104

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Título: Sentí el modo.

~~~•••~~~•••~~~•••~~~•••~~~•••~~~•••~~~•••~~

Encontrar el amor es difícil, cansado, inclusive tedioso.

Es igual que ir a un campo minado sin saber dónde debes pisar. Entras con cuidado, ilusionado con la esperanza de que saldrás ileso, sin siquiera con un rasguño, y entonces, mientras más avanzas, te sorprendes de las veces que cometes errores y te lastimas. Siempre se ha tratado de una carrera llena de obstáculos, donde si llegas a la meta más rápido y sin heridas, te consideran un campeón.

O también, muchos lo ven como un regalo dado en el momento menos esperado. Viene envuelto en distintas formas o tamaños y muchas veces no nos gusta el diseño, sin embargo, adoramos lo que aguarda en el interior. La mayoría de las veces es algo que no ves venir y otras tantas, te agarra por sorpresa.

Y yo definitivamente no lo veía venir.

Habían pasado dos semanas después de la peleaba en el hospital y una desde que había salido. Mi mente estuvo hecha un caos. No podía dejar de procesar las palabras de cada uno, mis momentos con ellos, las risas, los juegos y las infinidades de misiones que solo nos terminaban acercando. Durante ese tiempo fui conciente de que tenía que elegir a uno para no perder a ambos.

Y me había costado. Me había costado noches sin dormir, días sin dejarle de dar vueltas al tema, gritos, frustraciones e inclusive unos cuántos kilos gracias a la depresión de mentiras que se cura con comida, pero lo logré. Sabía a quién le pertenecía mi corazón, aunque la repuesta siempre pareció confusa, cuando me centré en ella se volvió más clara.

— ¿Bec? ¿Te encuentras bien? Recibí el mensaje — a espaldas de mí, su voz sonó por encima del molesto ruido de los autos atascados en el tráfico nocturno de Gotham. Mi corazón se aceleró y me negué a moverme de la orilla de la azotea. El viento me pegó en la espalda y mi cabello se movió con la brisa, tal y como sucedía en las películas clichés, justo en el momento más dramático.

— Pensaba que no vendrías — murmuré.

— Perdón por la tardanza, las cosas se complicaron un poco — susurró de vuelta, cansado. Un poco más calmada, giré mis talones en su dirección y por fin lo miré. Mi vista fue directamente a su rostro y a las pequeñas ojeras que se estaban formando bajo sus ojos, sus labios permanecían fruncidos  y estaba algo encorvado, como si realmente hoy estuviera exhausto del mundo. No llevaba su traje —yo tampoco me había molestado en llevarlo— y su cabello parecía un torbellino.

— Pero ahora estás aquí — sonreí — y es lo único que importa.

Él se acercó hasta a mí a pasos lentos, mientras, yo decidí darme la vuelta de nuevo para observar la hermosa vista que Gotham City me ofrecía. Muchos podían decir que era una ciudad sin reglas, asquerosa. No sabías si había más smug o criminales. Sin embargo, allí, entre todo el desastre y el humo tóxico, yo encontraba la belleza que escondía en sus callejones oscuros. Siempre había tenido la costumbre de encontrar la belleza en el desastre.

— Te noto algo distanciado, ¿Te encuentras bien?

Él suspiró con algo de pesadez y como solía hacer hasta en las peores circunstancias, sonrió.

— La extraño, Becca... La extraño tanto que duele aquí — señaló su pecho y su mirada cayó hasta las luces de los autos circulando con normalidad —. No pensé que duraría tan poco, ni que la querría tanto. Ahora ya está con otra familia, en otro lugar, lejos de mí. Me encantaba la idea de que ella nos tomaría por padres, nos llamaría como tal, el hecho de que jugaríamos con ella sin parar y que sería como tener una familia completa me emocionó tanto que olvidé que era temporal, no duraría. Y aquí está el resultado, apenas he abierto los ojos y ya no está. El departamento se siente solo, vacío.

El por qué de su aspecto demacrado fue claro apartir de allí. Aprovechando su vista distraída, me acerqué por detrás y lo envolví con mis brazos, apoyando mi rostro  en el espacio entre su cuello y hombro.

— Las personas llegan por una razón y se van por otra, nada es al azar. Bart, tal vez Sky estaba destinada a ser algo temporal y puedes tomarlo de dos maneras; llora y sufre por su ausencia o tómalo como un dulce recuerdo. De cualquier forma, planeo quedarme aquí hasta que te sientas bien. — Le sonreí y le planté un beso en la mejilla. Él se tensó un poquito ante la muestra de cariño, tal vez sorprendido.

— Hay tantas veces que me pregunto dónde estaría sin ti — susurró bajo, posiblemente esperando que yo no lo escuchase. Me limité a sonreír como idiota.

— Tal vez en la cárcel — bromeé.

— Quiero ver que esos malditos me atrapen primero — exclamó él, más enérgico que hace unos momentos.

— Existe alguien que se llama Flash, Bart — seguí, rodando los ojos — y a tu abuelo definitivamente no lo gustará nada saber de tus travesuras. Si la policía se lo llegara a pedir, te atraparía con los ojos vendados.

— Claro que no, yo soy el más veloz.

— Y el que más se tropieza — murmuré riendo.

— ¡Solo fue una vez, Becca! ¡Una vez! — chilló ofendido.

Seguimos riendo un rato, él intentando defenderse y yo hundiendolo cada vez más en mi interminable burla con cada recuerdo desastroso que se me venía a la mente. La noche pareció estar de nuestra parte y decidió no mandar tantos vientos fríos, los autos se fueron extinguiendo poco a poco y pronto nosotros éramos los únicos despiertos en esas calles. Pasamos un rato en silencio, disfrutando únicamente de la compañía del otro.

Y pues como soy rayita, todo eso cambió de golpe.

Bart se giró lento a comparación de la velocidad usual que decidía tomar y me tomó por la cintura, cortando mi respiración por un segundo. Mis pies empezaron a hormiguear y los nervios que creía haber extinto antes de que él apareciera en la azotea volvieron explosivamente, la paz se había ido y la remplazo un sentimiento de emoción incontrolable. Él me miró fijamente unos segundos, y después su vista fue hasta mis labios y siguió bajando y bajando con lentitud, revelando por su mirada que se encontraba deleitado con lo que veía. Cuando sus ojos volvieron al lugar donde comenzó, una de sus manos me soltó y acarició mi cabello, enredó su dedos en uno de mis mechones y se dedicó a verlo como si fuera lo más interesante del mundo.

— Es estúpido que dos mejores amigos de toda la vida se peleen por una chica, ¿Sabes?

— ¿Bart? — mi corazón se hizo pequeño y de pronto me quise separar de él, temerosa de lo que podría llegar a decir.

— Pero luego, cuando estoy contigo, y te escucho reír, y te veo o te siento junto a mí, todo parece lógico, porque, ¿Quién no mataría por alguien como tú?

¿Todo el mundo aquí presente conoce a Queen? Porque We Are The Champions comenzó a sonar en mi cabeza junto a la imagen de un montón de fuegos artificiales explotando a la par cuando me dijo eso. Sus palabras me emocionaron muchísimo, me despejaron todas la dudas que tenía sobr sus sentimientos hacia mí, porque sí, todavía tenía dudas. Sin embargo, Bart parecía algo decaído, me miraba con añoro y cómo si estuviera a kilómetros de él, siempre inalcanzable.

— No quiero presionarte, sabes que odio hacerlo...  — sus ojos se movieron nerviosos. Era para mí muy raro verlo con tanto miedo, serio, perdiendo totalmente su esencia por encontrarse a la deriva en el amor.  — Pero me gustaría saber a a quién elegiste. Realmente respetaré la decisión. De todas maneras, mi corazón siempre fue tuyo; puedes romperlo, maltratarlo, puedes hacerlo mierda... Y aún así te seguiré queriendo.

Empecé a reírme por lo bajo y él me miró con algo de extrañeza.

— El problema es, Bart... — comencé, acercándome un poquito más a él, tan solo un par de centímetros. Antes de seguir hablando, lo observé: observé sus ojos verdes esmeralda envueltos en un brillo infantil, observé la tenue salpicadura de pecas que tenía en la nariz, observé su cabello pelirrojo, desordenado y salvaje como él, observé sus labios fruncidos en confusión, lo observé a él, existiendo allí frente a mí y convertiendose en lo único que mis ojos querían ver al despertar —. Que quiero hacer de todo con tu corazón, menos lastimarlo.

El abrió los ojos, sorprendido, y soltó un enorme grito que se pudo haber escuchado hasta la mansión Wayne. Alzó las manos soltandome por un momento y empezó a dar vueltas, dando un baile de victoria.

— ¡Lo sabía, lo sabía, lo sabía! — gritó, extasiado —¡ Mi horóscopo no me mintió!

— Tenías que ser Bart — murmuré golpeándome la frente, evitando reír.

— ¡Por fin estaremos juntos! — gritó llegando a mi lado. Me alzó por los aires mientras abrazaba mi cintura y dió algunas vueltas conmigo. Cuando la adrenalina se le pasó, me bajó y sonrió agitado.

Me abrazó sin previo aviso y enterró su rostro en mi cuello.

— Verás que te haré muy feliz...

— Ya lo haces Bart, ya lo haces — le acaricié el cabello y permanecimos así un rato más.

Esta parecía ser mi mejor decisión dentro de los siguientes años.


•••

Amonooooooos 🌚

¿Qué les pareció?
¿En algún momento pensaron que se trataba de Tim?
¿Están satisfechas con que se haya quedado con Bart?
A mí al final los votos me pasaron por qlo y pues nada, quería que mi Bart hermoso se quedara al final con la rayis y de hecho, estoy considerando seriamente  meterlo en un par de Os, muy muy de vez en cuando.

Por ahora empezaré a subir los pedidos, nos vemos pronto 🌚❤️




Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro