4-four

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Taehyung estaba preparando la ensalada que acompañaría la carne mechada, todavía re-capitulaba el reciente momento compartido con su nuevo huésped.

La rapidez con la que su cuerpo había respondido a la cercanía de Seokjin Kim, mentiría si dijera que no quería irse cinco minutos al baño para tocarse un poco y aliviar el dolor. El tipo era hermoso, probablemente el más guapo que sus ojos habían contemplado—y eso que en su historial de conquistas, un francés ocupaba el primer puesto—pero Seokjin era hermoso.

—Ya deja de pensar...el tipo quizás ni siquiera dispara para tu lado Taehyung —murmuraba para el solo—. Ya, desinflate —le ordenaba a su entrepierna semi erecta.

Habían pasado casi treinta minutos y el chico atractivo seguía en su habitación y Taehyung no dejaba de recordar cómo había aspirado su fragancia, el suave roce del principio y luego la intensidad con la que se había pegado a su cuello.

Tenía que dejar de pensar o se pondría más duro y no le quedaría otra que darse un par de jalones a su amigo.

La puerta sonaba y se tensaba del susto, pero eso le bajaba la calentura de repente, Jungkook entraba atolondrado dejando el bolso en el sillón grande color rojo que decoraba la sala.

—¿Está aquí? ¿Llegó? —preguntaba quitándose su chaqueta.

—Hola Taehyung ¿Cómo has estado? —decía el azabache con sarcasmo.

Jungkook chasqueaba su lengua y despeinaba su cabello como saludo.

—Hola, cachorrito —decía divertido.

—Respétame, imbécil —decía apartando la mano del menor con fingido enojo.

—¿Está aquí? —insistía mirando el pasillo donde llevaba a las habitaciones.

—Si, está aquí

—¿Es agradable? ¿Cómo es? ¿Hace cuanto llego? ¿Ha salido? —Jungkook era intenso y hacía una semana que tenía la jodida curiosidad en su sistema.

—Ok, si es agradable. Llegó hace como cuarenta minutos —respondía el azabache sin dejar de preparar la cena—, se está duchando por eso no ha salido

—¿Hace cuarenta minutos? —preguntaba con entrecejo fruncido.

—Ya debe haber salido —decía Taehyung intentando sonar casual y no anonadado como en realidad se encontraba.

—Iré a saludarlo —decía Jungkook decidido a encaminarse a la habitación.

—Oye, espera —decía el azabache tomándolo del brazo—. Déjalo que salga por su cuenta, ya le avisé sobre la cena

—Dijiste que hace como cuarenta minutos que no sale —resaltaba Jungkook y volvía a dirigirse a la habitación—. Es preocupante si no ha salido

—Quizas descansa —decía el azabache.

—¿Por qué susurras? —cuestionaba Jungkook—. ¿Te gusta o qué? —se burlaba.

Taehyung tensaba su mandíbula y se detenían frente a la puerta.

—Oh, dios ¿Te gusta? —susurraba divertido—. ¿Qué pensará tu novio, el doctor Bogum? —soltaba con falso tono preocupado.

Taehyung depositaba un golpe al lado izquierdo de su cabeza.

—¡Hey! —decía entre risas el pelinegro.

—Bogum no es mi novio y deja de acusarme de que me gusta —lo último lo decía muy inseguro.

Jungkook reía—. El gatito siamés no te tendrá como papi

—Imbécil —susurraba Taehyung en su rostro.

Jungkook golpeaba la puerta, Taehyung suspiraba, nadie atendía. Otro golpe, nada. Ambos chicos fruncía el entrecejo, preocupados.

—¿Estará bien? —preguntaba Jungkook abriendo ya la puerta.

—No la abr-...

Entraban y veían algo de ropa sobre la cama, el bolso y valija sobre el escritorio, el agua de la ducha cesaba y la puerta del baño se abría. El castaño salía con una toalla negra sobre sus caderas, su torso húmedo y una toalla más pequeña sobre su cabeza, mientras se secaba ajeno a la presencia de estos dos.

Taehyung quería salir corriendo y Jungkook, Jungkook envidiaba las proporciones del cuerpo del tipo. Los hombros eran tan anchos, él vivía en el gimnasio haciendo pesas y todo tipo de ejercicios para trabajar los brazos y hombros, pero no lucía como ese tipo.

Taehyung por su cuenta se encontraba entre horrorizado por haber entrado así y fantaseando lamer el agua que caía sobre el plano abdomen del chico castaño. Seokjin se quitaba la toalla de la cabeza y pegaba un salto del susto.

—¡Mierda! —decía asustando también a los otros dos.

—Lo lamentamos, de verdad que si, Hyung —exclamaba Taehyung posicionándose frente al pelinegro—. Jungkook quería venir a saludarte y nos preocupamos porque no oímos nada luego de varios golpes a la puerta.

Mentira, Jungkook solo había golpeado dos veces.

—Está bien —reía al ver las mejillas rojas de Taehyung—. ¿Tu eres Jungkook? —decía desviando sus ojos al pelinegro de atrás.

El chico tenía una sonrisa pícara en su rostro.

—Si, permíteme —decía corriendo a Taehyung del camino—. Es un gusto tenerte aquí —decía acortando la distancia y extendiendo su mano para estrecharla con el castaño—. Estamos para lo que necesites —Seokjin sonreía y estrechaba la mano del chico, Jungkook lo miraba sin tapujos de arriba abajo—. En serio, para lo que quieras —afirmaba.

Seokjin parpadeaba un poco por estar con cierto letargo ¿Ese chico estaba coquetenadole?

—¿Lo que quiera? —preguntaba con cierta diversión.

—Soy espontáneo —soltaba Jungkook.

—¡Kook! Vas a a espantarlo —decía Taehyung detrás.

Ya se venía mordiendo demasiado la lengua ante el descarado flirteo de su amigo. Jungkook reía y miraba a Seokjin arrugando su nariz en una sonrisa adorable. El castaño notaba como sus ojos negros brillaban con diversión.

—Perdonalo —decía Taehyung alejando al menor, tomándolo por los hombros—. Está en su celo y dice estupideces —replicaba.

Jungkook se encogía de hombros divertido, el tipo era intenso y relajado a la vez, siempre caía bien su desfachatez.

Seokjin reía, extrañamente no le molestaba estar semi desnudo frente a los ojos de dos hombres—que a su parecer—eran jodidamente bonitos. Bueno, en realidad Taehyung era bonito, Jungkook era carilindo y, era conciente de eso. Taehyung parecía ajeno a su belleza.

—La cena está lista —decía Taehyung nuevamente revoloteando sus brazos nervioso y algo tonto—. Cuando estés listo, te esperamos —exclamaba.

Caminando hacia atrás, su cadera chocaba contra el escritorio. La misma tenía unos papeles encima y Taehyung tiraba un par de ellos.

—Tae, no rompas sus cosas —decía Jungkook divertido.

Taehyung giraba y lo fulminaba con la mirada.

—No pasa nada —decía el castaño listo para agacharse a tomar los papeles.

—No, no —decía el azabache agachándose para tomarlos por él.

Desde el suelo los juntaba y al mirar hacía arriba tenía aquella prominente figura masculina observándolo fijo, con un brillo ilegible en sus ojos café. Taehyung tragaba en nudo en su garganta y se relamía los labios mientras volvía a erguirse.

«No mires su cuerpo, no mires su cuerpo»

Fallaba miserablemente, sus ojos cobraban vida propia y recorrían el blanquesino torso de su huésped. Apretaba sus ojos y mordía su labio no disimulando su vergüenza.

—Taehyung es un poco torpe a veces —decía la voz de Jungkook tras él ajeno al momento.

—No pasa nada —decía Seokjin para Jungkook, volvía a mirar al azabache y susurraba—. Gracias, Boxy y un guiño encantador hacía el azabache.

Notaba la nuez del menor tragando nervioso, Taehyung acomodaba sus lentes. Mierda, era un jodido nerd virginal frente a Seokjin.

—Te dejaremos que te vistas... —lo señalaba de forma despreocupada y se alejaba—. Te esperamos, Hyung —decía saliendo.

—Si no quieres vestirte —decía Jungkook—. Te esperamos de igual forma, como te sientas más cómodo

—Por el amor de dios, ya no lo espantes —tomaba a Jungkook de su camisa para tironear de él.

Este se dejaba entre risas que contagiaban el mayor, luego Taehyung hacía una breve reverencia y cerraba la puerta trás él.

«Bonito» cruzaba en los pensamientos del castaño.

—¿Eres estúpido? —cuestionaba Taehyung en susurros, ya fuera de la habitación.

—Te gusta —decía el pelinegro riendo.

—No me gusta, deja de repetirlo. Me incómodas —decía ahora con voz firme.

—Si no lo pides, lo aparto para mí —decía Jungkook.

Un nudo horrible se asentaba en la boca del estómago de Taehyung.

Se recomponía de inmediato—. Deja de decir idioteces, es nuestro invitado. Por favor no lo incomodes

—No parecía incómodo —decía encogiéndose de hombros.

Taehyung suspiraba exasperado.

—Termina de poner la mesa, voy al baño —decía el azabache.

—¿Qué vas a hacer en el baño, pervertido? —decía burlón el pelinegro.

—Me estoy meando, Imbécil —recalcaba—. Pon la maldita mesa, es lo mínimo que puedes hacer después de la cena que preparé

—Ay, que sensible —soltaba Jungkook yéndose divertido.

La verdad era que Taehyung ya no aguantaba la ganas de darse ciertos jalones porque estaba jodidamente duro después de aquella mirada intensa y la imágen de un Seokjin semi desnudo. Agradecía enormemente su fijación hacía la ropa más grande.

El universo estaba jugandole sucio y ya no aguantaba más.

«Boxy, genial. Ahora un apodo en inglés me pone duro»

Oficialmente se han conocido Jungkook y Seokjin.

Brooooo esto se va a descontrolar.

Con amor Niñita Nany 💜

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