9: Fiesta

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La semana pasó más rápido de lo que Jimin pensaría, aun así, aquello no lo abrumó ni lo alteró, se había empezado a acostumbrar de a poco a la rutina que llevaba y estaba bien con ello.

Observar las clases era divertido e interesante, sus compañeros eran amables y los profesores lo trataban bien, ofreciendo su ayuda si tenía alguna duda para compartir. Le había preguntado a su médico si podía bailar, pero la respuesta había sido un no de forma tajante, se hizo más exámenes y los resultados de las pruebas realizadas con el neurólogo no fueron buenos. Aquello lo entristeció y más cuando el doctor le dijo que no había un tiempo predeterminado para saber si era cien por ciento recomendable integrarse por completo a lo que era antes. Tampoco podía bailar la semana siguiente o hacer actividades que requieran un trabajo intenso, solo podía realizar ejercicios leves o moderados, pero nada que lo haga sudar más de la cuenta, y Jimin había alegado fuertemente contra ello, porque él era bailarín y su cuerpo le pedía moverse. Cada vez que veía la sala de prácticas se volvía ansioso por colocar su canción favorita y comenzar a bailar; incluso la masa muscular de su cuerpo se estaba perdiendo. Y como no, si todas las tardes Yoongi lo llevaba a la tienda, donde pedían pastelitos y un surtido de otras cosas que le darían una explosión de azúcar y grasa a su cuerpo, y a pesar de que Yoongi era el que siempre terminaba comiendo muchísimo más, era Jimin el que se veía con kilos demás en su cuerpo cada que se pesaba en el baño. ¡Y solo había pasado una semana!

Definitivamente la semana le había traído tanto buenas como malas noticias, así que era prácticamente una excusa para sentirse bien el asistir a la fiesta de Namjoon. Eran las 10 de la noche del día sábado y Jimin se encontraba listo para salir, observando un tonto programa en el televisor para hacer tiempo, pero Yoongi no había llegado, ni tampoco media hora después. Cerca de las 11 la puerta fue desbloqueada y Yoongi apareció con el cabello hecho un lío. Jimin supuso que había optado por las escaleras que por el ascensor.

—Lo siento, estaba... en una... reunión. —Yoongi respiraba agitado y Jimin no se creyó la barata excusa que le había dado. ¿Quién estaría en una reunión a esas alturas de la noche? Él no era un sabelotodo, pero no había que ser tonto para saber que eso era una mentira.

—Está bien, no hay problema. —Asintió mientras levantaba los hombros, mostrando el menor interés, aunque por dentro su sangre hervía; y sabía que los cambios de humor eran un síntoma común de su accidente, pero le costaba reconocer sus emociones, ¿enojo, celos, tristeza, impotencia? Aun no se decidía, aunque estaba claro que cuando vio a Yoongi sonreír abiertamente, supo que su corazón revoloteó un poco en alegría, solo un poco.

—Oh, estás enojado. —Yoongi le sonreía como si hubiera descubierto un gran secreto, un secreto que Jimin no quería revelar.

Jimin lanzó una risa fingida. —No estoy enojado...

—Si lo estás, te conozco...

—Deja de usar eso en mi contra.

—Has confirmado que lo estás. —Yoongi rodeó el sofá hasta quedar frente a él, obstaculizando la vista hacia el programa que había estado observando desde hace una hora.

—De acuerdo, sí lo estoy —confesó rendido—, pudiste haber avisado, no lo sé, algo que me haga saber dónde estabas... —Yoongi iba abrir la boca para hablar, pero Jimin se adelantó primero—, y no digas que estabas en una reunión, podías inventar algo mejor hyung, no creo que sea necesario mentirme, deja de sonreír. —Jimin frunció el ceño molesto cuando Yoongi lanzó una pequeña risa.

—No te estaba mintiendo Jimin. —El mayor tomó asiento en el sofá, ladeando su cuerpo hacia su dirección y descansando la cabeza en el respaldo, su cabello caía de lado y Jimin se perdió por un momento en la relajada forma que Yoongi tenía de acercarse a él. Y sabía que para el mayor era normal actuar así alrededor de él, pero Jimin prácticamente enloquecía por dentro. Y no lo culpen, Yoongi era guapo, muy guapo, y algo en él hacía que Jimin sintiera una inevitable atracción física.

—Estaba en una compañía grabando una canción, los muchachos eran novatos así que se equivocaron varias veces, pensé que tomaría solo una hora, pero se alargó más de lo que yo esperé. Cuando por fin terminamos de grabar, el director quiso tener una conversación conmigo, querían hacerme saber que cuando me graduara ellos me ofrecerían un contrato así que estábamos hablando de mis exigencias y mis condiciones, solo eso. No hay motivos para mentirte cielo.

Yoongi le sonrió dulcemente mientras se encogía de hombros, Jimin pudo ver la serenidad y calma con la que el mayor lo trataba, mientras él era un remolino de emociones y eso se sentía horriblemente mal.

—Lo siento... —Agachó su cabeza con la vista hacia sus manos—. No sé qué me pasa, siento haberme enojado por nada.

—Está bien, me gusta que seas honesto. Además, ya ha ocurrido antes.

Levantó la mirada, tomando la atención completa del mayor. —¿Cómo es eso?

—Bueno, una vez estabas tan molesto que tiraste un florero al suelo.

—Uhg, yo lo siento yo-

—Jimin —Yoongi interrumpió cuando había vuelto agachar la cabeza, avergonzado. Sintió una mano posarse en la suya y apretarla con suavidad. Las manos de Yoongi eran mucho más grandes que las suyas—, no te disculpes por ser tú. Yo podía contigo antes y puedo contigo ahora.

¿por qué esas palabras lo avergonzaron tanto?

Jimin asintió con la cabeza. —Gracias por uhm... por soportarme, supongo.

Yoongi volvió a sonreír sin descuido mientras despeinaba su cabello, entonces se levantó y lo dejó solo mientras tomaba una ducha y se arreglaba, el reloj marcaba las 11:30 de la noche y Jimin ya no se sentía tan entusiasmado para ir a la fiesta. Si Yoongi le dijera en ese minuto que optaba por ver una película, entonces Jimin le sonreiría y le diría que estaba bien. Ahí se dio cuenta que permanecer alrededor del mayor le daba un sentimiento de seguridad y bienestar, como si fuera casi reconfortante tenerlo cerca.

De todas formas, cerca de la media noche Yoongi se encontraba listo, con pantalones apretados y rasgados en las rodillas, camiseta negra y una chaqueta de cuero que cubría su piel blanca. Pasaron varios segundos antes de que Jimin cerrara la boca que había abierto automáticamente cuando sus ojos se enfocaron en él. Y al parecer el mayor fue consciente de su desvergonzado vistazo, pero no se veía alterado, no como él que se encontraba rojo por haber sido captado en la escena, Yoongi se veía tan relajado como siempre lo era.

—¿Listo? —Preguntó Yoongi.

Jimin asintió poniéndose de pie y apagando el televisor en el acto. —Listo.

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Cuando llegaron al edificio donde estaba el apartamento de Jin, Yoongi aparcó el auto cerca de la entrada. Apagó el motor guardando las llaves en su bolsillo.

—Entonces, ¿qué tienes que decir?

Jimin rodó los ojos y suspiró, audiblemente. —Que vine acompañado hyung...

—Bien. —Yoongi asintió con la cabeza, satisfecho mientras desabrochaba el cinturón de seguridad y salía de la SUV. Hace unos minutos atrás, habían discutido, o más bien, Yoongi había hablado todo el camino de las posibles cosas que podrían pasar en una fiesta, como si Jimin nunca hubiera ido a una, lo cual era mentira porque el menor era casi el alma de estas, sobre todo cuando se formaba un pequeño círculo mientras él bailaba. Pero bueno, Yoongi sabía que Jimin no recordaba nada, así que se sentía prácticamente como si fuera la primera, y él no quería tener que ser vomitado de nuevo, no otra vez. Así que, para dejar en claro algunas cosas, minutos atrás, Yoongi le había dicho que toda persona desconocida que se acercara, tenía que ser rechazada. Y había repetido tanto de lo mismo que ya Jimin estaba un poco cabreado.

—Es por tu bien Jimin...

—Hyung creo que estás exagerando. —Las puertas del ascensor se abrieron, entraron y Yoongi marcó el cuarto piso. Jimin le echó un vistazo al pasillo que desaparecía mientras las puertas se cerraban, el lugar le resultaba completamente familiar.

—No lo estoy, a menos que quieras resultar abusado ahí mismo, tienes que decir que viniste acompañado y apuntarme, aunque no creo que me aleje de ti más de dos metros, no es seguro. —La voz de Yoongi era seria y no había sonrisas en su rostro. Jimin rio nervioso mientras movía las manos dentro de sus bolsillos, haciendo que con el movimiento su chaqueta se mueva para todos lados.

—Oh vamos, no es para tan- —Jimin no alcanzó a terminar la frase cuando Yoongi se movió hasta acorralarlo contra la pared, sus cuerpos encajaban en todos lados y la respiración del mayor en su oído lo tenía casi al borde. Dos brazos deslizándose por cada costado de su cabeza cuando Yoongi posó las manos en la pared que había detrás de él.

—¿Qué harás si alguien hace esto? —Yoongi comenzó acercarse mucho más, colocando una rodilla entre medio de sus piernas, presionando sutilmente y haciendo que todo su cuerpo se calentara, las manos se deslizaron hacia abajo, hasta quedar apretadas en su cintura. —¿Qué harás Jimin? ¿dejarás que alguien te toque?

Tragar era una acción horriblemente dolorosa en ese momento para Jimin, como si un nudo se hubiera formado en su garganta, obligándolo a jadear y apretar los labios cada vez que el aliento de Yoongi chocaba cerca de su oído. Sus palmas se encontraban transpiradas adentro de los bolsillos y Jimin no estaba seguro de hablar sin que se le escape un gemido. Para su rescate, el ascensor llegó al piso destino, sonando mientras las puertas se abrían, sin embargo, Yoongi no tuvo el más mínimo deseo de despegarse de su cuerpo, a pesar de que Jimin podía ver a Namjoon a lo lejos con la boca abierta cuando sus ojos se encontraron.

—Y-yo, diré que me vine acompañado... —Nunca le había costado tanto decir una palabra sin perder la cordura, entre eso pudo ver a Jin salir de un apartamento, compartió unas palabras con Namjoon y el mayor giró su vista hacia él mientras abría la boca, de la misma forma en que Namjoon lo había hecho al ver lo comprometido que sus cuerpos se encontraban.

—Oh Dios Jin hyung viene hacia acá. —Sus mejillas comenzaron a sonrojarse.

—¿Dejarás que alguien se te acerque, así como así?

—No hyung, lo prometo, no haré nada extraño, solo compartir con los que conozco, nada más- ¡mierda! Jin hyung no luce para nada bien.

—¡Min Yoongi suelta a ese chico ahora!

—Hola a ti también. —Yoongi se volteó, despegando su cuerpo de Jimin y pasando por el lado de Jin, porque sabía que, si se quedaba ahí, echándole un vistazo al perfil del menor, entonces no podría soportarlo y haría algo que quizás no sería bueno para Jimin, no en el estado en que se encontraba. Levantó la mano haciéndole señas a Namjoon, acercándose para hablarle de cualquier estupidez mientras sentía su cuerpo enfriarse. Definitivamente hacer ese movimiento había sido peligroso, pero, de todas maneras, quería hacerle entender a Jimin que nadie más que él podía tocarlo. Porque si Jimin hoy hacía algo como fijarse en otro, Yoongi haría una gran escena, una escena que nadie quería ver porque era mucho mejor y pacífico verlo en su estado relajado que completamente enojado.

—Mierda hyung, te estabas violando a Jimin en el ascensor o qué.

—Cállate Namjoon.

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—Jiminnie estás sudando ¿estás bien? —Jin fruncía el ceño mientras colocaba un pie en las puertas del ascensor, evitando que estas se cierren con el pelinaranja aún en su interior, completamente sorprendido y apegado a la pared del fondo, aún sin la capacidad de asimilar lo que Yoongi había hecho y había tocado.

Mierda. De tan solo pensarlo sus mejillas se volvían rojas.

—Sí... —Asintió luego de un rato—, yo... yo no me esperaba eso. —Jimin observó más allá de Jin, Yoongi reía con Namjoon mientras el alto abría la puerta del apartamento. De inmediato, el bass de música a todo volumen llenó el desolado pasillo, se preguntó si los demás vecinos no tendrían problemas.

—Vamos adentro, te daré algo para beber. —Jimin siguió al mayor en silencio por el largo pasillo. Cuando entraron al apartamento, era algo completamente diferente a lo que se esperaba, había una especie de neblina, luces de colores en las esquinas y una gran bola de luz alrededor de la sala, que había sido convertida en una improvisada pista de baile. Había muchísima gente, tanto que era difícil seguir los pasos de Jin. Trató de buscar con la mirada a Yoongi, pero no se encontraba por un ninguna parte. Algo en su pecho se apretó molestándolo, se suponía que el mayor lo estaría cuidando.

Esperen. Jimin trató de deshacer aquellos pensamientos. No quería causarle más problemas.

Trató de buscar a Taehyung y a Hoseok, pero no hubo caso, no veía nada mas que rostros desconocidos sonriéndole mientras alzaban sus vasos a medio tomar con quizás qué sustancia.

Cuando entró a la cocina, el ambiente no concordaba para nada con el de la sala. Estaba totalmente vacía y limpia.

—Aquí, toma.

—Hyung... —Jimin hizo un mohín cuando vio el vaso que había tendido Jin en su dirección—, es agua.

—Sí, y no te daré otra cosa, estás medicándote no puedes beber Jimin.

Y era cierto, Jimin no podía beber y era consciente de ello, pero vamos, un poco de alcohol no le hacía mal a nadie, y después de lo que ocurrió en el ascensor, él realmente necesitaba un poco de eso para poder calmarse. De todas formas, hizo una mueca de disgusto aceptando el vaso y tomando el contenido por completo.

—¡Jimin! —Justo en ese momento Taehyung apareció por la puerta y Jimin frunció el ceño, porque no venía solo, ni tampoco con Hoseok.

—¿Qué hace él aquí? —Jimin preguntó mientras movía su mirada de Jin a Taehyung y luego en Jungkook, quien solamente se cruzaba de brazos mientras estudiaba sus uñas, como si hubiera estado acostumbrado a este tipo de situaciones. Taehyung lucía incómodo y Jin le dio una pequeña sonrisa culpable.

—¿Qué? Acaso tienes miedo que te quite toda la clientela put-

—¡Jungkook! —Yoongi apareció de pronto seguido de Namjoon y Hoseok. Jimin sintió que el espacio en la cocina estaba siendo demasiado pequeño y la música se escuchaba de forma lejana en sus oídos, supuso que fue por el hecho de que Hoseok cerró la puerta luego de haber sido el último en entrar; Jimin frunció su ceño porque ya se había aburrido de tolerar la forma en que Jungkook lo estaba tratando, sobre todo cuando no había razones.

—A mí no me llamas puto. —Dijo con decisión, vio como Tae tiraba del brazo de Jungkook para que se calmara y aquello lo enfadó más, porque ¿qué sentido tiene que su mejor amigo esté con la persona que lo odiaba y no con él?

—Ya —Jin aplaudió llamando la atención de todos—, por favor ¿podemos estar en paz?

—¿Y cómo quieres que te llame entonces? —Jungkook observó a Jimin serio, totalmente cabreado. Jin y Yoongi compartieron miradas y rápidamente el peliverde se movió cerca de Jungkook para tomar su muñeca.

—Jungkook ven conmigo. —El castaño accedió sin rechistar y Jimin abrió su boca sin saber qué decir, se sentía completamente pasado a llevar. Y que se jodan todos.

—¿Me pueden decir qué le pasa a ese niño conmigo? —Silenció fue lo que obtuvo como respuesta.

—Jiminnie es difícil de explicar. —Hoseok habló, dándole una sonrisa entristecida.

—Claro —Alzó sus manos riendo sin gracia—, siempre es difícil de explicar.

—Créeme que todo es por tu bien, hay cosas que no necesitas saber.

—¿Qué no necesito saber? —entrecerró los ojos en dirección a Taehyung—, ¿Cómo el hecho de que no le dijiste ni hiciste nada por defenderme cuando me trató así? —El castaño lo observó preocupado por las frías y bruscas palabras que le había lanzado y Jimin se sintió peor que antes.

—Lo siento... —Refregó las manos por su cara mientras negaba con la cabeza—, yo no sé qué me pasa, lo siento, lo siento no debí alterarme por algo tonto como eso, lo siento.

—Ah no te disculpes Jimin —Namjoon levantó una mano, restándole importancia—, Tae consiente demasiado a Jungkook.

—Yo no hago eso. —Taehyung abrió la boca.

—Si lo haces. —Hoseok aprobó las palabras de Namjoon, el alto le sonrió y levantó sus manos chocando los cinco con el castaño. Taehyung les dio una mirada desaprobatoria.

—Me huele a que Hoseok está celoso. —Jin dijo cruzándose de brazos y Tae parecía tener un colapso mental.

—Hyung siempre aciertas. —Hoseok sonrió de manera triste, confirmando las palabras de Jin. Taehyung lucía peor que antes, casi desesperado cuando comenzó a buscar la mirada de su novio.

—Sabes que yo nunca ha-

—Lo sé. —Hoseok confirmó antes que te Taehyung pudiera terminar—, lo sé amor.

—De acuerdo, yo no quería ver eso. —Namjoon avanzó hacia delante, hasta donde Jimin se encontraba observando todo. Levantó sus brazos hasta los hombros del menor y apretó suavemente mientras se agachaba hasta su altura. —No te disculpes por este tipo de situaciones. Yo Namjoon, declaro que puedes expresar todas tus emociones como quieras, hacer rabietas, tirarte al suelo, llorar, molestar, lo que quieras por el tiempo en que te demores en recuperar la memoria. —Namjoon tocó su pecho como si estuviera haciendo un juramento, Jimin rio por la acción agradecido por haberle sacado todo el mal humor que llevaba en sus hombros.

—Gracias hyung, lo usaré bien este tiempo entonces. —Jimin le sonrió, haciendo que sus ojos se achinen y se pierdan. Jin llegó a su lado, expresando lo tierno que era mientras apretaba sus mejillas. En eso, Taehyung gritó que todos deberían abrazarse, y antes de que pudiera decir algo ya todos se encontraban rodeándolo mientras compartían un apretado abrazo. El calor rodeó su cuerpo, recorriendo en sus venas y haciendo que su corazón se contraiga de lo conmovido que estaba por el grupo que se hacía llamar sus amigos. Jimin era tan de piel, que se encontraba segundos después uniéndose al círculo y abrazándolos, mientras saltaban y giraban como si estuvieran locos. No importaba si no los recordaba, el sentimiento que venía a su cuerpo cada vez que los tenía cerca era único, era un sentimiento con sabor a amistad verdadera, podrían pasar cien años y él sabría que este era su grupo de verdaderos amigos. Podía haber olvidados sus caras, pero nunca olvidaría el cariño que les tenía.

—Esto merece un brindis. —Namjoon propuso y todos tomaron un vaso mientras Taehyung servía de manera desequilibrada, Hoseok fue a su ayuda mientras el menor reía. Jimin se encontraba sonriendo alegremente cuando fue el tiempo de rellenar su vaso, sin embargo, todos lo observaron mientras negaban con la cabeza de manera maliciosa, entonces Jin tomó el vaso, lo rellenó con agua y se lo volvió a pasar, y aunque se sentía completamente apenado por no poder beber, de todas maneras, levantó sus hombros sin importancia y alzó su vaso en un brindis junto con los demás.

La noche siguió pasando y todos se encontraban en un estado que no era el sano, salvo Jimin, que ya iba por su quinto vaso de agua, podría tomar bebida, pero cuando quiso servirse un desconocido se la quitó de sus manos, diciéndole que solo podía beber de ella si la mezclaba con alcohol, lo cual encontró injusto.

De Yoongi no supo mucho, desde que ocurrió el encuentro con Jungkook no lo había visto, salvo un momento, donde el mayor llegó hasta su lugar sonriendo y haciéndole bromas. Su aliento tenía un leve sabor a cerveza, pero cuando Jimin lo observó, se notaba lo suficientemente sobrio, supuso que no era de los que tomaban como locos, así como Taehyung que se encontraba riendo enloquecidamente mientras Hoseok lo tomaba por la cintura, procurando que no estampara su cara contra el piso. Cuando buscó a Jin por la sala de estar, lo encontró con Namjoon, quien levantaba las manos, como si estuviera buscando que Jin se calmara, Jimin frunció el ceño y siguió observando la escena. La mirada de Jin estaba ida y supuso que se encontraba ebrio y por lo visto, completamente enojado con un Namjoon asustado quien reía nervioso.

Su vaso se había terminado y fue en busca de otro, sintiéndose horriblemente sediento. Cuando entró a la cocina no había nadie y por un momento se tentó a servirse alguna que otra de las bebidas alcohólicas de las que ahí había, pero justo en ese momento, la puerta fue abierta, interrumpiendo sus intenciones.

—Lo que me faltaba... —Jungkook murmuró mientras pasaba por su lado y rellenaba dos vasos con alcohol mezclado con bebida.

—¿puedo saber por qué me odias tanto? —Jimin preguntó, aprovechando el hecho de que Jungkook parecía más ebrio de lo que aparentaba estar.

—No hay una razón Jimin, tú en sí eres molesto. —Jungkook se encogió de hombros mientras le daba un sorbo a su bebida. Jimin lucía totalmente confundido a la respuesta, supuso que no le sacaría más información. Suspiró agotado, preguntándose si sus próximas palabras servirían.

—Yo no quiero que peleemos más, quiero que nos llevemos bien.

Jungkook lo observó sin saber qué decir, el silencio los agarró a ambos. Alguien abrió la puerta, un desconocido que cuando los vio susurró un "lo siento" mientras la volvía a cerrar.

—De acuerdo estás actuando extraño —Jungkook tomó distancia mientras caminaba hacia la puerta—. Hagamos algo, yo me iré lentamente y haré como si tú nunca hubieras propuesto eso, así que adiós.

—Jungkook espera. —Ya era muy tarde, Jimin se encontraba completamente solo mientras el bass retumbaba en todas las paredes de la cocina. Giró su vista hacia un lado y pudo ver por el rabillo del ojo el vaso de alcohol que al menor se le había quedado. Lo agarró entre sus manos y sin pensarlo dos veces lo bebió de golpe, haciendo que una mueca se formara en su rostro cuando el alcohol quemó en su garganta.

No tuvo que esperar mucho tiempo para que la sustancia comenzara hacer efecto, así que, un poco desequilibrado, pero con mucha decisión, salió de la cocina, buscando con la mirada a Jungkook por toda la sala de estar. Cuando lo encontró lo que vio no le gustó para nada.

Y Jimin no sabía especificamente qué lo hacía reaccionar así, pero en ese minuto no había nada más que el rojo vivo invadiendo su mente, caminó a pasos más que apresurados cuando vio perfectamente como los brazos de Jungkook se envolvían por los hombros de Yoongi, mientras que este último envolvía los brazos en la cintura del menor en un abrazo que a Jimin lo dejaba con un sabor amargo saboreándose en su paladar. 

Atravesó toda la sala y pudo escuchar su nombre ser llamado por Taehyung, pero ya era tarde, y sabía que se arrepentiría luego, pero ahora solo había una sola cosa en su mente.

—¡Suéltalo! —Jimin gritó de manera autoritaria mientras tomaba a Jungkook por el brazo tirándolo y haciendo que este caiga al suelo y clavara las palmas en lo que parecía ser unos pedazos de vidrio de alguna botella que había sido rota. El menor hizo una mueca de dolor y la culpa comenzó a carcomerle mucho antes de lo que había pensado. Taehyung y Hoseok fueron al rescate de Jungkook mientras Yoongi estudiaba su rostro preguntándole si se encontraba bien. Jimin siguió parado en su sitio completamente sorprendido por lo que había hecho, y lo peor de todo fue la mirada que Yoongi le dio después.

—¿Qué tienes en la cabeza Jimin? controla tu mierda. —Yoongi pasó a su lado completamente serio mientras se llevaban a Jungkook con Taehyung y Hoseok. A su alrededor todos seguían riendo y bailando como si nada hubiera pasado. Comenzó a jadear cuando sintió el pecho oprimido, sintiéndose la peor persona del mundo. Eran cerca de las cuatro de la mañana cuando se deslizó hasta el pasillo y se encerró en una pieza que tenía un baño privado. Para su suerte estaba vació, así que entró en él y se sentó dentro de la helada tina llevando sus piernas hasta su pecho y metiendo la cabeza en el hueco. Las lágrimas comenzaron a bajar caliente por sus mejillas y Jimin se estaba odiando por lo sensible que era ante todo, ¿Qué acaso siempre lloraría? ¿acaso no podía ser más fuerte? ¿o tener algo más de personalidad?

—¿Jimin? —Alguien tocó la puerta, haciendo que detuviera sus sollozos cuando reconoció la voz.

—Déjame solo hyung. —Jimin trató de sonar lo más normal posible, pero su voz de todas maneras se quebró al final. Escuchó el tintineo de unas llaves y alguien abriendo la cerradura. Unos segundos más tardes pudo ver a Yoongi entrando en el cuarto de baño y cerrando la puerta con pestillo detrás de él.

—¿Qué haces aquí cariño? —¿Cómo podía una misma persona causar tantos efectos en él?

—Dije que me dejaras solo.

—Jimin... siento haberte tratado así. —Yoongi se acercó hasta la tina. Jimin no podía verlo, porque sus ojos estaban cerrados y su cabeza escondida, sin embargo, pudo sentir el cuerpo del contrario deslizándose cerca de él.  

—Vete, en serio, quiero estar solo.

—Jimin por favor, no me hagas esto, no te cierres, no conmigo. —Jimin notó el fuerte cambió de su voz, parecía desesperado, nunca lo había escuchado entonar sus palabras como si estuviera herido. Sintió como el mayor tomó sus muñecas tirándolas, haciendo que levantara su cabeza por obligación. Jimin sabía que su rostro empapado brillaba frente a la luz fluorescente del baño.

Sus ojos se encontraron y el rostro de Yoongi era de total preocupación, no eran aquellos dos orbes negros juzgándolo como antes, sino que estos brillaban diferente, tanto que podía ver su reflejo en ellos.

—¿J-jungkook? —Preguntó carraspeando cuando no sintió la confianza en su voz—, ¿Jungkook está bien?

—Sí, Namjoon fue a dejarlo a casa, así que está bien, ¿puedo saber qué te hizo? —Yoongi lo ayudó a ponerse de pie, haciendo que en el acto se mareara y recostara su cuerpo hacia el del mayor, quien lo recibió sin ningún problema mientras colocaba un brazo alrededor de su cintura.

Salieron del baño y Yoongi lo llevó hasta la cama de la habitación para sentarlo, en eso, se perdió por un momento en el baño y volvió con un paño húmedo, el cual ocupó para limpiar su rostro.

—Él no hizo nada. —Confesó luego, observando a Yoongi, quien lucía completamente concentrado en borrar las lágrimas secas de sus mejillas. Jimin se sintió tan abrumado por la cercanía que no pudo evitar quitarle el paño de entre sus manos, haciendo que Yoongi levantara las cejas sorprendido por la rápida acción. —Puedo hacerlo solo. —Dijo luego mientras secaba las lágrimas que aun brillaban en sus ojos. Escuchó a Yoongi suspirar mientras se agachaba frente a él y le sacaba sus zapatos. Al darse cuenta de la acción, detuvo automáticamente el movimiento de sus manos mientras fruncía el ceño.

—¿Qué estás haciendo? —Preguntó confundido luego de que sus zapatos fueran tirados lejos, Yoongi se puso de pie mientras se quitaba la chaqueta y sus propios zapatos. Caminó hasta la puerta y la cerró con pestillo. Jimin jadeo sin ninguna razón en particular.

—Dormir, eso haremos Jimin —Yoongi comenzó a desabrochar el cinturón de su jeans  y se detuvo en el acto cuando se encontró con la penetrante mirada de Jimin desde la cama—, a menos quieras hacer otras cosas.

—No quiero hacer nada. —Jimin frunció su ceño molesto, realmente no estaba de humor, a pesar de que Yoongi se veía completamente bien con una camisa sin mangas y pantalones a medio desabrochar. En eso, el mayor se lanzó hasta él haciendo que ambos cayeran de lleno en el colchón. Un brazo rodeaba su pecho, y podía sentir como el rostro de Yoongi se encontraba girado hacia él, haciendo que el suave aliento chocara en un lado de su cara.

—¿Puedes perdonarme? —La voz de Yoongi era dulce y Jimin se encontró cayendo fuertemente por aquel especial trato, sin embargo, por más emociones que tuviera, algo seguía palpitando en su cabeza.

—¿Cómo puedes actuar así siendo que Jungkook es tu novio?

—¿Así que eso fue lo que te dijo? —Yoongi sonrió, reincorporándose mientras se levantaba de lado con la ayuda de su brazo. Jimin miró a su dirección con el ceño fruncido.

—No hay que ser muy inteligente para saber que él es tu novio, lucen como tal.

—¿Eso crees? —Yoongi mostraba su dentadura perfecta. Según Jimin, su sonrisa lucía como la de un pequeño niño siendo pillado en una travesura.

—Deja de burlarte de mí —¿Por qué le cabreaba tanto ver esa sonrisa? Prefirió volver su vista con la mirada al techo, eso era un poco menos perturbador que la cercanía de Yoongi—. De todos modos, debes decirle a Jungkook que no debería tener celos o lo que sea que tenga.

—Es que Jungkook no es mi novio Jimin —El pelinaranjo volvió a encontrarse con su mirada, el mayor bajó la vista y la volvió a subir encontrándose con la suya, parecía indeciso por sus siguientes palabras, y como no, Jimin nunca se las esperó—. Jungkook es mi hermano.

De acuerdo.

Había muchas interrogantes en su cabeza en ese minuto, pero estaba tan sorprendido que no podía pensar con completa normalidad.

—¿¡Qué!? —Se puso de pie tan rápido que su cabeza dolió—, ¡Mierda!

—¡Jimin! —Yoongi saltó a su lado cuando se encontraba de rodillas en el piso, con la cabeza entre sus manos por el horripilante zumbido. —¿Jimin que ocurre? ¿estás bien? Llamaré a la ambulancia.

Yoongi se puso de pie, pero Jimin alcanzó agarrar de su muñeca, haciendo que volviera a su sitio.

—Quédate —le dijo casi en un susurró, apretó los ojos nuevamente, pero trató de ocupar toda la fuerza que tenía—, solo quédate. —Yoongi asintió en silencio mientras lo ayudaba a ponerse de pie. Luego le quitó la chaqueta y abrió las sábanas para acostarlo y acostarse junto con él.

—¿C-como q-que- ¡mierda! —El dolor volvió a llevar antes de que la pregunta sea procesada, Yoongi tomó su rostro entre sus manos, sin saber qué hacer, había una notoria preocupación en su rostro y Jimin quería decirle que no era tan peligroso ese tipo de dolores, pero las palabras no salían cuando estaba tan concentrado en alejar el dolor lo más afuera posible de su sistema.

—No te esfuerces, hay tiempo, podemos hablar después, por ahora descansa. —Yoongi lo tiró hasta su pecho y Jimin no sabía si su rostro hervía por el dolor o por la vergüenza del acto, es decir, había ocurrido antes pero ahora la acción se sentía tan normal que le daba un poco de bochorno. Y a pesar de que le gustaba sentir el calor de Yoongi, minutos después lo alejó hasta poder quedar frente a su rostro.

—¿Cómo es eso de que es tu hermano? ¿ni siquiera tienen el mismo apellido?

—Es una historia muy larga —Yoongi suspiró cerrándolo los ojos lentamente para volver abrirlos a la misma velocidad, tranquilidad era todo lo que podía sentir alrededor del mayor—. Hace tiempo, mi padre cometió infidelidad. Mi madre había quedado tan desbastada qué... mierda. —El mayor maldijo por lo bajo cuando sintió que tragar era doloroso. Jimin observó el dolor palpable en su rostro. Y por debajo de las sábanas buscó su mano y la apretó, suavemente.

—No es necesario que me cuentes.

—No —Yoongi negó con la cabeza—, quiero hacerlo, quiero contarte. Mi madre lo amaba tanto que no soportó el hecho de que mi padre fuera infiel, es por eso que terminó por suicidarse.

—Oh Dios Yoongi, lo siento tanto. —Jimin tapó su boca con la mano que se encontraba desocupada, no supo cuándo, pero se encontraba olvidando las formalidades y con su mano entrelazada con la de Yoongi por debajo de la sábana, moviendo el pulgar en ligeros masajes circulares que buscaban, de alguna manera, reconfortar al mayor. Yoongi le dio una pequeña sonrisa de lado, pero todo lo que había marcado en su rostro significaba tristeza. Se sintió pésimo por hacerlo hablar de algo que a simple vista parecía doloroso. —De verdad, no tienes que hablar si no quieres.

—Jimin... —Yoongi llamó a su nombre mientras apretaba sus manos entrelazadas—, quiero hacerlo. Quiero decirte esto ahora. —Jimin asintió en silencio—, al año de haber ocurrido eso, mi padre se volvió a casar con la mujer que había sido infiel, ella era la madre de Jungkook. Y todo comenzó a empeorar, yo me había ido de casa porque no soportaba ver a mi padre feliz a costa del sufrimiento de mi madre, pasó el tiempo y la madre de Jungkook falleció en un accidente de viaje a Japón, ella era modelo y viajaba constantemente, nadie pensó que algo así pasaría. Mi padre terminó por tomar la custodia completa de Jungkook pero el pequeño quiso conservar el apellido de su madre. En ese entonces jungkook tenía solo 10 años y lo único que necesitaba era una familia, yo volví a casa y me convertí en su hermano mayor, desde ahí que lo he protegido, él es así porque tiene miedo de perder a los seres que más ama, no creo que tenga sentimientos de amor hacia mí.

—Mierda, soy una mierda entonces... —Jimin susurró para sí mismo y Yoongi lanzó una risita.

—No eres una mierda Jimin.

—Si lo soy. —Jimin frunció el ceño por lo seguro que estaba ante sus palabras—, yo lo empujé he hice que se hiriera sus manos, ni siquiera le he pedido disculpas, maldición, soy una mierda. —Comenzó a sentarse y refregar las manos por su cabello. —Y todo por culpa de mis malditos celos.

—Espera ¿¡que!? ¿estabas celoso de Jungkook?

Doble mierda.

Jimin ni siquiera se percató desde cuando había comenzado a revelar demasiada información. Se sentía ahogado y quería irse de allí, no quería enfrentar a Yoongi, estaba demasiado avergonzado por haberse dejado llevar por las emociones inducidas por su accidente.

—Yo... uhm, yo... uhm... —Jimin no sabía qué hacer o decir, de todas formas, terminó por encogerse de hombros—, ¿solo un poco?

Yoongi lanzó una risa y observó el techo, pensativo. —Desearía tanto que me recordaras

Yoongi sonreía, pero Jimin podía notar la tristeza en sus palabras.

Yo igual deseo recordarte. Dijo para sí mismo.

Pasaron unos cuantos minutos hablando de cosas triviales, y luego de un rato, cuando Jimin sintió sus parpados completamente pesados, le alcanzó a preguntar:

—¿Hyung yo qué era para ti?

—¿Qué eras para mí? —Yoongi se preguntó para sí mismo, pero Jimin no podía ver su reacción, se encontraba demasiado cansado para abrir sus ojos y sus respiraciones se comenzaron a relajar cuando el sueño llegó a su sistema.

Y no supo si fue parte de su sueño o fue real, pero sea lo que haya sido, las siguientes palabras de Yoongi lograron mover su corazón, haciendo que esa noche dormir se sienta como estar suspendido en el aire, en una burbuja que lo mantenía completamente feliz, alejado de los problemas y de su condición. Esa noche pudo sentir unas lágrimas deslizarse por los costados de su rostro, empapando las sábanas, y pudo sentir también una mano limpiarlas mientras le decía que todo estaba bien. Era el mejor sueño que estaba teniendo en toda su vida.

—¿Hyung yo qué era para ti?

—¿Qué eras para mí? Bueno, tú eras mi vida Jimin.





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