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Tan pronto Yoongi entró a su habitación se metió a la cama arrastrando su cuerpo obligándolo a subir por completo a aquella cama, se tumbó a lado del montón de ropa y libros esparcidos por la cama, tomó la manta y alcanzó a cubrir la mitad de su cuerpo, tomó sus rodillas y las pegó a su pecho. Bastaron un par de segundos hasta que se permitió elevar su mirada a la vista que le ofrecía aquella noche su pequeña ventana, el cielo era tan amplio, no había ninguna nube que cubriera las estrellas, aquellas que titilaban intermitentemente, Yoongi sonrió y el brillo de aquellos astros celestiales fueron capturados en cada lagrima derramada sobre sus suaves pero frías mejillas. Justo como la noche anterior aquellos recuerdos invadían su cabeza provocándole una agresiva migraña, su pecho dolía ardientemente pero no tuvo más opción que cerrar los ojos y dormirse entre el lago salado de su lágrimas.

Aquella noche terminó tan pronto escuchó ruidos en toda su casa, pasos que iban de aquí allá perturbando su sueño. Adormilado, quitó con enojo y frustración la manta que le arropaba, sus ojos apenas se abrieron para poder vislumbrar a su alrededor, tomó con recelo la perilla de su habitación y esta fue abierta de golpe, buscó por todo el lugar algo que le diera indicios de lo que estaba pasando hasta que se detuvo en el chico poco conocido que había visto anoche.

Con toda su frustración atorada en la garganta se dirigió frente al chico y lo enfrentó con la mirada. Aquel bajó sus hombros y su mirada chocó en un solo punto fijo, sus pies...


—¿Por qué sigues aquí? — Los ojos de Yoongi terminaron por adaptarse de aquella primera molesta luz y entonces miró más detenidamente a Jimin, quien, en sus manos sostenía una bolsa —. ¿No ibas a largarte en cuanto la mañana iniciara?


Cada palabra salida de sus labios parecía provocar un efecto en Jimin quien agachaba aún más la cabeza.

Jimin había dormido poco, no es que aquella mesa del centro de la cocina fuera realmente incomoda, sino que, aquellos sollozos que se escapaban por el picaporte y los pequeños bordes de la puerta habían retumbado hasta su corazón, pensó cuan difícil debería ser vivir solo, así que sin ser perezoso comenzó lavando la vajilla que estaba apilada en el fregadero, continuó recogiendo la basura y limpiando todo el polvo que reposara en cualquier objeto visible. Jimin estaba totalmente seguro que, su plan había dado justo en el punto central y por fin podría tener en agradecimiento una charla amplia y tendida. Sin embargo, no sería así.


—Y-yo... — Jimin se llenó de valor para poder buscar la mirada de Yoongi, pero aquellos ojos no se enfocaron en él, sino, estaba mirando a su alrededor, miró la mesa, el fregadero y el piso, aquel relucía de limpio y no le fue posible encontrar ni la más mínima basura —. Quería agradecer tu hospitalidad, además supuse que estás agotado, lamento si esto es una ofensa, no fue mi intención


Yoongi se avergonzó por aquellas palabras, no supo con exactitud que debía de contestar, solo asintió tímido y era ahora él, quien miraba a sus pies.


—G-gracias... ­— intentó sonreír pero en sus labios solo se pudo formar una mueca. Sus miradas se cruzaron y un leve sonrojo apareció en las mejillas regordetas de Jimin, como un completo idiota sonrió sin poder evitarlo, pero entonces Yoongi arrugó su frente confundido —. ¿Cómo es que te llamas? No recuerdo si anoche me has dicho tu nombre, lo siento yo...


—Jimin, ese es mi nombre y no te preocupes, a todos nos pasa, solemos olvidar las cosas cuando no son de gran importancia — Jimin se sentía tan idiota, su estómago sentía una invasión de murciélagos que, violentamente revoloteaban en sus entrañas, forzó una sonrisa y miró a Yoongi.


—No, de verdad lo siento, yo no estaba prestando mucha atención, tengo muchas cosas en la cabeza y yo solo... — Jimin negó un par de veces y le sonrió sincero — De verdad lo siento.


—Ya te dije que no pasa nada, por otro lado, quise preparar el desayuno para cuando despertaras pero me has ganado... — Jimin sonrió una vez más cerrando por completo sus pequeños ojos­ — ¿Qué te apetece desayunar? Estaba pensando en fruta cortada en cuadritos y un poco de jugo de naranja, ¿qué tal una gran pirámide de Hot Cakes con miel de maple?


Yoongi se quedó congelado, ya había permitido que aquel extraño se quedara en casa la noche anterior y ahora ¿permitiría que aquel se sentara en su mesa para desayunar... juntos? No podía permitirlo, en su cabeza comenzaba a tejer una serie de "problemas" en los cuales hundirse, quería estar solo... o eso pensaba.


—No sé, lo que sea estará bien — el chico perezoso, giró sobre sus talones y pesadamente camino arrastrando sus pies de nuevo hasta su habitación, cerró la puerta detrás de su delgado cuerpo y volvió a cubrirse con su manta.


Jimin sonrió ampliamente cuando había recibido aquella respuesta afirmativa, corrió hasta la cocina y buscó dentro de la alacena, su expresión se vino abajo cuando nada de ahí adentro podía servirle, solo había galletas, galletas y más galletas, buscó en el frigorífico y no encontró nada, estaba vació, le pareció tan tonto que aquel aparato estuviese conectado a la fuente de luz sin tener nada dentro que prevalecer, rascó su nuca preocupado y de su bolsillo trasero sacó su billetera encontrándose con muy poco presupuesto, fue a la mesa y vació sobre la madera delicadamente lustrada los billetes y unas cuantas monedas, apartó con recelo las monedas que le servirían para pagar su boleto para el tren de regreso a casa y contó más de una vez el efectivo restante...

Sin hacer mucho ruido, salió de aquella casa, miró a su alrededor buscando una tienda, preocupado por el poco efectivo con el que contaba hasta que frente a él un establecimiento pequeño encontraba lugar, entró decidido y miró todo lo que aquel lugar tenía, confirmó precios y tomó lo que necesitaba en pocas cantidades, quizás lo que había tomado solo alcanzaría para una porción, se lamentó por milésima ves y pagó. Salió con una sonrisa de aquel establecimiento y volvió a casa de Yoongi dispuesto a preparar un exquisito desayuno para él.

Sus manos viajaron de un lado a otro gustosas, hasta que sobre la mesa descansó un plato con delgados hot cakes apilados uno a uno, en la cima un charco de miel cubría los pequeños trozos de fruta picada que a su vez se derramaba lentamente sobre aquellos.

Fue tímido hasta la habitación que se encontraba inminentemente cerrada y tocó suavemente pronunciando el nombre ajeno.


—Y-yoongi el desayuno está listo — se alejó de la puerta solo unos pasos y tomó sus manos mirando aquella puerta, hasta que un par de ruidos le anunciaron que aquel estaba a punto de abrir la puerta.


—Bien... — Yoongi no se detuvo a mirarle, solo pasó de largo y fue hasta la cocina se sentó con desgano frente a su plato y sin darse cuenta sonrió, le recordó a su madre.


—Espero que te gusten... — Jimin se sentó frente a él y sirvió jugo de naranja poniendo el vaso a mano derecha de Yoongi.


—¿Tu no comes? — Yoongi tomó el tenedor en sus manos y tomó un trozo de fruta cubierta de miel y lo metió a su boca, aquella sensación de sabores estalló en su boca y le hizo sonreír, hacía mucho que no probaba un desayuno con ese nivel de calidad.


—N-no, yo me adelanté, tenía mucha hambre y cuando uno estaba listo, lo comía hasta que me llené, perdón por no esperarte... — Jimin rascó su nuca y sonrió una vez cuando aquel chico siguió comiendo con gustó hasta que su plato estuvo vacío.


Gracias por el desayuno Jimin.


—Yoongi... ¿puedo venir mañana también?


—¿Q-qué?


🍃Polvo Estelar🍃   

¿Hay alguien aquí con vida? *inserte meme*.

Perdón por la demora.

Gracias por leer...

Te amo

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