Salgo del baño y miro la hora, estoy a tiempo. Katty me mira y mueve su vestido rosa.

—Papi ¿Por qué?

—¿Por qué? ¿Qué? Princesa —sonrío.

—¿Por qué tienes perfume?

—Porque vamos a salir, ya te lo dije...

—Pero es hora de dormir —señala con su manita la ventana, al ver que es de noche.

—¿No quieres comer? —. Niega con la cabeza —¿Por qué?

—Porque tienes perfume —infla los cachetes.

—¿Y qué tiene? —me río.

—Papi es mío —exclama de una manera adorable y me emociono.

—¿Lo dices por la chica que nos invitó a comer? —la levanto entre mis brazos.

—Sí, fea.

—Pero es la chica de la magia ¿Te acuerdas?

—No, fea —. Se pone en caprichosa, pero me causa gracia las caritas que pone y sonrío.

—Katty, te portas bien —le indico. Niega con la cabeza.

Creo que no voy a seguir sonriendo. Si no la convenzo pronto, la noche será larga.