Capítulo 13

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Dejar que Ana durmiera en mi cama un par de horas mientras yo intento acomodarme en el sillón es una mierda. Más exasperante es el hecho de que Luke está en el otro sofá, roncando.

Intento dormir, pero no dejo de pensar en que tengo que deshacerme de Ana temprano en la mañana para irme a trabajar y luego asegurarme que no vuelva a entrar aquí, cambiando las cerraduras.

Después de un rato, simplemente me quedo dormido y los sueños extraños vagan libres en mi inconciencia. El más extraño de ellos es sin duda la pesadilla de estar esposado en mi silla de la estación que se vuelve sueño erótico.

Puedo ver a Ana sobre mi, sus manos subiendo y bajando por mi pecho mientras mordisquea mi cuello. Solo en un jodido sueño yo gemiría en lugar de pedir auxilio.

Me haces cosquillas. —le digo para que se aparte, pero la chiquilla sigue besándome.

Su boca húmeda me mordisquea los labios, su cadera balanceándose sobre la mía aplicando la presión necesaria para hacerme gruñir de satisfacción.

El mejor sueño hasta ahora.

Mi respiración se agita, convirtiéndose en jadeos mientras ella también jadea contra mi oído.

Christian...

Susurra, sus movimientos más rápidos y tiene que aferrarse a mi camiseta para no perder el equilibrio mientras me monta.

Jesús, creo que voy a...

Gruño presionando sus muslos con mis manos para que siga moviéndose mientras termino, la calidez extendiéndose sobre mi piel.

—Mierda. —susurro abriendo los ojos—. ¡Mierda!

Me enderezo con un movimiento brusco, haciendo que ella se sujete a mi cuello para no caerse de culo al piso.

—Ana, ¿Qué haces? —jadeo sorprendido.

—¿No es obvio? —señala mi regazo y puedo ver la mancha de humedad en mis pantalones de chandal.

—Jodida mierda. —la aparto para levantarme y mirar alrededor.

El puto Luke sigue roncando en el sofá de mi sala.

—Tengo que irme, pero te veré después amor.

—No soy tu maldito amor. —gruño avergonzado.

—Lo eres. —pasa de nuevo las manos por mi cuello—. Eres mío.

—Estás loca.

—No dirás lo mismo cuando estemos casados. —dice revisando su móvil—. O cuando tenga a tus hijos.

Mierda.

El sonido de un claxon desde la calle la hace girar para tomar su mochila, que tuvo tiempo de preparar antes de usarme para su satisfacción personal.

—Ese es Fred. —señala a la puerta—. Puse la cafetera, no llegues tarde al trabajo cariño.

Y con eso, ella sale de mi departamento. Observo desde la ventana al lujoso auto negro que la espera en la calle pero no puedo ver nada más del hombre.

—Padres de mierda... —gruño molesto—. Toda la jodida noche fuera de casa y a nadie le importa.

—¿Quieres llamar a servicios infantiles? —balbucea Luke adormilado—. ¿Preparaste café?

—Voy a tomar una ducha, levántate de una vez o se hará tarde para ir a la estación.

—Oh, mierda. —empuja el cojín a un lado para sentarse—. La próxima vez que hagamos esto asegúrate de tener un colchón inflable cómodo para mí.

—No habrá una próxima vez.

No tengo tiempo de seguir discutiendo, tomo una rápida ducha fría para limpiarme y me visto con mi usual traje gris de corbata a juego. Le doy un vistazo a la cama desordenada donde Ana durmió y aparentemente dejó su camiseta como recuerdo.

—Préstame una camisa limpia. —Luke se asoma en mi cuarto—. A menos que me dejes tomar el día por ayudarte con la niña.

—Tienes una hora para ir a alistarte. —señalo mi reloj—. Luego te quiero en la oficina y ni una palabra de lo que pasó aquí puede salir de tu apestosa boca, ¿Entendido?

—Aburrido. —se ríe, pero sale de mi departamento para ir a su piso.

Me tomo el café que se calienta en la cafetera y salgo para comprar un desayuno rápido de camino a la estación. Lo mejor que puedo hacer por mi salud mental es ignorar los acontecimientos de las últimas 12 horas.

—¿Qué tenemos?

—Nada aún. — Sawyer muerde en emparedado de pavo que traje para él — Los sospechosos tienen coartadas sólidas y ningún contacto relacionado con pandillas o asuntos ilegales.

—¿Tenemos a alguien más?

—No. Aún no localizamos a la mujer drogadicta Daisy, tendremos que hacer vigilancia en las calles cercanas hasta encontrarla. —agrega Leila.

—Pero eso retrasaría las entrevistas a los demás sospechosos. —dice Ethan—. Este hombre tenía demasiados enemigos como para señalar solamente a uno.

—Pues solamente uno lo hizo. —señalo el pizarrón—. Alguien que se adelantó a los demás. ¿Alguna señal de su auto?

—Si, fue localizado en las afueras de Portland.

—¿En Portland? ¿Qué mierdas hace el auto allá? —Luke toma otro gran mordisco.

—Mejor aún, ¿Quién lo llevó hasta allá? Ethan, revisa las cámaras sobre la autopista para ver si tenemos el rostro del ladrón.

—Necesito la autorización del jefe Welch para acceder a las cámaras de vialidad, tal vez pueda...

El sonido de pasos en la escalera detienen sus palabras, haciendo que todos miremos en esa dirección. Maldición, que no sea la jodida niña de nuevo.

—Señores... —gruñe el aludido Welch cuando nos mira—. Señorita. Solo estoy aquí para avisarles que el señor Jason Taylor, — señala al hombre a su lado—. De Asuntos Internos está aquí para hacer una supervisión de todos los departamentos. Déjenlo trabajar y atiendan a lo que él les pida.

—Extraño. —susurra Sawyer a mi lado.

—Bienvenido, señor Taylor. —me levanto para estrechar su mano—. Soy Christian Grey.

—Lo sé.

Dice secamente, sin quitarse los lentes oscuros y apretando con fuerza mi mano. Luke tiene razón, algo aquí no cuadra porque Asuntos Internos solo interviene cuando hay alguna queja. ¿Qué rayos hace aquí?

—Avíseme si necesita algo. —digo por cortesía, pero señalo las escaleras para que se larguen. Ambos.

Esperamos a que se pierdan en las escaleras antes de hablar de nuevo.

—Eso fue muy raro. —concuerda Leila.

—Necesito que sean extra precavidos con los documentos y las computadoras. No me agrada del todo tener a éste sujeto rondando la oficina mientras estamos en trabajo de campo.

—Claro, jefe.

—Y evitar sorpresas, —agrega Luke—. No dejen sus esposas en manos de civiles.

Leila se ríe, haciendo que Ethan contenga una risa porque obviamente ella se lo contó. Jodido Luke.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro