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La familia siempre será lo más importante.

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— Esto es una estupidez, una enorme estupidez — gruñó Damian Wayne mientras su pie se movía sin control sobre el suelo. Como ya era costumbre, su ceño fruncido y brazos cruzados estaban presentes en su ataque de ira, con Jason Todd observándolo divertido por un lado.

— Por fin te van a arrebatar la corona de moñitos, mocoso — se burló —. Prepárate para dejar de ser la prioridad de Ricardito y Alfred.

— ¡Esto es simplemente inaceptable! — chilló golpeándose el muslo — ¡Yo debería ser el único hijo de sangre!

Todd rodó los ojos y se dirigió a uno de los sillones de la mansión para observar a su hermanastro arder en las llamas de la desesperación desde un lugar más cómodo.

— Se casó con Selina hace más de un año, ¿No te enseñaron nada sobre reproducción? Se supone que para eso se juntan los humanos, idiota.

— ¡No quiero tener una hermana! ¡Ni siquiera pienso en ir a ver a esa asquerosidad al hospital!

Ante el último comentario, Jason quedó impresionado y su cuerpo se tensó al instante. Incluso, tratándose de Damian, esa respuesta sería lo último que pensaba escuchar. La rabia lo invadió más rápido de lo que su amigo Barry Allen podría ir y venir de Canadá, obligándolo a levantarse del sillón e ir directo a él. Una vez frente a sus  narices, lo agarró por el cuello de la camisa.

— Repite eso, maldito bastardo — ahora él gruñó, mirando al muchacho como nunca antes lo había hecho; la rabia, el dolor y la decepción mezclándose en sus bellos ojos azules — Deberías estar feliz por tener alguien que comparte tu sangre, no solo tu apellido. Todos los idiotas que ves aquí diario sentados contigo durante las comidas, no tienen nada. Ni Dick, ni Tim ni yo tenemos padres, hermanos o cualquier estupidez por el estilo; somos nosotros y ya. ¡Maldición! Tienes la oportunidad de amar alguien que tiene la misma sangre que tú corriendo por sus venas y, ¿Piensas despreciarlo? Mucha gente desearía poder decir que tiene familia, que no está solo y tú solo llegas a desechar a un ser humano solo porque no te agrada. No seas un hijo de puta, Damian.

El nombrado aligeró un poco el agarre que mantuvo sobre las muñecas de Jason, sin embargo, se negó a cambiar el gesto en su rostro a pesar de saber que todo lo que le reclamaban en la cara era cierto.

— Está bien — cedió, molesto —. Llévame al hospital a ver al engendro.

El mercenario, adoptando una enorme sonrisa, dejó caer a Damian al suelo y dió un saltito acompañado de un aplauso muy gay.

— ¡Así está mejor! — chilló mientras el menor se sobaba la cabeza.

Después de ir a velocidades imprudentes en la motocicleta de Todd, intentando no machacar el ramo de rosas con el viento y de hacer que Damian casi se cayera del asiento, ambos llegaron a las puertas del hospital. Jason se desabrochó el casco y estacionó la moto con rapidez, acercándose a su hermanastro para llevarlo a rastras hasta el cuarto donde Selina y su nueva hermana, descansaban.

— ¡No quiero ir! ¡Suéltame! ¡Me veo como un maricón con este ramo! — chillaba desde el suelo. Todd lo llevaba igual que un trapeador, limpiando todo el piso con la parte trasera de su camiseta ya que lo llevaba arrastrando de un pie.

— Ya estás aquí y te traigo como mi perra así que aparte de dignidad, ¿Qué más puedes perder? — contestó, aburrido.

Subieron el elevador hasta el sexto piso y fueron directamente al cuarto 340, donde pudieron ubicar desde lo lejos, hablando animadamente frente a la puerta de la habitación a Richard y Tim.

— ¡Ey, chicos! — saludó Jason más animado que antes. Si bien antes no había tenido buenas relaciones con sus hermanastros a excepción de Tim, ahora las cosas habían cambiado; más unidad, compañía, momentos que podía recordar buenos y lejos de ser relacionados con la Batfamily.

Ahora en verdad eran una familia, no socios ni compañeros. Ahora estaban unidos, apoyándose incondicionalmente y listos para defenderse hasta la muerte.

— ¡Por fin llegas, idiota! — gritó Dick —. Te llevamos esperando a ti y a Damian más de una hora, ¿Qué sucedió?

— Pregúntale a la bola de odio — respondió Jason tirando de Damian para que quedara en frente de todos. El chico permaneció con la vista desviada hacia una pared, el ramo en una mano y los brazos cruzados sobre el pecho.

— ¿Damian? — el acróbata elevó una ceja.

— ¿Qué? No pueden obligarme a querer a esa cosa.

— Esa cosa es tu hermana, tonto — Tim frunció las cejas —. Pensé que ya habíamos tenido un avance con tu actitud tan mierdera.

— Y yo pensé que nuestra familia ya estaba completa — gruñó.

— Oh, vamos chicos. No vamos a pelear aquí, ¿O sí?

— Si Tim lo quiere así, por mí está bien.

— Puta madre, ¿Por qué no me traje la chancla?

— Al menos deberías darle una oportunidad, Damian — aconsejó Grayson —. No puedes odiar a una persona antes de conocerla.

— Lo que sea — rodó los ojos y soltó un enorme y dramático suspiro, ganándose una mirada total de desaprobación por parte de Tim —. Acabemos rápido con esto.

Damian abrió la puerta y pasó sin decir una palabra, seguido de Dick y luego de Jason, quien se volteó para ver a su hermano.

— ¿Crees que las cosas cambien apartir de aquí? — cuestionó en un susurro lleno de horror, dejando salir a la luz lo que pocas personas tenían la posiblidad de contemplar: el lado emocionalmente débil de Jason Todd —. Demonios, Tim, íbamos demasiado bien... No quiero separarme de ustedes y volver al intento de familia que éramos — admitió —. Por fin siento que tengo un lugar que es mío... Me siento parte de algo y no quiero que eso cambie.

Ante el tono desesperado de Jason, Drake solo sonrió de forma tranquilizadora, enternecido por su hermano.

— Vamos, palancas. Tú mejor que nadie debería saber que esto no hará que cambie nada. Somos una familia y las familias permanecen juntas e impenetrables hasta en la tormenta más feroz. Además, si el plan de Damian es cagarlo todo, en cuanto vea a Sabrina, quedará enamorado.

— ¿Su nombre es Sabrina? — cuestionó Jason con un brillo infantil y esperanzado en los ojos.

— Vamos a conocerla, ¿Quieres?

Emocionado, él asintió ante la propuesta de Tim y ambos pasaron a la habitación de color blanca. Lo primero que vieron fue a Selina mirando con una sonrisa confiada a Damian, quien permanecía con Sabrina en brazos, analizandola con la vista, buscando defectos. Bruce y Dick, mientras tanto, estaban charlando en los pequeños sillones blancos que adornaban el lugar, tomando con tranquilidad la forma extraña en la que el chico maravilla cargaba a la recién nacida.

— Hola, Sel — saludó Jason, con el corazón latiendo atolondrado en un intento de no demostrar la emoción que sentía al ver a la niña — ¿Puedo...?

Ella accedió de inmediato.

En cuanto el mercenario se acercó para arrebatarle la bebé a Damian, éste se encogió sobre sí y lo esquivó con la niña en brazos, frunciendo su ceño.

— Aléjate, estúpida — gruñó.

— ¡Acaba de nacer y ya la están educando mal! — chilló Grayson en cuanto escuchó al mejor.

— ¿No que no la querías? — gruñó el otro entrecerrando los ojos.

El ojiverde se sonrojó ligeramente y desvío la mirada.

— No la quiero, solo la sigo analizando.

— Ay sí wey, y yo soy Superman.

— ¡Lenguaje!

Ignorando a Dick, Jason soltó un suspiro: — Ya, déjame cargarla.

— Seguramente la vas a tirar, está a salvó conmigo.

— Bruceeeeee — chilló Todd — ¡Damian no me quiere dar a Sabrina!

— Damian...

— ¡Yo la quiero cargar! — gritó de vuelta.

— ¡La van a despertar, brutos! — avisó Tim, alarmado. Seguido de su advertencia, una pequeña pelea de jalones comenzó entre Damian y Jason, con la bebé de por medio.

— ¡Ya basta! — gritó Dick siendo ignorando olímpicamente.

— ¡La bebé va a salir volando si no se detienen!

— ¡Sostenganle la cabeza!

— ¡No mames Damian, le vas a arrancar un pie cabrón!

— Irresponsables — exclamó al fin Bruce, dándole un codazo en las costillas a Jason y un zape que tiró a Damian al suelo, todo eso al mismo tiempo que atrapaba a la bebé.

Mientras se escuchaban los gimoteos de los golpeados, Bruce se quedó absorto en los ojos recién abierto de la pequeña, quien lo observaba con curiosidad.

— Hola, Sabrina — susurró sin poder dejar de mirar aquellos ojos grises, pequeños y llenos de vida. Sintió un enorme nudo en la garganta y su dedo índice fue a acariciar el rostro de la bebé sin siquiera pensárselo —. Me llamo Bruce, soy tu padre.

La habitación entera quedó conmocionada al ver a Bruce comenzar a soltar lágrimas con una sonrisa en el rostro. Los chicos se le amontonaron rápidamente y contemplaron a la pequeña como si se tratase de un milagro.

Y como una verdadera familia, sonrieron al saber que ahora estarían más juntos que nunca.

•••

¡Bien! Oficialmente estamos en el Os número 100.

Omg... ¿Por dónde puedo empezar?

La verdad no creí que llegaría tan lejos, ni que tendría tantos vistos ni que me apoyarían tanto en esto. Estoy sumamente agradecida con cada una de ustedes, con cada uno de sus comentarios y votos ❤️
Sin su apoyo, yo hubiera dejado esto hace mucho.

Ustedes son lo que me impulsa a querer escribir mejor, a ofrecerles cosas mucho mejores día con día. Decidí, después de mucho pensar, que este Os debía representar la Batfamily y el cariño que se tienen. También podría equivaler a nosotras, porque como fandom, somos una familia — llena de bardo xd — pero familia a fin de cuentas.

Las quiero un montón y estoy infinitamente agradecida por todo 💕

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