1

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Título: Extrañamente hermosa.

@FanficFan10 este bello Os es para ti y solamente dedicado a ti ❤. En serio, de corazón te ruego una enorme disculpa por tardar muchísimo, no esperé que el tiempo se me fuera de las manos tan horriblemente:c espero que te guste ❤

~~•••~~•••~•••~~~

— Ella... ¿Ella no te parece extraña? — Cuestionó Peter Maximoff cruzando sus brazos mientras observaba la forma tan recta en que caminaba una hermosa muchacha con un largo vestido negro. Sus ojos oscuros viajaban de aquí para allá, maravillandose con la naturaleza que rodeaban la mansión de los mutantes —. Es que, ¡Mírala!, Solamente sale afuera en los días nublados y se pierde entre los árboles.

Un escalofrío lo recorrió, sin embargo, la curiosidad lo mataban.

— Tal vez sea alérgica al sol o algo — comentó Jean frunciendo el entrecejo.

— ¿No puedes leerle la mente para saber algo sobre ella?

Algo avergonzada, negó rotundamente con la cabeza.

— Me lo impide, la única manera de saber algo de ella es hablándole y, a decir por experiencia propia, no habla mucho que digamos.

—¡¿Has hablado con ella?! — chilló él repentinamente emocionado. Jean notó que sus ojos brillaban como niño viendo un dulce y se le encogió el corazón — ¡¿Cómo es su voz?!

— Ey, ey, tranquilo Speedy, ¿Por qué no vas a descubrirlo por ti mismo? Sabes que la curiosidad te está torturando.

El chico de cabello platinado sonrió algo decaído.

— No sé cómo hablarle... — pensó un poco en sus palabras, normalmente, Maximoff era alguien que hablaba a la velocidad de la luz y luego pensaba en lo que decía, sin embargo, en esta ocasión estaba muy consiente de que lo que le soltaría a su amiga pelirroja no era cualquier cosa, aunque de cualquier forma ella terminaría por leerle la mente — Y-Yo... Ten-

— Tienes miedo de no agradarle — sonrió —. Por primera vez en más de mil años, veo al gran y confiado Maximoff corriendo y escondiéndose como rata por una chica.

Peter enrojeció.

— ¡No es cierto! — chilló cerrando los puños.

— Entonces ve a hablarle.

Él negó con la cabeza.

— Algún día, hoy no, hoy tengo que dar clases de natación a los perros de un amigo.

Y después de decir aquello, Peter desapareció del campo de visión de Jean.

— Cobarde — susurró negando con la cabeza y entrecerrando los ojos. 

Había pasado semanas, casi meses, desde que la curiosidad de Maximoff se había convertido en algo más, ya no tan solo la veía cuestionando por qué nunca hablaba con nadie, sino que ahora la veía con ojos llenos de asombro, cautivados por la belleza misteriosa que emanaba de ella con tanta naturalidad.

Ahora, sentado frente a Charles Xavier, se encontraba cuestionando a su mente y corazón el por qué todos sus pequeños intentos de acercarse a la chica había fallado y así contestar la pregunta del profesor. Fácilmente el hombre podría leerle la mente, sin embargo, quería respetar la privacidad del corredor en este caso.

— Yo... Uh, creo que ella es la que me lo impide — balbuceó bajando la vista.

Charles sonrió con paciencia y algo de burla.

— Es que, efectivamente, así es — contestó entrelazando sus manos para poder mirar fijamente al platinado —. Ella es una mutante demasiado extraña en su especie, Peter, inclusive me atrevo a decir que es más poderosa que Jean... No permite que las personas se le acerquen por su propio bien. Ha tenido bastantes problemas con la gente que entra en su círculo de afectividad.

El chico frunció el entrecejo algo ofendido por aquello.

— Me parece una total estupidez — declaró levantándose de la silla, dejando al profesor con una ceja ligeramente elevada.

— ¿Qué planeas hacer? 

El velocista sonrió con malicia.

— Ya deberías saberlo.

Y salió tras dejar una enorme ráfaga de viento detrás de él.

Bien, ahora que lo pensaba con más detenimiento, estar frente al bosque, con el sol quemando con una ferocidad sobrenatural y con una sombrilla negra cubriéndole el rostro mientras observaba a su chica caminar entre los troncos, hablar con ella no le parecía la mejor idea de todas. 

Extrañamente, aquella chica había decidido salir en un día soleado y Peter actuó sin pensar, dejándose llevar por sus impulsos nuevamente.

Tragó en seco y a sabiendas de que si lo pensaba más se arrepentiría, salió disparado hacia los árboles, frenando sus pies de golpe unos centímetros antes de chocar contra ella.

— Eh... Uh... ¿Hola? — saludó nervioso, perdiéndose en la mirada profunda de la chica que lo observaba con algo de horror y una pizca de curiosidad —. Ten, te traje esto — murmuró estirando su brazo hasta alcanzarle el paraguas.

La azabache miró hacia arriba, casi graciosa. 

— ¿Por qué?

El tono frío pero acogedor y tranquilo de su bella voz, le erizó la piel por completo, dejándolo estupefacto.

Tras segundos de silencio, donde su cabeza quedaba en blanco al estar tan cerca de ella por primera vez, decidió hablar.

— Creí que eras alérgica al sol, nunca te he visto salir en un día así.

Elevó la ceja, sorprendida.

— ¿Me espías?

— ¡No, no, no! — chilló Maximoff abriendo los ojos precipitadamente — se llama apreciación lejana.

Y para su grata sorpresa, la chica soltó una pequeña risa que llenó su corazón.

— Normalmente solo las obras de artes son las que se aprecian, no los bichos raros.

— Eres el bicho raro más hermoso que he visto — dijo sin pensar —. ¡N-No! ¡Olvídalo! ¡Digo, si eres hermosa! Uh, osea todos lo piensan, no solo yo, aunque sí me pareces hermosa p-

— Sh, tranquilo, ya entendí, ya entendí — le calmó palmeando con suma delicadeza su pecho, como si temiera que con aquel simple tacto fuera a hacer un destrozo.

— Creo que es mejor irme... — murmuró completamente sonrojado y con una mueca bastante pronunciada en el rostro —eh... Lu-Luego vengo por el paraguas.

— ¡N-No! — le detuvo agarrándolo por el brazo y casi matandose mentalmente por ese acto; matarlo, casi pudo matarlo. Con velocidad, bajó sus brazos hasta chocar contra sus costados y después miró, sin mucho que decir, al velocista —. Digo, podrías quedarte si tienes mucha curiosidad.

— ¿En serio? — el chico sonrió con la misma esperanza que un niño pequeño y a la chica le pareció extremadamente tierno. De inmediato, Peter volvió a tomar compostura, carraspeó y agravó su voz —. Ejem... Quiero decir, cool.

Ella rodó los ojos y reanudó su caminata con Peter pisandole los talones para lograr poner a tiempo el paraguas sobre la cabeza.

— No es necesario que hagas eso, no me voy a desintegrar por tomar algo de sol — comentó, divertida ante la idea —. ¿Qué es lo que quieres saber, Peter?

El chico abrió los ojos nervioso.

— ¿Sabes mi nombre?

— Sé todo sobre todos — murmuró con un aire de melancolía pero de inmediato soltó un suspiro y lo miró —. Me quieres conocer, ¿No? Lanza las preguntas.

Peter se quedó en blanco.

— Eh... Y-Yo, no, digo, no sé qué preguntar — balbuceó nervioso y con el rostro totalmente rojo — ¿Cuál es tu nombre?

— Alyssa — contestó algo enternecida por la actitud del velocista.

— Es bonito... — comentó sin pensarlo y casi de inmediato se mordió la lengua por dentro.

— G-Gracias — murmuró ella agachando la mirada; era la primera vez que le decían algo así.

Al ver la reacción de la chica, Peter decidió seguir preguntándole cosas algo más tranquilo.

— ¿Cómo llegaste a la mansión?

— Charles me encontró — se limitó a decir  tomando su distancia.

— ¿Cómo? — preguntó más curioso.

— En mi casa — su voz apenas y era perceptible a los oídos del platinado y eso atrajo más su atención.

— ¿Tus padres te dejaron venir acá? ¿O te tenían miedo?

Horribles recuerdos llenaron su mente.

"No hables, no hables, no hables, ya no hables" pensaba con nerviosismo la azabache sintiendo sus ojos picar con cada pregunta que el chico formulaba. Le caía bien y a él no quiera lastimarlo tan pronto, por fin alguien parecía tener la valentía suficiente como para acercarse a ella y no quería arruinarlo, lamentablemente, era imposible controlar sus impulsos.

Ante las preguntas incesantes, sus manos le empezaron a picar y una sensación abrumante la envolvió de pies a cabeza.

— Peter...— el nombrado se detuvo a verla y frunció el entrecejo.

— ¿Pasa algo, Alyssa?

Algo tarde, el mutante se percató de la bola de luz color azul que emanaba con fuerza de las manos de su nueva amiga.

— Corre.

Y entonces todo ocurrió en cámara lenta; el paraguas quedó suspendido en el aire, Alyssa quedó camuflajeada entre un montón de destellos prupuras que parecían formar una explosión entre los árboles del bosque y Peter, preocupado, se alejó a toda velocidad el terreno suficiente como para que aquel poder apenas y lo rozara.

Cuando el humo se disipó, volvió a correr hasta casi caer de bruces en un  cráter que quedó en el lugar de la explosión; dentro, la azabache permanecía con el rostro entre las manos, sollozando.

— ¿Estás bien? — bien, inclusive él estaba cansado de hacer tantas preguntas pero junto a ella le parecía imposible no hacerlas. Con cuidado, bajó hasta quedar a unos centímetros de ella, sin importarle mucho si su ropa se jodia en el proceso.

— Y-Yo... Yo no quería hacerlo — chilló sin la fuerza para verlo —. Entiendo si quieres alejarte...

— ¿Por qué me alejaría? — preguntó burlón, obligándola a quitarse las manos de allí —. ¡Es la explosión más genial que he visto en mi vida!

— ¿No me tienes miedo?

— ¿Por qué debería hacerlo? Todos somos peligrosos cuando somos nuevos y no sabemos qué hacer con nuestros poderes — la ayudó a levantarse y ella le agradeció con una pequeña sonrisa tímida, casi olvidando el incidente — y para eso estamos nosotros, las reliquias andantes de la mansión — presumió con orgullo —. Siempre te cuidaremos la espalda, somos una familia.

Y sin pensarlo, se lanzó a abrazarlo.






Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro