De nada amores...

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Débora

— Golpéame.

<¿Qué haga qué?>

— Ya me has oído. Golpéame. — decir que mi mandíbula rozaba el suelo sería maquillar la realidad y aligerar de manera exagerada la verdad. 

Sin saber qué hacer, miré a mis lados. Casi me imagine las cámaras de televisión grabando aquella broma de Amoos. Pero no había nadie en aquel bosque. Solo estamos él, yo y aquellos espeluznantes árboles. Mirándole de nuevo alcé una de mis cejas. La seriedad de su rostro, únicamente interrumpida por aquella comisura de su labio elevada, me hacía pensar que no estaba bromeando. Incrédula me rasqué la cabeza tratando de ver donde estaba la trampa. ¿Qué le pegase? ¿Por qué diablos iba a hacer eso?

— Yo no... — le dije con los brazos estirados y sacudiendo la cabeza — No quier...

— ¿Qué? — preguntó sonriendo abiertamente — ¿Hacerme daño? —casi podía ver como aguantaba una carcajada. Tuve que usar toda mi fuerza de voluntad para no poner los ojos en blanco ante aquella actitud tan petulante.

— Muy gracioso. —resoplé dando media vuelta con la intención de volver a la carretera y hacer autoestop— Como siempre el hombre lobo humillando a la humana... Ni de coña. —dije mientras trataba de no tropezar con alguna raíz— Me voy a casa. Ya nos vemo... — casi me caigo de culo cuando delante de mí apareció de la nada Amoos. Por suerte, su actitud burlesca no le impidió cogerme antes de que me cayera de bruces. — ¿Quieres dejar de hacer eso? —le grité— Me vas a matar un día de estos.

— Que exagerada eres a veces amor. —murmuró besando mi frente — Y de aquí no nos vamos hasta que te desahogues. — la sonrisa de superioridad me confirmó que no mentía. Que como no le pegase no salíamos de aquel bosque... De repente golpear su careto, de perro alfa orgulloso, ya no me pareció tan mala idea. Apretando mis puños y soltando un bufido lleno de rabia, me di media vuelta tratando de buscar otra salida. — Qué cabezota eres... —lo escuché reír desde la distancia.

— Qui cibiziti iris ... — farfullé echando humo por las orejas. Estaba por atizar a una pobre piedra del camino cuando me encontré volando por lo aires — AMOOS —grité mientras golpeaba su espalda— ¡Serás desgraciado! ¡Bájame de una maldita vez! — como respuesta noté un azote en el trasero — ¡Estás muerto! ¡Eres un perro muerto! ¡Bájame que ahora si quiero atizarte a golpes! 

Con la cara roja de rabia seguí maldiciendo a Amoos, quién no hacía más que reírse y avanzar por el bosque. Tras lo que me pareció una eternidad, me bajo al suelo. Nada más tocar tierra levanté mi puño y le lancé un derechazo directo a la cara. Por el camino su mano detuvo el golpe al tiempo que me inmovilizaba el brazo tras la espalda. 

— Pero qué...

Con rapidez su boca interrumpió mis palabras. Soltando mis manos llevo las suyas a mis caderas para acercarme más a él. Su boca reclamó la mía sin piedad, mientras yo tiraba su cabello con suavidad disfrutando de aquel inesperado asalto. En menos de dos segundos, mi espalda descansaba sobre la corteza de un árbol y mis piernas envolvían sus caderas. Jadeando contra sus labios me encontré deseándolo más que nunca. Con prisa comencé a desabotonar su camisa negra. Por su parte él introdujo una de sus manos bajo mi sudadera y de un solo movimiento se deshizo de mi sujetador. Mordiendo su labio inferior conseguí sacarle un gruñido que me hizo querer volver a morder su boca de nuevo.

— Pensaba que habíamos acordado ir despacio —logré decir, entre gemido y gemido, mientras mordía mi cuello.

— Y yo te he dicho que no nos íbamos de aquí hasta que te desahogaras. — desabrochando el botón de mi pantalón, sus dedos se colaron entre mi ropa interior, obligándome a echar la cabeza hacia atrás— Además... —murmuró pegándose a mí— Jamás he sido muy fan de ese plan.

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Buenooo... ¿opiniones? ¡Se aceptan jarros de agua fría para calmar tanta calentura!

Se que es cortito, pero se me había olvidado que hoy era el cumpleaños de mi novio (si lo se, soy un desastre jajaja) y no he podido escribir mucho más.

Espero que os haya gustado tanto como a mí. El próximo será el domingo o lunes. Sí, soy cruel y despiadada. Esa es una razón. La otra es que no estoy en casa este fin de semana :) 

Os quierooooo amores