Capítulo 12

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Celina

El lugar ya se había convertido en nuestro refugio temporal, la personas que aun podían moverse con estabilidad empezaban a llamarse dueños de alguna parte del sitio, era como si olvidaran que teníamos el tiempo limitado pero no quise meterme ya que su estúpida pelea mantenía a los demás distraídos un rato.

Como habíamos pensado L se reunió con Thomas, ambos parecían estar discutiendo pero no estábamos lo suficientemente cerca como para escuchar de que se trataba. Thomas intentaba calmar a Leticia mientras ella parecía estar perdiendo el control, nunca creí que podría verla en ese estado, parecía asustada, pero más de lo habitual. Intenté acercarme junto a Noah un poco más a ellos para enterarnos que era eso que nos ocultaban, ya que sin duda alguna L se había reunido con él para contarle que sabíamos que ellos conocían más de lo que habían dicho.

—MATERIA nos abandono, se olvidaron de nosotros y debemos de hacerlo por nuestras propias vías—escuché a la trenzada reclamarle a Thomas.

¿Quién es MATERIA? fue lo primero que cruzó por mi cabeza.

—Nos enviaron aquí para hacer reconocimiento y he perdido a todos mis hombres en esto, si ellos no han entrado es porque algo se lo impide—dijo Thomas calmado recostado de la pared—pronto podremos salir y lográremos saber que sucede, y hasta que llegue ese momento debes mantener la calma.

—¿Y qué hay de si lanzan un ataque? esas cosas fueron incontrolables allá afuera y no creo que ellos simplemente estén sentados esperando por nosotros, esas cosas son imposibles de dominar.

—¿Y por qué alguien las querría dominarlas?—salí de mi escondite enfrentándolos.

—¿Me siguieron?—indagó ella sorprendida.

—Lo que me faltaba—espetó Thomas parándose firme cruzando los brazos tras su espada.

—¿Quién es MATERIA?—insistí.

—Ustedes no lo entenderían—soltó Thomas irritado—olviden lo que escucharon y listo.

—¡Basta!—Levanté la voz cansada de que todos ocultaran cosas, ¿a caso no entendían  en la desesperante situación que nos encontrábamos? me molestaba que se hicieran los idiotas mientras nosotros corríamos peligro.

Thomas me evadió cruzando junto a mi dejándome con las palabras en la boca, Leticia por otro lado se había quedado sin moverse ni un centímetro, la molestia y frustración en su rostro me dejó claro que ella nos contaría todo.

—Él no les dirá nada—musitó ella tragando lento.

Noah entornó los ojos.

—¿Y tú?—indague en busca de alguna respuesta—me dijiste que esperabas volver a ver a tu hermana pequeña, todos aquí nos encontramos trabajando muy duro para hacer ese sueño realidad, lo más justo es que nos digas pasa.

—Lo siento. No puedo. Lo sabrán al salir, si es que eso sucede.

La miré con reproche mientras se alejaba, creí que quizás ella entendería un poco y se abriría a nosotros pero las ordenes que había recibido la superaban totalmente.

—¿Y ahora qué haremos?

—No hay nada que podamos hacer,—Noah llevó sus manos sobre su cadera—ellos no dirán nada y todo esto solo ha sido una pérdida de tiempo, ya sabíamos que pasaría.

—No lo creo así.—negué con prisa.

—De todos modos quizás no sea algo que nos afecte directamente, déjalos creer que aun están en su misión, mientras no nos estorben estará bien, si los hostigamos solo causáremos desorden en el panal. Volvamos.

Pidió empezando a alejarse, lamentablemente yo no era tan positiva como él, ya suponía que ellos no nos dirían nada pero era claro que ese tal MATERIA a quien protegían estaba vinculado de alguna manera con la situación que vivíamos y el como llegamos a ella.

Que la milicia quisiera tener un poder letal bajo su mando no era nada sorpresivo pero algo, sabía había algo más. Si realmente estaban allí junto a nosotros esperando algún tipo de rescate era obvio que sabían todo acerca de la oscuridad que nos abrumaba.

Mi piel estaba seca, fría y sentía electricidad corriendo por mi mientras llegaba cada hipótesis a mí.

—¿Vienes o te quedas?—vocifero Noah haciendo que me apresurara a alcanzarlo.

•••••

Ya había pasado tiempo desde aquella noche cuando empezó todo, extrañaba a mi madre, extrañaba a mis amigos, las cosas que solía hacer solo porque si. Deseaba volver ver la luz del sol nuevamente.

Nunca pensé que el mundo podría cambiar tanto en un instante.

—Celina date prisa, ya nos vamos—vociferó Marce desde la escalera.

—¿Por qué debo de ir con ustedes? se supone que ustedes son una pareja, solo haré un mal tercio—me dejé caer sobre el sofá.

—Vamos, si lo hacemos solos será incomodo, eres mi amiga y las amigas se apoyan—me chantajeo con eso de la amistad y el trato entre todas mejores amigas.

—Claro, claro, ¿y de qué manera te apoyo cuando te estés besuqueando con tu novio?—le molesté.

—No es mi novio, aunque si espero que lo sea—ella sonrió mientras arreglaba su cabello.

—Han estado saliendo por casi seis meses ya es hora de que aclaren las cosas, no tiene nada de malo que des el primer paso estamos en el siglo 21.

—Ya vamos—me jalo del brazo haciendo que me levanté.

—Está bien, está bien ,iré—soltó su agarre—Odio tener que ir a sentarme bajo el sol a quemarme, soy nocturna y a los nocturnos nos encanta la oscuridad.

<<Ahora que lo pienso eso sonó tan estúpido>>

—Si, si, remplazo moderno del Conde Drácula—se burló ella moviéndose por la casa, estaba nerviosa por una cita con alguien que llevaba tanto tiempo viendo y me resultó tonto—No olvides el protector solar.

—Está en mi mochila.

Odiaba salir a la luz del día, mis momentos favoritos ocurrieron durante la luz de la luna, no me gustaba cuando despertaba en las mañanas y el sol golpeaba mi rostro, pero en ese momento más que nunca veneraba volver a esos días soleados.

Desperté envuelta en sudor junto al lado de la pared, escuchaba las risas de los demás y me sentí confusa, esperaba que todo aquella no hubiera sido más que una horrenda pesadilla pero no, acababa de abrir los ojos a mi nueva realidad. Intenté ponerme de pies mientras la cabeza no dejaba de darme vueltas, tenía tanta hambre, sentía un vacío como nunca antes, mis labios estaban tan deshidratados, mi respiración era rápida, pensaba que me ahogaba, necesitaba tomar aire, necesitaba comer algo.

Los rostros de las personas a mi alrededor no dejaban de ser completamente desconocidos, había estado compartiendo con toda esta gente y apenas conocía algunos nombres.

—Celina—me llamó una voz masculina—¿te encuentras bien?

—No me toques—grité con mi poco aliento.

—Tranquila, mírame, soy yo. Soy Er.

—¿Er?—me moví un poco buscando su rostro.

—Si soy yo—dijo agachándose junto a mi.

—Quiero volver a casa Er, con mis padres, Aaron y Marce, los quiero a todos de regreso—empecé a sollozar.

—Está bien—acarició mi cabello echo un desastre—te prometo que te llevaré con cada uno de ellos, pero primero necesito que te tranquilices, estabas dormida y no has comido nada en días, es comprensible que estés confusa, ven conmigo—me ofreció su mano—Vamos tómala, no te haré nada—su mano hinchada y cortada luego de tanto trabajo se mantenía extendida en el aire.

Me acerqué lo más que pude buscando sostener su fría y aceitada mano, sintiendo lo brusco de los cayos que tiene en ella.

—Mira, por allá esta Aaron—volteó señalando—él está bien le han dado algo de comer pero para ti por ahora no hay nada, necesito que recuperes la cordura, no es bueno tener a una loca suelta vociferando estupideces por aquí, y no me tomes a mal, te entiendo, pero aquí hay quienes solo necesitan sentir que pellizcaron a alguien cercano a el para estallar, ¿me entiendes? aun todos sabiendo la situación en la que estamos entre ellos hay quienes desean incitar a los demás y si te ven a ti en este estado todo estallara y nos quemaremos aun sin quererlo. ¿De acuerdo?

Asentí observando a mi hermano jugar con un grupo de niños, su ropa estaba sucia y arrugada pero el parecía estar distraído.

—Bien, entonces ven conmigo, recuéstate en el Black y descansa allí.

—No, no quiero dormir—me negué.

—¿Quién dijo qué dormirías? solo me harás un poco de compañía.

Me levanté junto a su apoyo con la cabeza aun dándome vueltas, sentía ganas de vomitar pero mi estómago estaba totalmente vacío, tenía tantas náuseas mientras veía a Thomas junto a Noah y Leticia hablando con un grupo de personas, estaba muy cansada como para prestarles atención solo quería llegar a mi destino y listo. La iluminación del Black y Blue permanecía igual, era como tener cientos de bombillas pero de fuego, el calor era incómodo pero necesario, solo los buses eran frescos por dentro pero solo se podrían usar en el momento que por fin abandonáramos el almacén.

—Lamento no tener nada que darte—se disculpó Er dejándome sentar dentro del bus.

—No debes disculparte por eso, no es tu responsabilidad—traté de sonreír percibiendo la poco frescura del lugar, las ventanas oscuras estaban bajas y la puerta permanecía cerrada.

—Lo sé, aún así me gustaría poder ayudar más—se sentó en el asiento del lado.

—Ya haces suficiente, has estado llevando el control de los buses prácticamente solo, los demás tratan de seguirte el paso pero es difícil de hacerlo—confesé aceptando que era abusivo lo que ocurría con sus manos y él mientras todos lo apuraban para culminar lo más rápido posible.

Resopló—Lo sé—descansó su cabeza en el asiento.

—En cambio yo solo estorbo a los demás.—busqué remojar mis labios con mi saliva.

—No es cierto, a mi me levanta los ánimos el verte por no decir algo más.

Fruncí el ceño volteando a verlo.

—¿Algo más como qué?

—¿Crees que más tarde puedas ayudarme? aunque con ese estado...

—Puedo hacerlo, además eres la última persona que puede hablar de estados físicos.

Empezó a mofarse y lo acompañé.

—¿Qué quieres mostrarme? no creo que vaya hacerte de ayuda—volteé a verlo junto a mi.

—Lo sabrás cuando llegué el momento, es necesario que lo veas con tus propios ojos.

Su tono de voz me preocupó—De acuerdo, iré contigo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro