—¿En serio lo hicisteis en ese club? ¡Qué fuerte!—gritó Caeli y varias personas en el restaurante nos miraron.

—Voy a clavarte un cuchillo, si vuelves a gritar así—dije fulminándola con la mirada.

—¿Cómo iba a no gritar con esta noticia tan jugosa?—dijo bajando un poco más la voz.

Dado que Caeli no podía consumir alcohol al estar amamantando a su bebé, optamos por cenar juntas y compartir tiempo, aunque esta vez Eva no estaba presente debido a sus responsabilidades en Euforia. Les narré lo sucedido con Ángel hace dos días. Incluso para mí, resultaba increíble relatar toda la situación. Inicialmente, solo buscaba complacerlo, pero me dejé llevar tanto que la experiencia se volvió abrumadora y gratificante.

—¿Pero no te dio miedo?¿No te daba vergüenza ? ¿Qué pasa si hubiesen abierto la puerta y os pillan?—Marian me bombardeó con preguntas, su voz denotaba preocupación y a la vez curiosidad.

Esas mismas interrogantes rondaban mi mente, pero a medida que reflexionaba sobre la posibilidad de ser descubiertos, experimentaba una excitación creciente. "Supongo que Ángel tiene razón con que también soy una pervertida."

—No sabía que Ángel fuera así, siempre actuaba de forma tan tranquila y amigable, supongo que de "Ángel" solo tiene el nombre—soltó Trix entre risas y todas se unieron a ella.

—Oye, no os metáis con él, yo también quería, no es como si me obligara algo—lo defendí.

—Si nadie lo está culpando, yo te entiendo, da mucho morbo, a mí siempre me pasa cuando lo hago con Andrés en su despacho—confesó con una sonrisa Anna.

—¿Todavía sigues con él?—preguntó incrédula Marian.

—¿Por qué no estaría con él?

—Nos dijiste que ibas a dejarlo, es un profesor, podrías meterte en problemas, no solo a ti, sino a él también—la recordó Marian.

—Lo sé, lo sé, pero folla tan bien, que olvido esos pequeños detalles.

"¿Pequeños detalles?" No pude contener la risa. Mi amiga, Anna, mantenía en secreto una relación con Andrés, un profesor del departamento de ciencias; un hombre amable, pero con un historial de Playboy. Aunque se suponía que su conexión se limitaba al ámbito sexual, llevaban así tanto tiempo que había adquirido las características de una relación más profunda. No obstante, los frecuentes ataques de celos generaban rupturas y reconciliaciones constantes entre ellos. "Todo muy tóxico, si me preguntan."

—Hablando de profesores, ¿Os habéis enterado?—dijo Beatrix con entusiasmo y un brillo en sus ojos.

"Ya se despertó su lado cotilla."

—Trix, no todas somos tan amantes de los chismes como tú—se burló Caeli.

—Escuché que vendrá un nuevo profesor—dijo ella sacándola la lengua a Caeli.

—¿Un nuevo profesor?—dijimos el resto al unísono.

—No sé si es chica o chico, pero sé, que vendrá uno el lunes y tampoco sé a qué departamento ira, si fuese un hombre, ojalá viniera al nuestro, estoy cansada de ver a tantas mujeres—se quejó Trix.

—Es lo que tiene estudiar magisterio, la mayoría suelen ser mujeres desgraciadamente —la siguió Caeli y todas nos la quedamos mirando.

—¿Qué? Qué este prometida, no significa que no pueda ver—soltó indignada.

—Yo espero que, sea quien sea, tenga una conducta adecuada—expresó Marian con serenidad.

—Qué aburrida eres a veces, ya puestos a pedir, hazlo como debe ser, tienes que decir que este como un tren, que parezca un modelo o un actor y que por supuesto nos deje hacer lo que queramos en clase y como un plus que la tenga grande.

—¡Trix!—gritó Marian escandalizada.

—¿Qué? Solo es un plus.

—Esta se cree que va a usar su pene para dar clases¿En qué mundo de fantasía vives Trix?

—En el suyo, claramente—se mofó Anna.

—No dije nada malo, lo que pasa es que sois unas envidiosas.

Y todas nos echamos a reír, excepto Beatrix, que bufó cruzándose de brazos.