11

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Título: Ceño fruncido.
Personaje: Damian.
Advertencia: Lenguaje como el que suelo usar en la escuela:v:v
........................................................................

Notaste cómo Damian te miraba nuevamente con el ceño fruncido. Tú estabas en las mesas de hasta adelante y él estaba en las ultimas, justo en la orilla perfecta donde te podía apreciar.

Su mirada fría te penetraba el alma, sentías sus ojos esmeralda seguirte con cada pequeño movimiento que realizabas y eso te llegaba a horrorizar.

- Deberías de tranquilizarte . - Te aconsejó tu mejor amiga que estaba a un lado de ti. - El profesor esta notando como te revuelves incomoda en la silla.

- Lo haría si fuera tan fácil como dices, joder, ese men lleva viéndome sin parar toda la clase.

- Es Damian Wayne ¡se supone que debería ser algo bueno!. - Alzó un poco las manos ya que el profesor había dejado de ponerles atención para concentrarse en su celular.

- No cuando te mira a matar. - Tragaste algo de saliva. - En serio, Marriet, si las miradas mataran él ya me hubiera apuñalado cinco veces, atropellado dos, disparandome como diez y ahogado tres.

- Exagerada. - Movió la mano restándole importancia. - No sabes cuánto pagarían su club de fans porque  él se les quedara viendo.

- Y no sabes cuánto pagaría yo porque dejara de hacerlo. - Te encogiste en tu lugar negando con la cabeza.

...

Las clases habían terminado una vez más y no quisiste quedarte mucho tiempo en la escuela ya que Damian por lo general te perseguía simplemente para molestarte. Lo querías lejos a pesar de que te gustaba, eso era un hecho, pero cada vez que te decía cosas "ofensivas" te dabas cuenta que se sonrojaba un poco y luego soltaba algo más ofensivo para luego salir rápidamente del lugar.

¿Muestra de cariño a su manera?

No lo sabias.

Te sorprendió ver que Damian no estaba por ningún lado más sin embargo tú seguiste tu camino pero sin dejar de preguntarte a dónde abría ido ese muchacho.

Apretaste los libros que cargabas con tus brazos  y  mordiste tu labio inferior. Si en realidad querías a ese tipo lejos de tu vida ¿por qué sentías la necesidad de tenerlo cerca todo el tiempo?

- ¿Qué me hiciste Damian? - Susurraste bajando la mirada mientras tus pies seguían el trayecto acostumbrado pero con la pequeña excepción de que esta vez no te sentías protegida, Damian, insistía en que preferiría irse contigo ya que "supuestamente" podría molestarte más tiempo.

Caminaste más rápido cuando pasaste por un barrio algo oscuro, lleno de gente drogándose, bebiendo, fumando y haciendo algo de vandalismo. Hablaste entre dientes regañandote a ti misma por elegir ese camino y empezaste a acelerar el paso.

Tu corazón se aceleró cuando comenzaron a escucharse gritos de personas a lo lejos, tragaste saliva pesadamente y sin dudarlo tus pies se empezaron a mover solos y corriste como si no hubiera un mañana.

                          Tres horas después.

Perdida. Esa palabra te definía completamente en este momento, estabas en el centro de Gotham, eso era seguro pero no sabías dónde. Nunca habías estado por esos lugares y lamentablemente cada vez se hacia más tarde.

- Tranquila. - Te intentaste calmar, respiraste entrecortada y las lágrimas querían salir de tus grandes ojos.

- Preciosa. - Una voz masculina te erizó la piel, trataste de ignorarlo y seguir caminando pero volteaste al callejón de donde provenía la voz por pura curiosidad.

- ¿Qué quieres? - Preguntaste de forma brusca.

- ¿Quieres que te lleve a casa? Pareces perdida. - Una sombra se comenzó a mover a tu lugar hasta que las luces de la noche alumbraron al gran Robín, compañero de Batman. 

- T-Tú... ¿qué carajo estas diciendo o insinuando?.- Te asustaste bastante haciendo que retrocedieras un poco a pesar de que él era quien estaba en el callejón. Lo viste sonreír con cierta burla, caminó rápidamente hacia tomando tu cintura y subiendo contigo hacia los edificios con su gancho.

- Desde aquí podrás ver mej- 

Lo interrumpiste corriendo hacia la orilla del edificio, te agachaste estrepitosamente y sin pensartelo mucho gritaste: 

- ¡AYUDA POLICIA, ROBIN ME SECUESTRO Y ME QUIERE VIOLAR! 

Robín te quito de allí rápidamente, no por miedo a los policías sino a que te cayeras y no lograra atraparte a tiempo, cuando vio como tu lindo trasero caía de sentonazo en el suelo se relajo un poco y acomodo sus guantes como costumbre después de tocar a alguien. 

- Ellos no vendrán por ti ni aunque estuvieras secuestrada por el Joker y lo sabes muy bien, el único que realmente se preocupa por esta pútrida ciudad aparte de mi padre es el Oficial Gordon y él no esta. - Te levantaste algo molesta, no sabias la razón de por qué eras el objetivo de Robín. 

- ¿Y tú?.- Te acercaste a él. 

- La protejo por prestigio y legado. La única verdadera razón que me darían por proteger algo tan asqueroso como lo es esta ciudad es una persona. Una muy ciega como para ver que estoy enamorado de ella, también es algo tonta y despistada. 

Tus ojos se abrieron como platos, según experiencias propias que habían sido salvados por el gran Robín no tenia sentimientos, era egocéntrico, grosero y un motón de cosas más que hacían que su reputación no fuera tan buena. Te sorprendía que se abriera así contigo a pesar de que no lo conocías. 

- ¿En serio? woow, deberías decirle lo que sientes amigo mio. - Le diste unas palmaditas en el hombro.- Yo me iré a mi casa, tal vez si pongo atención podre verla desde aquí pero de todos modos muchas gracias. - Tal vez y también le gustes. 

Oíste a el chico soltar un gruñido y eso solo te incito a continuar caminando más rápido hacia la puerta que daba escaleras abajo. Antes de poder abrir la puerta una mano te detuvo, giraste tu cabeza confundida y dispuesta a protestarle que te dejara ir pero en ese mismo instante unos labios se estamparon contra los tuyos. 

Pusiste resistencia pero él era notoriamente más fuerte que tú, queriéndolo o no terminaste por caer rendid en brazos de uno de los vigilantes de Gotham. Sus labios se movían al compás, como si estuvieran hechos para encajar perfectamente con los de los otros y te diste cuenta que era un gran besador, tal vez por experiencia del pasado o porque simplemente era jodidamente sexy de todo a todo. Igual que Damian. 

El aire comenzaba a faltar de poco a poco, sus brazos dejaron de sujetarte y no quisiste abrir tus ojos porque sentias el momento exacto en que se sacaba la mascara.

- Abre los ojos.- Te ordeno con algo de suplica en su voz.- Por favor, no quiero rogar. 

- No puedo.- Negaste rápidamente con tu cabeza.- Tu identidad es algo que se debe respetar, sin excepción. 

No viste la pequeña sonrisa que se ele escapo. 

- Eres tan inocente como siempre lo imagine.- Sus manos atraparon tus dos muñecas, su aliento chocó con el tuyo y volvió a repetir lo mismo.- Abre los ojos. 

Algo tentada y siguiendo sus indicaciones hiciste lo que te pidió abriendo los ojos como platos al darte cuenta que era tu compañero Damian. 

- ¿ Y qué dices moco?.- Te llamó por tu apodo, algo que era gracioso para ambos, y te sonrojaste.- Ya le dije mis sentimientos a la chica que amo... ¿ Crees que yo también le guste? 

Sonreíste sin pensarlo, pasaste tus brazos por su cuello y rozaste tu nariz con la suya. 

-Claro que sí, animal. 


Y ambos se volvieron a besar. 



Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro