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Pese a su trabajo de noche, Taehyung aún ayudaba los fines de semana en una tienda local. La paga no era muy buena pero tampoco quería dejarlo pues quien era propietaria de la tienda era una señora de unos sesenta y tantos años que le recordaba a su abuela ya fallecida, por esa mismo había aceptado el trabajo.

Eran pasadas las dos de la tarde del sábado, todo estaba demasiado aburrido, casi no había entrado gente al lugar. Lo único que le quedaba de consuelo es que su turno terminaba en menos de media hora.

El castaño se estiró bostezando por la pereza que tenía, pero fue interrumpido por el ruido que hacía la campanilla de la puerta cuando alguien entraba al lugar.

Taehyung observó con curiosidad al chico castaño que recién había llegado, estaba vistiendo ropa demasiado elegante como para salir un sábado por la tarde a comprar a la tienda.

El chico era atractivo a los ojos de Taehyung, su rostro le recordaba a un pequeño conejo que había visto en una película animada, sin embargo, su cuerpo parecía tener un cartel luminosos que decía "Actor Porno".

Lo miro con atención mientras este intentaba decidirse entre dos tipos diferentes de ramen, las muecas que hacía eran sumamente tiernas y Taehyung no pudo evitar sonreír ligeramente.

— Voy a llevar esto — dijo finalmente, poniendo sobre el mostrador el ramen y una botella de jugo.

Taehyung asintió e inconscientemente bajó la cabeza, intimidado por la apariencia de aquel muchacho, la verdad era que estar con gente que le parecía atractiva le ponía bastante nervioso, nunca sabía que decir o que hacer y se volvía una maraña de torpeza y sonrojos.
Tomó el dinero, temblando ante el accidental roce que su mano había tenido con la del castaño.

—¿Puedo preparar esto aquí?— preguntó buscando la mirada del muchacho que le había atendido

— ¿Eh? — Taehyung se sorprendió de su propia torpeza pero se le olvidó cuando escuchó una melodiosa risa, levantó la mirada observando al joven frente a él; en la comisura de sus ojos se formaban pequeñas líneas que daban a entender que solía reír bastante, la manera en que sonreía le hacía ver más como el pequeño conejo que Taehyung recordaba y no pudo evitar reír con él — Lo lamento ¿El ramen? — el chico asintió aún sonriendo. Tae miró hacía la barra en donde la gente se sentaba a comer y recordó con pesar que no había puesto el agua a calentar en un buen rato, se rascó el cuello con nerviosismo y negó levemente — Lo siento, creo que no tengo agua caliente y si la pongo ahora demorara un poco —

Esperaba que el chico se molestara por eso y se fuera de la tienda, pero este siguió sonriendo y se encogió de hombros.

— No hay problema, puedo esperar — le guiñó el ojo y Tae tuvo que bajar nuevamente la mirada pues no quería ponerse más nervioso de lo que ya estaba.

Con lentitud caminó hasta la barra e hizo lo pertinente para que el agua comenzara a calentarse, se quedó mirando el pequeño foco rojo que parpadeaba en el calentador, evitando a toda costa mirar al castaño que ahora estaba a sus espaldas.

— Y bueno... Ya que voy a pasar alrededor de cuarenta minutos aquí... ¿Que te parece si charlamos? — el chico habló bastante tranquilo mientras se sentaba en uno de los bancos, Taehyung lo miró de reojo, sintiéndose estúpido por su timidez

— ¿Charlar? — murmuró.

— Si ya sabes. Intercambiar información básica, tú nombre o tú número telefónico para empezar — Kim lo miró bastante asombrado ¿De verdad acaba de coquetearle? Sonrió tímidamente y comenzó a limpiar la barra con un paño.

— Bueno, me llamo Taehyung. Kim Taehyung — se presentó.

—¡Genial! Muy bien, Kim Taehyung. Yo soy Jeon Jungkook, tengo diecisiete años por cierto

— ¡¿Diecisiete?! — por un momento Tae olvidó su timidez y lo miró completamente atónito, importándole poco el nerviosismo que le causo mirar directo a sus ojos —Yo... Lo siento, luces mayor —

— ¿De verdad? Ah, me lo han dicho un par de veces — se encogió de hombros — No me molesta de todas formas —

— Yo tengo dieciocho — comentó — ¿Puedo saber que hace alguien como tú en un lugar como este? —

Jungkook frunció el ceño pero no borró su sonrisa, le parecía curioso como de un momento a otro el chico parecía haber tomado algo de seguridad.

— ¿Alguien como yo? Explicate.

—Uhm... Bueno, la ropa que usas es de diseñador, lo sé. Y nadie usa un par de zapatos Gucci sólo para ir a la tienda a comprar ramen — se encogió de hombros.

El menor miró sus zapatos cerciorándose de lo que decía Taehyung, sorprendiéndose bastante al darse cuenta que era cierto.

— Tienes buen gusto en moda, Kim Taehyung — el mayor desvío la mirada pues la forma en que Jungkook decía su nombre estaba causándole escalofríos y no se creía capaz de soportarlo más —Bien, resulta que estaba en una reunión muy aburrida con... Amigos de mi padre y bueno, estaba demasiado aburrido y tenía hambre —

—Eso parece ser razón suficiente

— ¿Y tú, por que alguien tan lindo está trabajando en un lugar como este? — Taehyung se sonrojó violentamente, escondiendo su rostro entre sus manos — ¿Te estoy abrumando? Lo lamento, no puedo dejar pasar el hecho de que alguien es lindo —

— ¿Acaso estás coquetandome?

— Desde que rocé tu mano al darte el dinero, gracias por notarlo — Taehyung soltó una risita, el chico era demasiado descarado. Nunca antes alguien le había coqueteado de aquella forma — ¿Crees que sea posible que salgamos un rato? —

— Mi turno está por terminar así que creo que podemos — le sonrió

Luego de que Jungkook pudo comer su ramen y de que el chico que tenía el siguiente turno llegara para suplir a Taehyung, ambos se retiraron y dieron un par de vueltas a la manzana mientras decidían que podrían hacer.

Los planes iniciales de Jungkook eran poder tener sexo con aquel chico en cualquier lugar, sin embargo con el paso del tiempo el castaño fue alejando cada vez más aquel pensamiento pues Taehyung era una persona bastante divertida e interesante.

Aparte de Yoongi, él era el único con quien no había mantenido una plática que se basara en muertes o dinero lavado. Realmente se sentía bastante tranquilo y es que nunca había tenido más amigos que los de su padre por lo que ahora se sentía extrañamente cómodo con un chico que había conocido hacía cuatro horas.

Cabe destacar que Jungkook encontraba jodidamente atractivo al mayor, estaba seguro que era el chico más lindo que había conocido. El sentimiento era recíproco pues Taehyung pensaba lo mismo y claramente no iba a perder una oportunidad como esa.

— Creo que es tiempo de que me vaya — murmuró Tae mirando la hora en su celular — Mamá seguramente se preguntara en donde estaba — dijo encogiéndose de hombros mientras hacía un puchero

— Tan lindo — susurró el menor sonriendo — Déjame acompañarte, me sentiría mal si algo te pasara por estar fuera hasta tarde —

Ambos caminaron hasta la casa de Tae, siguieron hablando de cualquier cosa que les pareciera interesante en ese momento y ambos parecían encantados el uno con el otro.

Se despidieron sin muchas ganas de hacerlo, habían intercambiado números y habían prometido que se verían de nuevo pues realmente habían disfrutado aquella tarde.

Se mantuvieron en contacto por varios días, Taehyung supo que Jungkook era alguien un tanto ocupado para alguien de su edad así que no le molestaba el hecho de que sólo pudieran verse un rato luego de que el mayor saliera de la escuela.

Todo iba bastante bien, sin embargo, las preocupaciones siempre los atacaban. Taehyung se preguntaba que pensaría el menor si se enterara que era bailarín en un bar de mala muerte, seguramente pensaría que era otro rentboy de los muchos que había ahí y le daría asco estar con él.

Por otro lado, Jungkook temía decirle a lo que en realidad se dedicaba ¿Quien querría estar con un sicario como él? Probablemente no Taehyung.

— Me invitaron a una fiesta hoy — habló Jungkook, era viernes y ambos estaban en un parque, sentados cómodamente sobre el pasto. Taehyung tenía su cabeza sobre las piernas de Jungkook y este jugaba tranquilamente con su cabello — Deberías ir conmigo, no conozco a muchas personas ahí —

— Mmh... ¿Cuando es esa fiesta? — preguntó con los ojos cerrados

— Es hoy en la noche, como a eso de las diez — el cuerpo del mayor se tensó de inmediato, claramente no podía pues justamente su trabajo iniciaba a esa hora — Podría pedirle permiso a tu madre si quieres —

— Ah, yo realmente tengo mucha tarea, Kookie — se excuso esperando que no se notara el nerviosismo en su voz — La próxima semana tengo tres exámenes y debo estudiar — hizo un puchero pues a él realmente le habría gustado acompañar al chico a donde fuese.

— Está bien, Tae — le tranquilizó revolviendo su cabello — Será para la otra —

— Lo siento — se disculpo, hasta ese momento no se había arrepentido de la decisión que había tomado

— Puedes compensarlo — el menor empezó a dar pequeños golpesitos con su dedo en su propia mejilla, Taehyung le miró ante aquella acción — Vamos, no me molestaré si me das un besito aquí— 

Taehyung abandonó su cómoda posición y se acercó al rostro del menor, cuando estuvo a punto de estampar sus labios contra la mejilla ajena Jungkook giró el rostro rápidamente haciendo que terminara dándole un casto beso en los labios.

— ¡Jeon Jungkook! — exclamó el mayor, golpeándole suavemente el hombro a modo de reproche, pero realmente no estaba molesto con la situación.

Pronto se hizo tarde y Jungkook, como siempre, acompañó a Taehyung hasta la puerta de su casa Al despedirse se permitió darle al mayor un par de besos que ambos disfrutaron.

Una vez en su habitación, Taehyung se permitió patalear por la emoción, se tiró a la cama e hizo una serie de ruidos inhumanos que demostraban la euforia que lo embargaba.

Aún con todo lo que acababa de pasar se golpeó mentalmente pues era claro que la realidad no se iba a detener por un chico lindo, debía ir a trabajar y aguantar todas las miradas de aquellos hombres que aunque le hacían sentir bastante incómodo seguía soportando pues finales podía pagarse los caprichos que siempre había deseado.

Cuando fue hora se escabulló por la ventana, le parecía increíble que llevara casi un año saliendo a escondidas de su casa y que nadie lo hubiera notado.

La noche de trabajo transcurrió con normalidad hasta pasadas las doce de la madrugada, cuando en el bar varios de los presentes comenzaron a murmurar cosas mientras miraban de vez en cuando hacia la puerta de entrada. Por simple curiosidad Taehyung los imitó y lo que vio simplemente hizo que su sangre se congelara.

Sintió un nudo en la garganta, sus manos comenzaron a temblar, realmente tenía ganas de llorar.

No se suponía que Jungkook debía estar ahí. No se suponía que descubriera esa parte de su vida de esa forma. Quería salir corriendo de ahí pero sabía lo que podía pasarle si dejaba de bailar.

Le rogó a todos los dioses que el menor no lo viera, rogó que saliera inmediatamente de aquel lugar. Sin embargo ese no parecía ser el día de suerte de Taehyung pues tan sólo diez minutos después de su llegada, la mirada de Jungkook se vio irremediablemente atraída por aquel chico que bailaba sensualmente montado en una estructura de metal.

Se veía confundido, sorprendido mas no parecía estar molesto, ni siquiera había una pizca de decepción en su rostro lo cual asustaba aún más a Taehyung.

Jeon estaba disfrutando de aquel espectáculo, sus ojos seguían atentamente cada movimiento que el castaño hacía con su cuerpo. Mordió suavemente su labio para reprimir los suaves jadeos que amenazaban con abandonar sus labios ante tal provocación.

— ¿Quien es ese chico? — preguntó deteniendo a una de las chicas que se dedicaban a servir las bebidas

— Ese es Kim Taehyung ¿Te gusta? Puedo llamar a mi jefe si quieres llevártelo a casa — respondió con voz seductora, sin apartar los ojos del chico que en esos momentos estaba volviéndolo loco asintió con la cabeza.

Jungkook sonrió maliciosamente, el hecho de que Taehyung estuviese ofreciendo su cuerpo en un lugar como aquel, aunque le desconcertaba un poco, también le satisfacía demasiado porque eso sólo significaba una cosa:

Kim Taehyung podía ser suyo en todo el sentido de la palabra.



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