16: El plan

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El plan
Nicolás

Estábamos por visitar a Pamela, ella se hospeda en el hotel de Lillie, en donde toda la familia se hospedaba. Beneficios de ser un Torres.

—Escucha, uniremos a esos dos tortolitos, lo juro —convencía a Daniel.

Daniel como que se me estaba torciendo, claro que no dejaría que eso ocurriera, el es mi compañero del crimen.

—Se que te dije que debemos hacerlo, pero qué tal si en vez de unirlos, los terminamos separando aún más?

—Bueno, respeto tu opinión equivocada.

—Hay que considerar todas las posibilidades.

Me detuve y puse mis manos en los hombros de Daniel. Tenía que darle confianza a este muchacho.

—Mira, hay que pensar como ganadores, recuerda que atraes lo que piensas. Si piensas que vamos a fallar, fallaremos, si pensamos en el éxito, triunfaremos. ¿Lo entendiste?

—Bien... muy pocas veces dices algo que tenga sentido.

—¿Que te puedo decir? Soy un hombre lleno de sabiduría.

—Bueno, al parecer tu año sabático ha resultado mejor de lo que se estimaba... espera, ¿esa no es Lillie?

Y volteé a ver el lugar donde Daniel apuntaba.

—La mismita, pero ¿por qué parece molesta?

—Parece que quiere incendiar a ese muchacho con todo y hotel...

—¿Quién es ese? —pregunté

—No lo se, ¿deberíamos preocuparnos?

—Deberíamos acercarnos.

Y Lillie se marchó, pero antes nos escondimos para no ser vistos. No es que le tuviéramos miedo a Lillie, por supuesto que no, no es que fuera peligrosa enojada...

—Ahora, está solo.

Y fuimos por nuestra víctima.

—Cancele la habitación —el chico le pedía a la recepcionista.

Entonces ahí estamos nosotros fingiendo hablar de otro tema mientras el chico le daba explicación a la recepcionista del porqué ya no quiere la habitación.

—No es problema del hotel, es que mi jefa prefiere ir a otro, gracias.

Y entonces Dani y yo nos miramos.

—¿Jefa? —murmuró Daniel.

—Oh, Lillie es tu jefa —le hablé al chico.

El asintió torpemente y cuando iba a preguntar salió corriendo.
Si, huía de nosotros, pero nadie podía ganarle a Daniel y a Nicolás. Nosotros no estábamos hechos para la derrota. Corrimos detrás del chico que gritaba mientras corría con torpeza. Lo agarramos.

—No me peguen, mi piel es muy sensible —confesó el chico.

—No vamos a pegarte —aseguró Daniel.

—Si vamos a pegarle —contradije— claro que si no coopera.

Y Daniel me miró sin entender mi brutal trato.

—Hay que ser rudos para que suelten la sopa.

—No soy un criminal —aseguró el chico.

—Entonces ¿por qué corriste cuando preguntamos por Lillie?

—Trabajo secretamente para Lillie, yo solo estaba haciendo mi trabajo.

—¿Que trabajo? —pregunté.

Él nos miró, dudando y debatiendo en su hablar o no.

—Estaba cancelando la habitación para Lillie, ella no desea hospedarse aquí.

—Estas mintiendo —dije rápidamente— la dueña de este hotel es Lillie.

—Lo se, no me peguen, si desean pueden quitarme los lentes, tengo miopía, no vería nada, podrían huir sin que los viera por donde van.

—Bueno, eres astuto —dijo Dani.

—Pero ahora no los contarás todo, okey.

—Desde el principio —pidió Daniel.

—¿Que hacen aquí? —preguntó Pamela.

—Veníamos a pedirte ayuda con algo, pero ya casi lo solucionamos nosotros —comenté sonriendo.

—Ah, entonces lárguense, necesito dormir.

—¿No nos vas a dejar pasar? —preguntó Dani.

—No creo que debas pasar.

Pero como somos insoportables pasamos a la habitación de Pamela.
Estaba Jenny en la habitación. Error.

—¿Que pasó? —pregunto ella.

Daniel se quedó pegado a la puerta, por eso tuve que darle un empujón. Todos tomamos asiento, mientras Pamela nos regalaba agua con hielo.

—Que buen servicio —moleste.

Me gane una pisada en el pie, pero a decir verdad casi todo el peso recayó en el pie más pequeño.
Me trague mi grito femenino, teníamos cosas más importantes por discutir.

—Necesitamos hospedaje.

Y Jenny y Pamela quedaron con el rostro desfigurado.

—¿Que? ¿Están bien? ¿Que han hecho? —preguntó Jenny.

—Hemos hecho algo...

—¿Que han hecho? —insistió Pamela.

No sabíamos cómo iban a reaccionar las chicas, pero necesitábamos dejar salir esto que llevamos por dentro, aparte, si Lillie nos descubría también podíamos echarle la culpa a Jenny y a Pamela. Si, soy muy estratégico y si yo caía, ellas caerían conmigo.

—Hemos... —intentaba Daniel hablar.

—Mandamos a Lillie a la misma habitación del hotel en el que se hospeda Santiago.

Y decirlo en voz alta fue liberador, pero también indebido.

—¿Que le hicieron a Lillie? —exclamó Amanda sorprendida.

Padre nuestro que estás en el cielo, ya llévame si, está misión esta difícil hasta para mi.

—¿Que hace ella aquí? —le pregunté a Pamela.

—Dios, enviaron al mismo cuarto a la pólvora y al fuego —Jenny estaba muy preocupada.

—Oh, Dios mío —soltó Amanda— ¡están juntando a los amantes!

—Dios, amantes —repitió Jenny— donde esto sale mal, solo existirán dos culpables.

—Pues seremos cinco —respondió Daniel.

—Asi es, nos iremos todos al infierno, juntos.

—Por supuesto que no, se irán ustedes —Pamela habló.

Y estábamos discutiendo cuando Amanda nos calló, poniendo las noticias.

Y el titular decía: Rompe la cámara de un fotógrafo y las redes la aclaman.

—Y en Twitter hay un hashtag que está subiendo como espuma —añadió la menor.

Miramos el celular de Amanda.

#Lareinaestadevuelta.

Y en las noticias apareció un mesero:

"Agarró la botella y la tiro a la mesa, fue brusco, pero realmente sexi, casi me arrodillo para pedirle perdón"

Y la reportera continuaba:

"No hay heridos, los gastos ya fueron cubiertos, al parecer los fotógrafos se niegan a demandar a la causante de tanto caos, debido a los nuevos rumores que aseguran que Lillie Torres mantiene una relación seria con el príncipe Felix... ahora es aclamaba como la reina del desastre... hasta aquí mi reporte, soy Aimee..."

—Bueno... no ha sido del todo malo —dijo Daniel.

—Una chica dice: "Por fin alguien que no se muestra perfecta o sumisa ante las cámaras. Ella si es real" —citó Amanda

—Al parecer ya es un nuevo movimiento.

—Bueno, estará bajo la lupa por unos días —dijo Jenny— seguro la seguirán por... carajo, ¡CARAJO!

—¿Que? ¿Por qué ahora todo pasa tan rápido, qué pasó? —me quejé.

—Ahora todos saben que Lillie está saliendo con el príncipe... —Jenny pronunciaba preocupada.

—Si la siguen, entonces —Pamela continuó.

—La encontraran entrando al mismo hotel donde se hospeda su ex —completo Amanda— y no tardarán mucho para descubrirlo.

Mi instinto me decía que mis planes estaban fallando.

—¡Que han hecho, chicos! —se quejó Jenny dramáticamente.

—¡Bueno, nuestro plan iría perfectamente bien si Lillie no hubiera salido en las noticias! —me defendí.

—Pues ahora debemos encargarnos de que ninguno entre a ese hotel. Lo hicieron genial, felicidades— Pamela exclamó molesta.

—Nosotros llamaremos a Santiago —dijo Daniel.

Ella asintieron.

—Nosotras a Lillie.

Lillie no respondía y mi amigo peor. Todos nos observamos al no tener respuestas.

—Bueno y ¿ahora? —preguntó Jenny.

Nos dimos una última mirada y todos corrimos saliendo de la habitación. Corrimos por todo el hotel hasta llegar al estacionamiento.

—Sigan intentando con las llamadas, idiotas —ordenó Pamela.

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