32: Despertar

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Habían pasado dos semanas desde el día del accidente, los doctores entran y salen una y otra vez de la habitación. Conforme pasan los días, me han dado malas noticias del estado de salud de JiMin. El doctor me ha dicho que JiMin probablemente pierda la memoria en un corto lapso de tiempo, dijo que es muy común en casos como este, aunque también hay una alta probabilidad de que quede ciego, esto último me ha alarmado, tengo miedo de lo que pueda sucederle a JiMin.


—Hyung, deberías ir a casa a descansar. —JungKook había traído un par de vasos de café. —Hace cuatro días que no has tomado una ducha.

—No pienso irme de aquí.


—Pero YoonGi necesitas descansar, ¿Qué sucederá cuando JiMin despierte? Solo mírate, no has dormido bien.


—Jin, ahora no.


—MinGi, tienen razón. Debes dormir un poco.


Anda ve a casa, si sucede algo te mantendremos informado. —HoSeok poso su mano en mi hombro, animándome un poco.


—Cuidaremos de bien de JiMin, no tienes por qué preocuparte. —NamJoon palmeo también mi hombro.

—Solo iré a darme un baño, regresare lo más rápido posible. —mire una última vez a todos antes de irme, no estaba seguro de irme, pero tenía que hacerlo.


Camine tranquilamente a casa, hace días que no fumaba un cigarrillo, me sentía distinto, desesperado, necesitaba ahora más que nunca fumar uno.

Durante el camino a casa fume quizás cuatro o más de ellos, perdí la cuenta cuando tire la colilla del segundo.

Subí a mi habitación y busque ropa limpia, no quería tardar mucho en casa, necesitaba estar a su lado, así que sin más rodeos me di un baño rápido, estaba tan agotado, mi cuerpo me pedía a gritos recostarme un momento.


—Solo cinco minutos.


Me deje caer en mi cama, era temprano solo había pasado una hora desde que salí del hospital.

Mis ojos se cerraron dejándome en absoluta paz.


—YoonGi cariño. —una dulce voz me hablaba mientras acariciaba mi rostro con ternura.


— ¿Mamá? ¿Eres tú?


—Todo estará bien YoonGi.


—Tengo miedo.


—Es normal que lo tengas hijo.


—JiMin está en el hospital por mi culpa, todo esto ha sido mi culpa.


Mi madre me envolvía en sus brazos, mire su bello rostro era como la recordaba antes de que esa maldita enfermedad la absorbiera, el brillo en sus ojos y su largo cabello ondulado, era tan hermosa.


—He hablado con JiMin él me ha dicho que todas las noches te la has pasado llorando mientras te culpas por aquel accidente.


— ¿JiMin?


—No tengas miedo, ya pronto todo estará bien. Es tu turno de ser feliz.


— ¿Mamá? No te vayas —la figura de mi madre comenzó a desvanecerse. —Te necesito.

Abrí mis ojos de golpe, mi celular estaba sonando escandalosamente, había tenido un sueño con mi madre, frote mis ojos para despertar por completo, mi rostro estaba húmedo, gracias a aquel sueño, había llorado una vez más.

Mire la pantalla con los ojos entrecerrados. Era HoSeok.


—YoonGi, ven deprisa. —su voz era lastimosa, estaba llorando.


— ¿Qué sucede? —no espere su respuesta cuando ya me encontraba abriendo la puerta de casa.


—JiMin ha despertado.


Colgué la llamada y comencé a correr desesperadamente, iba tan concentrado en las palabras de HoSeok que no me había percatado que no había personas a mí alrededor, tampoco había notado que el cielo ahora estaba oscuro. Había salido del hospital por la mañana. ¿Durante cuánto tiempo había dormido?

Me faltaba el aire, mis pies ardían, pero no quería detenerme. A unos cuantos metros lejos de mí, vislumbre el hospital, estaba tan cerca.

Entre al hospital, corrí a aquella habitación sin detenerme, en la sala de espera no había nadie.

Habitación 305

La abrí tan pronto como me fue posible, todos estaban dentro de la habitación de JiMin, NamJoon abrazaba fuertemente a Jin, JungKook estaba sentado en la esquina de la habitación y YuGyeom estaba a su lado, TaeHyung lloraba sin consuelo mientras tomaba la mano de JiMin.

—YoonGi...—HoSeok camino hasta a mí. Su rostro reflejaba todas las lágrimas que había llorado.


— ¿JiMin?


— ¿YoonGi? —JiMin miraba de frente sonriendo melancólicamente — ¿estás aquí?


—YoonGi, JiMin no puede vernos.


—YoonGi, acércate.


Mis pies avanzaron torpemente, acaricie su mejilla y el detuvo la caricia posando sus manos sobre el dorso de mi mano. Sus ojos miraban a la nada, su mirada era perdida, el brillo de sus ojos había desaparecido.

Era como si no tuviera alma.

—JiMin, estoy aquí.


—No llores YoonGi. —con sus manos busco mi rostro hasta tocar mi mejilla, su pulgar limpio las lágrimas que descendían por mis mejillas.


Tome su cuerpo entre mis brazos estrujándolo con fuerza, no reprimí mi llanto, verle así me dolía en el alma.


—YoonGi, hablemos un minuto. —HoSeok toco mi hombro.


—Ahora vengo JiMinie — Me separe de JiMin dándole un beso en la frente.


HoSeok y yo salimos de la habitación de JiMin.

—En cuanto JiMin se despertó el doctor lo examino con detenimiento, nos dijo que la ceguera de JiMin era algo severo, jamás podrá recuperar la vista.


— ¿JiMin lo sabe?


—Él cree que todo esto es temporal. El doctor nos dijo que JiMin entrara a la lista de espera, intentaran encontrar un donante de corneas, solo así el podrá ver de nuevo.


— ¿Aún tenemos una esperanza?


—Parece que sí, sin embargo la lista es interminable, cientos de personas esperan día con día un donante. —Mis dedos se enredaron en mis cabellos jalando de ellos con fuerza.


—HoSeok,  necesito hablar con el doctor de algo muy importante.


Camine por los pasillos buscándole desesperadamente. Estaba seguro de lo que haría, no dude en ningún momento.


—Doctor, ¿puedo hablar con usted? Se trata de JiMin.


— ¿Qué ocurre? ¿El paciente se encuentra en buen estado?


—He encontrado un donante de corneas. —no pude ocultar mi sonrisa melancólica.


Esa es una buena noticia, ¿Quién será el donante?


—Yo lo seré. —mi sonrisa fue aún más sincera, estaba emocionando, había encontrado la solución perfecta.

—Jovencito, ¿estás seguro de lo que dices? —Me miro con el ceño fruncido— ¿Estarías dispuesto a regalarle lo más valioso de ti a tu pequeño hermano?


—JiMin es más que mi hermano, él es lo más valioso para mí, así que, estoy dispuesto a lo que sea. —se alzó de hombros.


—No puedo ir en contra de tu decisión. Ven por aquí, debes de leer y firmar un documento.


Seguí los pasos del doctor con determinación, mi concentración fui interrumpida por el sonido de mi teléfono celular. Tenía una llamada, era mi padre.

No le había visto desde el día del accidente, Bang se había encargado de aquel asunto, ellos irían a la cárcel en un par de semanas, y estarían ahí por un largo tiempo, además, habían perdido todo, estaban prácticamente en la calle.


— ¿Para qué has llamado? JiMin no quiere saber nada de ti. —quise colgar la llamada, pero sus sollozos me lo impidieron.


—Perdóname.


— ¿De qué hablas?


—Debí ser un mejor padre para ti y para JiMin. Debes perdonarme.


—Estoy ocupado para esto, tengo que colgar. Hablaremos después.


—Ya no habrá un después YoonGi. Lo lamento.


Antes de que pudiera decir algo, la llamada había terminado.


—Es por aquí joven Min. —ignore lo que había sucedido y entre al consultorio del doctor. —Voy a entregarle el formulario, no se precipite a entregarlo ahora, léalo en casa, y cuando este seguro venga a entregármelo.


—Gracias. —tome el panfleto y salí de ese lugar.


Tome asiento en una de las sillas que estaban cerca del consultorio de ese hombre. Comencé leyendo la primera hoja, y cuando menos lo espere, caí en un sueño profundo.

Desperté a medio día, cuando había llegado a hospital pasaba de las 5:35 de la mañana. Me dolía el cuello, frote con suavidad mis ojos, el personal del hospital iba de un lado a otro.

Una nueva llamada me interrumpió, esta vez era Bang.


— ¿Todo va bien YongGuk? —suspire con pesadez.


—Tu padre YoonGi...


— ¿Qué? —fruncí el entrecejo, un nuevo problema se acercaba.


—Hoy por la mañana, la policía me llamo, me dieron la desagradable noticia. Tu padre se suicidó.


—Bien, gracias por llamarme.


—El médico forense me llamo para preguntar que deben de hacer con el cuerpo. No quise hacer nada sin preguntarte primero.


—Bang, dame un minuto, en un momento te regreso la llamada.


Me levante y corrí de nuevo al consultorio de aquel hombre.


—Joven Min, ¿ha tomado una decisión?


—Sí, lo he hecho.


★ MI PEQUEÑO HERMANO★

solo queda un capitulo de este mini maratón... 

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