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Estaban a tres días de llegar al valle de piedra. Yoongi había escuchado por parte de Nam Joon y otros Khalasar como era ese lugar, pero aún así a su imaginación se le hacía difícil.

Lo que si agradecía es que debido a la gente que estaba a su alrededor durante el viaje, su hermano no lo había vuelto a presionar.

Y es que, ¿cómo esperaba que convenciera a Jimin de que cumpla su trato y le de su ejército? Ni siquiera podía hablar bien cuando estaba frente a él, no lo conocía casi nada, y a pesar de que lo trataba gentil hasta ahora...le daba miedo.

Habían armado el campamento para pasar la noche. Yoongi se encontraba en su tienda, la cual estaba en medio del campamento y era un poco más grande que las otras.

Al parecer varias personas estaban bailando y bebiendo alrededor de la fogata central. Yoongi había decidido quedarse dentro de la tienda, pues no tenía ánimos de nada. Además, aún se sentía muy extraño a pesar de que había reconocido que los Khalasar eran buenas personas.

Estaba sentado sobre las sábanas de piel, dirigiendo su mirada hacia el cofre donde estaban guardados los huevos de dragón. Durante el viaje había escuchado cierta leyenda.

"El dragón surgirá dentro del fuego"

¿Qué significaba eso en realidad?

Yoongi se levantó y se acercó hacia el cofre, se cuncliyo ante este y lo abrió. Los tres fósiles de huevos estaban sobre una base acolchonada.

Tomó uno, observandolo con admiración como la primera vez. El cofre estaba al lado de la mesa con velas. Yoongi no pudo evitar dirigir su mirada hacia las llamas.

- Surgirá dentro del fuego - repitió Yoongi. Estaba a punto de acercar el fósil hacia las llamas de las velas, pero escuchó que alguien se acercaba.

Nadie podía entrar a su tienda, excepto el Khal.

Y si, cuando giró su cabeza, se encontró con la mirada de Jimin. Este tenía una botella de licor en su mano.

Tembloroso dejó el huevo otra vez en el cofre, y puso sus manos sobre su regazo agachando la cabeza. La verdad es que no había vuelto a estar a solas con Jimin, desde aquella noche después de su boda, y no sabía cómo actuar.

Jimin, como siempre tenía una presencia imponente y varonil, su mirada le seguía erizando la piel. Jimin fue hacia las sábanas y se sentó.

- Ven aquí, Yoongi - dijo Jimin. Su nombre en los labios de ese hombre sonaba extraño. Además, su voz estaba más ronca de lo que recordaba.

Yoongi levantó la cabeza y lo miró de cerca. Jimin tenía puestos sus arillos, en me dio de su labio inferior, sus orejas, en una de sus cejas, y uno en su nariz. Se preguntaba porque se los había quitado la noche en que consumaron su matrimonio, ya tendría tiempo de aclarar esa duda.

Un poco tembloroso, se levantó y fue hacia él, sentándose a su lado.

Jimin estiró su brazo y lo tomó de la muñeca, acercandolo más. Yoongi esta vez no pudo evitar mirarlo a los ojos. Esos ojos, tan oscuros y profundos. Tragó grueso.

Con una de sus manos, Jimin apartó un mechón blancuzco de su frente, y acercó su cara hacia la de Yoongi. Podía sentir su aroma y su respirar. Jimin olía a vino. Aquello no le desagradaba del todo.

Jimin tomó un trago del vino, y dejó la botella a un lado, todo sin quitar la mirada de Yoongi. Lo tomó de las mejillas y de imprevisto junto sus labios con los de él.

Yoongi se puso rígido mientras cerraba los ojos. Los labios de Jimin estaban agridulces por el vino, eso le hacía arquear un poco la espalda baja. Jimin ladeó la cabeza, dándose más acceso a la boca de Yoongi, y pode meter su lengua. Yoongi no sabía que hacer, pues la lengua de Jimin comenzó a recorrer toda su cavidad bucal, dejando en su lengua el sabor a licor.

El roce del arillo en medio del labio inferior de Jimin, causaba un contraste entre el frío y el calor. El beso aumentó, y Yoongi sentía que se estaba ahogando, pero no tenía el suficiente valor para apartarlo.

Agradeció en su interior cuando Jimin rompió el beso, aunque no se alejó, tuvo unos segundos para recuperar el aire. Jimin acariciaba sus sonrojadas mejillas mientras rosaba con los labios su mentón.

Entonces tomó su brazo y lo acarició. - ¿Qué te sucedió aquí? - preguntó Jimin al darse cuenta del hematoma.

- Y-yo...me...me lastimé con una rama, Taehyung me puso un pomado, ya no me duele mucho.

Jimin lo quedó viendo con los ojos entrecerrados, como si estuviera analizando sus palabras. Después de unos segundos, asintió.

- Ten más cuidado ¿si? - se inclinó y dejó un casto beso en el hematoma.

- S-si - Yoongi sintió helar cuando Jimin hizo eso.

Sin esperar más, Jimin acostó a Yoongi sobre las sábanas, y se levantó. Yoongi vio como comenzaba a sacarse la ropa, sientiendo su cara quemar.

Iban a tener sexo otra vez.

Apretó las sábanas entre sus manos, cuando Jimin quedó desnudo y se acercó a él. Su ropa fue retirada con un poco de desesperación. Quería cubrirse, pero sabía que Jimin se lo impediría.

Tomó una bocanada de aire, preparandose mentalmente.

Estando Yoongi de rodillas y manos, Jimin lo penetraba con un ritmo constante y fuerte. Sus embestidas eran profundas, lo que las hacía placenteras pero dolorosas.

El cuerpo de Yoongi era sacudido en cada estocada, y sus labios solo soltaban jadeos y gemidos. La verdad era que le dolía, y mucho. Apretó las sábanas, inclinando un poco su cabeza, pues se sentía mareado y como si lo estuvieran partiendo en dos.

Los gemidos y gruñidos de Jimin, se mezclaban con sus jadeos. El ritmo aumentó, y Jimin sostuvo más fuertes sus caderas, levantando aún más el trasero de Yoongi. Aquel acto hizo que Yoongi arqueara su espalda y pegara su mentón a las sábanas.

Levantó su mirada hacia el cofre de los huevos de dragón, el cual había dejado abierto. Por algún motivo, ver aquellos fósiles al lado del fuego, hizo que contuviera sus ganas de llorar.

Apretó más la sábanas, y mordió su labio inferior conteniendo un sollozo, mientras su mirada seguía clavada en aquel cofre.

Después de unos minutos Yoongi se corrió, debido a la estimulación en su punto dulce y en su miembro, quiso evitar dar un agudo gemido pero no pudo. Entonces, sintió algo caliente en su interior, ya que Jimin también se había corrido.

Yoongi no podía más. Dejó caer su cuerpo aún boca abajo, pues la sensación post orgásmica lo dejó muerto. Solo quería cerrar sus ojos y no saber nada de la vida, al menos hasta el día siguiente.

La sensación de unos besos y caricias en su espalda, lo rejaló bastante. Aquellos besos subieron hasta su hombro y nuca.

- Lo hiciste muy bien, mi luna - susurró Jimin en su oreja, besando esta con cariño. Yoongi no abrió sus ojos, pero estaba consiente de lo que Jimin le decía y hacía con su cuerpo.

Las caricias en sus muslos y cadera lo arrullaron como a un bebé. Minutos después sintió como era jalado hacia el pecho de Jimin, y lo último que supo es que esta había dejado un beso en sus labios.








"Fuego es igual a poder"

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