Capítulo 14: Dasher y Elijah

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OCTAVIA


–Yo soy Dasher y él es Elijah, mi hermano. Un gusto Jesse, los amigos de Octavia son nuestros amigos –dice Dasher extendiendo su mano

Dash, siempre ha sido el más amable de los tres y por ahora eso sigue igual, puesto que Elijah aún se mantiene cerca de mí y yo tampoco me muevo, aunque debería porque debemos irnos.

–Bueno Jesse, mi hermano ya me presentó, pero soy Elijah. ¿Acaso interrumpimos su cita? –pregunta aun abrazándome

–No –respondo de manera automática –Saben que yo no tengo citas

No sé porque me molesto en recordárselos si ellos ya saben mi situación. Es sólo que no quiero que hayan malos entendidos.

–Qué alivio, te he echado de menos –dice Elijah en mi oído

Me debo recordar que dejamos de tener encuentros casuales por un motivo, pero en este momento no se me viene ninguno a la cabeza. Y francamente que siga siendo igual de atractivo no ayuda.

–Entonces si les parece podrían acompañarnos a comer aquí, acabamos de llegar –propone Dasher

A mí me encantaría quedarme, pero dudo que Jesse quiera. Después de todo son mis amigos, no los suyos.

–Me parece bien, muero de ganas por conocer a los amigos de Octavia –responde finalmente Jesse observando a Elijah en particular

–Qué honor –responde él divertido –al parecer a tu amiguito no le caigo muy bien

Yo me aparto de Elijah y vuelvo a sentarme en donde estaba en un inicio.

–Siéntense con nosotros –los invito.

No creo que salga nada bueno de aquí.


(...)


Los hermanos Lawrence, Dasher y Elijah piden su comida y yo me pido un trago recomendado por Dash. Jesse por su parte no pide nada. La verdad es que no parece hambriento, al menos que sea para arrancarle de un mordisco las manos a Elijah.

La verdad es que solemos ser bastantes cariñosos entre nosotros, es normal que los demás crean que ocurre algo. Y yo jamás he tenido problemas con lo que puedan llegar a creer los demás, pero ahora me gustaría decirle a Jesse que se relaje, que no ocurre nada de lo que pueda estar pasando por su cabeza, pero luego recuerdo que nosotros no somos nada y que no tiene que estar celoso. Ni que yo debo dar explicaciones.

Dasher es quien nos pone al corriente sobre cómo les ha ido en sus presentaciones, mientras que yo me relajo un poco escuchándolos y hablando sólo de vez en cuando.

Me agrada ver la expresión molesta de Jesse, no se pierde ninguno de los movimientos de Elijah y él sólo lo hace para molestarlo. Por supuesto que ya sabe que a Jesse no le ha agradado que se ponga cariñoso conmigo y sólo quiere llevarlo al límite.

Que ganas tengo de sentarme en el regazo de Jesse y de besarlo hasta que mis labios se cansen, enserio está más guapo que nunca con esa expresión de querer estrangular a Elijah. Y yo debo de estar mal para creer algo así.

Cuando voy en el segundo trago Jesse se levanta de la silla y se despide de los chicos, y yo les digo a mis amigos que ya nos veremos mañana y camino tras Jesse.

Lo llamo al menos dos veces, pero no me responde, simplemente sigue caminando.

–Jesse –intento de nuevo, pero sigue sin hacerme caso

– ¡Jesse, espera! –digo cansada de que me ignore

A pesar de todo lo sigo hasta su habitación

– ¿Puedo saber qué te pasa? –pregunto en cuanto entramos a su habitación y cierro la puerta tras de mí

– ¿A mí? No me ocurre nada, pero está claro que yo no pinto nada ahí, ¿por qué mejor no bajas a ponerte al día con ellos? Te veías cómoda ahí abajo

No sé porque me hace tanta gracia que actúe así de celoso. Se supone que no me gustan las escenas de celos, pero me gusta verlo molesto, sobretodo porque intenta fingir que está bien, aun cuando suena cabreado.

–Quedé en reunirme con ellos mañana, ¿seguro que no estás molesto? Suenas algo cabreado y ni siquiera me respondiste todas esas veces en las que te llamé

Jesse se da la vuelta, pero yo lo detengo del brazo. Ahora estamos frente a frente. Y sí, me gusta verlo así de molesto.

–No, no estoy molesto. Acaso, ¿debería estarlo? –pregunta con un toque de molestia en su voz

–No. No deberías, pero ambos sabemos que lo estabas. Elijah sólo te estaba provocando, le gusta molestar a las personas, por eso me acariciaba así frente a ti

–Me da lo mismo lo que haga ese tal Elijah, ni siquiera me cae bien. Además tú tampoco te apartaste de él. Te gusta, ¿no?

–No me gusta Elijah, es mi amigo. Al igual que Dash. Aunque ambos son muy guapos... –digo sonriendo divertida

–Cómo sea, ahora quiero que te vayas. Mañana...

– ¿Quieres que me vaya? Pero, ¿no se supone que no estabas molesto? Además aún hay muchas cosas que quiero hacer...

–No estoy molesto Octavia y quiero estar solo, pero estoy seguro de que Elijah te recibirá con los brazos abiertos

–Ajá, tienes razón es muy probable que Elijah me reciba encantado con los brazos abiertos y seguro sería un muy buen sexo...

–Pues entonces ahí tienes tu respuesta, vete y déjame tranquilo. No tengo ganas de jugar tus juegos. Hoy no

–Y luego tienes el descaro de decir que tenías celos... Ey, no me vas a dejar hablando sola –digo en cuanto me doy cuenta de que ya está llegando a la puerta de su habitación

Camino lo más rápido que puedo y alcanzo a entrar antes de que cierre la puerta. Me planto frente a él observándolo algo molesta y en el fondo encantada con la situación. En definitiva creo que hay algo mal conmigo.

– ¿Qué podría hacer por ti para que dejes de estar tan insufrible? Y no acepto que digas que me vaya, en el fondo eso no es lo que quieres

Entonces como Jesse sigue estando completamente quieto, yo empiezo a desabotonarle los botones de la camisa, uno por uno.

–Tuve mucho sexo con Elijah, es verdad y sinceramente me encantó.

– ¿Por qué me cuentas eso a mí? No me interesa saber cuantas veces se acostaron –dice una vez más intentando alejarse de mí, pero no se lo voy a permitir

–Te lo digo porque cuando estábamos abajo no podía evitar mirarte a ti y querer acercarme lo suficiente para hacer esto –digo a la vez que le doy un empujón y cae a la cama conmigo encima y luego le doy un breve mordisco en el labio

Jesse me observa unos segundos y luego dejo que se acerque lo suficientemente a mí para besarme.

No es un beso tranquilo ni dulce, es mucho mejor. Si pudiera describirlo con una palabra escogería: desesperación.

Jesse me besa con una desesperación y deseo que me deja con ganas de más. Yo misma llevo sus manos a mi cabello para que jale hacia atrás. Nunca me ha gustado que me traten con tanta dulzura en este tipo de situaciones.

Estoy mucho más excitada ahora que siento su boca recorriendo mis labios y mi cuello.

–Tal vez no me porté muy bien al dejar acariciarme así por Elijah –digo en su oído con la voz entrecortada –acepto encantada cualquier tipo de castigo que quieras darme

Oigo un ruido que muy bien podría ser una risa ahogada y luego sus manos en mi trasero.

–Eres impresionante, aun no entiendo si de verdad eres así o si planeas enloquecerme

–La primera opción, soy impresionante en todos los sentidos y lo sabes –digo besando una parte de su abdomen desnudo –ahora quítate la camisa

–Está bien, pero no haremos nada más aquí. Será contra la pared –dice levantándose y llevándome con él en brazos

Mi espalda queda rápidamente aprisionada contra la pared y su cuerpo y nuestras bocas vuelven a encontrarse rápidamente. Enredo mis piernas en su cadera y le intento quitar su camisa, mientras menos ropa haya de por medio mejor.

–Sólo por esta noche dejaré que tú mandes Jesse, estaré a tu completa disposición para que hagas conmigo lo que quieras...

Las palabras salen de mí con una facilidad sorprendente y sé que no cometo ninguna estupidez en cuanto nuestras miradas se encuentran y veo en ellas lo mismo que yo: un deseo arrollador que de a poco nos está consumiendo.

Ya muero de ganas de ver todo lo que podremos hacer esta noche.


(...)


–Puedes admitirlo, le caigo mal a tu amigo –dice Elijah mirándome divertido

Como me sentí mal por haberlos dejado el día anterior tan temprano, decidí compensárselos invitándolos a comer.

–Todos sabemos que el hermano agradable soy yo –dice Dash – ¿cierto Octavia?

–Y el que da los mejores orgasmos soy yo, ¿verdad?

–Eso es porque Octavia aún no se acuesta conmigo, de lo contrario también ganaría yo

–Dios, son unos idiotas. Ambos... pero tienen razón. Dash es el más agradable y Elijah da los mejores orgasmos, ¿contentos?

–Sí –responden ambos casi al mismo tiempo

Nos ponemos al día tranquilamente y luego cuando llego a la habitación de las chicas están preguntándome porque tardé tanto en aparecer.

Son igual de dramáticas que yo. Por eso las adoro tanto.

–Estaba con Dash y Elijah –respondo –me los encontré ayer y quedé en comer hoy con ellos.

– ¿Y cómo están? –pregunta Tessa –¿crees que puedan venir... ahora?

– ¿Ahora? Si los quieren ver, les puedo preguntar

–Sí, eso sería genial –responde ella

No me dice nada más, pero su actitud se me hace extraña. Ya los conoce y no es que sean precisamente tan amigos, ¿por qué su interés en verlos ahora?

En todo caso les envió un mensaje y a los pocos minutos, ambos chicos aparecen por la puerta de la habitación de las chicas. Todos se saludan bien, como siempre.

Caden los conoce, conversan un poco y yo no dejo de observar a Tessa. Luego veo que se acerca a hablar con Dasher. Ella le dice algo y él asiente con la cabeza y luego los veo irse de la sala. Los sigo hasta una de las habitaciones y como si fuera lo más normal para ellos, se besan.

Muy bien, cosas más raras han pasado, pero eso no lo tenía previsto.

No creo que estén saliendo a escondidas, ¿o sí?


(...)


–Entonces... ¿sentiste algo? –le pregunto a Tessa cuando ambas estamos solas

–No, no sentí nada. Y eso que dentro de todo fue un buen beso, pero no se sintió como besarla a ella. Esto es peor de lo que recordaba. Tú te besaste con él varias veces y dijiste que lo hacía fenomenal, pero yo...

–Tessa, yo besé a Elijah. Tú te besaste con Dash. Aunque son gemelos, de alguna forma debería ser igual, ¿no?

–No puede ser me equivoqué de hermano. Esta idea que se me ocurrió no me está ayudando en nada. En todo caso, sólo lo empeora...

–No me digas, ¿ahora el siguiente paso de tu plan es besar a una chica? –pregunto a modo de broma, pero Tessa se queda callada

–No es tan descabellado si lo piensas. Pero, ¿a qué chica le podría preguntar si la puedo besar para... experimentar? Seguro creerán que es estúpido y... ¿Quién aceptaría besarme?

–No digas esas tonterías, eres preciosa Tess. Si a mí me gustaran las chicas lo haría encantada. Aunque... ¿Por qué no experimentas conmigo? –pregunto curiosa

Tessa abre mucho sus ojos y casi me siento indignada de que no lo tome enserio. Yo beso bien, seguro puedo ayudarla.

–Octavia, eres como una hermana para mí. Aunque eres bastante atractiva y... no olvídalo. Sería muy raro

–No somos hermanas y sería solo un beso. Lo que tú quieres hacer es experimentar. No cambiarán las cosas entre nosotras, lo prometo. Además ya me he besado con chicas antes, ¿cuál sería el problema? Quedará entre nosotras.

Lo digo para ayudarla, pero también porque imaginaba que me diría que no. Para mi sorpresa Tessa luego de observarme un momento en silencio, se acerca a mí y me besa.

Sus labios son suaves y saben a fresa. Y para mi sorpresa no estoy tan horrorizada de estar besando a mi amiga, incluso en un momento me aventuro un poco más y lamo su labio inferior. Y justo cuando sentía su lengua entrar en contacto con la mía, escuchamos un ruido que nos sobresalta.

Así que nos separamos y observo a Tess. Tiene las mejillas rojas y la respiración acelerada. Y lo único que se me ocurre decir es:

–Del uno al diez, ¿cuánto me das por el beso? Yo te doy un diez, me has sorprendido muchísimo. Creo que esto nos sirvió para reforzar nuestra amistad, ¿no crees?

–No pienso responder a eso, pero estuvo bastante bien. Por favor, no le digas a nadie de esto. Aun no sé qué es lo que me está pasando y... tengo miedo de que algo esté mal conmigo.

Veo que de verdad está afectada, así que le tomo la mano y le digo con toda la seguridad que puedo transmitir:

–Aquí estaré para ti, siempre. Lo que sea que debas enfrentar lo haremos juntas. Para eso están las amigas. Y no hay nada de malo en ti, ¿sí? Eres excepcional Tessa y cualquier persona debería sentirse afortunada de tenerte, sea hombre o mujer.

–Te adoro Octavia, no sé qué haría sin ti. Jamás imaginé que besaría a una de mis amigas, ha sido de lo más extraño... pero gracias por todo, de verdad

Sonrío por sus palabras y luego Tessa me cuenta sobre la chica a la que besó en esa fiesta. Al parecer ha estado averiguando sobre ella y me da su nombre, a lo que se dedica y también me dice que consiguió su número de celular.

Dice que quiere ponerse en contacto con ella, así que yo la animo y le digo que la ayudaré en lo que sea.

Porque ¿qué podría salir mal?


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