14: Solo por esta noche...

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No soy buena para esto... 

pero la intensión es lo que cuenta...

  

Me sentía culpable por el estado en el que se encontraba YoonGi, debí estar al tanto de él, y acceder a irnos cuando me lo pidió. Este momento me es tan familiar, está de nuevo en mis brazos, tal como aquella noche en la cual mis sentimientos se confundieron. Estoy reflejado en sus ojos, es cierto, me está mirando a mí, solo a mí. Lo tendí cuidadosamente en su cama, sería mejor que descansara.


—No te vayas.


Su voz ronca, llamó mi atención haciéndome girar sobre mis pies rápidamente. Estaba sentado sobre su cama, me acerque un poco, con miedo, quizás el alcohol había provocado algún efecto de alucinación en mí.


JiMin, por favor no te vallas. Quédate aquí al menos un momento.


— ¿Qué sucede YoonGi? ¿Necesitas algo?


Jalo mi brazo haciéndome sentar de golpe a lado suyo. Me tomo del cuello y atrajo mi rostro hacia él, su respiración chocaba en mis labios, esa sensación, instantánea de querer juntar nuestros labios me invadió, sin embargo, espere a que él comenzara primero. Me beso, nuestros labios se conocieron por primera vez, su lengua exigía camino para encontrarse con la mía, le di la oportunidad, y comenzó el duelo por querer ser el dominante.

YoonGi se colocó sobre mí, obligándome a recostarme en su cama, siguiendo aun aquel beso que había comenzado tierno y ahora solo estaba lleno de lujuria.


Sí, solo eso necesitaba. Largo Park.— Se separó de mí bruscamente.


—Pero YoonGi, ¿a qué te refieres?


—No sentí nada, ese beso fue inútil. Eres insignificante para mí Park.


— ¿No sentiste nada?


— ¿Qué se suponía que debía sentir?


—Bésame una vez más, entonces entenderás lo que debiste sentir.


—No pienso volver a besarte, ¡estas ebrio!


Nos miramos por un par de segundos, mordió su labio inferior, y antes de que pudiera reaccionar, me tomo de nuevo entre sus manos, mordiendo mis labios. Gracias a sus respiraciones agitadas, los pensamientos insanos que alguna vez tuve, se presentaron en mi mente uno a uno.

Tomo mis muñecas y las coloco a la altura de mi cabeza, sus piernas ambas a los lados de las mías, impidiendo cualquier movimiento. Roses accidentales de nuestra virilidad, hacían que ese cosquilleo fuera a parar a mi entrepierna.


—Y- YoonGi, esto no está bien. —Sus labios formaron un camino húmedo hasta mi cuello. Mi punto débil...


— ¿No está bien? Tú querías esto ¿no? —desabotono mi camisa, dejándome la corbata puesta. Mordió mi clavícula, mi grito retumbo en sus oídos.


—YoonGi, ¿Qué somos? —detuvo sus movimientos, mirándome con deseo.


—Somos hermanos JiMin —Bajo su diestra al borde mi pantalón, bajo el zipper de este y escabullo su mano dentro de él.


Mordió mi labio inferior mientras apretaba suavemente mi miembro. Gemí en sus labios. El dolor ya era insoportable. Lo tome de los hombros aventándole a un lado, colocándome sobre él.

Quite la camisa blanca dejando a mi vista su blanquecina piel, deslice mis dedos sobre su pecho hasta llegar al borde de su pantalón, me deshice de el en pocos segundos, junto con sus boxers. Toda la perversión existente no sería suficiente para imaginar lo que podría hacerle a YoonGi en estos momentos, lo que deseaba y anhelaba, no sería suficiente.

Me levante para quitar las prendas restantes. YoonGi tomo la cajetilla de cigarrillos que estaba en la mesita de al lado. Coloco uno en sus labios e inhalo profundo.


—Date prisa Park.


Subí a la cama, la espalda de YoonGi descansaba en la cabecera de esta. Me senté sobre sus piernas. Comenzó a masturbar nuestros miembros erectos, tome sus manos haciendo más rápidos los movimientos. Los sonidos eran tan obscenos, pero, estos hacían más placentera la experiencia.

— ¡Y-Yoo-Gi!


Inhalo una vez el humo proveniente del cigarrillo que ahora sostenía con la zurda, poso su diestra en mis glúteos, apretándolos, me encargue de seguir rosando nuestra erección.

El humo era hostigante, mis jadeos se pronunciaban más, y el causante era el cigarrillo de YoonGi. Sin esperarlo, YoonGi metió dos dedos en mi entrada. Comenzó con movimientos lentos.


—No intentes controlar tus gemidos.


—Por favor Hyung, ya es hora, te necesito dentro de mí.


Voto el cigarrillo en el cenicero de cristal. Tomo mis caderas obligándome a elevarme un poco. Tome su erección colocando la punta en mi entrada, y lentamente baje hasta chocar con su piel nuevamente.


—YoonGi, Te... Te amo YoonGi


—Park, no te confundas, ahora solo salta.


Apoye mis manos obre su pecho impulsándome para dar saltos, sintiendo más profunda la penetración. Movió mis caderas de arriba hacía abajo, guiándome para hacerlo aún más placentero. Las punzadas se acumulaban en mi erecto, lleve mi mano, necesitaba masturbarme, el dolor en punzadas hacia que mi cuerpo vibrara.

Me acerque una vez más a los labios de YoonGi, los mordí justo cuando me corrí en mi mano, manchando el blanquecino abdomen de YoonGi, el cosquilleo recorrió mis piernas, sintiéndome débil al instante. YoonGi aún no detenía las embestidas, siendo estas cada vez más profundas. Un par de estocadas más terminaron por satisfacer a YoonGi.

Apoye mi cabeza en el hueco de su cuello, nuestros cuerpos estaban pegajosos, nuestros fluidos se mezclaron y la habitación olía a sexo, llene mis pulmones con ese aroma, tal vez, sea la única vez que esto suceda.


—Debes irte.


—No quiero. No lo are. Solo, déjame quedar  esta noche.



MI PEQUEÑO HERMANO 



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