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Título: Pelea.
Personaje: Damian.

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— ¿Seguros que es la dirección correcta? — Cuestionó Tim al ver todos los hombres que iban y venían con cervezas en las manos, había de todas las edades y por más raro que sonara, la mayoría eran muchachos de las edades de los héroes que esa noche entraban de encubierto a ese lugar de mala fama y peleas clandestinas.

Damian encarnó una ceja y se acomodó los lentes sin aumento que estaba utilizando, un pequeño detalle para hacer su actuación más creíble.

— ¿Lo estas dudando o es una excusa para no entrar?

— Uhhhh, el cerebrito tiene miedo — se burló Jason sonriendo de lado mientras su peluca rubia se hacia un poco para abajo.

Red Robín negó rápidamente con la cabeza.

— ¿Entonces? ¿Cuál es el problema? — Cuestionó Dick Grayson mientras acomodaba los tirantes de su atuendo, un stripper vestido de granjero sin camisa.

— No pareces un sitio de peleas clandestinas de chicas.

— Oh sí, por ser chicas, veremos solo mujeres en el lugar — ironizó Todd alzando las manos —,viejo, reacciona un poco, peleas de mujeres es igual a un montón de hombres excitados alrededor.

Sin más, un stripper, un rubio musculoso, el pequeño cerebrito del grupo y Tim, que se hacia pasar por un muchacho cualquiera que quería conseguir pasar un buen rato con mujeres, entraron al lugar sin problemas.

Según los informes, esta noche va a protagonizar la ultima pelea, necesito que vean sus movimientos y que intercepten cuando se salga de control, tiene permiso de robársela y traerla a la Baticueva si es necesario.

Todos asintieron como si Bruce pudiera verlos y se encaminaron al sótano, pasando de largo el primer piso, donde varios muchachos, adultos jóvenes y adultos se besuqueaban sin pudor con las mujeres que rondaban por allí. Tim se sonrojó al lograr escuchar lo que sucedía en el segundo piso, donde estaban las habitaciones, y bajó la cabeza avergonzado.

— Algún día te traeré aquí Timothy — le susurró Jason con una sonrisa en el rostro. El chico se volvió hacia él y se sobresaltó mientras bajaban las escaleras que iban directo al sótano.

Los ruidos raros pronto fueron sustituidos por gritos eufóricos, palabrotas y gritos sobre apuestas.

El lugar apestaba a más no poder a alcohol, había una barra, varias mesas y en el centro del lugar el cuadrilátero era el que más resaltaba, tal vez por su altura o por el bulto de hombres que se empujaban en busca de un mejor sitio para observar las peleas.

— ¿Cómo vamos a pasar hasta el frente? — Preguntó el chico más inocente de los cuatro.

— Aquí pequeño Drake, es donde el dinero tiene mucha influencia — Jason sacó una fajo de dinero y sonrió —, eso y la fuerza.

Metió sus dedos a la boca y silbó, pronto, la mayoría de los hombres se giraron bruscamente.

— ¿Qué quieres? — Preguntó uno con complexión más grande que la de Todd mientras se ponía en frente de él.

— Quiero estar en el frente, en la parte donde el trasero de las chicas se ve perfectamente — ordenó sin titubear.

— Yo y mis amigos estamos allí — le dio una leve mirada a los hermanastros de Todd — y no le voy a dar los lugares a un montón de maricas.

— ¿Ni por dos mil dólares?

En un abrir y cerrar de ojos todos estaban justo en la parte delantera del cuadrilátero algo ensangrentado.

— Un placer hacer negocios contigo, ¡idiota! — el hombre soltó un aullido y se fue a la planta de arriba con sus amigos.

— ¿Cuándo va a pelear? — preguntó Dick haciendo una mueca — Quiero irme de aquí.

— Otra princesa — murmuró Damian rodando los ojos completamente desinteresado y justo cuando su mirada chocó contra los ojos violetas de una chica que entraba al ring, se quedó helado.

Por primera vez en su vida, se sentía intimidado por alguien y precisamente era un hombre.

— ¿Ella...

— Sí Damian, ella es la villana, que no te deje engañar — Todd rodó los ojos sonriendo —. Puede ser muy dulce y estar como para violarla pero es una hija de puta, yo como su mejor amigo te lo puedo comprobar.

El nombrado hizo caso omiso a sus advertencias y continuó observando cómo se preparaba para combate la chica.

Literalmente, ella no se movía nada a comparación de su contrincante, quién se movía como loca para calentar.

La campana sonó y rápidamente el espectáculo se puso en marcha.
Un gancho derecho por parte de la rubia fue el primer golpe, algo que fácilmente la azabache esquivó y contraatacó con una patada de frente directo a la barbilla. Los hombres soltaron un grito de asombro y de pronto todo el sótano se encontró en completo silencio, atentos a los movimientos de aquella chica de muy buena anatomía y belleza extrema. La rubia, impresionada, se exaltó y rápidamente se abalanzó contra ella tirándola al suelo, intentó golpearla con los puños peto ella seguía esquivando desde el suelo...

— No tiene nada de especial aparte de su rostro — murmuró Damian sin despegar la vista del combate —, no van ni cinco minutos y la rubia ya la tiene en el suelo.

Jason llegó a su lado y le apretó un hombro.

— Aún no has visto nada, compañero.

Cuando la chica intentó golpearla de nuevo, la azabache le detuvo el brazo en el aire y negó con la cabeza sonriendo.

— Lo siento querida, ya me aburriste — Le dobló la muñeca y la lanzó hasta una esquina, se levantó de un brinco y se dirigió hacia la rubia.

Le jaló el pelo hasta levantarla por completo y casi le desfiguró la cara de un rodillazo, su puño libre fue directo a su estómago y la chica escupió sangre.

La cosa se estaba poniendo fea y eso que solo era el inicio.

Tim alcanzó a visualizar justo el momento ideal en el su objetivo comenzaba a emanar una aura roja desde sus ojos.

— Chicos... Es hora, se esta descontrolando.

Los cuatro se separaron a distintos escondites del lugar y se cambiaron lo más rápido que pudieron. Al salir, ningún hombre les prestó atención por el gran espectáculo que tenían en frente.

Red Hood lanzó un disparo al suelo llamando la atención de todos mientras que Red Robin se escabullía sigilosamente entre nas personas hasta llegar al cuadrilátero, Robín y Nightwing hicieron guardia al frente y Drake pegó una salto dentro de la pelea.

La azabache paró de matar a su contrincante y lo observó ceñuda.

— Estaba controlada — Tim negó con la cabeza.

— Empezabas a querer matarla, Kaith, no me engañas.

— ¿Y por qué ahora trajiste a todas tus putas? Claro, a excepción de Jay.

Todo el mundo, que estaba atento a la aparente discusión de los dos, soltó una carcajada.

— Porque Batman te quiere reclutar.

La chica, exasperada, soltó el cuerpo inerte de la rubia y se acercó al héroe.

Sin ninguna razón aparente, Robín sintió una punzada.

— ¡Con un carajo! Red Robín, ya te he dicho que no quiero nada que tenga que ver con la Batfamily.

Damian corrió hacia el cuadrilátero dejando expuesto su lugar y, impulsado por una fuerza extraña, tiró de la chica, rompió el techo con una mini bomba y salio del lugar lo más de prisa que pudo. Su idea original era interrogarla a solas.

Ella no hizo nada, permaneció serena mientras se columpiaban por los edificios.

Fueron a parar al techo de una casa cualquiera y justo cuando el chico maravilla dejó en el suelo a Kaith sonrió.

— Mucha precipitación, ¿no crees?

Él continuó observando sus manos sintiendo el rubor llegar a su rostro.

¿Por qué había hecho eso?

Al no obtener respuesta alguna, la chica soltó una carcajada.

— ¿Sabes? Ahora que te observo bien, chico mantequilla, tal vez considere la opción de unirme a ustedes, me gustaría descubrir qué contigo.

Se acercó a él y sin ningún temor depósito un beso en su frente.

— Nos vemos luego, tengo que charlar con Hood — canturreo despidiéndose.

Saltó cada techo que pudo con velocidad y se perdió entre la oscuridad de la ciudad.

Damian sonrió y soltó un suspiro.

Fin:3

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