Cap 5: Novatas

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Para el detective Arturo lavour los dias pasaban monotonamente con impunidad para el caso que tanto seguia, situación que lo llenaba de una ciega ira. Pues atrapar al asesino que ya habia denominado la prensa "el Francotirador" se estaba convirtiendo en un asunto personal.

Esa mañana despertó en su oficina con el toque fuerte de la puerta con su nombre y título, su compañera entro apenas el gruño dejandole pasar. El asesino habia atacado de nuevo.

-Fue en la terraza de la corporacion Plus, Nuñez ya esta revisando la escena pero sabemos que encontrara no?- Tomó asiento exausta Monica Robledo suspirando astiada.

-Ese maldito me enferma, es demaciado precavido y no deja menor rastro que sus balas inrastreables-

-Si, fue una sorpresa que no tenian número de secuencia- resopló la mujer volviendo a atarse en cabello rojizo que le caia como cascada por sobre los hombros.

-Tal vez deberiamos consultar de nuevo con los testigos- pensó en voz alta Lavour.

-Ya lo hicimos, el 50% de los empresarios no vieron nada y el otro 50% estaban ebrios, recuerda que era una fiesta por el logro de un proyecto interprovincial...-

-No me referia a esos testigos, puede que las gemelas que vinieron la otra vez...-

-No lo creo, estaban demaciado aterradas para entender lo que sucedia, recuerda que no son de la ciudad- se encogió de hombros Monica.

-Tienes razón, no se que pense- se levantó el hombre revolviendose el cabello desordenado- Ven vamos con Nuñez nos debe estar esperando en la escena-

-Esta bien, te sigo- sonrio a medias siguiendo a su compañero por la puerta de su oficina.

Mientras tanto, al otro lado de la ciudad aglomerada de población junto al ritmo veloz de las calles que fluian en vehiculos como agua sobre cascadas. El departamento de las Caravajal ya se movia desde la madrugada. Angelina dibujaba la silueta que habia vuelto a ver en una pesadilla y Lucila revisaba en botiquin de primeros auxilios que habia estado intacto desde que salieron de su pueblo natal.

La mayor de las gemelas caminó por la cocina preparando un cafe mientras encendia el televisor, presentandoles la noticia sobre la muerte de un empresario de la corporación Plus. Ambas se miraron intensamente, el asesino habia atacado de nuevo. Angelina escuchaba con atención cada detalle crucial que pasaban filtrando en su mente las mentiras posibles que brindaba el canal, al mismo tiempo que le dictaba a Lucila que escribia con velocidad los datos. Cuando notaron que la misma información se repetia otra vez se dirigieron la una a la otra.

-Por lo menos sabemos que tiene victimas puntuales, sino podria facilmente haber acabado con todo el grupo- razonó Angelina.

-Pero parece que no tiene tipo, nada tienen en común un viejo empresario con una chica en una biblioteca- negó Lucila. 

-Puede que si, los tres motivos para un asesinato son, Venganza, Amor y Dinero-

-Tal vez es un sicario- opinó la mayor.

-Es una gran opción, tal vez los detectives hayan pensado lo mismo, tiene sentido-

-Significa que piensas en que es otro motivo- enarcó una ceja Lucila.

-No siempre la mayoria tiene la razón- asintó

-Entonces queda amor y venganza- terminaron de beber sus desayunos- Qué tal si buscamos pistas en el departamento que ladea la biblioteca?-

-Es una muy buena idea-

Asi sin más se encaramaron por las concurridas calles de la ciudad, su conversación era superficial pero les traia calma a las dos. Un calidez que las acogia con solo estar en la presencia de la otra. Lucila buscó lugar para estacionarse mientras su hermana bajaba y volvia a entrometerse por la biblioteca gigante. Subió sin salir infraganti, como una silenciosa silueta por entre las estanterias. La cinta amarillenta de la policia ya no estaba y habian cambiado la alfombra en ciertas secciones del lugar, uno era donde yacia la macha de sangre.

Angelina reptó por entre los pasillos hasta hubicarse frente a la ventana agujereada por aquella bala mal intensionada. Sacó su celular y tomo varias fotos, captando con una aplicación recien descargada la otra ventana la cual estaba misteriosamente arreglada, cerrada sin vislumbrarlas cortinas razgadas que ella recordaba desde el accidente.

-Qué haces aqui?- Preguntó con seriedad una voz masculina a sus espaldas. Al voltear le tomó un par de minutos reconocerlo. Puesto que le tomo desapersivida su cabello marrón pero lo delató en su memoria sus ojos azules frios.

-Ah eres tu...- susitó la muchacha.

-Lo volveré a preguntar una última vez, Qué haces aqui?- salió cortante. Angelina observó que ya no llevaba ese aire curioso o burlón, más bien parecia enojado por su presencia.

-Leer- se encogió de hombros evasiva pero el joven chistó.

-De qué tengo cara...?-

-De Angry Bird- sonrió Angelina, el rostro del extraño se crispó- Y tu qué haces aqui?-

-No te interesa niña-

-Bueno, me voy entonces...-Caminó cruzando por su lado desafiante, hasta que fue detenida por la muñeca.

-Deberias tener más cuidado...- susurró en su oido- Si yo te encontré, cualquiera, podrá encontrarte- puso más presión en la articulacion de ella. Angelina apenas se inclino y sujeto la mejilla del muchacho.

-Yo no le temo a nadie- se soltó con firmeza generando una sacudida entre ambos cuerpos y dejando atrás al joven desconocido. Cuyas facciones estaban a mitad de camino entre una sonrisa y un gruñido.

La menor de las Caravajal salió de a biblioteca algo turbada y se insertó entre las calles hasta dar con el pequeño auto donde estaba su hermana esperandola. Se colocaron una nueva campera, unos anteojos y Lucila una gorra con vicera. Volviendose hasta insertarse en el edificio que se enfrentaba a la casa de libros.

Ambas se posaron en el mostrador hasta ser atendidas por un hombre que pisaba los cincuenta.

-Bienvenidas a la residencia del Sol- sonrió el, esperando a escucharlas.

-Buenas, venimos a visitar a nuestra tia abuela que nos mandó a esta dirección- sonrió simpatica Lucila agarrando su celular para fingir que revisaba una conversacíon.

-Claro, en que departamento se ubica o diganme su nombre, por favor- Angelina se mantuvó en silencio preguntandose cuál era el plan de su hermana.

-En el 2-M- soltó confiada. El hombre revisó en su computadora en busca de quien vivia en el monoambiente pero su rostro produjo una mueca.

-Disculpe, pero esta segura? El departamento "2-M" esta a nombre de Maximo Sanchez y su hija- Lucila enarcó una ceja extrañada, como si no se esperase esa respuesta.

-Lauri, estás segura de que la tia vive en este edificio?- le consultó la mayor a la menor usando un nombre falso.

-Pues... si, si- titubeó Angelina.

-Entonces debe haber algún error- continuó con insistencia Lucila.

-No lo creo señorita-

-Podria por favor revisar de nuevo- y asi lo hizo el hombre, mismo resultado.

-Debe haber un error!- exclamó la muchacha.

-Esperen, Abi!- gritó el señor y en menos de un par de minutos apareció una joven de ojos castaños y cabello lacio hasta las caderas- Ella es Abigail de administración, disipara sus dudas respecto a nuestro sistema técnico- la presentó.

-Buenas, en que puedo ayudarles- miró significativamente a las hermanas.

-Venimos a visitar a nuestra tia abuela y este señor no nos deja pasar- la voz de la mayor de las Caravajal era dura y directa.

-La cuestión es que insisten que el cuarto de la residente es el "2-M" cuando claramente no es el caso- sentenció el recepcionista.

-Esperen tranquilos- calmó Abigail los animos y comenzó a revisar en la computadora- Si evidentemente aqui hay un error- el hombre sonrió.

-Rayos! justo en tu cumple Lauri...perdón debi organizarme mejor- Angelina solo se encogió de hombros, no entendia nada de a donde queria llegar su hermana, a ese paso las hecharian del edificio.

-Un minuto, cumpleaños a dicho usted señorita?- se dirigió Abigail. Su respuesta fue un evasivo asentimiento por parte de Lucila. -No serán las nietas de Monica Celurio?- preguntó la joven administradora mientras el recepcionista se tensaba.

-Asi es- asintió Lucila mientras Angelina se posaba más a su lado.

-Disculpen los inconvenientes la señora Celurio esta en el "5-G" por favor pasen- sonrió nervioso el hombre mientras la mayor tironeaba a su hermana hasta el ascensor bufando.

Ya dentro del transporte que las trasladaba hasta la cima del edificio, por los pisos que se encontraban en ventanas paralelos a los amplios ventanales de la biblioteca, ambas soltaron todo el aire que contenian, una esperando la explicacíon de la otra.

-Qué fue todo eso?- sonrió Angelina.

-Estuve navegando por google un poco mientras tu hacias tu sesión fotográfica y me encontre con la señorita Abigail de administración en su descanso para tomar unas pastillas de hierro, le solte un verso de que creia que mi novio me estaba engañando y ella se dispusó a ayudarme a entrar a descubrirlo, me menciono una señora rica y de muy mal genio que esta visitando el edificio por unas semanas, y ,como veras unimos la historia muy bien- La altaneria en todas sus expresiones era palpable en cada uno de sus gestos.

-Eres una genia!- la abrazó rápido Angelina. Presenciando la astucia de su compañera que salia muy pocas veces a la luz.

-Siempre quise hacer eso! Como en las novelas de mamá!- Exclamó divertida Lucila.

Cuando las hermanas salieron por las puertas laterales del ascensor. El muchacho de ojos azules que se movia como una serpiente por entre las estanterias susurrantes de libros salió para perderse entre las calles cruzadas de la ciudad, musitando entre dientes con una media sonrisa.

-Novatas-


 


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