Capítulo 32

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

—¿Estás seguro que no te duele? —cuestionó de nuevo Yoongi acariciando la mejilla de Jimin.

El mayor miraba con preocupación el rostro de su menor.

Mientras tanto Jimin estaba hundido en preocupación por lo que pasaría si Taehyung no despertara.

Aún podía escuchar los fuertes sollozos de Hoseok en la recepción.

—No tienes la culpa de nada, solo lo hiciste por mi bien —comentó Yoongi— de pronto todo se escapó de tus pequeñas manitos, por favor no te martirices culpándote.

—Es que si Taehyung no despierta, habremos matado a una persona Yoongi —el rubio giró a mirar al joven— lo habré matado.

Yoongi negó de inmediato.

—Cualquiera que se encontrase tan desesperado por el bienestar de una persona que ama, hubiera seguido con la mentira. Nadie puede criticarte porque nadie está en tu lugar —alentó sin dejar de dar caricias.

Jimin bajó su mirada con sus ojitos húmedos.

Claro que podría ser criticado.

Él estaba siendo víctima de sí mismo, de sus propias críticas.

—¿Debemos irnos? —Namjoon había ingresado a la habitación en la que se encontraba la pareja— el señor Lee lleva mucho tiempo tratando de salvar a Taehyung.

—¿Qué tratas de decir?

—Que podría estar muerto y nosotros estamos arriesgándonos al seguir aquí.

El más alto se acercó para poder hablar con más privacidad.

—Ya viste como está su amigo, podría matarnos si Taehyung no resiste.

—Un ser humano no llegaría a esos extremos —comentó Yoongi tratando de calmar la situación- no podría

—¿Matarnos? —completó Jimin— ¿por qué no? Nosotros matamos a su amigo.

—Eso no lo sabemos con seguridad.

La habitación quedó en silencio por unos momentos.

—Supongamos que decidimos escapar ahora, ¿Qué hacemos con Seok Jin? No podemos moverlo, yo tampoco soy muy útil.

—Tiene razón —dijo Namjoon pensando mejor las cosas- y están en la recepción, nos verían.

—Y no podríamos salir de la ciudad sin toparnos con infectados, no tenemos armas. No sabemos en donde las ocultan.

Definitivamente escapar de aquel centro médico no sería una opción.

Sería como salir de un escondite hacia una muerte segura, un laberinto lleno de infección.

Algo estúpido

—¿Entonces? —cuestionó Namjoon buscando soluciones.

—Entonces solo queda esperar —continuó Jimin.

Pasaron unas horas más, había silencio en todo el lugar. Todos esperaban impacientes.

Namjoon, Yoongi y Jimin miraron atentos a la puerta cuando Yeseo apareció.

—¿Está bien? —preguntó Jimin casi de inmediato.

—Seguimos sin saber nada —comentó adentrándose y cerrando la puerta.

Los jóvenes suspiraron frustrados.

—Vine porque quiero saber ¿Qué tan importantes eran las inyecciones que me pediste como para arriesgar nuestras vidas?

La jovencita se sentía usada, el rubio y su grupo no habían revelado su mentira. Tan solo la mandaron junto a los demás, los usaron de carnada.

Ni siquiera Namjoon, con quien la chica había entablado los inicios de una amistad, le dijo la verdad.

—Fueron muy hombres para dejarme ir y arriesgar mi vida, ahora respondan siendo igual de valientes —insistió cruzándose de brazos.

—No podemos, Yeseo —dijo Jimin— sería arriesgado decírtelo, podrías reaccionar de cualquier manera.

Yeseo soltó una risa irónica y se fue acercando al grupo.

—Entonces supongo que debo decirle a Hoseok acerca de lo que me mandaron a buscar —amenazó.

Aquellas palabras alertaron a los jóvenes.

—Yeseo, provocarías más problemas.

—Ustedes ya causaron demasiados, no causen uno más y díganme lo que ocurre antes de tener que contárselo a todo el grupo.

Jimin miró a Yoongi, este pensó un poco antes de asentir. 

—Lo que te vamos a contar Yeseo, no puede salir de esta habitación. 

[...]

En la sala de recepción, Hoseok Jungkook e In Soo esperaban angustiados.

Uno de os hombres que ayudaban al señor Lee en el procedimiento, salió ocasionando que todos se pusieran de pie.

—El señor Lee, pide que los jóvenes Jung Hoseok y Jeon Jungkook ingresen a la sala.

Jungkook limpió sus ojitos con su muñeca y dio unos pasos rumbo a la sala sin pensarlo mucho más.

Hoseok lo tomó del brazo impidiendo que avanzara.

—¿Qué ocurre? —cuestionó Jungkook frunciendo el ceño.

—Saca a Jungkook de aquí por favor, In Soo —pidió Hoseok— él no entrará.

—Quiero ingresar —insistió el menor— me mantendré calmado, lo prometo. No soy un niño.

—¿Ya viste tus ojos? Están rojos, hinchados —comentó firme— ve a tomar aire, es una orden de tu mayor. 

—Pero Hoseok

—Taehyung te hubiese pedido lo mismo. No reniegues más, ten respeto y vete.

Jungkook lo miró insistente, sin embargo terminó asintiendo y provocando que Hoseok soltara su agarre.

Sin decir más, su mayor entro a la sala a paso rápido para escuchar lo que el señor Lee tenía que decir.

Jungkook por otro lado, sintió un nuevo agarre en su hombro que lo llevaba fuera de la recepción. Estaba hundido en sus pensamientos así que solo dejó que In Soo lo guiara, subió varias escaleras sin hablar.

¿Taehyung lo habrá logrado? 

No dejaba de hacerse esa pregunta y responderse de todas las maneras posibles.

—El techo, es el mejor lugar para tomar aire y calmarse —comentó In Soo luego de haber abierto la puerta que abría paso a la parte superior de la construcción.

No recibió respuesta de Jungkook, el joven solo caminaba a donde el agarre en su hombro se lo ordenaba. Podría estar caminando hacia la orilla del lugar y no se daría cuenta.

In Soo lo observó con algo de preocupación, buscó alguna excusa para que su amigo hablara. Hasta que la encontró.

—Esa cadena es muy linda —comentó señalando el objeto que colgaba del cuello de su contrario— Tiene algo grabado... Jung... —comenzaba a acercarse para poder leer.

Jungkook salió de sus pensamientos y bajó su mirada, posándola en aquel objeto señalado.

—¿Jung Hyun? —leyó In Soo— Ese no es, tu hermano —había susurrado eso último al darse cuenta de lo que había dicho.

In Soo cerró sus ojos con fuerza maldiciéndose mentalmente, apenado por el tema que había tocado, Jungkook lo notó.

Tomó aire para responder de una forma adecuada. No había sido la intensión de In Soo hablar de algo tan delicado.

—Así es, no es muy costosa, pero ahora tiene un gran valor sentimental. 

In Soo fue abriendo sus ojos por la respuesta serena de Jungkook, sus hombros que se habían encogido, volvieron a su posición inicial.

—Debe, sentirse bien tener algo con lo que puedas recordar a tu hermano —comentó In Soo acercándose un poco— Yo no tengo nada para recordar a Yoomi.

—¿Nada? —Jungkook levantó una ceja incrédulo— Apuesto que hay algo, no tiene que ser un objeto necesariamente —comentó.

—Bueno, sí hay algo, pero —In Soo soltó una pequeña sonrisita— es solo una tontería.

—Si te ayuda a recordar a Yoomi entonces no lo es. 

—Es una melodía, ni siquiera canto bien y me he ido olvidando de como iba. Yoomi cantaba muy bien, cuando yo era pequeño me cantaba para que yo logre dormir

—Una buena hermana mayor sin duda.

—Compartíamos habitación. Me cantaba para que yo me duerma rápido y ella pudiera tomar la televisión en su poder total, a ella y a Taehyung que siempre estaban juntos —dijo entre unas cuantas risas— les convenía.

In Soo había logrado hacer reír un poco a Jungkook también, solo que a cambio había recordado a su hermana mayor que no veía hace años.

Y que extrañaba como a nadie.

—¿Cómo iba la melodía? —preguntó Jungkook— Quizá, yo también la conozco.

—Ni lo pienses, no quiero arruinar el momento con mi voz. No tengo ni una pisca de talento a comparación de mi hermana, a puesto que ni  el buscador de internet podría averiguarlo si lo intentara.

Jungkook asintió, aún así notó que el semblante alegre de In Soo había cambiado ligeramente a uno triste.

—Mi mamá también me cantaba cuando era niño —comentó— era una canción muy conocida para los infantes de ese momento, quizá sea la misma porque tenemos la misma edad.

In Soo iba a negar lo que decía Jungkook, fue interrumpido por su contrario.

El joven había comenzado a cantarla, era esa la canción suave que recordaba salir de los labios de su hermana todas las noches.

Un fuerte sonrojo se hizo presente en las mejillas de In Soo mientras escuchaba a Jungkook.  Las palabras melódicas que salían de sus labios, eran simplemente hermosas.

La pequeña carita del joven In Soo no despegaba la mirada de Jungkook, tan solo lo miraba atento y escuchaba nostálgico.

Y mientras Jeon cantaba aquella melodía feliz, propia de una canción tranquila de cuna, con su vocecita inocente para In Soo.

Detrás de ellos, alguien más la escuchaba con melancolía y lágrimas en los ojos. Reconoció la canción al instante y recordó aquel pasado feliz que tanto extrañaba.

[...]

—¡No es mi culpa que tú y el cara de espárrago ese estén aquí! —renegó un pequeño In Soo de cinco añitos.

—In Soo, por favor, me toca ver algo en la televisión. Ya sabías que Taehyung vendría —renegó forcejeando el control remoto con su menor.

—Y-Yoomi, para, podrías arrancarle el brazo —Taehyung intentaba calmar la discusión de los hermanos, su voz baja no ayudaba mucho.

—¡Suelta el control pedazo de duende! —insistió Yoomi.

—¡Si me lo quitas lloraré y mamá me escuchará! —amenazó el pequeño

Yoomi soltó una bocanada de aire y soltó el objeto, miró a Taehyung y este levantó los hombros sin saber dar una solución.

La chica observó como su menor bostezaba, aquel niño tenía sueño y aún así luchaba por hacerle la vida imposible. 

Era un demonio atrapado en el cuerpo de un enano que se le asignó como hermano menor.

Luego de un par de minutos de pensarlo, la joven se dio cuenta que lidiaba con un niño, si era lista, podría distraerlo con facilidad en lugar de usar la fuerza.

—Oye In Soo —llamó ganándose a atención de su menor— tengo una sorpresa para ti, estuve ensayándola todo el día para ti. 

El niño se tentó por las palabras y soltó el control, su hermana se acercó mientras sacaba su teléfono del bolsillo.

—¿Y qué es? —cuestionó el menor.

—Una canción —respondió sonriente, colocándose los audífonos que estaban conectados a su teléfono y acostándose a su lado— ven, acércate.

Ella envolvió al menor en brazos, y por la espalda de In Soo, tecleó unas cuantas veces hasta lograr buscar "canciones infantiles"

Hizo clic en la primera opción tenía la melodía en sus oídos y la letra en la pantalla. Así que sin esperar mucho, comenzó a cantarle a su hermano.

El menor la escuchaba atento, sin mucho más que hacer, el sueño le comenzó a ganar la batalla.

No le importó mucho, estaba feliz por el regalo de su hermana.

Por otro lado Taehyung se había sentado en la cama de al lado para escuchar a Yoomi con una gran sonrisa en la cara.

No solo era la niña más linda de todas, también poseía la voz más linda del mundo. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro