¡Harto!

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

—¿No crees que estás exagerando? Solo me invitó, no es razón para ignorarme, Dante —expresó Valeria a través del teléfono en manos libres.

—Ya te dije que estoy ocupado. Además, ¿Por qué debo darte explicaciones? No tenemos ese tipo de relación —respondí, exasperado, mientras conducía hacia la casa de Laura.

—Eso me ofende. Pensé que éramos amigos —dijo ella con tono molesto.

—¿Amigos? ¿Eres amiga de todos los clientes con los que te acuestas? —comenté de forma burlona.

—No, pero creí que tú y yo...

—¿Tú y yo? ¿Pensaste que había algo más entre nosotros? —reí ante la idea.

—No lo negaré, somos compatibles en la cama, pero eso es todo, Valeria. No hay un "nosotros". Por tu culpa y la de Alan, casi pierdo todo por lo que he trabajado —afirmé apretando el volante.

—Siempre supe que eras un cabrón, pero eres más que eso. Eres un hijo de puta —dijo Valeria, molesta.

—Nuestra relación era solo sexual, era solo un cliente. Nunca te di esperanzas de otra cosa. Es tu culpa crearte fantasías. Y ahora deja de joderme, tengo cosas que hacer —dije, colgando.

Mi humor estaba realmente mal. En primer lugar, tuve que quedarme más tiempo del necesario en la universidad debido a los exámenes y a profesoras que seguían babeando por mí. Intenté llamar a Laura para informarle que llegaría tarde, pero no respondía, empeorando aún más mi malestar.

—¿Qué tanto hace que no puede contestar el teléfono?

Y para colmo, Valeria solo añadió más leña al fuego con sus tonterías. "¿ Amigos? No soy amigo de las chicas con las que me acuesto, ella lo sabía." Aunque disfrutaba con Valeria, no había más. "No entiendo por qué se pone así, no la engañé y ella lo sabía."

Inspiré hondo y solté un suspiro. "Acompañarla al hospital aquella noche fue una mala idea." Con la paciencia al límite, llamé a Laura de nuevo, esta vez contestó.

—¿Sí? —respondió con voz tímida.

—Estoy en camino, perdona por la demora, tuve algunos contratiempos —expliqué.

—No te preocupes y hablando de eso... estaba pensando que no es necesario que vengas al final —soltó con nerviosismo.

— ¿Por qué? ¿Ha pasado algo? —pregunté preocupado.

—No, nada. Solo creo que puedo arreglármelas sola, además estoy bastante cansada por el día de hoy...

—No pasa nada, no te molestaré, puedes descansar incluso si estoy allí —dije, pero se notaba que estaba más nerviosa.

—De verdad que no hace falta, además...

—¿Laura? —interrumpió una voz que no era la suya.

"¿De quién era esa voz? ¿Estaba con alguien? ¡Claramente, era la voz de un chico!" Para evitar perder los nervios, conté mentalmente hasta diez y luego hablé, todo lo calmado que fui capaz.

—¿Tienes visita?

—Algo así —soltó evasivamente.

—¿Quién es él? —pregunté nuevamente.

—Un amigo —respondió ella.

"¿Un amigo?" No recuerdo que tenga amigos, así que pensé que sería un compañero de clase.

—¿Un compañero de clase? —seguí con mis preguntas.

—Sí, eso es. Es un compañero de clase que vino a ayudarme a estudiar —se apresuró a decir.

¿Hace un momento no dijo que estaba cansada y sola en casa? Me está mintiendo, ¿Pero por qué lo está haciendo?

—¿Cuál es su nombre?

Me conocía, todos los nombres de su clase, por tantos días de haber estado pasando lista.

—¿Qué pasa con este interrogatorio? ¿No crees que es demasiado? Entiendo si estás molesto por avisarte cuando ya estabas viviendo, pero esto es pasarse —se quejó, enfadándose.

"Ella es la que se está comportando de manera extraña, me miente en la cara, ¿Y soy yo el malo?" Volví a apretar fuerte el volante y hablé.

—Tienes razón, lo siento. Espero que el estudio vaya bien entonces. Si necesitas algo, solo llámame.

—Claro, gracias —dijo por última vez, cortando la llamada.

Evitó la pregunta a propósito porque sabía que reconocería de inmediato a quién se refería en cuanto mencionara el nombre, facilitándome descubrir si me estaba mintiendo. Si ha ocultado su nombre, entonces no es un compañero de clase, como pretendía hacerme creer. Sabía que Laura no tenía amigos y no la había visto interactuar con chicos que no fueran mis amigos.

Ya había dejado claro que Laura era solo mía y que no toleraría ninguna tontería por parte de nadie más .En ese momento, solo me quedaba un pensamiento: "Su ex... ¡Mierda!" Aceleré para llegar rápidamente a su casa, rezando para que mi intuición estuviera equivocada.

Al llegar, estacioné a unas cuadras para evitar que escuchara el ruido del coche. Caminé hacia su casa, preguntándome si debía llamar a la puerta o colarme para descubrir qué estaba ocultando. Sabía que la segunda opción tendría consecuencias, pero llegados a este punto, opté por la que causaría menos problemas. Decidí llamar a su puerta. Al abrirla, su rostro palideció al verme.

—¿Qué haces aquí? —preguntó, intentando disimular su sorpresa.

Decidí actuar con naturalidad y le sonreí.

—¿Por qué me miras como si hubieras visto un fantasma? —pregunté antes de darle oportunidad de reaccionar, entrando a su casa a la fuerza.

—¡Espera!  ¿Qué crees que estás haciendo? —me reprendió mientras avanzaba por su casa, buscando al tipo.

—¡Dante, te estoy hablando! —gritó al colocarse frente a mí en la sala de estar, donde no encontré a nadie.

"¿Realmente lo había escondido?"

—¡¿Has dicho Dante?!—soltó una voz masculina, la misma que en la llamada.

Me giré hacia él y lo vi salir de la cocina. Como me temía, era él: el individuo que la engañó con su prima, su maldito exnovio. Su rostro pasó de la confusión y sorpresa al enfado.

—¿¡Qué demonios haces aquí?! ¡Lárgate! —me gritó, poniéndose rápidamente frente a Laura, como protegiéndola.

—¿Y si no quiero irme, qué harás para impedirlo? —lo provoqué.

—Llamaré a la policía. ¿No sabes que entrar a las casas ajenas sin permiso es delito? —acusó.

—Lo que haga o deje de hacer no es asunto tuyo, niño.

—Yo seré un niño, pero ¿Qué hay de ti? ¿Qué tipo de profesor eres? ¿Disfrutas acosar a tus alumnas? —soltó con desprecio, y entonces entendí.

"Parecía que este idiota no sabía que Laura y yo estábamos juntos. ¿Pensó que solo vine a molestarla como hacía en el pasado?" Me pregunté cómo reaccionaría si supiera que soy yo quien la estado haciendo suya y con quien ha estado todo este tiempo. Eso me hizo sonreír, y el idiota creyó que me estaba riendo de él.

—¡Eres un cabrón!

"¿En serio tuvo el descaro de soltar eso?" Estaba intentando contenerme, pero me lo estaba poniendo cada vez más difícil.

—Si yo soy un cabrón, ¿Dónde estaría el tipo que engaña a su novia con su prima? —le solté, pillándolo completamente desprevenido.

—¡Dante! —gritó Laura, que hasta ahora se había mantenido callada.

Dejó de estar rezagada detrás de su ex y se colocó entre los dos, girándose hacia mí, implorándome con los ojos que me detuviera. "¿Ahora quería que me detuviera después de mentirme en la cara? Además, ¿Por qué debería hacerlo?"  Es su ex quien la engañó y la dejó mal.

"Se merecía esto y más, pero sus ojos seguían implorándome." Apreté los puños del enojo y dije;—Sácalo de aquí y no quiero que vuelva a entrar en tu casa.

—¿¡Quién te crees que eres para pedir algo así?! —gritó el idiota.

—¡Soy la persona que te partirá la cara si no te largas ahora mismo y dejas a mi chica en paz de una vez! ¡Asume que la perdiste y deja de molestarla! —vociferé sabiendo que esto tendría un fuerte impacto sobre él.

Así fue. El tipo se quedó estático por unos segundos, como si hubiera recibido un buen golpe en la cara.

—¡¿Es eso cierto?! No, dime qué es falso —pidió el tipo mientras sus ojos buscaban a Laura.

—Ángel, sería mejor que te vayas—le soltó sin mirarle siquiera a los ojos.

—¡¿Por qué tenía que ser él, de todas las personas?! —soltó de forma despectiva.

—No es asunto tuyo —respondió Laura.

—Dios, Laura, ¿Cómo puedes ser tan ingenua?

— ¡¿Olvidaste todo lo que pasaste?!

—¡Te dije que no es asunto tuyo, Ángel!

—¡Laura, él no te ama! Conozco a tipos como él, ¡solo está jugando contigo!

Laura, que antes no mantenía contacto visual, levantó la mirada y lo fulminó con esta.

—¿¡Lo dices tú?!

— ¡Recuerdo que estuviste engañándome por casi medio año, con nada menos que Diana! ¿Así demostrabas amor? Guárdate tus consejos hipócritas para quien le interese.

— ¡Y ahora fuera de mi casa! —vociferó ella, señalándole la puerta.

Él, impotente, caminó hacia la puerta, saliendo de la casa, marchándose. Luego, Laura se giró hacia mí y me gritó de la nada.

—¿Ya estás contento? ¡¿Por qué te gusta buscar problemas por todas partes?!

—!¿Insinúas que esto es mi culpa?! —pregunté incrédulo.

—¿Y de quién si no?

"¿Lo decía en serio?"

—Ese imbécil te engañó.—la recuerdé

— ¿Recuerdas cómo te sentiste cuando eso pasó? Estabas destrozada y tú le dejas entrar en tu casa como si nada. ¡¿Cómo esperabas que reaccionara?! —dije al borde de la histeria.

—No lo sé, pero no de esa manera.

—¿No de esa manera? ¿Y de qué manera habría sido la correcta?—inquirí al borde de explotar 

—Recuerda que tú me ignoraste por todo un día cuando viste a Valeria aquella tarde que salimos todos. !¿Y esperas que yo me mantenga sereno y tranquilo frente a quien te hizo tanto daño?! —solté con incredulidad.

—!Te dije que no quería volver a presenciar ninguna pelea más!—me gritó.

"Si tanto no quería presenciar ninguna pelea, no debió verlo y menos dejarlo entrar."

—Laura, a veces pones a prueba mis límites —le dije y, sin más, la dejé allí plantada e hice el mismo recorrido que ese idiota. Saliendo de su casa y cerrando con fuerza.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro