Capitulo 11

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—Solo tienes que beberlo y te aliviará el malestar.

Ahí estaban todos, reunidos en un círculo, prohibiéndome la salida. Prefería morir con gripe a morir con eso en mi estómago.

—No quiero, se ve realmente asqueroso- un par de burbujas se hicieron en la bebida—viste, eso parece tener vida propia, no lo quiero.

—Lillie, mira te tapas la nariz así- Dorothea se tapo la nariz y bebió un poco de la bebida, casi se vomita—¿sabes que? está asqueroso, sin ofenderla señora Victoria.

—No me ofende— si le ofendió un poco—¿Quién dijo que las bebidas curativas son deliciosas?

—Tu lo dijiste hace unos minutos— respondí.

—Trataba de convencerte para que lo bebieras sin rechistar.

—Filmaré esto—Daniel dijo entre risas.

—Dani desde cuando andas tan gracioso? Deja ese celular y mejor ayúdame a que Lillie se lo tome.

Negué, negué y volví a negar.

—Abuela puedes apurarte, tengo que ir a la escuela, no quiero llegar tarde por una simple gripe—reclamó Pamela.

—Entonces ve, a los chicos los enviaré con Malcolm.

Mis tíos ya se habían marchado al trabajo, ambos aclararon que preferían ir al trabajo, que beber o si quiera oler el remedio de Victoria, tal remedio tenía muy mala reputación.

—Lillie, bebe el jugo.

Lo mire sin ganas, se veía asqueroso, de color rojo oscuro y se veían trocitos de quien sabe qué cosa.

—El miedo te hace fuerte, prima—me alentó Daniel.

—Y el asco que te hace?

—Vomitar, eso hace- respondió Dorothea, al ver el enojo de Victoria se marchó sin decir alguna palabra.

—Si te lo tomas, te haré un favor, lo necesitarás en algún momento, prima.

Eso me convenció.

—Lo tomaré, eso si, si lo vomito ya no será culpa mía.

Ambos asintieron y esperaron con paciencia a que tomara la bebida.
Olía muy mal y se veía viscosa.

—¿Puedes contar?

—A la cuenta de tres—asentí, preparada para la cuenta regresiva—... tres.

Enseguida me bebí todo el líquido viscoso, casi lo devuelvo al vaso, pero, finalmente lo tragué todo.
Nunca más en mi vida me bañaría en la lluvia, no si tengo que beber esto.

—Lo hiciste, felicidades eres la primera en hacerlo sin vomitar.

—Entonces no saben si el remedio funciona?

—Eh, abuela, encárgate de responder, iré por mi mochila.

—Cierto, Dorothea tiene las cosas que compramos para la escuela.

Nadie respondió a mi pregunta, así que, los seguí hasta la puerta, donde Dorothea esperaba.

—Tu mochila, adentro hay un par de cuadernos y unos lápices, también hay dinero por si se te antoja algo y también el número de la casa. Malcolm los recogerá a las tres.

—Lillie, recuerda que tienes que inscribirte al equipo de natación—recordó Victoria.

—Dorothea, escribí una carta para mis padres, puedes encargarte de enviarla por el correo?

Dorothea acepto. Nos despedimos y subimos al carro con Malcolm el chofer.

—Que bueno verte, ¿cómo está tu esposa?

Malcolm me miró y sonrió de oreja a oreja.

—¡Seré papá!

—¡Felicidades! Wow, creí que era un accidente.

—Fue algo parecido, al final nos enteramos que seremos padres.

—Dios te bendiga Malcolm—dijo Daniel.

—Gracias joven. Vendré por ustedes a las tres, que tengan un lindo día.

Nos despedimos y entramos antes que cerraran sus puertas.

—Me debes un favor, lo guardaré para cuando lo necesite.

—Nos vemos más tarde.

Asentí y camine a grandes pisadas. Estaba por entrar a mi clase, cuando la maestra me detuvo.

—¿Eres Lillie Torres?

—La misma pero prefiero que me llamen Melina.

—Entremos a clase, te presentaré con tus compañeros.

—No, gracias.

Me llevó con ella, sin soltarme para escapar.

—Chicos, ella es su nueva compañera, Lillie.

—Melina—insistí pero no me presto atención.

—Lillie puedes darle tu número celular a Mirian, ella es la presidenta del curso, te agregará al grupo para que siempre estés informada.

—Fíjese que no— iba a comentarle que no tenía celular.

—Miss Keyla, no pierda su tiempo preguntándole a Lillie por su número de teléfono—todos querían saber porque la entrometida de Pamela hablaba— es que en el pueblecito en el que vivía solo habían vacas y caballos, por eso no tiene teléfono.

Todos o casi todos se burlaron de las estupideces que decía mi prima.

—Miss también tenía una mula, que se llama Pamela, tiene que conocerla es un encanto.

Esta vez todos se burlaron al escuchar mi respuesta.

—Bien chicos, calma— pausó, dejando su maletín en el escritorio—vamos a hacerles un par de preguntas a Lillie. ¿Alguien quiere empezar primero?

—Yo, Miss—habló Nicolás.

Este chico aparecía por todos lados.

—Lillie, del uno al diez, que tanto quieres a tu abuela?

¿En serio?

—Eso que tiene que ver con la escuela?

—Nicolás siéntate, alguien más?—pregunto la Miss.

Nicolás refutó mientras se sentaba de vuelta.

—Tienes hermanas así de bonita como tú?—pregunto un amigo de Nicolás, ambos se reían con complicidad.

Aunque su pregunta me dejó congelada y no quería responder.

—Tengo una—a ambos les brillaron los ojos—esta muerta.

Pronunciar esas palabras me dejaba un sabor agrio.

Ambos chicos, que hace un momento se estaban riendo, dejaron de hacerlo y me alivie al ver que no eran tan idiotas para seguir preguntando.

Vi el primer asiento libre y me senté en el.

—Chicos saquen su libro de historia, hoy hablaremos de la revolución francesa.

Las clases pasaron, una tras otra, el primer descanso fue a las diez de la mañana, recibimos tres horas más de clases.

—Chicos ya pueden—se detuvo, fue a la puerta y regresó—Lillie, es para ti, es tu examen de acceso— dejo el papel sobre mi mesa—Bien como decía, pueden salir y los chicos que quieran practicar algún deporte este año lo pueden hacer hasta las tres de la tarde, adiós.

La Miss recogió sus cosas y salió. Los demás esperaban, no sé lo que esperaban o lo que pretendían hacer. Me levante dispuesta a irme.
Nicolás se interpuso en mi camino.

—Cuantas preguntas tienes correctas? Todos queremos saber.

Desconfié un poco y me negué.
No quería mostrar a toda la clase mi nota y si era muy mala, seria la burla de la clase.

—Nicolás déjala, seguro tuvo 3 aciertos por que escuché a mi abuela decir, que dio el examen sin siquiera leer una página de algún libro o prepararse con antelación—Pamela comentó con negatividad.

Todos gritaron un "¡Uh!" Y algunos hablaban de una pelea.

Iba a salir, sin escuchar a alguien mas, no podía, odiaba que Pamela estuviera siendo tan egoísta y molestosa conmigo y eso que aún no le había hecho algo malo.

—Tanto quieres saber—le di el sobre a Nicolás—averígualo tú mismo.

Estaba por irme, cuando oí su grito de horror.

Tan mal estaba la nota?

—¡Oh, mierda! Nuestra nueva compañerita ha superado a nuestros dos cerebritos.

Todos se abalanzaron sobre Nicolás para quitarle el examen y ver los resultados por sus propios ojos. Pamela al ver el resultado, me miró de una forma siniestra y para nada sana, luego tomó sus cosas y salió empujándome al salir, tenía unas inmensas ganas de ir y preguntarle cual era su problema conmigo, tal vez terminaría en golpes.

Nicolás, el chico llegó a mi y me besó en la mejilla, no me lo esperaba.

—Felicidades, estrellita.

Me devolvió los papeles y no los vi hasta que todos salieron.

Le di una ojeada a los resultados y hasta yo estaba algo sorprendida, es decir, estaba segura que los resultados no serían malos, esto superaba lo que creía.
Al final de la hoja se encontraba la nota final.

100/100
Y una estrella con carita feliz .

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