Personaje: Tim.
Título: Celos.
........................................................................
El puño de Jason llegó a mis costillas y salí disparada hasta el otro extremo de la habitación, el aire abandonó mi cuerpo al instante y me retorcí en el suelo, solté un quejido y rápidamente me puse en posición, di una voltereta tomando desprevenido a Jay y mis piernas se enredaron en su nuca, me subí a él y lo agarre hasta dejarlo inmovilizado.
- Me gustaría voltear mi cara.- Comentó y supe que estaba sonriendo satisfecho, yo solo reí y fue cuando el dolor se intensificó, me quejé e hice una mueca.
- Estúpida, mis costillas, idiota. - Le reproche sin soltarlo.
- Estúpida, mi cuello, idiota. - Repitió imitando mi voz.
- Antes y no escupí sangre.
- Poco te faltó, lindura. - De otra voltereta lo dejé libre. - Necesitas cubrir esa guardia.
Suspire con algo de dificultad.
- Lo sé, me siento demasiado idiota. - Baje la mirada algo apenada y Jay me la levantó con un dedo en el mentón.
- Estuvo bien, ______, mucho mejor desde tu primera pelea conmigo.
- De todas formas, debería entrenar más. - Desvíe la mirada algo molesta conmigo misma, coloqué un mechón de cabello detrás de mi oreja y bufé.
- ¿Qué te parece si yo te entreno? No tengo mucho qué hacer y me voy a poner como una cerda si no me muevo.
Reí y asentí.
- Me encantaría.
Una tos falsa interrumpió nuestro momento de mejores amigos y lentamente me giré hacia la entrada para ver a mi novio Tim parado en el marco de la puerta con el ceño fruncido y los brazos cruzados.
Oh, no.....
- ¿Se puede saber qué te encantaría hacer con él ? - Su voz parecía recelosa y quise reír por eso pero no era el mejor momento.
- Oh amigo, le encantaría hacer muchas cosas pero tú se lo impides. - Todd caminó hacia la salida pasandome de lado, al llegar junto Tim sonrió con malicia y me miró. - Empezamos mañana en la noche pero te aviso que vas a sudar como loca.
Me guiño un ojo y con su sonrisa de autosuficiencia nos abandonó en la sala.
Mataría a ese pendejo en cuanto lo volviera a ver.
Mi mirada vaciló en ver a mi novio pero sabia que terminaría por hacerlo de todas formas.
- No es lo que piensas... - Aclaré con velocidad, trague en seco al intentar moverme hacia él pero mis costillas, posiblemente rotas por palanquitas locas, me lo impidieron.
- Jason es un idiota. - Murmuró completamente rojo. - Es un maldito idiota calenturiento que solo me quiere celar porque no se puede conseguir algo mejor que su puto pan y para acabarla será un pinche bolillo seco y duro.
Lo miré confundida y a pesar del dolor de costillas solté una carcajada.
- Su bolillo es sagrado, deberías dejarlo. - Intenté acercarme a él pero se apartó bruscamente y me miró como niño pequeño.
- No me gusta que entrenes con él. - Susurró resentido.
- Tim... Ya habíamos hablado de esto... - Iba a empezar con mi discurso, el mismo que aplicaba cada vez que Drake se ponía celoso de su hermanastro y mejor amigo mio. - Él me entrena porque tú estas ocupado, sabes perfectamente que quisiera que tú me entrenaras pero simplemente es imposible, no si consumo tu tiempo.
- De todas formas, sabes que él un don Juan de primera. - Reprochó haciendo un puchero.
- Yo soy otro vato más para él. - Daba pequeños pasos una vez que comprobé que Tim ya no se iba a mover, llegué a su lado y le di un abrazo. - No tienes que preocuparte por él.
- No quiero que te aparte de mi lado. - Correspondió el abrazo de repente, sus brazos me apretaron la cintura como si temiera que en algún momento me alejara de su lado.
- Nadie lo va a hacer Tim... - Acaricié su cabello mientras él escondía su rostro en mi cuello.
- Promete que nunca me vas a dejar ir por más idiota que sea.
- Lo prometo.
- ¿Te quedaras conmigo hasta el final, a pesar de todo? - Volvió a preguntar y sentí que mi cuello se humedecía y su agarre de hacia más fuerte.
¿Por qué de pronto se puso tan... Sentimental?
- A pesar de todo. - Levanté su rostro hasta que nuestros ojos chocaron y lo sorprendí cuando sus ojos derramaban lágrimas a mares. - Nunca te voy a dejar idiota, nunca voy a volver a permitir que nadie le lastime sentimentalmente, voy a ser tu guardiana.
- Te amo. - Soltó y sus ojos se humedecieron más. - Te amo como no tienes una idea.
- Yo te amo más, pequeño. - Susurré y lo acune mientras se calmaba.
Este hombre era todo un sentimental.
Y así lo amaba.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro