*Capítulo 18*

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

"Se acerca el otoño, las hojas caen y empiezan a oscurecer, la primavera tendrá que esperar, pero prometo protegerte siempre del frío, mi amor"

******************************

Se sentía mal ¿Un ser tan dañino como él podía sentirse mal de sus actos? Desde que vio a Taehyung se arrepintió de todo, desde que vio en sus ojos reflejada a la mujer que amaba el señor Jeon se cuestionó mil veces ¿Por qué tanta venganza? Sólo así pudo darse cuenta del daño que había cometido, en cierto punto se arrepintió hasta el cansancio de causarle eso a un chico que no tenía la culpa de absolutamente nada, toda la culpa era de Kim, con él era que tenía que desquitar cada una de las veces que lo humilló y lo hizo sufrir, él sabía su punto débil y jamás se tocó el corazón para usarlo en contra de Jeon sin importar que estaba dañando a su propia familia.

¿Cuál era la razón de tanta rivalidad entre los dos hombres, que los llevó a eso?

Quería recuperar a su hijo, él descubrió que jamás murió, jamás nació muerto como Kim había dicho, a él no le pesaba absolutamente nada, pero el señor Jeon estaba dispuesto a lo que sea para recuperarlo y tenerlo a su lado aún sabiendo que ya era todo un hombre, incluso mayor que Jungkook, estaba dispuesto a todo para llegar a la verdad.

✴✴✴

Uno, diez, quince shots de tequila y el hombre se encontraba tambaleando, ya no hallaba que hacer con tanto daño que él mismo había provocado por el simple hecho de no dejar pisotear su hombría, si, era machista y él mismo lo admitía, pensaba que las mujeres eran nada más para consebir y criar a los hijos mientras se mantenían en casa limpiando o chismeando con sus amigas, es por eso que el hombre siempre sintió su ego herido al no haber podido nunca controlar a su mujer, tantas mentiras, tantos secretos que el hombre ocultaba que aveces solo escapaba de la mejor manera que podía, el alcohol, mal, muy mal, por que gracias a eso siempre salían a la luz secretos y confesiones, y aquella noche fría en la que SuHan se dirigía a la casa del hombre no hiba a ser la excepción.

Los tacones resonaban en el asfalto, SuHan siempre había sido una mujer elegante, refinada y de muy buen porte y comportamiento. A ella no le gustaban las injusticias, por eso es que estaba dispuesta a esa noche saber toda la verdad, no importa si tenía que amenazarlo de muerte o matarlo, estaba dispuesta a todo para saber de su hijo, de su pequeño ángel que no tuvo la oportunidad de cargar en sus brazos por que según había nacido muerto, mentiras, todo este tiempo ese hombre a engañado a tantas personas que no sabía como era capaz de verse en el espejo y no sentir al menos un ápice de remordimiento.

Llegó a la lujosa casa a paso decidido, tocó el timbre esperando que el ama de casa abriera para por fin enfrentarse de forma seria a ese hombre, no tardó mucho en abrirse la gran puerta principal dejando ver a una señora mayor de lentes con una sonrisa tímida.

—Señora SuHan ¿Qué se le ofrece? —la menor hizo una reverencia en respeto.

—¿El impertinente de su jefe se encuentra? —la mujer mayor asintió con la cabeza gacha.

—Él... No está en buenas condiciones —se escuchó el estruendo de vidrios chocando contra el frío piso de la mansión.

—¿Está borracho? —la señora asintió apartándose de la entrada para dejarla pasar —Perfecto, siempre es mejor así.

SuHan caminó a paso firme al único ligar donde el hombre solía emborracharse, esa noche aunque hiba a ser difícil sacarle la verdad o que dijera algo porque no estaba tan perdido en alcohol, pero tenía que intentarlo.

Vio al hombre caminando de un lugar a otro debatiéndose a si mismo, al parecer las cosas se le estaban saliendo de control y eso le gustaba a SuHan, que el hombre sintiera aunque sea un poco de estrés en su vida, lo que no sabía ella era que la causa del estrés del hombre tenían nombres y apellidos, Jeon Jungkook y el maldito de su padre. Se sentó en el cómodo sofá cruzando con lentitud y elegancia su pierna contra la otra, un movimiento característico del porte de la mujer. Ella frente a los gemelos Kim aparenta ser dulce, extremadamente dulce para no llegar a lastimarlos y cuidarlos siempre, pero en realidad era mucho más fuerte y decidida que lo que el mismo Kim puede imaginar. El hombre se percató de la presencia de la mujer frunciendo su entrecejo y mal diciendo mil veces mentalmente.

—¡¿Tú que mierda haces aquí?! —su tono de voz era tosco, como siempre siendo el machista que siempre fue. SuHan sonrió sin ganas, en burla del deplorable hombre que tenía en frente.

—Kim Seung Woo, cada día estás más acabado ¿lo sabías?

—Si vienes a joderme la vida vete muy al Infierno SuHan, sal de mi casa —ignoró el hecho que la echó y siguió en su provocación.

—El que debería estar en el infierno eres tu Seung Woo, eres un maldito infeliz que me robó a mi hijo —la mujer se exasperó y no pudo evitar alteradamente levantarse para aproximarse a él —. Yo sé que tú sabes donde está mi hijo, sé que no está muerto ¡Dime ya donde está maldita sea! —gritó lo último haciendo que el hombre soltara una carcajada.

—¿Yo? ¿Cómo sabría donde está? Te he dicho mil veces que está muerto y tu te empeñas en hacerte creer a ti misma que está vivo, ya dejalo descanzar en paz.

—Eres un maldito bastardo —dijo con lágrimas corriendo de sus ojos —¿Cómo puedes hablar así de él? ¿Cómo es que tienes el corazón tan podrido como para expresarte así de...?

—Ya deja de hablar estupideces mujer —interrumpió Kim —, no sé como esperas que me exprese de otra forma, ya me tienes hastiado con el mismo tema.

—¡¡También es tu hijo joder!! —su grito se escuchó en toda la casa, en ninguna discusión anterior la mujer se había atrevido a aceptar en voz alta que ese hombre despiadado era el padre de su hijo y peor aún, el responsable de que no estuviera con ella.

—Sea mi hijo o no, está... —sus palabras fueron cortadas y su mejilla empezó a ganar color gracias a la cachetada que SuHan no evitó darle —. Eres una estúpida SuHan, siempre lo fuiste, pudiste haberte llamado Kim SuHan, pero nunca quisiste gracias a tus estupideces.

—La única estupidez que cometí fue el haberme dejado llevar por el veneno de tus palabras —decía con desprecio —, siempre fuiste un asqueroso mentiroso, engañabas a tu esposa en su propia cara mientras yo trabajaba aquí y a ti no te pesaba que ella estuviera muriendo.

—Te recuerdo que tu también eras una zorra que te acostabas conmigo cariño, los dos tenemos culpa.

—Te aprovechaste de mi inocencia, te aprovechaste que mi madre también estaba muriendo para amenazarme —sentía que cada vez se liberaba más —, te aprovechaste de mi dolor y me arrebataste a mi hijo, solo te estoy pidiendo que me digas donde está —estaba al borde del colapso, ya no soportaba más esa presión y decir todo aquello era una espada de doble filo para ella misma.

—Siempre fui el aprovechado ¿No? Ya vete de mi casa SuHan, jamás sabrás nada de él.

Y esa fue la gota que derramó el vaso y que le confirmó a ella que su hijo si estaba con vida, lloraba pero esta vez sus lágrimas hiban danzando entre el dolor y la alegría de saber que su hijo estaba en alguna parte del mundo. Lo que Kim Seung Woo no sabía era que él no era el único que sabía cosas

—¿Jamás sabré de mi hijo? ¿Así como Taehyung y Taeyang jamás sabrán que tu no eres su padre?

El hombre se congeló por completo en el sitio en el que estaba, su cabeza empezó a doler y a dar vueltas de los nervios y el impacto de saber que es mujer sabía semejante cosa.

—¿Como...?

—No eres el único que sabe cosas Seung Woo, si no me dices dónde está mi hijo...

El hombre se acercó rápidamente a ella agarrándola del cuello y estampandola contra la pared, intentaba soltarse pero ese hombre no daba tregua a querer soltarla, la mirada de Kim estaba inyectada de rabia y odio, al momento de hablar el aliento repugnante a alcohol que cargaba Kim chocó contra el rostro de SuHan.

—Escúchame bien maldita, te juro que si le dices algo a ellos tu bastardo no va a vivir para contarlo ¿me escuchaste? Si, se donde está, quién es, cómo vive y se hasta lo que come tu bastardo, mas nunca sabrás de él.

—Es tu... —intentaba hablar pero se le dificultaba por el agarre de Kim.

—Ese bastardo no es mi hijo y jamás lo será —la soltó bruscamente haciendo que callera al piso tosiendo y quejándose.

—¿Y ellos si? Sabes perfectamente quién es el padre de ambos...

—Y eso lo hace más interesante, yo soy el maldito ¿no? Ver sufrir a las personas, incluyéndote, es mi pasión —decía con una voz tan cínica que parecía sacada de una película con el mejor antagonista.

—Tu esposa... En paz descanse, ella no tuvo la culpa de nada. La hubieras dejado ir ¿Por qué tanto daño Kim? Sabías que ella no te amaba.

Aquellas palabras eran como un cuchillo afilado perfectamente callendo y haciendo sangrar su absurdo ego, eso era lo que más le había dolido en toda su miserable vida, que su esposa no lo amara a él y prefiriera a otro hombre. No se controló, no pudo evitar gritar aquello que salió de su boca y que se arrepentiría mucho de ello.

—¡Ella y ese hombre siempre tuvieron la culpa! Quisieron verme la cara de estúpido frente a mis ojos ¿Crees que era lindo para mi decir que mi mujer era una zorra que se dejaba embarazar de otro y no de su esposo? Ella merecía morir, no merecía conocerlo al igual que tú no merecías conocer a tu bastardo.

La mujer se tapó la boca sorprendida de dicha confesión, no podía creerlo ni tampoco dar crédito a aquella crueldad pero viniendo de ese hombre cualquier cosa se podía esperar.

—Tú... —a la mujer le costaba articular palabra alguna —Eres un infeliz Kim, viste como ella sufrió la perdida de su hijo, yo igualmente la vi. Lo sabía, ella también sabía que él no estaba muerto... Nos arrebataste a nuestros hijos, y lo peor es que ella se fue sin conocer al suyo —lloraba de enojo, caminó hacia el sofá y tomó su bolo para salir de ahí no sin antes volver a hablar —. Créeme Kim Seung Woo, yo juro hacerme responsable de hacerte pagar, yo no me iré sin conocer a mi hijo y sin encontrar al de ella, tenlo por seguro.

Salió de esa casa lo más rápido que pudo, las manos le sudaban, su cabeza daba vueltas y sus piernas ya casi no daban, por fin encontraría a su hijo, el estaba vivo y no pararía hasta encontrarlo. Tampoco pararía hasta encontrar al hijo de la difunta esposa de ese desgraciado. Sacó de su bolso la pequeña grabadora y le puso pausa, no tenía idea con que objetivo había empezado a grabar desde que entró a la oficina de Kim Seung Woo, pero para algo le tenía que servir.

✴✴✴

Se lamentaba una y otra vez, copa tras copa, dejando caer deliberadamente la gotas saladas que de vez en cuando se mezclaban con la bebida alcohólica que tenía entre sus manos.

Ese día, era el aniversario o al menos el cumpleaños de su hijo, ese que le arrebataron sin piedad de su lado y hicieron que en él se creara un hombre insensible, bueno, casi insensible con el mundo. Escuchó la puerta abrirse y después como pasos se dirigían al sofá frente a su escritorio, ignoró por completo la mirada llena de pena que lo veía también con una pisca de amor y admiración, no levantaba la cabeza, Jeon Il Kuk se mantenían viendo el vaso de vidrio entre sus dedos imaginando como será su hijo.

—Papá —dijo en un susurro —Ya deja eso por favor.

—¿Sabes que día es hoy? Hoy es el cumpleaños de mi hijo, uno que jamás conocí, pero sé que vive y eso me basta. Eso no quiere decir que no duela no tenerlo a mi lado.

—Algún día lo encontrarás, solo tienes que tener fe —al hombre le dolía ver de esa forma a su padre, aunque quizás no de sangre pero lo amaba como a uno, todo lo que él hacía lo veía justo en cierto punto porque le arrebataron a su hijo, tenía cierta razón en su actuar.

—Ya perdí las esperanzas, ya no puedo más Yoongi ¿Cómo se vive con este dolor? Saber que puede estar bien o mal. O quizás simplemente ya no esté. —más lágrimas caían

—Hay muchas cosas que no son justas, por eso me alegra que mi mamá te halla conocido —se sinceró —. Ella, sufrió mucho la separación del tipo que me adopto con ella, se fue y jamás volvió, pero entonces llegaste tú para hacerla feliz —se detuvo unos momentos al ver que el hombre levantó la mirada para posarla en él con una sonrisa — ¿Eso no demuestra que luego de la tormenta viene la calma? —ambos sonrieron, pues Jeon Il kuk sabía que su hijo tenía razón — Soy adoptado, aún así amo a mi madre, ella ha dado todo por mi, y te amo a ti por que tambien lo has dado todo por mi y mi hermano.

Se sintió culpable, cada palabra que le decía él eran ciertas, pero llegaban a doler aún así fueran sencillas. Min Yoongi talvez no era su hijo de sangre, tampoco de apellido, pero sabía a la perfección que era un buen hombre, que siempre lo fue. Se sintió mal por estar usando a Jungkook para una venganza que a pesar que tenía fundamento no lo hiba a llenar, el único que podía llenar ese vacío era su hijo

—No creas que por que sufro por él es que no los quiero, yo los amo con todo mi corazón hijo —Yoongi sonrió triste pero sincero —. Se que estuvo mal querer usar a Jungkook para lastimar al hijo de ese hombre, pensé... Que con la muerte de uno de sus hijos hiba a vengar la del mio, se que tampoco eso estuvo bien... Pero... ¿Entonces que debo hacer?

—No rendirte —dijo sin titubear el menor —, luchar para encontrarlo. Y si no lo logras por lo menos estar tranquilo de saber que no te quedaste con los brazos cruzados. Y aprender a vivir con ello.

—Duele...

—También le dolerá a Jungkook, también le dolerá a Kim Taehyung. Aprender a vivir con dolor es madurar, piensa en ello papá.

El menor se levantó de su asiento y dejó al hombre ahí, solo, pensativo y decidido, lucharía por encontrarlo a las buenas, aunque le costara la vida.





Uuuuuuuuuu que piensan de este capítulo?? Me muero!!! Ya me está dando nervios lo que se acerca.

Comenten hermosuras.
Borahae 💜💜💜💜💜










Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro