22. Destino y universo. ¹

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Jeongguk sonrió, abrazando el cuerpo adormilado y desnudo de su novio mientras este murmuraba algo por lo bajo antes de acurrucarse más a su lado, hundiendo su rostro en el fuerte pecho del mayor. Taehyung sintió los dedos de su novio acariciar su espalda, sintiendo el suave tacto de estos contra su piel, dulce y delicado, como si una pluma lo estuviera tocando. Tuvo escalofríos por las cosquillas y su piel se erizó por completo haciendo reír a Jeon antes de que este dejara un dulce beso sobre su pelo.

—Tenemos que levantarnos—Murmuró el mayor siguiendo con su labor de repartir caricias por el lindo cuerpo de su pareja.

—Deberíamos—Acotó Taehyung suavemente mientras soltaba una pequeña, suave y baja risa—, pero eres muy calentito, mi amor—Con sus largos y delgados dedos trazó una línea desde el cuello del mayor hasta el pecho de él donde comenzó a realizar círculos invisibles.

El sueño había atacado cada parte de su cuerpo y a pesar de que trataba de mantenerse despierto, las caricias que Jeon repartía a lo largo de su espalda se lo estaban impidiendo de una forma tan placentera y tentadora que no pudo evitar que sus ojos se cerraran, y sucumbiera al agradable sueño que lo esperaba. Jeongguk no se quedó atrás, se dijo a sí mismo que solo serían unos pocos minutos antes de realmente levantarse y comenzar todos los quehaceres que debían de hacer, además de que el cantante no debía olvidar que nuevamente comenzaba su gira y ese mismo sábado debía de viajar hacia México. La noche del lunes era su primer concierto en Latinoamérica, abriendo una posible gira por varios países de los continentes.

La cortina negra que se abría paso por todo el lugar parecía insoportable para ambos, sabían que la conexión era más fuerte y que fácilmente podían encontrarse en sus encuentros por estar juntos. Taehyung soltó un suspiro jugando con sus manos cuando todo comenzó a tomar color y la lluvia pareció empaparlo de golpe, haciéndolo tener escalofríos por lo fría que esta se sentía en su caluroso cuerpo, un sonido de fondo de autos y personas hablando lo sacó de su ensimismamiento antes de ver a Jeongguk a unos pasos de él. El cantante sonrió mirando a su novio antes de tomar su mano izquierda entre la suya y cuando bajó su vista vio con asombro la forma en la que el hilo rojo estaba enganchado en el meñique de ambos, Jeon juró que estaba hecho de algo muy mágico porque parecía resplandecer con una suave luz roja. Tae sorprendido por la extrañeza en la mirada de su pareja hizo algo que nunca hubiera pensado hacer y solo había intentando una vez desde que todo eso había comenzado, tocó su hilo con delicadeza antes de abrir sus ojos mirando a Jeon, esta vez sí podía tocarlo y no parecía desvanecerse cada que lo intentaba, incluso, lo jaló para su lado viendo como Gguk hacía una expresión con sus cejas unos segundos que hizo reír al menor.

— ¿Has sentido eso?—Preguntó el de piel canela con una pequeña sonrisa, mirando a los ojos del más alto.

—Claro que lo he sentido. Fue raro—Dijo lo último en voz baja, pero sus labios se encontraban estirados en una agradable sonrisa que revolvió todo el interior de Tae.

— ¿No es más raro estar bajo la lluvia?—Soltó una risa y negó con su cabeza antes de que sus brazos se pasaran por el cuello del más alto y se entrelazaran justo en su nuca.

—Me encanta. Siempre y cuando todo sea contigo, bebé—Dio un corto beso en los labios del más bajo antes de que escucharan un carraspeo molesto, ambos giraron el rostro.

Piel blanca como la nieve, cabello lacio y corto con un flequillo que tapaba un poco sus ojos, pero ambos pudieron distinguir que uno era de color azul y otro naranja que brillaban y parecían extrañamente hipnotizantes. Se bajó el cubrebocas blanco que llevaba puesto y sonrió antes de jugar con la máscara Kitsune* que llevaba en una de sus manos. Tenía puesto una chaqueta negra con detalles en gris claro que parecía ser mucho más grande que su talla.

—Nos agrada saber que son felices—Una suave voz que Jeon recordaba muy bien vino del costado del muchacho que los miraba con una expresión aburrida—. Solo pasábamos para aclarar algunas cosas que surgieron hace un tiempo—La voz suave de la pequeña chica hacía a Taehyung tranquilizarse de una forma que no entendía. Era suave, tierna y parecía querer escucharla siempre—. Especialmente hay muchas dudas que tú no puedes aclarar—Aunque dijera que no le daba miedo que ella supiera esas cosas que él no había hablado con casi nadie, era mentira.

—Espera, ¿tú quién eres?—Preguntó inseguro. Miró de la muchacha a su novio que parecía estar cómodo con la presencia de ambos.

—Oh, lo siento. Una disculpa de ambos—Quizá quiso hacerlo de una forma disimulada o tal vez no, pero su codo se había incrustado con fuerza en el estómago del muchacho que la miró con el ceño fruncido—. Ustedes, los mortales me conocen como Destino—Sonrió tan tiernamente que hizo a Tae tomarse con fuerza el pecho antes de que la alegría de esa muchacha se le contagiara—. Y él es...

—Universo—Su tono de voz era grave, pero tenía un toque de suavidad que Jeon se dijo que si él fuera humano realmente atraería a muchas personas—, hay algo que has estado preguntándote durante mucho tiempo y aunque quieres una respuesta, tienes miedo a que te la den—Dijo en voz baja. Parecía todo tan poco creíble porque la lluvia caía, pero no tocaba a ninguno de los dos, y era tan extraño como hermoso—. ¿Sabes porqué no has podido ver más allá del hilo de algunas personas?—Tae negó—. No es porque no la tengan cerca, es porque su otra mitad murió. El hilo se apaga, se deshilacha y parecería que se pierde en el suelo, pero no es así. Al perder a su otra mitad y a veces sin saberlo, su hilo se vuelve de esa forma y el humano se vuelve tan apagado en sentimientos que puede dar a entender que no sabe cómo amar, pero ¿cómo pueden hacerlo cuando por algún motivo se sienten completamente vacíos?

—No son todos los humanos los que poseen una mitad, algunos simplemente nacen completos y otros se la pasan buscando a esa mitad que sienten que les falta, pero que en realidad no lo saben con claridad. Universo te dio el don de poder ver el hilo rojo y saber si una persona tiene una mitad o están completos. ¿Has visto a alguien sin hilo?

—Solo puedo verlo en sueños, es extraño. Pero sí, a veces algunas personas no tienen un hilo y eso me confundía en momentos. Ahora lo tengo más claro.

—Sé que hay alguien de tu círculo que su hilo está apagado y has podido sentir esos asfixiantes sentimientos de tristeza que vinieron a ti, los cuales no has podido entender, ahora sabes porqué son. No puedo decir nada más porque puede que esté o no consciente de su situación, pero estaría bien si lo hablan entre ustedes—Jeongguk sin pensar mucho, supo de quién hablaban.

—Es acerca de Namjoon, ¿no? Yo... Realmente no sé qué sucedió.

Y era una verdad, cuando había tratado de adivinar qué era lo que había sucedido o porqué Namjoon estaba triste de repente cuando recién iniciaba siendo un Trainee en su empresa simplemente no tuvo una buena respuesta. Namjoon nunca habló con nadie por más que siempre tuvo la oportunidad de hacerlo, prefirió miles de veces guardarse lo que sea que pasara en su vida para él mismo. Era un secreto profundo y del cual había tratado de escapar hace muchos años.

Cuando todo parecía que nuevamente Destino y Universo comenzarían a hablar, el tirón les hizo saber a ambos que no había tiempo para aclarar nada más, la música del despertador se escuchaba como un sonido de fondo que molestó a ambos y se molestaron aún más en el momento que abrieron los ojos mirando como el sol había bajado bastante y la alarmante mirada que Jeongguk le dio le hizo saber a Tae que se habían quedado dormidos.

ଘ(੭ˊᵕˋ)੭* ੈ✩‧₊˚

Ambos se dieron una ducha corta, con un tiempo récord de 10 minutos antes de secarse y cambiarse rápidamente. Taehyung abrazó con fuerza a su novio en el lobby del departamento del mayor y le dijo que lo adoraba con un tierno, y largo beso de despedida antes de verlo subirse a una camioneta, el mayor bajando la ventanilla y saludandolo con su mano antes de enviarle besos voladores.

Suspiró cuando vio el taxi que había pedido llegar y se subió a este mientras mandaba rápidos mensajes a Jimin, quien seguramente estaba esperándolo en la cafetería en la cual habían quedado. Taehyung realmente quería acompañar a Jeon al aeropuerto, pero sabía muy bien que no podía, el lugar estaría lleno de buitres y fans esperando por el artista. No quería dejar mal a Jeon y que tampoco los rumores arruinaran su carrera, así que despedirlo en su departamento fue lo mejor que se le pudo ocurrir.

El tráfico era horroroso y Taehyung solamente pudo mover su pie con impaciencia, si se quedaba ahí ¿a qué hora saldría? Seguro jimin lo odiaría, así que pagándole al taxista y asegurándose en su GPS que la cafetería quedaba cerca de ahí, corrió a pesar de que no quería. Al llegar a la cafetería, se dobló sobre sus rodillas e hizo todo lo posible para respirar con normalidad antes de entrar y ubicar a Jimin que leía tranquilamente un libro.

—Hola, lamento muchísimo haber tardado. Nos quedamos dormidos con Gguk y eso que era algo que no haríamos. ¿Hace mucho que estás esperando?—Jimin sonrió y negó con su cabeza, marcando la página que estaba leyendo y dejando el libro a un lado.

—No te preocupes, la última cita que tuve se alargó bastante, llegué hace unos minutos y no pedí. ¿Qué quieres?

—Un Caramel Macchiato estaría bien.

—Tienes que probar los muffins de arándanos que hacen aquí, son deliciosos.

—Okay, pidamos. Cuéntame cómo fue tu vida—Tae no quería que Jimin se sintiera mal recordando momentos malos de su vida, pero tenía que preguntar porque quería ponerse al corriente con la vida de quien había sido su mejor amigo.

Luego de que un camarero viniera a su mesa y tomara sus pedidos, Jimin dijo—: Creo que unos meses después de que tú te mudaste fue que mamá se dio cuenta del infierno que ambos estábamos pasando. Ese hombre... la había mandado al hospital con dos costillas rotas y ella dijo basta. Su hermana nos ayudó muchísimo mientras mi madre se recuperaba, esa misma vez que ingresó al hospital, lo denunció y vinieron muchísimas cosas más que tuvo que hacer, pero pudimos separarnos. Ella, realmente sufrió mucho, él la dejó con muchas inseguridades y muchos problemas más, estuvo yendo a terapia durante muchos años para poder recuperarse. Por eso elegí esta profesión porque quiero ayudar a personas que tal vez pasaron por lo mismo a seguir adelante, también me gusta mucho cuando pacientes se van contentos y recuperados. Me hace feliz a mí.

— ¿Cómo está tu mamá ahora?—Preguntó Tae con una sonrisa mientras miraba a Jimin.

—Mucho mejor, se ha vuelto a casar y ha vuelto a creer en el amor. Jindae es un excelente hombre y siempre está cuidando de ella. Tenemos que ir a visitarla un día, se pondrá tan feliz de verte.

—Me alegro que ambos pudieran salir de ese lugar y que estén bien, felices. Me encantaría ver nuevamente a tu madre.

— ¿Y tú?—Preguntó el psicólogo agradeciendo cuando su orden llegó.

—Bueno, sabes gran parte. Volver a Corea tal vez no estaba en los planes de mis padres, ni de Sook, pero yo necesitaba volver. Como estaba cursando mi último año de fotografía en Argentina, comencé a mandar solicitudes de trabajo a algunas marcas que buscaban diseñador, varias me rechazaron, pero Golden Closet me abrió sus puertas a pesar de que no tenía casi nada de experiencia trabajando en algún lugar. Mi historia con Jeongguk... es algo muy extraña y fácilmente no se puede creer, pero realmente lo quiero, él es mi felicidad y yo la de él. ¿Qué más puedo esperar? Me siento mucho mejor desde que llegué y además te encontré a ti.

—No digas eso, bobo—Soltó haciendo un gesto con su mano y sonrojandose. Tae bebió de su macchiato y luego mordió un muffin sorprendiendose por lo delicioso que eso sabía, dándole la total razón a Jimin—. ¿Por qué su relación es extraña?

—Porque realmente lo es...—Se cuestionó durante unos segundos si debía contarle o no y entonces, se animó a hacerlo. Vamos, era Jimin, la persona más tierna y buena que Taehyung conocía.

A pesar de lo escéptico que Jimin era a veces y lo poco creedor de muchas cosas, supo que Taehyung no estaba haciendo ningún tipo de broma ni nada por el estilo, sus ojos brillaban al contar eso y a pesar de que todo sonaba un poco muy fantástico trató de creerlo, por Tae y la forma en la que contaba todo. Pero había algo ahí que le decía que debía creerle, algo en su interior estaba molestando con fuerza como si supiera que todo era real por más que él dijera que no, que todo era muy de cuento de hadas para creerlo. Dejó pasar ese extraño sentimiento y también los pensamientos que de pronto lo habían atacado, se quedó mirando fijamente a Taehyung para poder observar cada pequeño gesto que él hacía.

El tiempo pasó muy rápido para ambos que querían quedarse y seguir hablando, pero ya era un poco tarde y ambos tenían que llegar a sus hogares, más Tae quien tenía que recibir a Tannie luego de su visita con la prima de Jeongguk en la veterinaria y peluquería canina. Pero como aún quedaban muchas cosas por hacer, Taehyung no perdió la oportunidad y antes de despedirse de Jimin, lo invitó a almorzar con él en su departamento mientras seguían poniéndose al corriente de las cosas que esa tarde no habían podido, entonces abrazó al más pequeño y tomó un taxi con dirección a su hogar.

Quería llegar y recibir a su cachorro, también quería hablar un poco con Jeongguk antes de seguir con su labor de diseñar algunos modelos que había tenido en mente para presentarlos a Seokjin el día lunes.

Las cosas estaban yendo cada vez más bien y a pesar de que le agradaba, le daba miedo por muchas razones que su cabeza llegaba a inventar.

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