[Capítulo 18]

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CAPÍTULO 18

Estaba teniendo una pesadilla, era un horrible sueño en donde usaba un traje color naranja y estaba encerrado en una celda con un sujeto con una enorme cicatriz que atravesaba su ojo derecho de arriba abajo. Inmediatamente abrió los ojos encontrándose con dos bolas de pelo cerca de su rostro y un brazo rodeando su cintura, se giró despacio para encontrar al dueño de dicha extremidad y se sintió relajado cuando notó que era Gulf. Su Gulf.

Era la primera vez que dormía con alguien, el verbo "dormir" y no del verbo "tener sexo con alguien". Se sintió extraño ya que siempre pensó que cuando durmiera con alguien él tendría entre sus brazos a la persona en cuestión, pero en ese instante era Gulf el que rodeaba su cintura con su delicado brazo y pasaba su pierna por encima de las suyas.

Lo tenía bien sujeto, como si fuera a escapársele en cualquier momento, lo que joven no sabía era que ya lo tenía totalmente rendido a sus pies. Gulf no tenía que hacer nada más para asegurarse de que Mew estuviera a su lado. Ya lo tenía en sus manos sin ninguna oportunidad de escapar.

Se giró con cuidado para no despertar a su sumiso pero fue imposible. Gulf tenía el sueño muy ligero debido a la vida pasada que había llevado y aunque despertó un poco asustado se relajó al ver que era Mew el que lo envolvía en sus brazos.

- Relájate cariño, soy yo –

- Mew... -

- Cielo, cada vez que dices mi nombre haces que me estremezca de pies a cabeza –

- ¿Eso es algo malo? – se animó a preguntar el menor.

- No, no es malo – besó su frente - ¿Sabes que estoy pensando en estos momentos? -

- No, no sé qué es lo que piensas Mew –

- Ahora mismo pienso que sería una buena idea acampar aquí en la sala ¿Te gustaría? –

- Sí –

- ¿Sabes lo que es acampar cariño? –

- No, no lo sé –

- Tienes muchas cosas que aprender, pero si no entiendes algo o no sabes de lo que se trata pregunta antes, quiero que seas consciente de lo que estás aceptando –

- Pero si es contigo no creo que sea malo, ¿Verdad? –

¿Cómo demonios le había hecho para ganarse la confianza de ese hermoso ser? ¿Acaso a todo le decía que sí solo porqué se trataba de él? ¿Entonces no lo hacía por obedecerlo? Dejó que una ligera llama de esperanza se formara en su corazón. Si Gulf estaba haciendo las cosas porque confiaba en él era un gran avance para ambos, deseaba que fuera así, lo deseaba más que nada en el mundo.

- Por supuesto que sí, si se trata de mí no será nada malo – besó su frente – no voy a dejar que nada malo te pase, cariño, sé que al principio no me porté muy bien contigo, pero prometo que será diferente a partir de ahora – aseguró el mayor.

- ¿Quiero... quiero... preguntar algo? –

- Adelante, puedes hacerlo – ánimo Mew.

- ¿Qué es un carrusel? –

- Saint te lo dijo ¿Verdad? – preguntó el mayor de vuelta.

- Sí... -

- Ese idiota me va a escuchar – alegó el empresario.

- Yo... - Gulf se preocupó por el hermano de Mew.

- Lo digo bromeando cielo, no le haré nada malo, pero me encargaré de que no ande de boca floja, tú no te preocupes, así es nuestra manera de llevarnos –

- No quiero causar problemas, Mew –

- Cielo, eres la persona más tranquila y pacífica del mundo, no causas ni un solo problema – besó la parte interna de su muñeca – ahora juega un rato con tus gatos en lo que preparo todo para acampar aquí –

- Sí Mew –

.

.

.

Conforme Mew fue instalando la casa de campaña le explicaba a Gulf respecto a todo lo que implicaba acampar al aire libre y le prometió que algún día lo llevaría a tener esa extraordinaria aventura.

Gulf lo escuchaba con mucha atención, era muy grato para él poder aprender de Mew aunque éste no le diera clases como la señorita Mame. Su dueño también le tenía mucha paciencia y le explicaba con ejemplos para que las cosas le quedaran más claras.

- Pero como no tengo bombones para asarlos en la chimenea, le pedí a Dorothy que nos preparara una brochetas de salchicha, queso y aceitunas –

- Está bien – respondió Gulf.

- Sé que no tienes idea de lo que es cariño, pero si no te gustan me dices y le diré a Dorothy que nos haga otra cosa –

- Toda la comida que he probado ha estado muy rica Mew –

- Me alegra que te guste – respondió - ¡Listo! He terminado de armar la casa de campaña –

Gulf observó dicha casa y una ligera sonrisa se asomó en sus labios, sonrisa que no pasó desapercibida por Mew que se enorgulleció de ser el causante de tan bello gesto.

- Lo primero que haremos será cantar frente al fuego – habló Mew.

- Yo no sé cantar – dijo Gulf – no conozco ninguna canción -

- Bueno cantaré yo, pero después tendrás que contar una historia de terror –

- ¿Terror? – preguntó un poco confundido Gulf.

- Fantasmas y esas cosas – respondió Mew.

- Pero... yo... yo tampoco me sé ninguna historia de terror – comentó el menor apenado. Mew solo pudo suspirar resignado.

- De acuerdo, yo me encargo de eso, tú solo asarás las salchichas – propuso el mayor – y no te preocupes si no sabes, te diré como hacerlo – se adelantó el empresario.

Por un momento, Mew se olvidó del enorme problema que representaba el citatorio ante la corte. Esa noche iba a disfrutarla con Gulf, enseñándole muchas cosas que ese chico no conocía, cantándole un par de canciones con su guitarra y contándole historias de terror.

Ya después, cuando todo hubiese terminado lo llevaría a una verdadera excursión y acamparían en el bosque. Quería que su sumiso conociera el mundo, y quería ser él su guía en eso.

- Supongo que los fantasmas no te dan miedo porque jamás habías escuchado de ellos – comentó Mew cuando no logró que Gulf se asustara con su relato.

- Lo lamento Mew –

- No te disculpes, eso es bueno, cuando yo tenga miedo tendrás que cuidarme – bromeó.

- ¿Tú tienes miedo de algo? –

- Le temo a la oscuridad – contestó Mew "Y además, ahora temo ir a la cárcel", pensó.

- La oscuridad no es mala – dijo de pronto Gulf – a mí siempre me tenían encerrado en lugares oscuros y nunca vi fantasmas –

Mew lo observó con tristeza. Después bajó la cabeza sintiéndose un verdadero miserable. Si bien él no encerraba, ni castigaba ni dejaba sin comer a sus sumisos, si era cruel con ellos en sus prácticas sexuales ocasionándoles mucho dolor.

No obstante la vida que había llevado Gulf como "esclavo" había sido sombría, triste y hasta repugnante. Habían dañado el alma de un niño, un inocente niño que no tenía la culpa de haber nacido de un lugar como aquel y que personas como Max se aprovecharan de dicha inocencia.

Recordó que Max le dije que la primera vez que habían abusado de Gulf había sido solo a los seis años. Y había estado a punto de rechazarlo por ser un sumiso "usado"... ¿A manos de quién habría ido a parar Gulf si no hubiera aceptado llevárselo? Un escalofrío recorrió su cuerpo al imaginarse la clase de vejaciones que ahora estaría sufriendo.

- Ya no tendrás que estar más en lugares oscuros Gulf – habló Mew con seriedad – vamos a dormir porque mañana vendrá Saint temprano y después nos iremos a la playa –

- Si Mew – Gulf se puso de pie.

- ¿A dónde vas? –

- A dormir – respondió Gulf mirando en dirección a sus gatos.

- Cielo, los dos vamos a dormir en la casa de campaña – dijo el mayor – los gatos pueden dormir afuera, si necesitan algo que maúllen –

- ¿Vamos a dormir aquí? –

- Sí, de eso de trata acampar – respondió Mew – ahora entra a la casa y escoge el lado del que vas a dormir, apagaré la luz y en un momento estoy contigo –

Toda esa era una experiencia sorprendente y asombrosa para Gulf. Estaba pasando ratos muy agradables con su dueño, que ahora lo trataba muy bien. Dejó que una sonrisa se posara en su rostro y entro en la casa acostándose en una de las orillas.

Tenía que esperar a Mew para que le dijera que más se tiene que hacer en esa casa de campaña, todo era tan desconocido para él que no podía evitar sentirse tonto, pero el señor Suppasit le había dicho que sabía que desconocía muchas cosas y que preguntara todo lo que no entendiera, por lo que decidió que trataría de ir despejando sus dudas sin ser una molestia.

- Ahora estamos tú y yo solos aquí adentro – susurró Mew con una sonrisa coqueta - ¿Sabes que podemos hacer metidos aquí? –

- No, no lo sé Mew –

- Podemos hacer el amor, cariño –

Mew se posicionó encima de Gulf y se acercó a sus labios para besarlo lenta y profundamente. Le encantaba el exquisito sabor de esos labios, tan húmedos, tan puros, tan sensuales... si por él fuera estaría adherido a esa deliciosa boca todo el tiempo y no se despegaría de ella por absolutamente nada del mundo.

Los brazos de Gulf rodearon el cuello de Mew acercándolo mucho más a su cuerpo, "hacer el amor", pensó Gulf de pronto en lo que el señor Suppasit le había dicho. ¿Sería diferente del sexo? ¿Y de qué forma? ¿El calor y el cosquilleo que sentía en su interior, provocados por su amo tenían que ver con dicha diferencia? ¡Estaba tan confundido!, el sexo era algo que había practicado desde que era un niño, más obligación que por gusto, pero lo que sentía estando con Mew... era... diferente.

- Mew... -

- Dime cariño... - Mew se alejó de su boca para atacar su cuello.

- ¿Qué es lo que debo hacer? – preguntó - ¿Cómo se hace el amor? –

¿Qué era hacer el amor, cómo se hace? Técnicamente hacer el amor es mantener relaciones con un sentimiento de por medio. Una majestuosa conexión entre dos personas guiadas por un vínculo que los impulsa a tener intimidad entre ellas. Era la perfecta unión de sexo y amor, la increíble fusión entre lo carnal y lo sentimental, la exquisita mezcla entre el deseo y el afecto. Era juntar de manera etérea y casi irreal el cuerpo y el alma para elevarse hasta lo sublime de la mano de la persona amada.

¿Cómo poder responder las preguntas de su sumiso cuando éste nunca sintió el amor y cariño de una persona? Quería decirle lo que era, pero las palabras jamás serían suficientes, hacer el amor se tenía que experimentar para entenderse, las palabras tenían que volverse hechos, el cuerpo debía probar lo que el alma quería expresar. Hacer el amor no era algo que se podía decir... se tenía que hacer.

- Gulf... ¿Tú quieres tener relaciones sexuales conmigo? – preguntó Mew mirándolo a los ojos.

¿Acaso estaba soñando? ¿Su amo le estaba preguntando que si quería tener sexo con él después de haberlo hecho ya dos veces antes? No estaba entendiendo eso y se estaba preocupando.

- Nosotros... nosotros ya lo hemos hecho antes Mew... -

- Lo sé, pero ahora ¿Quieres hacerlo? –

- Yo... -

- Si dices que no, no me enojaré... si me dices que sí, te haré el amor... -

No podía creer que por primera vez le dieran a escoger si quería tener sexo o no. En sus manos estaba si su amo continuaba. Siempre quiso tener posibilidad en su vida, y ahora el extraordinario hombre que lo había comprado le daba el poder de decidir. ¿Por qué el señor Suppasit no había llegado antes a su vida?

CONTINUARÁ...  

Momentos románticos antes de los problemas que Mew tendrá que enfrentar... momentos que poco a poco irán marcando a Gulf. 

La pregunta del final del capítulo... ¿Qué será lo que responda Gulf ahora que tiene la opción de decidir si tienen sexo o no? 

Recuerden que se aceptan cualquier tipo de comentarios, pero me reservaré de responder ofensas e insultos. 

Hasta el próximo capítulo. 

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