6: Jungkook

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RECORDATORIO → Antes que nada, decirles que cuando hay frases en cursiva son los pensamientos del personaje, no míos.



(♥)




Al día siguiente, cuando Jimin despertó, se percató que un par de ojos lo estaban observando, curiosos, como si estuvieran esperando a que algo pasase. Una cortina de humo tapaba el rostro de Yoongi, y el olor a café comenzó a impregnar sus fosas nasales haciendo que batiera sus pestañas cuando ya estuvo completamente despierto. No dijo nada mientras Yoongi fruncía el ceño escudriñándolo.

—Hola. —Dijo el mayor luego de percatarse que lo estaba colocando nervioso.

—B-buenos días, hyung. —En serio, ¿hasta cuándo tendría ese comportamiento tímido frente a Yoongi? Se maldijo internamente por tartamudear como un pre adolescente en medio de una confesión de amor. Wow. Rápidamente la ansiedad recorrió sus venas y su rostro comenzó a sonrojarse por pensar en Yoongi de esa manera.

Una risita salió de los labios del mayor antes de que bebiera de la taza, sacándolo de todos sus extraños pensamientos.

—¿Qué ocurre?

—No lo sé —El blanco negó con la cabeza luego de lanzar un suspiro—, a veces actúas tan sumiso que no me lo creo.

—¿Cómo era antes? —Jimin se relamió los labios, nervioso mientras comenzaba a incorporarse.

—¿Antes? —Yoongi alzó la vista, pensativo—, antes yo no estaría aquí, tú ya estarías corriendo a mi habitación para acostarte en mi cama. Entonces yo te pegaría codazos para que te salgas, pero tú de todas formas te quedarías y yo al final te recibiría.

La risa brotó del pecho de Yoongi, y Jimin se encontró completamente encantado de escucharla, fuerte y clara. Sus ojos brillaban y maldición, lucía tan hermoso. No había enojo ni molestia en sus palabras, pero, de todas formas, su pecho se sintió apretado.

—Uhm, yo lo siento, yo-

—Jimin no —Yoongi detuvo sus palabras levantando una mano—, ese eras tú, y también el de ahora, no pidas perdón por ese tipo de cosas, a mí me gusta, me gustaba. Así que no te disculpes por haber sido tú. Si yo no estuviera cómodo, créeme que no estarías viviendo aquí conmigo.

Jimin asintió sonriente mientras Yoongi desordenaba su cabello y le avisaba que estaría fuera hasta la hora de almuerzo. Jimin se levantó mientras lo despedía y un sentimiento de felicidad se acunó en su pecho esa mañana mientras desayunaba, pensando en las honestas palabras del mayor. Sabía que Yoongi poseía una personalidad directa, podía notarlo cuando hablaba, así que también creía en sus palabras. Si él había dicho que no le molestaba su actitud, entonces era cierto. Aquello lo dejó mucho más tranquilo, porque Jimin sabía que su personalidad era un poco juguetona, aunque solo cuando llegaba a entrar en confianza, ahora era un manojo de nervios completamente tímido. 

Echó un vistazo al reloj que marcaba solo las 10 de la mañana, Yoongi se había ido ya hace media hora y ahora el menor no tenía mucho que hacer. Era sábado y tampoco tenía citas con el doctor hasta el lunes; tampoco tenía horario en su universidad, aunque incluso eso le causaba un poco de miedo, total, eran dos años que había olvidado, dos años de conocimiento desperdiciado.

Con una idea clara, fue hasta su habitación y cogió la mochila que se encontraba colgada cerca de la puerta de su baño. La tomó y sentándose en su cama, cruzó sus piernas y llevó el bolso hacia el frente mientras lo abría.

Nada interesante más que una botella vacía y dos cuadernos se encontraban dentro de esta. Abrió el bolsillo pequeño y en ella había unas cuantas monedas esparcidas, unas vendas y su billetera. Tomó lo último y lo abrió, dejando a la vista un montón de tarjetas que nunca se acordó de sacar, bufó ante aquello.

—Perdiste la memoria Jimin, por supuesto que no te acuerdas. —Se reprochó.

En un bolsillo de la billetera había unos cuantos billetes, mientras que el otro lado estaba lleno de fotografías, algunas de él, otra de sus padres y de su grupo de amigos, también había unas cuantas de Yoongi. A quien engañaba, Jimin terminó por contar seis fotografías de tamaño pequeño de Yoongi, ni siquiera de él tenía tantas.

Por detrás de todas las fotografías había una tira de imágenes doblada, la sacó y la desdobló en sus manos, eran varias tomas de él y Yoongi haciendo caras, aunque más que nada era él cambiando su cara en cada foto, Yoongi a su lado mantenía la misma expresión hasta que en las dos últimas fotografías Jimin al parecer le había hecho cosquillas, haciendo que el mayor se moviera riendo abiertamente ante la cámara. Sonrió por eso y supuso que eran cercanos, muy cercanos.

Dejando la billetera de lado, volvió hasta sus cuadernos y abrió uno que en su primera hoja tenía en letras muy, pero muy mal escritas "anatomía y autocuidado".

Continuó pasando las hojas de su materia, esperando a que sus recuerdos vengan al leer los apuntes que parecía cualquier cosa menos apuntes, sin embargo, hubo otra cosa que destacó más que los contenidos imposibles de entender. En los extremos de las hojas pudo notar algo muy peculiar y demasiado vergonzoso.

Algunas hojas en las esquinas tenían escritos con su letra el nombre de Yoongi, incluso había otros escritos como "YoongIsMine" y otros más extremos como su nombre con el de Yoongi combinados, ni siquiera se atrevió a pronunciarlo por lo vergonzoso que era.

—Oh Dios... —Cerró el cuaderno sin soportarlo, y se detuvo un breve momento sin hacer nada cuando el entendimiento llegó a su cabeza, haciendo clic en el centro de su mente.

—A mí me gustaba Yoongi. —Susurró mientras su rostro se calentaba por la vergüenza y el bochorno que tenía en ese minuto.

—Mierda, mierda, mierda, mierda. —Se paró más que rápido y se quedó en el centro de su habitación, de pie sin saber realmente qué hacer. Mordió sus uñas y luego a pasos completamente acelerados fue hasta el vestíbulo por sus zapatos y salió del departamento.

Prácticamente corrió jadeando hasta el ascensor para marcar el tercer piso. Iba a su apartamento, aunque ahora era solo de Taehyung, aún le era increíble saber que ambos lugares estuvieran en el mismo edificio.

Cuando llegó hasta la puerta, iba a introducir el código, pero recordó que ya no vivía ahí, y entrar sin avisar podría ser incómodo, sobre todo porque Jimin no quería imaginarse lo que estuvieran haciendo Hoseok y Tae.

Tocó el timbre y esperó por un buen rato hasta que Hoseok apareció en la puerta, sin camisa y con unos pantalones sin abrochar, dejando al descubierto el bóxer de color negro que llevaba, porque sí, Jimin se percató de eso, a pesar de que no estaba mirando demás.

—Ugh.

—No es lo que piensas, ¡lo juro! —Hoseok levantó los brazos al ver el mohín ubicado en todo su rostro.

—Hyung ¿puedo pasar? —Jimin preguntó nervioso mientras jugueteaba con sus dedos y olvidando por completo el hecho de que Hoseok parecía como si hubiera sido interrumpido en pleno acto sexual.

Cuando el castaño le asintió Jimin pasó a su lado hasta quedar en la sala de estar, sala en la que habían hecho la cena la noche pasada. Frunció el ceño, porque eso había ocurrido solo ayer, pero de alguna manera, se sentía como si hubiera pasado mucho tiempo.

Una puerta se abrió, sacándolo de sus pensamientos y obligándolo girar, Taehyung apareció por el pasillo mientras se arreglaba sus pantalones.

—Hey Jimin.

—Oh mierda —Jimin abrió la boca sorprendido cuando Hoseok llegó a la sala y Taehyung lo ignoraba completamente mientras se arreglaba sus ropas de la entrepierna—, ustedes acaban de tener se-

—¡Jiminnie! —Hoseok llamó su atención, haciéndolo callar—, solo tomamos una ducha juntos, no es lo que parece.

Jimin observó a Taehyung que ahora lo miraba mientras se encogía de hombros. Hoseok por otro lado parecía alterado, como si acabara de cometer el peor pecado frente a lo angelical que Jimin lucía, lo cual no era cierto porque Hoseok sabía cuán sucio era el menor, pero lástima que Jimin no se acordaba de eso, sí. Lástima. En otro tiempo y otra hora, Hoseok se imaginaba a Jimin haciendo comentarios sucios y haciendo que Taehyung, precisamente, estuviera hirviéndose en la vergüenza, pero nada de eso pasaba porque el mayor de los tres sabía que Jimin había retrocedido en el tiempo, y su mentalidad aún no era obscena ni corrompida, lo cual a veces, con los recuerdos que mantenía del menor, era difícil de manejar, como ahora.

—Como sea Jimin, Hoseok es mi novio —Taehyung rodó los ojos viendo la mirada horrorizada del pelinaranjo—¸y sí, tomamos una ducha y también sí, tuvimos sexo en la ducha ¿feliz?

—Yo no quería saber de tu vida sexual Tae, que asco. —Hizo un mohín mientras Tae le sonreía.

—Entonces, ¿a qué se debe tu honorable visita? —Taehyung preguntó mientras tomaba asiento en el sillón ubicado frente a Jimin. Hoseok lo siguió y tomó asiento junto a él. Jimin por otro lado se puso de pie y comenzó a dar vueltas en círculos porque se había olvidado completamente del por qué había llegado jadeando y desesperado al apartamento de su amigo.

—Yo- ustedes, ¿sabían que me gustaba Yoongi?

—¡¿Qué!? ¿a ti gustarte Yoongi? Pff... —Taehyung rio nervioso y Jimin no pudo evitar entrecerrar los ojos en su dirección.

—Tae eres tan obvio. —Taehyung dejó de sonreír y suspiró agotado como si fingir hubiera sido demasiado agotador.

—Jiminnie ¿Qué te hace pensar eso? —Hoseok mantenía la mirada seria.

—Todo —Alzó sus manos rendido—, es decir, él puede decir hola y conseguir que yo termine rojo, incluso mi cuerpo desea estar cerca de él, todo de mi quiere estar cerca de él y-y-y- —Jimin sabía que lo que venía a continuación era horriblemente vergonzoso de decir en voz alta—, y mi cuaderno de anatomía y autocuidado ¡está lleno de su nombre!

—Oh, ¿eres una especie de psicópata? —Tae rió y Hoseok le proporcionó un codazo, él menor giró en su dirección con un rostro de ¿¡Qué hice ahora!? Mientras hoseok negaba con su cabeza. Jimin ignoró el pequeño momento, caminando hasta el sofá más cercano para desplomarse y hundirse completamente en él con la pequeña esperanza de que se abriera un hueco en el piso y se lo tragara.

—Tengo miedo de que se dé cuenta —El silencio que consiguió después de eso lo dejó incómodo, obligándolo a seguir—, digo, él es muy amable conmigo.

—Oh Dios... él no es amable. —Taehyung lo miró horrorizado.

—Sí lo es.

—Él tiene una personalidad como la mierda, incluso llego a dudar del por qué aceptamos ser su amigo, aunque fue por tu culpa.

—Yah Tae. —Hoseok golpeó el rostro del menor con un cojín.

—¡Es verdad! —Taehyung saltó en su asiento, como si de un berrinche se tratase—, él nunca me deja usar el televisor grande de su sala de estar para jugar mis vídeo juegos.

—¡Tae eres un tonto! —Jimin se puso de pie, manos en puños a sus costados—, no sé cómo Hoseok hyung está contigo.

—Yo también te amo Jimin. —Le sonrió sin gracia.

—Ya... —Hoseok aplaudió colocándose de pie, entre medio de ambos menores—¸ustedes, dejen de pelear.

—Es nuestra forma de expresarnos amor hyung. —Tae habló observándolo y Jimin asintió. Hoseok parecía agotado.

—Pero en serio, ¿realmente me gusta Yoongi? Me dio tanta vergüenza ver ese cuaderno, ¿se supone que con eso estudio? ¿Cómo leeré mis apuntes con su nombre escrito por todas las esquinas?

—Yo... no lo sé Jimin, es mejor que no preguntes. —Tae se incorporó en el sofá, llevando sus rodillas a su pecho y mirando al suelo, como si estuvieran hablando una noticia horriblemente trágica.

Cuando giró su rostro a Hoseok en busca de alguna ayuda, éste negó con la cabeza en silencio. Y Jimin no tuvo más remedio que asentir, porque lo tenía más que claro, si le gustaba o no, no era un problema que podía resolver ahora mismo, al parecer, todos tenían miedo de que sufriera alguna especie de shock emocional, aunque Jimin juraba que se sentía completamente bien. Sin contar los constantes dolores de cabeza, claro.

—Supongo que volveré al apartamento, Yoongi hyung dijo que volvería para el almuerzo. —Observó el reloj en forma de caracol que se ubicaba al centro de la pared en la sala de estar, supuso que Taehyung lo había comprado, solo él tenía gustos extraños.

Jimin se despidió de ambos mientras caminaba hacia la salida y se colocaba sus zapatos.

—Jimin... —Giró cuando escuchó la voz de Taehyung—, no lo pienses demasiado, no fuerces tus recuerdos, estoy seguro que ellos volverán solos. —La sonrisa que su amigo le había dado era dolorosa y por puro instinto las lágrimas en sus ojos comenzaron a quemar, de todas formas, terminó por asentir mientras sonreía con la misma empatía que le otorgaba Tae.

Jimin subió hasta el último piso tratando de no darle muchas vueltas al asunto y deseando con todas sus fuerzas que Yoongi no se entere de los sentimientos que había tenido en el pasado. 

Cuando las puertas del ascensor se abrieron levantó la cabeza y pudo ver a un hombre bien vestido de pie frente a su apartamento.

No sabía qué hacer, ¿y si era un familiar de Yoongi? ¿y si el desconocido se molesta porque no lo recordaba?

Justo en ese momento, el hombre se dio vuelta, encontrándose con su mirada.

—Joven Park... —El desconocido cambió de mano el maletín que cargaba y le hizo una reverencia que respondió segundos después.

—Hola... —Jimin le sonrió suavemente encogiéndose de hombros y sintiéndose completamente vulnerable ante el hombre canoso que ahora reía.

—Tan tierno como siempre. Vine a informar que su motocicleta ya está completamente en funcionamiento. Los arreglos fueron costosos, estaba completamente averiada señor Park, sin embargo, el seguro alcanzó a cubrir todo, dejándola como nueva... ¡ah! —El hombre levantó un dedo al aire—, me alegro verlo completamente recuperado, el señor Min alegó tanto de que no se le fuera entregada su motocicleta, sin embargo, mi trabajo es mantenerlo informado del estado de esta, así que... mis disculpas al joven Min.

Esperen un segundo. Jimin estaba teniendo un pequeño colapso mental frunciendo el ceño.

—¿Tengo una moto? —El hombre lo miró extrañado.

—¿Cómo? Hablo de la moto que compró en marzo del año pasado. —Por supuesto que no recordaría, la moto estaba en la parte de sus recuerdos perdidos. Pero ¡Oh rayos, querido niño Jesús, tengo una motocicleta!

—Oh si, lo siento. ¿c-cuando estará lista?

—Ya lo está —El hombre volvió a sonreír—, pero como es fin de semana los trámites aún no están listos para traerla, estará en el estacionamiento dentro de las próximas semanas. 

Jimin se despidió del caballero, observando como este se perdía dentro del ascensor mientras cerraba sus puertas, agitó sus manos alegre y vio al señor reír como hace minutos atrás, extrañado volteó para ingresar a su apartamento y cuando estuvo adentro corrió hasta desplomarse en su cama.

—Tengo una moto... —El entendimiento fluyendo como una emoción por sus venas—, ¡mierda tengo una moto!

En su pequeña felicidad, escuchó sonar el timbre y supuso que el hombre se había olvidado de algo. Fue corriendo, haciendo que los cabellos de su frente se partieran en la mitad y cuando abrió la puerta un joven más alto que él, pero con un rostro más aniñado lo observaba curioso.

—¿Jimin? ¿Qué haces aquí? —El chico lo observó de pies a cabeza, claramente no contento por recibirlo. Su piel era blanca y su cabello castaño caía hasta por debajo de sus cejas, terminando en sus párpados. Pudo notar el claro ambiente hostil emanándose del muchacho, supuso que quizás no a todos les cayó bien su recuperación, aunque el desconocido parecía muy sorprendido por verlo ahí de pie abriéndole la puerta.

—¿Uhm? —Jimin no encontraba las palabras precisas para decir.

—¿Dónde está Yoongi hyung? —El chico arrugó su frente molesto mientras trataba de ver el interior de la casa.

—É-el salió. —Su voz flaqueó y el muchacho lo volvió a mirar, seriedad marcaba su rostro.

—¿Qué le hiciste ahora? —La voz acusatoria del desconocido lo dejó abriendo los ojos, completamente sorprendido.

—¿Q-que? Yo no-

—¿Por qué te haces el inocente? ¿qué le hiciste ahora?

—Yo... —Jimin pensó por un buen rato, sin saber qué decir, porque si él le hubiera hecho algo a Yoongi entonces no lo recordaba y nadie se lo había dicho, ni siquiera alguien lo había acusado de hacer algo malo, como el muchacho que estaba frente a él. —Yo supongo que no lo sé.

—No sé qué te vio... —Murmuró el chico pasando a su costado y adentrándose al apartamento.

—¿De qué hablas? —Jimin arrugó su rostro confundido mientras seguía desde atrás al desconocido que interrumpió de manera grosera en su hogar. Lo escuchó reír alzando su cabeza mientras tomaba asiento en el sillón y sacaba un celular.

—Ya basta de hacerte el inocente, siempre tienes esa fachada de niño angelical —Un dedo índice se movía en su dirección, apuntándolo—, pero sé que no lo eres, tú no has visto lo que yo vi, sé cuánto daño le has hecho.

Jimin tragó el nudo formándose en su garganta, un sentimiento horrible lo rodeó y los buenos ánimos de esa mañana se esfumaron por completo de su cuerpo. Apretó las manos a sus costados y con el semblante totalmente serio se ubicó frente al chico que observaba la pantalla de su celular, ignorándolo a propósito.

—Yo no te conozco, así que te pediré que te vayas de mi casa —El castaño levantó la vista tomando su atención—, le diré a Yoongi hyung que viniste, así él te llamará luego y podrás venir cuando él esté en casa.

El muchacho rio sin gracia, secamente.

—Crees que soy estúpido ¿verdad? ¿acaso te estas burlando de mí? —Ambos quedaron en un silencio tenso después de que Jimin no supo qué decir a esas palabras. El sonido del celular los salvó a ambos y cuando el castaño miró la pantalla sonrió de manera diferente.

—Mira —Alzó el celular en su dirección y en la pantalla alcanzó a leer "Yoongi Hyung" —Justo a tiempo...

Un sentimiento totalmente amargo se saboreaba en su boca.

—Hyuuuuung~ —La voz del chico cambió completamente a una amable. Jimin se quedó de pie observando la escena, sintiéndose completamente pasado a llevar. Sin embargo, por más incomodidad que tuviera, no podía empezar a discutir con aquel chico, no estaba en su naturaleza o al menos eso recuerda.

—Hyung estoy en tu casa, ¿Dónde estás? —Jimin observó como las facciones alegres del muchacho cambiaban a una dura línea.

—Hyung, pero- ¿es en serio? —La vista sorprendida del castaño se ubicó en él y Jimin ladeó su cabeza mirando hacia otro lado porque sabía lo que estaba pasando, esa mirada era porque quizás Yoongi en ese minuto le estaba contando que había perdido la memoria.

—De acuerdo hyung, adiós. —El chico cortó la llamada y un suspiro salió de sus labios.

—¿así que no te acuerdas de nada? —Jimin se encontró de nuevo con la mirada del castaño, sin embargo, no contestó.

—Está bien, soy Jungkook —El chico se presentó mientras estudiaba sus uñas, como si no fuera la gran cosa y como si Jimin ni siquiera fuera un humano para ser tratado con respeto—, soy menor que tú por dos años, tú me odias y yo te odio, es un sentimiento mutuo. —Una sonrisa sarcástica se posaba en su rostro.

—Yo no te odio —Negó—, ni siquiera te conozco.

Jungkook rodó los ojos, totalmente cabreado.

—Sí, si me conoces, "Jeon perra Jungkook" ¿te acuerdas? Ese era el sobrenombre favorito que tenías para mí.

Jimin abrió los ojos sorprendidos, porque, ¿cómo podía tratarlo así y sobre todo a un menor?

—Yo no te diría cosas así —Negó nuevamente mientras tomaba distancia—, debe haber un motivo.

Jungkook se puso de pie mientras guardaba el celular en la chaqueta de su bombera, caminó hacia la entrada colocándose nuevamente sus zapatos, Jimin lo había seguido.

—Me las decías porque me tenías envidia Jimin, eras un ser muy malo —El castaño volteó a verlo y notó su rostro totalmente confundido, volvió a rodar los ojos mientras bufaba audiblemente. —oh, que aburrido.

Jungkook se incorporó mientras abría la puerta y se iba, antes de cerrarla observó a Jimin que se encontraba parado en el vestíbulo, mirándolo aún con un rostro de confusión sin entender lo que estaba pasando.

—Te morías por Yoongi Jimin, pero él y yo somos novios, ¿Cuántas veces te lo tuve que repetir? —Jungkook se detuvo a pensar por un momento—, no lo sé, de todas formas, no te acerques a él ahora. No de nuevo, suficiente teníamos contigo en el pasado.

El portazo le avisó a Jimin que se había quedado solo.

La habitación se inundó en un profundo silencio, el tic-tac del reloj sonaba como eco en su cabeza. Su respiración se agitó y caminó a pasos apresurados hasta su habitación cerrando la puerta de golpe, haciendo que el fuerte sonido lo hiciera saltar porque ni siquiera fue consciente de cuanta fuerza había ocupado. Lágrimas picaron en sus ojos sin saber por qué y su pecho dolía mucho más de lo que estaba doliendo su cabeza. Se sentó en su cama, pero al segundo se puso de pie caminando de lado a lado mientras las respiraciones se hacían más audible, y de pronto, como si ya no quisiera pensar en nada mas, un gemido doloroso salió, haciendo que los sollozos aumentaran y las lágrimas bajaran calientes por sus mejillas.

Ni siquiera sabía por qué lloraba, pero ahí estaba con el pecho agitado, llorando horriblemente como un bebé al que le habían quitado su juguete favorito. Como si toda su tristeza acumulada se hubiera soltado con la última gota que había derramado el vaso de sus emociones. El doctor le había dicho que parte de los síntomas serían los cambios de humor, pero el definitivamente no se esperaba esto, sentía que lloraría un río mientras su pecho se partía.

Podía ir en busca de ayuda, ir donde Tae y Hoseok y preguntarle todas las dudas que existían en su gran nube de preguntas, pero en ese minuto quería estar solo. Abrió las sabanas de su cama y se colocó en posición fetal, sintiendo lo horrible que era no poder recordar nada, sintiéndose impotente y culpable por todo lo que los demás estaban viviendo por su culpa.

Eran pasada las una de la tarde, sabía que Yoongi llegaría en cualquier momento, pero había tanta pena en su corazón que Jimin lloró hasta quedarse dormido.





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Nota: PRIMERO QUE NADA AWWWASKD, Gracias por los 100 votos! en seiro, ni siqueira sabia lo que era un voto y ahora que lo sé me emociona  ahaha ♥ no pensé que la gente se interesaría tanto en esta cosa que escribo ♥ y por fin apareció Jungkook, espero leer sus impresiones, si era lo que esperaban y cosas así ♥ 

Sin alargar esto, espero que estén muyyyy bien ♥♥ un abrazo apretado y nos leemos ^^ 

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