13.- Reunión

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— ¿Sigues enojado?

Silencio.

Suspiré frustrado y me acomode mejor en el asiento.

Me encontraba en el coche de Jimin sentado en el asiento del copiloto camino a casa de Hoseok, porque..

Is si hirmini y vini di visiti..

Ni la conocía y ya me caía mal por hacerme pasar todo esto.

"No es culpa de ella que te hayas quedado dormido y que te hayan regañado por eso".

Exacto...

Pero me vale. Tengo que culpar a alguien por esto.

Después de que Jimin llegó y me hizo un escándalo por no estar listo a la hora acordada y más aún haberlo hecho esperar más de media hora, su humor a estado de perros.

Okey... Admito de que me pase...un poco.

¡No fue mi culpa haberme dormido idiota!

Si tanto quería llegar puntual e ir a la reunión, ¡pues se hubiera ido sin mí!

¡Total ni me incumbe y ni me importa!

Tuve que darme la maldita ducha más rápida de toda mi vida y no sólo eso. ¡No!

El maldito no paraba de gritarme y mandarme que me apurara.

¡Puto!

Me crucé de brazos y bufe fastidiado.

— ¿Qué? —lo escuché decir. — ¿Ahora estás enojado?

—Déjame en paz. No me molestes.

—Yo debería de ser el que esté molesto no tú.

—Tengo todo el maldito derecho de molestarme. — voltee la cara para verlo, pero me encontré con su perfil.

— Yo no te estoy reclamando de que te haya tenido que esperar por cuarenta minutos.

Yo boquee por semejante estupidez.

— ¡Si lo hiciste!

—Sí, pero no lo estoy haciendo ahora. ¿O sí? — me voltio a ver y alzó una ceja.

—Pero igual cuenta.. — refunfuñe. — además, yo no me estoy quejando que desde que llegaste a mi hogar no dejaste de gritarme que me apurara, que no me dejaste ni comer y que tampoco que no me dirigiste ni la palabra en todos estos malditos veinte minutos que llevamos en el auto.

Lo vi sonreír y negar con la cabeza y volvió a prestar atención al camino.

—Lo estás haciendo ahora.

— ¡Sí! ¡Porque tenía que hacerlo!

— ¿No te cansas de andar reclamándome cosas cada que nos vemos?

— No te reclamo nada.

— Como digas.

Yo voltee los ojos desesperado, y cuando me di cuenta Jimin había aparcado el auto enfrente de una casa color crema muy bonita de dos pisos con un portón blanco.

— Bien...llegamos. — dijo mientras apagaba el auto y abría la puerta.

Yo suspire y me di apoyo moral para armarme de valor y no salir corriendo de ahí.

Por alguna razón me sentía nervioso de entrar a esa casa ajena, no sabía del todo quienes más estarían ahí y como eran las personas.

Me bajé del coche y caminé hacía el portón donde me esperaba Jimin.

— ¿Los demás saben que vengo contigo?

— ¿Te refieres a mis amigos?

—Aja

— Sí. — respondió mientras tocaba el timbre y me volteaba a ver. — les dije que vendrías, aparte de que fue idea de ellos para que te invitara.

—Ya veo. — murmure.

— ¿Estás nervioso?

— Por supuesto que n... — Jimin alzó una ceja. — okey, sí, estoy nervioso. ¿Algún problema?

—Ninguno en realidad. — se encogió de hombros.

En ese instante apareció una señora de no más de cincuenta años.

Jimin me tendió su mano y la agarré mientras dejaba salir todo el aire que tenía contenido.

— ¡Jimin! ¡Qué gusto verte! — exclamó la señora acercándose hacia nosotros mientras sacaba las llaves de su bolsillo para después introducirlo en la cerradura y abrir el portón.

Se le veía muy feliz de ver a Jimin.

— ¿Cuánto tiempo? Hace mucho que no vienes. — se acercó y lo abrazó maternal mente. — deberías venir más seguido jovencito, siempre que le pregunto a Hoseok sobre ti me dice que estás muy ocupado.

Jimin sólo le sonreía cálidamente y yo me sentí fuera del lugar.

— Lo siento mucho, es que ciertamente he estado muy ocupado. — la señora Jung sólo negó con la cabeza mientras sonreía. — prometo venir más seguido a visitarla.

— Deberías, eres como de nuestra familia, Jimin. Quieras o no, ya estás atado a nosotros.

— Tiene razón.

La señora le apretó las mejillas y voltio a su costado, cuando me vio se sorprendió mucho.

Ni se percató de mi presencia por estar dándole atención a la garrapata cachetona esa.

— Este..., señora Jung, él es Jungkook. — me soltó de la mano y puso su mano en mi espalda baja mientras me acercaba más a la señora.

— Oh, cariño perdón. — sonrió apenada. — no te vi. Entiéndeme hace tiempo que no veo a este mocoso y me ganó la emoción.

— No se preocupe señora, mucho gusto. — le hice una reverencia.

— Él gusto es mío, aw mira qué lindo eres. ¿Es tu novio? — me agarró de las mejillas y vi a Jimin asentir de mala gana. — ¿Por qué no lo habías traído antes, Jimin?

—Porque no se había dado la oportunidad...supongo. — le dio una sonrisa incómoda.

— Es la primera vez que traes a alguien, que bueno que ya estés madurando y tengas una relación formal. Más te vale no regarla, Park Jimin. — lo amenazó.

—Si. — Jimin se rasco la nuca nervioso.

—Bueno, pero no se diga más, pasen, pasen. — se hizo a un lado. — la mayoría ya está ahí. Los están esperando.

Jimin empezó a caminar y me agarró la mano para caminar a la par.

No sabía cómo sentirme, si incómodo porque la señora pensaba que era novio de Jimin y orgulloso por ser la primera persona que Jimin presentaba en público como algo oficial a pesar de ser una mentira.

Al momento de entrar a la casa no se hicieron esperar las miradas sobre nosotros.

Nos encaminamos a la sala mientras saludamos a todos, ahí estaban todos y no se hizo esperar la cara de pervertido de Tae.

De seguro se estaba haciendo ideas extrañas por el motivo de nuestra tardanza.

Maldito vulgar, haciendo señas con las manos.

Yo sólo le hice un gesto de arcada y se tiró una carcajada.

Y no muy lejos de él, estaba Jin pidiéndome ayuda con la mirada porque cierta persona no dejaba de tocarlo.

—Pensamos que ya no vendrían por estar ocupados. — Jiho siempre de oportuno con sus comentarios.

Sentí mi cara arder y decidí hacerme loco y sentarme en un espacio vacío del sillón y no hacerle caso.

—Si verdad. — respondió sarcástico Jimin mientras se acercaba a mí para sentarse a mi lado. — ¿y bien? ¿Dónde está la viajera?

—Está en la cocina. — respondió Hoseok. — no tarda en venir.

Justamente cuando Hoseok terminó de hablar, iba entrando una muchacha que....era casi el retrato de Hoseok...o al menos Hoseok era el retrato de ella.

Era linda....

A su manera, más bien se me hacía curiosa de la cara.

No se me hacía bonita, pero tampoco estaba fea.

— ¡Hey, Jimin! — exclamó contenta mientras dejaba la bandeja de comida que traía en las manos sobre la mesa. — ¿Cuánto tiempo? ¿Cómo has estado?

Jimin se paró de su asiento y se acercó a ella para darle un abrazo.

—He estado bien. ¿Y tú? Me dijeron que te ha ido muy bien. — respondió sonriente.

Que coqueto nos salió el niño...

¡Oh esperen!

Eso ya lo sabía.

Mientras ellos hablaban animosamente Taehyung aprovechó a acercarse y sentarse en el lugar donde antes estaba sentado Jimin.

—Parece que te quitan a tu hombre.

—No me están quitando nada. — me encogí de hombros.

—Pues parece que Jimin se está divirtiendo. — habló Jin haciendo acto de presencia y metiéndose en la conversación.

Maldito, sólo lo hacía para molestarme. Cuando sabe muy bien porque somos "novios".

—Por cierto, ya le dijiste que te volvieron a molestar. —me volteó a ver Taehyung.

—Cierto. — apoyó Jin. — pero....por la actitud de Jimin y que no hubo un escándalo hoy, supongo que no.

—No le veo el caso de decirle. — Hoseok me ofreció un vaso de refresco y yo gustoso lo acepte. — ¿Cómo por qué le diría?

— ¿Cómo que por qué? Es tu novio. — respondió Tae como si fuera lo más obvio del mundo.

Y sí, era lo más obvio y razonable si Jimin y yo fuéramos novios, pero no, no era así.

Y espero que nunca sea así, tengo muchos problemas en mi vida como para sumarle otro, gracias.

Además de que no me gustaban los hombres.

Por otro lado, no podía decirle nada a Tae, pero no era porque no quisiera si no porque a Tae se le salían las cosas.

Entonces, por obvias razones a veces no se le podía confiar todo, por eso el único que sabía era Jin, ya que el era una tumba cuando de guardar secretos se trataba.

—Sí, Taehyung. Pero decirle sería meterse en problemas como la otra vez.- tomé un poco de refresco. — además es mejor que yo solo resuelva mis problemas.

Y era verdad, no siempre vas a estar dependiendo de los demás.

Tienes que aprender a valerte y defenderte por ti mismo.

—Pues sí, pero es muy lindo que tu novio te defienda ¿no crees? — pude ver claramente como Taehyung le brillaron los ojos.

Hice un sonido como afirmando lo que decía.

Jin sólo me dio una mirada para luego reírse.

Yo rodé los ojos.

— ¡Oh! Tú has de ser el novio de Jimin. — escuché a alguien decir y poco a poco subí la mirada encontrándome con la hermana de Hoseok. — Mucho gusto, mi mamá tenía razón cuando me dijo que eras muy lindo y tierno.

Sonrío ampliamente, asentí con la cabeza.

—Un gusto, soy Jungkook.

Jimin estaba detrás de ella.

—El gusto es mío, me llamo Jiwoo.

Y así fue como pasamos la tarde, entre risas y chistes por parte de todos.

No fueron muchas personas, puesto que dijeron que era una reunión sólo para la gente más cercana.

Me enteré de que Jiwoo tuvo que irse a Ulsan para estudiar la carrera que ella quería, ya que aquí no había la carrera que ella quería estudiar.

También que tiene un novio desde hace tres años y que lo quiere bastante, lamentablemente no pudo venir ya que está en épocas de exámenes.

Y que Jiwoo se lleva con Jimin y los demás debido a que estos estudiaron con Hoseok desde la secundaria y desde entonces se volvieron inseparables por consecuencia de una pelea con los de su salón.

Sólo sé que empezaron a molestar Hoseok y Namjoon decidió meterse en la pelea. Y los demás estaban de paso cuando ocurrió todo.

En pocas palabras Namjoon fue el héroe y los demás sólo querían pelea.

Que hermoso.

No sé por qué no me sorprende.





Estábamos en la sala jugando uno.

¿Por qué? Porque no había nada mejor que hacer y porque les gusta separar amistades.

Eran las 9 de la noche, hacía más de una hora que habían cambiado los refrescos por cerveza y bebidas preparadas. Habíamos pedido pizza la cual no duro ni diez minutos en la mesa cuando ya todos estábamos sobre ella.

Cuando pregunte que por qué lo hacían y si no les daba pena beber enfrente de la mamá de Hoseok, respondieron.

"Hemos hecho cosas peores, la señora es como nuestra segunda mamá, ya sabe cómo somos".

Oye, pero que buena respuesta.

Mira nada más.

Entonces ellos llegan y dicen

"Oiga doña, prepare las chelas, vamos para allá."

Simplemente no tienen vergüenza.

Como sea.

Acabábamos de comer y todos estábamos súper llenos ya que comimos como si no hubiera fin.

Estaba todo tranquilo.

— Oye, Tae.

— Mande.

— Me apartas mi lugar, quiero ir al baño. — me paré y empecé a caminar sin dejar que me respondiera.

Iba caminando hacía las escaleras cuando me acordé de que no sabía dónde mierda estaba el baño, así que con mucho pesar de mi vejiga me puse a buscar a la señora Jung.

Lo cual gracias al cielo estaba en la cocina.

— ¿Disculpe?

— ¿Sí, cariño?

— ¿Puedo usar el baño?

—Por supuesto, hay uno en la planta baja, sólo camina por el pasillo que está a lado de las escaleras. ¿Si sabes dónde?

—Sí, gracias.

Salí casi disparado, me estaba orinando.

Eso pasa cuando tomas mucho líquido y tu vejiga es pequeña.

¡Maldita, me haces sufrir!

Di gracias a dios cuando llegue al baño y agarré la perilla y me di cuenta de que no tenía seguro.

En eso estaba cuando abrí la puerta y me quedé pasmado en la entrada.

Me sorprendió lo que vi adentro.

—¡Maldita sea, Jungkook cierra la maldita puerta! ¡¿Qué no sabes tocar?!

Parpadee para salir del shock y cerré la puerta rápidamente.

— Perdón. — me disculpe atropelladamente.

— ¡Mierda!. — susurre.

Aunque....

¿Por qué carajos debería disculparme?

Me quedé parado a fuera de la puerta esperando a que Jimin saliera.

Cuando escuché la puerta abrirse enseguida me giré.

Esto no se quedaba así.

Lo vi. Tenía que responderme.

— ¿Por qué estabas vomitando?

Jimin pasó de mí.

— Responde Jimin. ¿Por qué carajos estabas vomitando?

— Eso no te incumbe. — respondió fastidiado.

—No me jodas con eso, Jimin.... ¿Te sientes mal acaso? — traté de buscar su mirada.-Jimin...

—Déjame en paz.

— ¿Acaso...te estabas haciendo vomitar? ¿Es eso?

— ¿Qué eres? ¿Mi madre?

—Jimin, no jodas. — respondí enojado.

—Déjame en paz, Jeon.

Empezó a caminar y yo lo tomé del brazo.

— ¿Por qué lo haces?

—No eres nadie para cuestionarme lo que hago, si vomito o no es mi problema entiendes.

Y sin más se zafó bruscamente de mi agarre y empezó a caminar hacia la sala.

Tiene razón...

No somos nada.

Ni siquiera debería de estar aquí.

Así que agarre mis cosas y me fui a mi casa, donde tuve que haberme quedado el día de hoy.    

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