Capítulo 2

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En aquella sala de hospital estaban los señores Jeon con sus rostros tan serios como siempre, no demostraban ningún eje de preocupación por su hijo, ni saber que estaba entre la vida y la muerte los hizo mostrar algo de compasión. Y no era que la señora Jeon no estuviera preocupada, pero tenía que actuar frente a su marido para no ser maltratada.

Desde siempre quiso abrazar a Jungkook y decirle que estaba de acuerdo con su felicidad, que no importaba a quien amará, ella solo quería que fuera feliz, pero no podía, su marido la mataría.

Jeon Dong-Wook estaba leyendo el periódico cuando el doctor salió de la habitación de Jungkook.

—Familiares de Jeon Jungkook — Llamó el doctor, el señor Jeon solo levantó la mirada y asintió. — Su hijo se encuentra en esta crítico, perdió muchísima sangre así que necesito una transfusión de emergencia.

—¿En este hospital no tienen sangre de reserva para eso? — Fue lo único que preguntó.

—El tipo de sangre de su hijo no es común, señor, no tenemos — Explicó el doctor.

—Dong-Wook, tu eres el único que puede hacerlo — Comentó La madre de Jungkook, pero su voz salió más bien como si estuviera fastidiada.

—No lo haré, si el quiso quitarse la vida entonces puede ser que se le cumpla — Expresó desinteresado.

La señora Jeon, solo quería arrancarle la cabeza.

—¿Dejará morir a su propio hijo? — Preguntó el doctor aún sin creerlo.

—Debo irme, si vive o muere me avisan — Expuso levantándose de la silla — Dios castiga a los que pecan y Jungkook ha pecado.

—Es su hijo — El doctor tenia sus ojos acuosos.

—Dejo de ser mi hijo desde el momento que decidió amar a otro hombre — Dicho eso salió del lugar a pasos firmes.

Ji-Hye vio a su esposo irse y penso que era momento de hablar.

—Doctor, no tengo mucho tiempo, pero necesito que consiga esa sangre — ordenó — Le doy el dinero que quiera, pero salve a mi hijo.

—Haré lo posible — El doctor se sintió aliviado — No se preocupe.

—No envié a nadie a mi casa, yo vendré de noche cuando mi marido se duerme — Susurró — Cuide a mi hijo, se lo imploró.

—No se preocupe, lo salvaremos. — Aseguró.

—Muchas gracias — La mujer hizo una reverencia y salió rápido.

Al llegar al auto su esposo la estaba esperando.

—¿Donde estabas? — Preguntó enojado.

—Fui un momento al baño — Su semblante era frio y sin emoción alguna — Ya vámonos, este lugar apesta.

Dong-Wook asintió y ambos subieron al auto.

—He estado pensando en algo estos últimos días — Ji-Hye rompió el silencio — Si Jungkook sobrevive, deberías entregarlo a la iglesia.

—Jungkook cometió un pecado grande, sabes lo que dice la biblia — Refutó el hombre.

—Se perfectamente eso, pero Dios nos perdona si pedimos perdón de corazón — Aclaró — Jungkook, tal vez solo estaba confundido y ese mocoso lo insitaba a estar con él. — Ella no quería decir aquellas palabras pero necesitaba salvar a su hijo — Si salvas a Jungkook y hablas con el, puedes conversarlo de convertirse en un sacerdote respetado.

—Me gusta la idea — Asintió — Jungkook debe aprender la lección que con Dios no se juega. Mi sueño era tener nietos, pero no todo se puede en esta vida.

—Volvamos al hospital.

—En cuanto se mejore lo entregaré a la iglesia.

—Está bien.

El corazón de Ji-Hye comenzó a saltar de felicidad, no podía demostrarlo, pero estaba feliz porque había logrado salvar a su hijo.

Y así comenzó todo, Jungkook fue salvado pero mataron su alma.

Luego unos seis meses, sus padres lo llevaron a la iglesia donde se convertiría en todo un sacerdote entregado al señor. Nunca tuvo oportunidad de decidir por el mismo, no estaba feliz porque lo salvaron y mucho menos de la vida que le había tocado.

Aprendió todas y cada una de las cosas que le enseñaban día a día, sabía que debía amar al prójimo, que debía perdonar, sabía que tenía que ser obediente a sus padre, sabía que todo pecado tenía su consecuencia y que si pecanas te ibas al infierno.

Le enseñaron que la homosexualidad eran cosas del diablo, que un hombre nació para una mujer y viceversa.

Sabía cómo hacer cada oración, como ayudar a las personas que iban a su pequeña parroquia, incluso, a los de la comunidad LGBT que se sentían confundidos, el sabía absolutamente todo.

Pero nunca aprendió como olvidarlo....


Londres Inglaterra.

Jimin se encontraba acostado en aquella cama de hospital, su mirada fija en algún punto de la pared blanca. Estaba demasiado debil debido al lavado intestinal que tuvieron que hacerle de emergencia. Maldijo miles de veces el que su hermano lo hubiera encontrado, maldijo no haber cerrado la puerta del baño y maldijo mil veces estar vivo.

«Tal vez Jungkook está esperando por mi» pensó Jimin.

El horrible dolor en su pecho no lo dejaba en paz, sentía un dolor enorme, un vacío terrible. No sabía exactamente lo que significaba, pero solo quería dejar de sentirlo.

Se removió un poco y pudo ver a su hermano dormido en el sofá al frente de la cama, quiso ser silencio, pero un pequeño quejido de dolor fue suficiente para que su hermano estuviera rápidamente a su lado.

—¡Jimin! — Lo tomó de la mano — Jimin, no vuelvas a hacer eso por favor, me asusté muchísimo — Sus ojos estaban llenos de lágrimas — Se que es muy duro pero puedes salir de esto, solo se fuerte, yo estoy contigo.

—¿Por qué no me dejaste morir? — Fue lo único que preguntó.

—Porque eres mi hermano ¡joder! — Sollozó más fuerte — Jamás dejaría que algo te pase Jimin, eres mi hermanito, el chico dulce y divertido que siempre está alegre, el que hace reír a todos con sus ocurrencias locas, solo te pido que vuelvas, ya no se qué hacer sin ti.

—Y-yo lo siento mucho — rompió en llanto aferrándose a su hermano, el dolor que experimentaba en ese momento era inexplicable — Me duele mucho aquí — Señaló su pecho — No se como vivir sin él.

—Llora Jimin, desahogate conmigo.

Y así fue. Jimin lloro tanto que pensó que podía quedarse seco, pero no le importó. Lloro en el pecho de su hermano mientras esté lo abrazaba y le acariciaba el cabello, tal vez no podía entender el dolor de Jimin, pero podía estar ahí para darle palabras de aliento.

Luego cuando Jimin se calmó un poco, Yoongi pudo lograr que comiera de la sopa que le había traído la enfermera.

Sus padres entraron a la habitación, la madre de Jimin tenía sus ojos rojos e inchados, se notó que lloro mucho. Pero su padre estaba tan serio con siempre.

—El doctor dice que más tarde puedes irte a casa — expuso serío.

Jimin ni lo miro.

—Papá,  me llevaré a Jimin a mi departamento — Informó Yoongi mientras le daba de comer a Jimin.

—No estoy de acuerdo, Jimin aún es menor de edad por lo tanto yo tomó esas decisiones — Sentenció el hombre.

—No te estoy pidiendo tu autorización — Lo miró a los ojos — No voy a permitir que mi hermano intenté quitarse la vida nuevamente por tu culpa.

—¡Ya dije que no! — mascullo molesto.

Jimin apenas y escuchaba la conversación, estaba completamente ido.

—No se si eres nuestro padre o eres un monstruo — Dijo Yoongi decepcionado.

—Dejen de pelear, eso afecta a Jimin — Intervino la mujer.

—No te preocupes mamá, esto no tiene discusión — Terminó de darle de comer a Jimin y coloco el plato a un lado — Cuando salgamos de aquí, llevaré a Jimin conmigo.

—¡QUE YA TE DIJE QUE NO! — Gritó el hombre exasperado.

—¡QUE NO LO VEZ! — Yoongi gritó también — Jimin es un cuerpo sin alma, está demasiado delgado, no habla con nadie, siempre está llorando, ¿Quieres que tu hijo muera de depresión?

—Prefiero eso a tener un hijo marica — soltó de repente, pero seguidamente sintió una fuerte bofetada que lo hizo dar una pequeña vuelta.

—Vuelve a repetirlo y verá como te saco los dientes — Dijo Sun-he entre furiosa.

El señor Park se quedó asombrado, su mujer nunca había actuado así.

—Yoongi, tienes todo mi permiso para llevarte a Jimin y aquí se cierra el tema — Concluyó.

El señor Park salió azotando la puerta, estaba hirviendo de la rabia.

—No se preocupen, todo estará bien — Sun-he le dio un beso a ambos en la frente y salió detrás de su marido.

—Me pregunto si el estará bien... — habló Jimin de repente.

Yoongi tardó unos segundos en entender de que hablaba Jimin.

—Claro que lo está, Minnie — Lo abrazó — Te tengo una propuesta.

Jimin lo miro curioso.

—Que te parece si terminas la escuela aquí y entras a una buena universidad, se que lo harás bien.

—Suena bien.

—Luego, si quieres, puedes volver a buscarlo, pero luego que seas mayor y tengas tu vida resuelta — aclaró Yoongi.

—¿De verdad crees que podría volver a verlo? — Sus ojos brillaron de la emoción.

—Estoy seguro..

Y así fue como Jimin saco fuerzas de donde no tenía, dejo los intentos de suicidio y se concentro en la escuela.

Con su hermano y su madre apoyándolo no necesitaba nada más. Quería esforzarce cada día y poder lograr sus objetivos, aunque el principal tenía nombre y apellido.

Su madre había llevado sus cosas al departamento de Yoongi, así que se ahorro ver el molesto rostro de su padre. Empezaría una vida desde cero, pero su objetivo siempre era el mismo.

Volver a Busan y recuperar al amor de su vida...

Holiiiissss espero estén disfrutando la historia ✨

Nos leemos luego con otro capítulo

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