Colocó sus manos en mi pecho alejándome, separándome de sus labios.

— ¡No es para tanto! —se estaba ahogando, me preocupe, pero después de todo ¿Qué podría hacer? — Sera mejor que me vaya antes de que algo pueda pasar. —apague el cigarrillo en el cenicero del pequeño buro.

— ¿A qué te refieres? —arrugo su nariz.

—Te odio Park...—no lo digas YoonGi, no lo digas. —Pero creo que me gustas.

—Hyung me gustas. —cometí un grave error.

—Aléjate, me asustas...

— ¿Te asusto? —se alejó levemente de mí. — ¿Por qué?

—Me asustas cuando no estas, creo que necesito de ti, no te alejes Park. — No muestres tus sentimientos...ya era tarde para eso. —Me voy.

—Hyung... YoonGi no te vayas. —Rodeo mi cintura con sus brazos.

—Park —deshice su agarre y me di la vuelta para verle claramente. —Te odio.

Su rostro suplicante, ese singular brillo en sus ojos, y la carnosidad de sus labios me invitaron a besarles de nueva cuenta. No fue como las otras veces, esta vez quería asegurarme de mis sentimientos.

Atrape sus labios con suavidad, su sabor era peculiar, simplemente dulce, eran suaves pero torpes. Sus ojos se cerraron gracias a mis movimientos, imite su acción. Delinee sus labios con la punta de mi lengua, buscaba abrirla, tenía que llenarme de la calidez de su saliva, mi boca estaba reseca.

Nuestras lenguas danzantes provocaron que la temperatura subiera, un calor recorrió mi piel, ahora, tengo la necesidad de quitar mi ropa, estorba.

—Hyung yo...

—No hables, tus palabras complicaran mis pensamientos. — quería terminar con todo esta noche.

Desabotono mi pijama, sus manos recorrían mi abdomen, mi pecho, yo me deleitaba con el sabor de su cuello. Sin ropa que estorbara me senté en la cama recargando mi espalda en la cabecera, él se subió en mis piernas. Acaricie su espalda mientras lamia uno de sus pezones. JiMin solo enredaba sus dedos en mi cabello irguiéndose en mis brazos.

Por segunda vez rose su miembro, estaba duro, baje la mirada pude notar las venas en ambos, la escena me excitaba de sobremanera.

Meció sus caderas hacia adelante y hacia atrás, rosando y provocándome cada vez más. Nos besamos una vez más, ahogue sus gemidos con una mordida.

—Hyung, me duele...—su voz jadeante estimulaba mi imaginación.

—Espera un poco más JiMinnie —penetre su boca con mi lengua.

Con mis manos tome nuestros miembros haciendo que chocaran, una gota de presemen resbalo por la punta de ambas erecciones, lleve mis dedos acariciando ambas puntas lubricándolas con el líquido.

Metí dos de mis dedos a mi boca, enrede mis brazos en la cadera de JiMin, mi diestra descendió hasta rosar su entrada.

— ¡Mírame! — nos miramos y uno de mis dedos se adentró en su cavidad.

—Hyung —mordió su labio inferior estremeciéndose sobre mis piernas.

Un segundo dedo me ayudo a dilatar su entrada, ya estaba listo. Tome su cadera elevándolo un poco, sujeto mi pene y lo dirigió a su estrecha entrada. La punta entro, JiMin me tomo de los hombros, lo deje caer lentamente en mí, obligándolo a que se sentase por completo.

Se aferró a mi cuerpo y gimió en mi oído cuando la primera estocada se presentó. La velocidad aumentaba, JiMin saltaba sobre mi penetrándose mientras sus uñas se encajaban en mi espalda.

— ¡Ji-Min! —un grito gutural desencadenó una serie de gemidos y jadeos en nuestros oídos.

Mi abdomen estaba húmedo, JiMin se había corrido sobre mí. Las estocadas daban cada vez en ese punto, podía sentir como su cuerpo se erguía apretando más mi pene dentro de él.

Termine corriéndome dentro de él. El líquido resbalo por sus piernas mojándonos a ambos.

— ¡Gracias Suga! —suspiro exhausto en mi cuello.

— ¿Suga? — enrede mis dedos en su cabello no quería que se apartara de mí.

—Sí, Suga. —no me importaba el significado, si ese apodo venia de sus labios no importaba en absoluto lo demás.

—JiMin, ahora te odio más.

— ¿mm?

—No me gusta demostrar mis sentimientos, así que escucha atentamente por qué no lo diré de nuevo. —levanto su rostro mirándome, apoye mis manos en su espalda, aún seguía dentro de él.

—Te escucho Suga.

—Te odio.... Te odio, por hacerme quererte. —cerré los ojos por instinto, ese era mi método de protección, cerrar los ojos con fuerza.

—Yo lo sé, sé que me quieres —lamió el lóbulo de mi oreja.

Su lengua recorría mi cuello, mi pecho, regreso a mis clavículas, descendió, se separó de mí. Sus cabellos se adherían a su frente húmeda. ¿Desde cuando me parecía tan sexy Park?

Metió a su boca mi nueva y no tan pronunciada erección. Sus labios me apretaban con fuera, mire hacia abajo y su mirada penetrante me éxito, verle devorándome me ponía a 100. Mecí mis caderas penetrando su boca, tome su cabeza y la dirigí hacia mí, acortando más la distancia. Su lengua recorría toda la extremidad. No sabía de lo que su lengua era capaz.

— ¡JiMin! — Grite su nombre, mis piernas comenzaban a temblar, me sentía débil.

Succiono con fuerza, sus labios eran rojos, me corrí en su boca, una gota resbalo por la comisura de sus labios. Tome su mentón atrayéndolo a mí. Lamí el contorno de sus labios probando el sabor de su saliva combinado con el de mi esencia.

Nos separamos pero un hilo de saliva aun nos unía.

—Park no te alejes.

— ¿Crees que podría hacerlo después de esto? — recostó su cabeza en la almohada.

—Te quiero Park. —Deslice mi mano derecha debajo de la nuca de JiMin.

—Yo Te amo Hyung. —sus palabras estremecieron mi corazón.

Un te amo es una palabra muy fuerte, no la dices por decir.

— ¡Yo... yo también JiMinion!

Lo último que mire fue su rostro aun con esa fina capa de sudor, cerró sus ojos para conciliar el sueño, me acerque a sus labios y le di un casto beso, para después cerrar mis ojos. ¿Qué sucederá a partir de ahora? ¿Seré capaz de seguir mis sentimientos?

Por primera vez confiare en ti JiMin.

★ MI PEQUEÑO HERMANO★