todo lo que necesitaba; el mayor era como un cable a tierra para el peli-naranjo, mientras que Jimin eran todas las travesuras que a Yoongi le faltaba. Nadie creería que ellos dos podían acoplarse tan bien juntos, incluso Namjoon parecía anonadado cuando Yoongi vino y le contó que salía con Jimin. Primero le había dado miedo, porque ambos chicos eran parte de su círculo de amigos, si las cosas terminaban de manera horrible entre ellos, entonces sería incómodo como el infierno. Pero habían pasado los meses y ambos seguían igual de fuertes, y ahí fue cuando Namjoon supo el por qué Yoongi nunca antes había salido con nadie seriamente; porque el mayor cuando se enamoraba era de los que entregaban todo, romántico o no, Yoongi era una persona que amaba con el alma, tan frágil como sonaba eso, así era. Yoongi era frío con la mayoría de las personas, realista y directo, sin embargo, con su novio era como si toda la parte caliente de su cuerpo volviese a la vida. Jimin era muchísimo más cariñoso y demostrativo con todos los de su alrededor, pero su persona favorita era Yoongi, le gustaba frotarse como un gatito en los brazos del blanco. Jimin era travieso y adorable, era de los que se colocaban rojos cuando un halago venía hacia ellos y a Yoongi le gustaba halagarlo solo con el fin de ver aquellos mofletes sonrojados.

—Iugh. —Namjoon hizo una mueca de asco pensando en todos los momentos cursis que presenció de la pareja. Se acercó hasta la habitación de Jin y se encerró en el cuarto. Saltó hasta la cama del mayor y la desordenó un poco, solo porque eso hacía enojar a su novio. Y si Jin se enojaba, entonces él podría pedir disculpas y eso conllevaba a risas, abrazos, besos, caricias y gemidos. Namjoon sonrió pensando en que haría mucho más que desordenar solo su cama, después de todo, contra más enojado estuviera Jin, más puntos para él y una oportunidad de sexo de reconciliación.





—¿Cómo está Jimin? ¿está mejor? —Jin tomó asiento en el taburete que se encontraba frente al de Yoongi, ambos en la pequeña cocina americana del departamento que compartía el mayor con Namjoon—, Taehyung me llamó diciendo que Jimin había despertado y que decidió seguir viviendo contigo.

—Yo... no lo sé —Yoongi negó con la cabeza mientras le daba otro sorbo a la cerveza que Namjoon le había dado hace un rato—, apenas llegamos a mi casa le dije que saldría y vine aquí. Así que no lo sé.

—Yoongi...

—¿Y si no recuerda nunca hyung? —La voz de Yoongi titubeó un poco, había notorio dolor—, nadie me asegura que él se volverá a fijar en mí.

—Eres el que mejor lo conoce Yoongi, estoy seguro que ese chico se derretirá por ti, te recuerde o no.

—No lo sé, yo no sé cómo hacer esto, no sé cómo acercarme a una persona que amo y que me desconoce totalmente. —Yoongi negó con la cabeza, su mirada perdida en el mesón de concreto.

—Quién lo diría —Jin rio, llamando su atención—, Jimin siempre se movió alrededor de ti desde la primera vez que se conocieron, se apegaba a ti tanto que terminaste enamorado. Nunca te esforzaste en tus sentimientos, Jimin siempre fue el que te buscó y dio todo para ti. Quién diría que Min Yoongi tendría que jugársela por amor.

—Cállate.

—Lo que trato de decir es que, así como él se la jugó por ti, tu deberías hacer lo mismo ahora, lo conoces como la palma de tu mano, conoces todo de él, así que sabes qué puntos hay que tocar más que otros.

—¿Y si no resulta? —Yoongi hizo un mohín—, a veces creo que lo mejor es dejarlo tranquilo. —Jin rodó los ojos, sabía lo pesimista que era, así que, convencer a Yoongi de que todo saldría color de rosas era casi imposible.

—Podrá haber perdido la memoria, pero estoy seguro que no sus sentimientos. Yoongi, nadie la tiene fácil cuando se habla de amor. Piensa en Taehyung y Hoseok, ¿cuantas veces viste a Hoseok borracho por culpa de los temores de Tae por estar en una relación seria?, o todas las veces que Tae lloró porque Hoseok la había jodido. Incluso Namjoon... —Jin miró para todos lados antes de acercarse más al menor para susurrar muy por lo bajo—, Namjoon era heterosexual, sabes lo jodido que fue todo cuando comenzamos a tener algo.

—Tienes tu punto —Yoongi meditó por un buen rato hasta que refregó las manos por su rostro—, ¡maldición! Esto es jodido. Hyung gracias, volveré y trataré de no tomar a Jimin y hacerlo mío por toda la casa.

—No quiero saber cómo corrompes a ese niño y no me refería a eso Yoongi —una mirada de desaprobación surcaba el rostro de Jin, sin embargo, Yoongi logró ver la sonrisa que había detrás de sus palabras—, pero bueno supongo que entendiste el punto ¿no?

Yoongi se despidió de Jin con un gesto de manos, y a pesar de que el mayor quería abrazarlo, se rehusó logrando evitarlo; aunque, de todas formas, fue alcanzado en el pasillo, haciendo que dos brazos lo envolvieran y lo levantaran de su lugar. Gruñó por la acción, pero la risa de Jin era divertida así que no pudo enojarse con su hyung. Cuando fue a la habitación para despedirse de Namjoon, captó las intenciones del alto, así que, como consejo del día, le comentó lo que Jin odiaba hasta morir: que le coman sus aperitivos nocturnos de estudio. Namjoon sonrió malicioso cuando alcanzó el pote con frutas picadas y mezcladas entre sí. Yoongi le guiñó el ojo y cerró la puerta, yéndose rápido hasta el estacionamiento y manejar hasta su apartamento.

Cuando llegó, saludó al guardia y entró al ascensor marcando el último piso. Él vivía en el penthouse de este y le encantaba. Era su cueva y su espacio personal, aunque durante el último año lo compartió con Jimin y, después el accidente, Hoseok había pasado algunos días en el cuarto de invitados.

Aún recordaba el rostro de Jimin hace unas horas cuando abrió la puerta y lo hizo pasar primero, había tenido la misma reacción de hace dos años atrás. Su rostro brillaba en asombro preguntándose '¿de verdad vivo aquí?'. Yoongi tenía una sonrisa abierta cuando el ascensor abrió las puertas en su piso.



(*)




Jimin se encontraba en la sala de estar, caminando de lado a lado mientras mordía sus uñas, su mirada en el piso, pensando en la persona que se había ido hace más de tres horas. Después de que le habían dicho que vivía con Yoongi, él aceptó esa rutina teniendo la esperanza de que, si seguía haciendo las cosas como antes, entonces sus recuerdos volverían más rápidos. Lo que no se esperó era que, al llegar al impresionante apartamento, Yoongi había decidido irse por un buen rato, dejándolo completamente solo en el lugar que se suponía era su hogar, pero se le hacía completamente desconocido.

Miró el reloj y este marcaba las tres de la madrugada, su cuerpo se sentía cansado, pero estaba tan preocupado del por qué el mayor no llegaba que sus sentidos seguían completamente despiertos, atentos a cualquier señal.

Dentro de eso, la puerta fue desbloqueada y Yoongi apareció en su vista, Jimin jadeó mientras se precipitaba a ir a su encuentro. Sus miradas coincidieron y el menor se encontraba sin habla, sin saber qué hacer o decir después de haber corrido hasta la entrada, donde Yoongi estaba quitándose los zapatos.

—¿Jimin, que haces despierto? —Yoongi frunció el ceño. Sin embargo, Jimin sabía que no había molestia en su voz.

—Te estaba esperando. —Las palabras salieron mucho más apresuradas de lo que pensó, Jimin respiró agitado sin saber el motivo del porqué era tan difícil actuar normal cerca del mayor, quizás era por su penetrante mirada, o la forma en como su cuerpo se expresaba, no tenía muy claro el por qué y sabía que si se ponía a pensar en ello entonces su cabeza dolería como el infierno y eso no era bueno, no cuando aún se encontraba en zona de riesgo.

—No tenías que hacerlo —Yoongi sonrió suave mientras levantaba una mano y despeinaba los mechones anaranjados de su frente, la caricia se sintió leve y Jimin ya se encontraba gruñendo internamente por haber sido tan corta y ligera—, puedes ir a dormir ahora si quieres.

El mayor pasó a su lado quitándose la chaqueta en el camino hacia la sala de estar, Jimin lo observó de lejos pensando en los movimientos agraciado de sus brazos o la forma en como su postura era completamente relajada, le gustaba eso de Yoongi, era como si tuviera un sello personal para todo lo que hacía.

Jimin lo siguió hasta la sala mordiéndose los labios, nervioso por si debía hablar o no. Al final, decidió que sí.

—Y-yo pensé que, bueno- podríamos, no lo sé, charlar... —Evitó la mirada de Yoongi cuando este volteó—, digo, no lo sé, si tú quieres, y bueno, si no estás cansado, claro. —Tragó duro, deseando que con ello también el suelo se abra y lo tragase la tierra.

—Está bien —Levantó la cabeza, encontrándose con esa pequeña sonrisa que Yoongi le había dado varias veces en un mismo día—, acompáñame a la cocina, te haré café.

Jimin asintió como si el mayor le estuviera ofreciendo el premio gordo, lo siguió y se ubicó en uno de los taburetes que rodeaban la isla que se encontraba en el centro de todos los muebles de roble y macizo concreto bien formados alrededor.

Observó en silencio, la forma en como Yoongi se deslizaba por toda la cocina era con gracia, aprendió que el mayor era un ser delicado, fino y detallista, ponía atención a cada paso mientras preparaba el café, aunque lo único que podía ver era la espalda de este y cómo los músculos se deslizaban en cada movimiento a través de la tela negra de su camisa.

—Aquí, ten. —Yoongi le ofreció una taza sonriendo mientras tomaba asiento frente a él.

—Deja de hacer eso. —Jimin suspiró, tomando la taza y sintiendo el calor de la porcelana traspasar a sus manos.

—¿Qué cosa?

—Eso —Levantó su índice, formando pequeños movimientos circulares en el aire alrededor de la boca de Yoongi—, eso que haces con tu boca, sonreír así.

—¿No te gusta que esté feliz? —La sonrisa de Yoongi era más amplia y abierta, podía ver sus pequeños y blancos dientes. Jimin frunció el ceño tratando de oprimir el constante dolor que se mantenía palpitante en su cabeza.

—No es eso. —Habló cuando estuvo seguro de que su voz no se vería afectada por el dolor agudo palpitando en su sien—, tu sonrisa me perturba.

—Oh, sabía que daba miedo, pero no es para tanto Jimin... —Yoongi bromeó y Jimin no pudo evitar soltar una risa.

—No es eso hyung, es solo que tu sonrisa es muy abrumadora para mí, hace que mi cabeza duela. —Una mueca formándose en su rostro, arrugando su frente cuando ya no pudo esconder más el dolor.

—¿Te hace querer recordar?

—Sí, cada vez que sonríes- —Jimin detuvo un poco sus palabras, pensando en toda la información que estaba recibiendo su cabeza en ese minuto—, las imágenes de tu sonrisa en diferentes situaciones de mi vida aparecen como tiras de películas frente a mis ojos, y es abrumador recibir todo eso en un segundo.

Jimin podía ver las imágenes claramente: Yoongi aparecía frente a él, rodeado de nada, con las manos en los bolsillos y llamando a su nombre, era una imagen simple, pero cuando sonreía todas las emociones comenzaban atacarlo al mismo tiempo, haciendo que un cortocircuito explotara en su cerebro, sobrecargándolo más de lo que podía soportar. Diferentes emociones lo embargaban, quería llorar y reír con Yoongi al mismo tiempo, quería enojarse y quedarse sereno ahí en su sitio.

—Sabía que mi sonrisa era matadora, pero no pensé que causaba tanto efecto Jimin... —Yoongi sonrió juguetón detrás de la taza levantada hasta los labios, sus ojos brillaban, Jimin podía apostar ver su reflejo en ellos.

—No te creas hyung. —Negó con la cabeza.

—Ajam...

—¿Qué me puedes contar de ti? —Jimin cambió el tema cuando sintió que sus orejas comenzaban arder por la consistente mirada de Yoongi. Este dejó la taza en el mesón y se cruzó de brazos, pensativo. Jimin se removió en su lugar ansioso.

—Bueno, me llamo Min Yoongi. —Rodó los ojos y Yoongi rio divertido.

—Eso ya lo sé, otra cosa.

—Mmm, tengo 23, los cumplí hace poco, él 9 de m-

—Marzo —Jimin terminó la frase y Yoongi lo miró sorprendido—, no preguntes como lo sé, yo solo... simplemente sabía. —El mayor asintió sin discutir el tema.

—Estudio producción musical, me gradúo este año, he vendido varias composiciones, así que gracias a esos trabajos he sobrevivido.

—Woah, eres genial. —Abrió su boca formando una 'O' y Yoongi asintió confirmando su halago.

—Tú me has ayudado, he ocupado tu vos para algunos demos.

—¿Yo? ¿Yo cantando? —Rio fuerte mientras se tapaba la boca, sus ojos se achinaron y pudo ver como el semblante de Yoongi se tensó por un segundo para volver a relajarse, sin embargo, no le tomó importancia. Él no se imaginaba cantando, la última vez que Jimin recuerda haber escuchado su voz, fue cuando junto con Tae, ambos ebrios, fueron a un karaoke y cantaron tan alto que sus voces se quebraban en el intento de seguir la melodía.

—¿Qué más puedes decir de mí? —Jimin se emocionó al descubrir cosas que desconocía de sí mismo.

—Eres cariñoso, tienes una naturaleza melosa.

—No soy cariñoso. —Yoongi levantó una ceja, incrédulo.

—Mira por debajo de la mesa —Jimin levantó sus cejas curioso, sin saber lo que quería decir. De todas formas, agachó su cabeza y observó—, ¿Qué sucede?

—No te diste ni cuenta cuando colocaste tus piernas entre medio de las mías —Jimin abrió la boca, completamente sorprendido y avergonzado—, lo hiciste de manera inconsciente.

Era cierto, sus piernas de bailarín estaban entre las piernas delgadas de Yoongi, siendo sujetadas en el hueco que dejaban las rodillas abiertas del contrario.

—Lo siento yo-

—No las saques —Yoongi apretó los costados de sus pantorrillas cuando estuvo a punto de quitarlas mientras se disculpaba por la grosera acción—, me gusta. Me gusta que seas así.

Jimin asintió mientras apretaba sus labios avergonzado de tan solo escuchar la palabra "gustar" porque en serio, su personalidad era como la de un adolescente y todo para él tenía un significado mucho más profundo de lo que realmente era.

—¿Qué más? —Jimin decidió seguir, rogando a que el rubor desapareciera y que Yoongi no lo haya notado.

—Eres sensible, muy sensible. —Yoongi comenzó hablar fascinado, como si le estuviera contando una gran historia o noticia y Jimin se sintió cautivo por la forma en que el mayor hacía todas las cosas más interesantes, ¿a quien le importaba si era sensible?, él podía escuchar cualquier historia que Yoongi le dijera simplemente por el hecho de que era Yoongi el que la contaba, eso hacía muchísimo más atractivas las cosas.

—Oh, eso no lo sabía.

—Sí —asintió el mayor emocionado—, tus lugares más sensiles son detrás de la oreja, entre tus omóplatos. —Yoongi hablaba deliberadamente, pero Jimin sin querer sintió como el calor comenzó a volver a su cara, porque ni él sabía que en esos lugares podía ser tan, tan-

—En el hueso de tu cadera también, ¡ah! Y en la esquina de tu clavícu-

La voz de Yoongi se detuvo, y supuso que fue porque estaba observando su rostro completamente rojo, agachó la mirada y cerró los ojos, esperando a que el momento pasara, porque en serio ¡Qué vergüenza!

Controlate, mierda Jimin, jodido Jimin tienes 20 años, cumplirás 21 sé un hombre, mierda.

—Bueno, esos... esos son- —Yoongi carraspeó—, son los lugares perfectos para hacerte cosquillas.

—Uhm... —Tragó duro mientras asentía, el nerviosismo recorriendo por todo su cuerpo, temiendo no encontrar su voz estable cuando volviera hablar. —Y-yo creo que me iré acostar, ya es tarde, mi cabeza duele.

Yoongi asintió evitando su mirada, el ambiente se volvió tenso para ambos y Jimin sabía que si se quedaba un poco más, entonces podría palpar la tensión con sus manos, y no quería eso, porque de primera, no quería incomodar a Yoongi en su apartamento, él aún se sentía como si fuera un extraño habitando la casa del mayor.

—Sí, yo también. Que duermas bien. —Yoongi dijo más que rápido mientras tomaba ambas tazas de café a medio tomar y las dejaba en el lavaplatos.

—Buenas noches Yoongi hyung...

—Buenas noches Jimin.

Jimin prácticamente corrió hasta la habitación que Taehyung le había señalado hace unas horas antes cuando lo vino a dejar; cerró la puerta, se adentró en el baño personal, se cepillo sus dientes y corrió de vuelta saltando a su cama y acostándose hasta tapar su cuerpo por completo. Pasaron unos segundos y se acomodó quedando con la vista hacia el techo.

¿qué mierda fue eso?







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Nota: Ayer, fui al cine a ver el conjuro 2 y morí de miedo, nunca más veo películas de terror (las odio porque soy demasiado miedosa, en serio, demasiado). La cosa es que llegué a mi casa y lo único que hice fue acostarme, ajajjaja tenía mucho miedo )= así que me dormí más que rápido y no subí el capítulo. 

Y hoy estoy aquí, es viernes y llegué a mi casa a las 7 de la tarde ♥ son las 00:12 y ya no es viernes, sino sábado, pero aún hay tiempo para subir el capítulo :v, desde ya gracias por sus comentarios, y disculpen si la historia va lenta pero me encanta ser detallista con todo ♥ 


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