Epílogo

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El automóvil avanzaba en silencio por la carretera a una velocidad constante, no era como si a esa hora tan temprana de la mañana fueran a encontrarse en un embotellamiento; además, el lugar al que se dirigían estaba en un sitio poco céntrico de la ciudad.

Jimin no podía creer que ya habían transcurrido seis meses desde aquella conferencia de prensa que cambió todo y dio un nuevo inicio a su vida y a su relación. Habían sido tiempos difíciles, sobre todo para Jungkook, quien había tenido que enfrentarse a todo tipo de críticas por parte de los medios y su propia empresa. El actor estuvo un tiempo con sus actividades en pausa, en espera a que el escándalo mermara. Jimin casi se sintió culpable, porque la idea de que la vida profesional de la persona que más amaba, se estaba desmoronando por su causa, lo estaba destrozando. Casi. Porque Jungkook no permitió que sucediera.

—¿Me ves infeliz, Jimin? —le había dicho Jungkook—. Nunca he sido tan feliz como lo soy contigo. Nunca me he sentido tan completo y auténtico. Orgulloso de mí mismo, de nosotros. ¿Por qué te sientes culpable por hacerme feliz? Lo demás no importa. Nada importa si estamos juntos. La opinión de los demás nos afecta tanto como estemos dispuestos a permitirlo. Yo no los dejo que nos dañen, ¿lo harás tú? —Amor y devoción brillaban en su mirada.

Las dudas de Jimin se habían esfumado después de eso.

No tardó demasiado en que las cosas se controlaran. Todavía se hablaba esporádicamente sobre ellos, pero no eran el tema central y permanente. El mundo del espectáculo siempre está plagado de chismes, no demoró demasiado en que un nuevo escándalo se coronara en las portadas y titulares.

La propia editorial de Jimin, a pesar de todo, se vio un poco afectada. Sin embargo, y principalmente dado por la temática de sus libros y el hecho de que se tratara de algo meramente personal, no llegó muy lejos. De hecho, sus ventas se dispararon. Había más curiosos que víboras, aparentemente. Incluso el padre de Taehyung le había ofrecido un lugar en su propia editorial, en caso de que Golden Seal le diera la espalda. Fue muy amable de su parte el ofrecimiento. A lo largo de los años, había llegado a pensar en los señores Kim como parte de su familia.

Jimin también había conocido a los padres de Jungkook, apenas un par de semanas después de la conferencia de prensa, alegando que habían demorado tanto porque les había sido difícil encontrar vuelos disponibles de manera rápida desde Egipto, a través de las distintas escalas. Jimin tenía miedo, estaba preocupado en demasía por el hecho de ser culpado o repudiado por los progenitores del hombre que amaba, no necesitaba otro elemento para ponerles más tensión de la que ya atravesaban. No pudo estar más equivocado. Lo recibieron con un abrazo, con cariño y aceptación, agradeciéndole por haber ayudado a su hijo a convertirse en el hombre que era ahora. Solo con verlos, tan amorosos y comprensivos, preocupados por su hijo a pesar de darle espacio y libertad para crecer, le hizo ver que todo ese crédito que le atribuían, no le pertenecía solo a él. Eran una hermosa familia.

«Familia». Ese tren de pensamientos no lo había abandonado desde que decidió hacer este viaje a Busan.

A medida que su cabeza se iba despejando con el paso de los meses, Jimin había estado pensando en sus padres. Siempre se había dicho a sí mismo que no visitaba su casa porque se sentía culpable por haber hecho pasar a su familia por una situación tan vergonzosa. Taehyung le había dicho más de una vez que no le guardaban rencor. Entonces, ¿por qué no lo habían contactado ellos a él? Las teorías que llegaban a su mente cuando pensaba en ello eran cada una más desalentadora que la otra. Justo porque no quería envenenar su propia mente con conjeturas, había decidido venir a casa.

—¿Estás bien? —Jungkook lo sacó de su tren de pensamientos erráticos.

—Sí —respondió—. Solo pensando que no debería pensar tanto.

Una pequeña sonrisa, acompañada de una sutil negación de cabeza, fue la primera respuesta de Jungkook. Como si no pudiese evitar encontrar entrañable la maraña de pensamientos de Jimin.

—Es solo que pareces culpar al agua mineral por todas las desgracias del universo. —Señaló el regazo del escritor.

Solo en ese momento, Jimin notó con qué fuerza estaba apretando la botella de plástico, hasta el punto de deformarla. Aflojó su agarre.

—¿Estás seguro de que quieres hacer esto? —tanteó—. Podemos volver luego si no estás listo. No tienes que obligarte a nada.

—De veras estoy bien, en serio. Quiero hacer esto. No siento que se trate de estar preparado o no, sino de dar un cierre, de una vez por todas, a lo que me sigue atando al pasado. —Suspiró—. No puedo evitar pensar, por más que lo intente. Quiero obtener las respuestas de ellos, en lugar de seguir sacando conjeturas.

Se detuvieron en un semáforo en rojo. Jungkook se inclinó hacia Jimin y le sostuvo la cabeza delicadamente con una de sus manos, para acercarlo a su toque. Le besó la sien y la mejilla.

—Eres muy valiente, Minie. Mi chico valiente. Es uno de los motivos por los que te admiro y te amo tanto.

—También te amo. A pesar de que Yoongi casi me mata por querer este fin de semana libre.

Con el retorno paulatino de Jungkook a escena, así como la confirmación de su participación en esperados estrenos, su horario estaba repleto. No es de extrañar que Yoongi enloqueciera por tener que reorganizar el itinerario, no era momento para descansos. 

—Olvidará sus instintos asesinos pronto. Tae me dijo que van este fin de semana al cine, al primer día del nuevo ciclo de proyecciones de las películas de Evangelion.

—No sabía que a Taehyung le gustara el mecha. Es bueno saberlo. Es un gusto que Yoongi y yo no compartimos, así que me mantengo al margen. Ahora tendrá con quien compartir la emoción.

—Lo mismo digo, tampoco es mi género favorito. Tae respeta mi espacio y viceversa, cuando se trata de géneros en los que no coincidimos.

—Me alegra ver que se vuelvan cercanos. Ayuda a que Yoongi tenga su mente ocupada en algo además del trabajo. Por más que el engaño sufrido haya dejado una gran herida en su corazón, es difícil seguir adelante después de tener sentimientos intensos por tantos años.

—Espero que pueda encontrar la felicidad.

—También yo. No tengo dudas de que lo logrará, es una persona increíble.

─━━━⊱✿⊰━━━─

Las calles se volvían cada vez más conocidas para Jimin. A pesar de no haber venido en años, vivió en un vecindario conservador, no era muy común que las personas cambiaran los diseños de sus casas, o que aparecieran inversionistas dispuestos a emprender proyectos grandes y construir nuevos negocios. No era un sitio para eso.

Quizás en el hecho de que el lugar era conservador estaba el problema, tratándose específicamente de su orientación sexual y del escándalo en que se vio involucrado.

En cuanto se estacionó frente a la cerca blanca del que solía ser su hogar, los recuerdos lo invadieron. Todo había sido perfecto hasta que se enamoró como un idiota de la persona equivocada. Hasta su día de graduación. Él había asumido la culpa de todo, el odio y los resentimientos, las malas miradas y los chismes. Pero nada había logrado dejar a su familia fuera de las habladurías. Por eso se fue a Seúl.

Reconoció a la señora Kang y a la señora Cha, sus vecinas, en cuanto se bajó del auto de Jungkook. Cuando se tomaron de las manos para acercarse por la acera y entrar a la propiedad, fue bastante gracioso verlas fingir quitar la maleza de sus respectivos jardines, justo en los límites del patio de la casa de sus padres.

—Tienen vecinas curiosas —. Dijo Jungkook. Obviamente lo había notado.

—Están siendo sutiles, créeme.

—¿Debería asustarme por esa declaración?

—No. —Jimin lo miró—. Deberías darles contenido real para que se entretengan. —Se inclinó hacia su pareja y dejó un fugaz y tierno beso en sus labios, con una expresión divertida plasmada en el rostro.

—Es usted un travieso, señor Park.

—Así me amas —aseguró con convicción.

A Jimin le sorprendió lo cómodo que se sentía todo. Natural. Casi parecía algo de otra vida, el haber huido por miedo a la repercusión de los chismes y la vergüenza, cuando ahora era solo orgullo lo que sentía, tomado de la mano de un hombre frente a todos, ajeno a murmullos y miradas reprobatorias, sin importar los vergonzosos sucesos del pasado. A pesar de no haber estado en el closet cuando vivía aquí, todo había sido siempre muy criticado. Las buenas maneras, la educación y la discreción eran primordiales aquí. Más que el hecho de ser gay, lo que lo tuvo en la mira de todos fue ese estúpido vídeo.

Mientras más se acercaban a la puerta, más se perdía Jimin en sus recuerdos. El aroma fresco de la lavanda y las margaritas blancas en el jardín, el columpio de madera en el portal, la sensación entrañable de estar en un lugar cargado de buenos momentos; extrañaba su casa. Jungkook pareció notar el cambio en él, porque apretó el agarre que entrelazaban sus dedos, en un intento de ofrecer confort.

Luego de que el corto trayecto de la entrada se sintiera como una eternidad, tocó el timbre. Los pasos de unos tacones bajos se escucharon acercarse unos segundos después. A medida que la puerta se abrió, Jimin pensó en que quizás, solo quizás, debió haber avisado que vendría.

—Buenos días... —Si la mujer frente a ellos iba a decir algo más, sus palabras murieron en el fondo de su garganta—. ¿Jimin, eres tú?

El escritor miró el rostro de quien lo había traído al mundo. Las mismas arrugas escasas en el rostro que no le restaban belleza, el cabello castaño con algunas canas, un vestido azul celeste hasta las rodillas y una figura esbelta a pesar de los años. Su madre no cambiaba.

—Sí, mamá, soy yo. Hola... —Se rascó la nuca, nervioso—. Perdón por no haber avisado, todo fue muy improvisado. —Respiró profundo y miró a su novio antes de continuar—: Este es Jeon Jungkook, mi novio. Jungkook, esta es mi madre, Park Shinhye.

—Encantado de conocerla, señora Park. —Ofreció una reverencia.

—Igualmente —respondió, luego de parecer recuperarse un poco de la sorpresa—. Pero no nos quedemos aquí, pasen, por favor.

En el salón principal, el silencio se acompañaba de una tensión casi palpable. No era de extrañar, luego de los años sin comunicación.

—Tu padre está fuera de la ciudad por negocios. Supongo que te habría gustado hablar con él, también. Lo siento por eso.

—No te preocupes. No avisé que vendría, esto era algo que podía pasar.

—Pónganse cómodos. Iré a la cocina por algo de jugo y galletas, las horneé esta mañana. —La voz de la señora Park temblaba un poco. Había nervios, pero no aversión, resentimiento o recriminación. Jimin se sintió aliviado por ello.

Mientras el escritor se dejaba caer como peso muerto en el sofá y miraba un punto fijo en la nada, Jungkook dio una mirada apreciativa a la habitación. Podía parecer indiscreto, pero la mera idea de saber que las huellas de un Jimin que no conocía estaban en esta casa, le daba curiosidad. Quería encontrar cada pequeño detalle de esa identidad. La pared mostraba varias fotos familiares en las que se podía ver el crecimiento de su novio, en cada una podía apreciarse cómo había sido amado. Una prueba más, muy conocida para él, llegó a su campo de visión cuando se fijó en el estante en la esquina de la habitación. Una sonrisa apareció en sus labios.

—Esto es tan incómodo. —La voz de Jimin rompió el silencio—. Nunca pensé que llegaría el día en que no sabría cómo hablar con mi madre... Ella se ve igual de incómoda. ¿Y si mi presencia aquí le está incomodando? ¿Y si no me quiere aquí?

—Cariño, no. —Jungkook se sentó a su lado y selló sus labios con un beso—. Dijiste que dejarías de pensar y sacar conclusiones apresuradas. Viniste aquí a obtener respuestas de ellos. Escúchala. ¿Por qué no le das la oportunidad de explicarse?

—¿A qué se debe esa sonrisa? —preguntó Jimin—. Estás hablando como si supieras algo que yo no.

—Tal vez. —Le dejó un beso en la frente—. Es simple. Alguien que te odia, no tendría una colección similar a la mía. —Señaló su hallazgo en el estante.

Un nudo se formó en la garganta de Jimin y sus ojos brillaron con lágrimas, a punto de desbordarse de amor. Allí estaban, en orden cronológico, todos sus libros publicados por la editorial; también había recortes e impresiones enmarcadas de todos los artículos que hablaban de él, las fotos de sus apariciones en público y entrevistas. Sin embargo, lo que robó el habla de Jimin fue la fotografía que se había tomado con sus padres el día de la graduación, enmarcada en el centro de todo y con las palabras «Nuestro Orgullo» talladas con una hermosa caligrafía en la madera.

Cuando Shinhye volvió de la cocina, Jimin apenas la dejó colocar la bandeja con los aperitivos en la mesa antes de abrazarla, aferrarse con fuerza y susurrarle al oído, entre sollozos ahogados, las palabras que marcaría un nuevo comienzo para ellos:

—Te amo, mamá. Gracias por estar orgullosa de mí.

─━━━⊱✿⊰━━━─

—¿Estás seguro de que no debiste aceptar la invitación de tu madre? —preguntó Jungkook.

El crepúsculo estaba casi al terminar, dejándolos a ambos en una confortable penumbra, arrullada por el sonido de las olas de la playa. Habían almorzado en la casa de los Park y compartieron por algunas horas. La incomodidad había desaparecido parcialmente. Shinhye, algo nerviosa e indecisa, les había ofrecido pasar la noche. Pero Jimin había declinado su oferta, alegando que ya tenían una reserva en un hotel, porque querían salir por la ciudad y seguramente llegarían tarde.

—Sí. Es lo mejor. No hay que apresurarnos y forzar las cosas, eso solo crearía tensiones y silencios incómodos. A partir de ahora tendremos tiempo más que suficiente para ponerlos al día. Ya dimos el primer paso, que fue lo que nos retuvo por tantos años.

La conversación con su madre había dado a Jimin todas las respuestas que buscaba. Al final, eran padres e hijo. Tuvieron los mismos pensamientos y tomaron decisiones similares. Dieron tiempo y espacio para sanar, que acabó dando lugar a dudas, conjeturas e incomodidad. Cada uno esperó a que el otro actuara, y cuando pasó demasiado tiempo, simplemente no habían sabido cómo actuar.

Jimin tenía que admitir que haber resuelto su problema con Jaewo le había traído un sentimiento liberador. Quería dejar atrás todo tipo de rencores y arrepentimientos del pasado. Esperaba que sus padres, ahora que él había dado el primer paso, lograran hacer lo mismo.

«No es demasiado tarde para empezar de nuevo. Nunca lo es».

—Me encanta escucharte hablar así: seguro de ti mismo, lleno de confianza y queriendo cambiar. —Jungkook lo miró con devoción—. Me alegra demasiado ver que todo lo que plasmaste en tus libros y me enseñaste sin saberlo, has logrado aplicarlo a ti mismo. —Abrazó a Jimin desde su espalda, entrelazándole las manos en la cintura.

—No hubiera sido posible sin ti. Me diste el valor para salir adelante y arriesgarme por lo que quiero. Me enseñaste que más allá de las mentiras, el sufrimiento y la oscuridad, podía haber felicidad en lugar de solo arrepentimientos y soledad. —Se envolvió aún más en el abrazo reconfortante de su pareja—. Te amo tanto, Jungkook. Tanto que a veces temo que todo sea un sueño.

Jungkook lo volteó y unió sus bocas en un beso apasionado y demandante, que desbordaba deseo y amor. Literalmente, se devoraron hasta que tuvieron que separarse por aire.

—¿Esto te parece un sueño? —apretó sus cuerpos juntos.

—Créeme que tu erección contra mi abdomen es lo más real que podría sentir ahora mismo.

—Pues... —Jeon le dio la vuelta y apretó el bulto en sus pantalones contra el trasero de Jimin—. Yo creo que hay otro sitio donde podría sentirse más real.

Jimin se inclinó hacia el contacto, a la vez que llevaba una de las manos de Jungkook hacia su propia erección.

—Me encanta ese plan. De repente, la idea de tener sexo en una playa pública se ve demasiado tentadora.

—Amo este lado descarado tuyo. —Le dio una nalgada—. Amo todo de ti.

—También yo. Amo todo de ti.



¡Holiwis! Ahora sí, se acabó. Demoré un poco más de lo previsto, porque añadí un par de cosas más.
Hace algunos días, mientras escribía este capítulo, pensé poner una escena lemon, pero cuando calculé, me quedaba demasiado largo. Así que gracias a la sugerencia de varias personas pervertidas, cuyos nombres no voy a revelar XD, decidí hacer un extra más adelante en algún momento. Dos, en realidad. Uno será smut (probablemente versátil 😈) y el otro será un TaeGi, estoy segura de que muchos quieren saber que pasó con esos dos jsjsjsj.

Muchas gracias a quienes me acompañaron hasta aquí por su infinita paciencia. ¡Los amo!
Disfruté mucho creando y desarrollando esta historia, a pesar de que me causó muchos dolores de cabeza. Aprendí mucho al escribirla y espero que esta experiencia me ayude a crear mejores historias en el futuro.

Chao chan 😘

Nos leemos en los extras.

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