Capítulo 3. Phoebe Grey

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Phoebe Grey.

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El timbre de fin de clases suena tan alto que salto un poco dentro del cubículo de la biblioteca, totalmente sorprendida porque estaba muy concentrada en mi lectura: un romance de época.

Guardo los libros dentro de la mochila y salgo, sabiendo que debo estar lista para tomar el autobús a casa. Me detengo en la acera junto con mis compañeras y espero.

La parte mala de estar en una escuela exclusiva para niñas es la cantidad de chismes que corren por los pasillos. ¿La buena? Nadie tiene qué preocuparse por lucir perfecta.

A menos que tomes el autobús escolar.

Los chicos de la escuela junto a la mía también están esperando el transporte escolar, por lo que se mezclan entre las chicas.

—Hey.

Liam se sienta a mi lado como todos los días. Lleva la camisa blanca abotonada hasta arriba y la corbata en color rojo de su escuela, su cabello perfectamente peinado.

—Hola. ¿Quieres un dulce?

Saco los caramelos de mantequilla de mi bolsillo y le ofrezco uno mientras deja caer la pesada mochila en el suelo.

—Si, gracias. —lo lanza a su boca—. ¿Cómo te fue con la exposición de ciencias?

—Bien, hice que las chicas de mi equipo lo aprendieran de memoria para evitar errores, aunque creo que se volvió un poco aburrido.

Liam va a decir algo, pero se detiene cuando el autobús para, luego ambos subimos para tomar uno de los últimos asientos.

—¿De nuevo a la casa de tu abuela? —pregunto, porque vive en Bellevue.

—Si, mamá cree que no debería quedarme solo en casa, solo porque mi tía Kate está saliendo con un tipo extraño que conoció en el mercado.

—Vaya. ¿No es eso un poco exagerado?

—Supongo, tomando en cuenta que mi abuela raras veces está en casa desde que se casó.

No sé mucho de eso, solo lo que Liam ha escuchado decir a sus papás cuando creen que está dormido. Su abuela Agnes se divorció de su abuelo Eamon, luego se casó con un amigo de él y recientemente con un político.

Debe ser bueno tener abuelos, los míos están en Detroit y solo vienen de visita en verano, cuando estamos de vacaciones. Papá dice que eso es suficiente para él.

Comparto con mi mejor amigo otros cuantos dulces antes de que se despida para bajar en la casa de su abuela, a varios minutos de distancia de mi casa.

Soy casi de las últimas en bajar para cuando el transporte llega a Broadview y la señora Jones ya está esperándome en la puerta. Le hace una seña a la conductora y toma la mochila de mi hombro.

—Hola pequeña, ¿Cómo estuvo tu día? —La sigo dentro del portón y hasta la casa.

—Bien, gracias. ¿Ted ya está aquí?

No escuché que tuviera planes para después de la escuela, pero tendré que estar más alerta. Ni siquiera sé que haré si deciden cambiar sus reuniones de videojuegos a la casa de Jamie, ¿Con cuál excusa podría yo aparecer ahí?

Voy directamente a mi habitación y escribo un mensaje de texto para Liam.

*Hey, ¿Por qué ya no juegas videojuegos con Ted y Jamie? Creí que se divertían. *

Al rubio le toma solo un par de minutos responder.

*Ted apesta en Call Of Duty y es mal perdedor*.

Lo que quiere decir que ya no quiere jugar... Idiota. Tengo qué hacer que papá o mamá lo castiguen para que tenga qué venir a casa en lugar de salir con Jamie.

Tomo el móvil en la mano y salgo de la habitación, es la hora de comer y debo pensar en algo mientras vigilo a Ted. Si tan solo tuviera a alguien vigilando a Jamie...

*Por cierto, ¿Tienes el número de las rojas? *

Antes de que pueda preguntar cualquier cosa, le envío otro mensaje.

*Es un asunto de chicas*.

Liam responde mi primer mensaje rápidamente.

*¿Qué? ¡No! ¿Para qué? Hum, creo que tal vez tengo el de Maddie*.

Bien.

Mi tonto hermano ya está sentado en su silla, revisando el móvil sin mirar su plato o cualquier otra cosa.

Intento ver el nombre de la persona a la que envía mensajes mirando por encima de su hombro, y por la foto del perfil en el chat, creo que es una chica. Tal vez la chica con la que fue al cine hace tres días.

—¿Qué quieres? —gruñe cuando se da cuenta.

—Nada.

Rodeo la mesa y me siento frente a mi plato ya servido, dejando el móvil en mi regazo. Apenas lo pongo ahí, vibra con el mensaje de Liam con el número de Maddie Sawyer.

*Úsalo con sabiduría. *

Si, claro.

Tecleo un mensaje rápido para la hermana mayor de Jamie, escogiendo las palabras indicadas para que me ayude sin que me haga parecer culpable, no por miedo, sino para evitar los berrinches de Ted.

*Hola Maddie, soy Phoebe. Mi mamá quiere saber si Teddy está con Jamie*.

Espero un segundo, sabiendo que mi hermano tonto está justo frente a mí.

*Hola, nena. No, Teddy no está aquí, Jamie está solo en su habitación. *

Perfecto.

*Oh, muy bien. Siento molestarte, mamá se preocupa porque últimamente sale de la casa sin avisarle, diciendo que está con Jamie*.

*¿Ah sí? Aquí Marcie, me encargaré de vigilar a Jimmy boy, será mejor que no se meta en problemas con papá. *

Debí imaginar que las gemelas estarían juntas y que se dirían todo. En momentos como este creo que sería genial tener una hermana.

Levanto la vista hacia Ted, que intenta beber de su vaso sin apartar los ojos de la pantalla, haciendo que su refresco se derrame por toda la mesa.

—¡Teddy! —le grito porque el líquido corre en dirección a mi plato.

—¡Fue un accidente! —chilla, levantándose de un brinco—. ¡Mierda! ¡Mis pantalones nuevos!

La señora Jones trae un trapo y limpia el desastre de Ted tan rápido que parece que nunca ocurrió. Para cuando intento mirar de nuevo, mi hermano ya no está en el comedor.

¿A dónde fue?

Salto de la silla y corro hacia la ventana de la sala, justo a tiempo para mirarlo caminar por el patio delantero y a través de las rejas con el teléfono pegado a la oreja.

¿Está teniendo otra cita? Exhalo la frustración de mi cuerpo. Este nuevo Teddy siendo popular con las chicas será un dolor de cabeza para mí. Y para mis futuros planes con Jamie.

—Rayos... —susurro—. ¿Qué haría mamá si estuviera en mi lugar?

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