Diecisiete

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Valerie se mete una vez más a la ducha, con sus ojos hinchados de tanto llorar. Termina su corta ducha y se toma una pastilla tranquilizante, tragándola con un poco de té.
Ha estado así por horas, ansiosa y llorando cada vez que recuerda su desdicha.
Suspira fuertemente y cierra sus ojos, escuchando como la puerta se abre; ve como Louis entra lentamente a la habitación, y, al posar la mirada en la sonríe y se acerca a abrazarla sin percatarse de nada.
-¿Que tal la pasaste linda?- le pregunta, aún sosteniéndola en brazos.
Valerie no encuentra las fuerzas para soltarlo o siquiera responder, así que se queda en sus brazos, ahogándose en su aroma y apretándolo fuerte como si fuera a escaparse. Era irónico como el hombre que le rompió el corazón era el único que la podía consolar.
-¿No quieres hablar?-
La chica niega sin despegarse de él, y Louis comprende, sin saber la razón, pero aún así la alza en brazos y se recuesta con ella en la cama.
Valerie se quedó en la cama con él, mientras soñaba despierta que realmente él la amaba.
Ella amaba a un tonto que sabía perfectamente como meterse debajo de su piel, un tonto que la malinterpretaba y que nunca la tomaba en serio. Ella era como un adorno para él, la trataba bien, si, pero no podía evitar sentir ese rechazo de vez en cuando. Ahora entendía el por qué.
Todos sus sueños, su futuro, de repente fue rodeado por las llamas de la desilusión, sintiéndose insuficiente en unos brazos que aparentaban pertenecerle.
Aspira un poco de aire y entierra su cara en el cuello del contrario.
-Lou... ¿tú me amas?- repentinamente se aleja de sus brazos y se sienta en su lugar, observando al hombre que creía conocer.
-Claro que te quiero Val, te quiero muchísimo.- era increíble lo incapaz que era de decir que la amaba, al menos no podía mentirle en eso.
-No, yo sé que me quieres, no hace falta que me lo recuerdes. Yo te pregunté si me amas... ¿me amas?-
Louis pestañea por un largo segundo y agarra las manos de su novia con delicadeza.
-Me parece que decir esa palabra es demasiado cariño, no me malinterpretes, pero es un gran paso. Lo tienes que sentir en serio.-
-Yo lo siento Louis, el problema es que tú no. No puedes ni decirlo, ni escribirlo, ¿no sientes nada más que aprecio por mi?- ella sabe que debería dejar esos pensamientos de lado, pero lo puede imaginar, a él, al chico rizado del que Louis estaba enamorado. Podía imaginar lo diferentes que eran, y eso le dolía aún más. No podía dejar de pensar en él desde que lo descubrió, es como una fiebre, sentía que estaba siendo quemada viva. Aunque tal vez cruzo la línea al enamorarse tan rápidamente, ¿Quien podía culparla? No hay ser más peligroso que el que está enamorado, no hay ser más peligroso que el que tiene el corazón roto. Ellos cometieron el error de unirse, un corazón enamorado intentando llamar la atención del que está roto, aunque sabe bien que no lo puede enmendar, lo ama.
-Valerie, sabes que te quiero solo a ti, no te debes de preocupar. Todo tiene su tiempo.- intenta colocar su palma en su mejilla pero Valerie no se lo permite, pegándole a su mano para alejarla de ella.
-¿Como te atreves a mentirme en mi cara?- le pregunta con los ojos aguados, llego a su límite y no aguantará más el dolor en su corazón. -¿Por qué tienes la necesidad de mentir todo el tiempo?- está enojada y con él ama hecha añicos, todo lo que ella creyó que era amo era solo una cuerda de mentiras y más mentiras. -Se que amas a otra persona Louis.-lo mira con ojos desafiantes, los ojos nunca mentían, y estos reflejaban todo su dolor. El dolor de dejar a la persona que amas porque sabes que te hace mal, pero Valerie se tenia más aprecio a ella misma, no podía perderse a sí misma por un hombre, ni por más que quiera.-Si, lo he leído todo, y no soy tonta.-
El hombre la observa con los ojos bien abiertos y su respiración acelerada. -No Valerie, no lo entiendes, yo no te engañe, jamás lo haría.-
-No seas tonto, sabes bien que no necesitas besarte con nadie para engañarme. Saber que lo amas a él y no a mi me es suficiente.- Louis niega una y otra vez, tragando duro luchando contra el nudo en su garganta.
-No-no, es que... es algo de mi pasado. Pero lo he superado, porque te quiero a ti, por favor Val...-
-No te atrevas, ni lo pienses. Sabes que te amo, yo hubiera dado todo por ti, yo me quería casar, tener hijos. Pero no me puedo interponer entre ustedes. Soluciónalo tú... yo, necesito irme y, sanar. Te deseo lo mejor Louis.- ya estaba parada, ni se molesto en cambiarse, simplemente agarro su maleta ya empacada y sus sandalias y salió del cuarto, dejando al ojiazul en la cama, con las manos en su cabeza y llorando. No sabía ni por qué lloraba.

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