Título: Silencio.
Personaje: Dick Grayson.
Genero: Suspenso.
Advertencia: Nel 🌚

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-No quiero hablar. - Me crucé de brazos a punto del llanto nuevamente. - Ni siquiera sé por qué te contesté la videollamada.

Dick me miró a través de la computadora, sus ojos reflejaban toda la tristeza posible, sus labios se curvaron hacia abajo y miró a un costado algo resignado.

- ¿Qué debo hacer para que me perdones?

- No lo sé, salvame de un asesino tal vez. - Dije sarcástica mientras agitaba mis manos en el aire. - Lo que hiciste no tiene perdón Dick, al menos aún no.

Cerré la computadora junto con un suspiro, miré a mi alrededor y noté nuevamente mi soledad. Me arrepentía un poco de irme de Gotham porque a pesar de todo el crimen que había allí al menos me sentía protegida y no me sentía sola, en cambio en el bosque era diferente... Era sombrío.

Puse la computadora a cargar y fui a la cocina, había una puerta de vidrio en la cocina y luego estaba otra que era la principal así que de noche me sentía observada, saque un sartén y me puse a hacer huevos revueltos. Mientras cocinaba oí un grito bastante femenino seguido de unos golpes en la puerta. Trague saliva y dudé en voltear.

- ¡Ayuda! ¡Por favor!. - Gritó agitada golpeando el vidrio con fuerza, la miré de reojo y estaba completamente ensangrentada. Mi pulso se detuvo un segundo y sentí una presión en el pecho, seguí haciendo mis actividades como si no la escuchara y segundos después sus gritos pararon en seco, volví a mirar de reojo y un sujeto con una mascara puesta la estaba apuñalando. Hice como si no viera nada e intente seguir en lo mio, los pies me temblaban y comencé a sudar un poco. El sujeto comenzó a golpear lentamente el vidrio, no voltee y él se lo creyó todo, sonrió y se fue.

Dick me había dicho que fingiera que no sabia nada siempre que me asecharan y así tendría tiempo de pensar una estrategia ya que a los asesinos les gusta jugar al gato y al ratón básicamente.

Suspire y fui a la sala nuevamente, me conecte a la computadora y sentí otra presencia en la casa, respiré hondo y seguí en lo mio, vi por un espejo que el hombre me miraba sonriendo cínicamente, tomó mi celular y se fue.

Sabia lo que se avecinaba...

Me conecte a cualquier red esperando que Dick tuviera tiempo de leer mis mensajes o me respondiera la videollamada.

Mi respiración se agitaba cada vez más y los pensamientos en mi cabeza se volvían cada vez más agitados.

- ¿______? . - Preguntó Dick al ver mi rostro en la pantalla, su semblante estaba serio pero al ver un poco más allá de todo lo que se podía visualizar notó al más. - ¿Estas bien?

- Dick... - Dije en un susurro ahogado. - Te necesito... Necesito al acróbata... Ya sabes... - Trague saliva al oír pasos detrás de mí. - No tengo mucho tiempo. - Dije en un sollozo. - Te necesito.

Dick abrió los ojos al ver al sujeto detrás de mí, cerré la computadora y voltee a verlo con algo de velocidad, pegue un pequeño brinco y comencé a correr por mi vida.

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- Ya no hay escapatoria. - Me dijo Acorralándome entre las paredes, pasó sus dedos por mi rostro manchado en sangre y suspiró. - Lastima que una lindura como tú se desperdicie de esta manera.

Mi vista se volvió a nublar y mi respiración se estaba cortando, me estaba desangrando demás.

- ¿Qué te parece si hacemos algo divertido antes de que vayas de este mundo? - Me dijo pasando el cuchillo por mi rostro pero sin llevarme a cortar, sentí el frío metal rozar contra mi mejilla y las lágrimas no tardaron en aparecer. - Vamos... Ambos sabemos que ya no eres virgen.

Me límite a mirar hacia abajo. Pensé en Dick por ultima vez y sabiendo que no llegaría por mí, sabiendo que ya no tenia esperanza, sabiendo que si no hacia lo que él quería moriría y sabiendo que era mi indudable fin me deje llevar.

Cerré los ojos y me costó mucho volver a abrirlos, sentí sus manos frías rozando mi cuerpo lentamente mientras me torturaba tocando las heridas.

- Para... Por favor, detente. - Suplique al estar en ropa interior, el nudo en mi garganta se hacia cada vez más grande y mis piernas comenzaban a temblar.

- Ya no hay vuelta atrás. - Señalo su pantalón. - Mi amigo necesita atención.

En un intento desesperado por acabar todo de una vez, agarre el cuchillo que había dejado a un costado de mí y se lo clave en el hombro, chillo de dolor y tuve tiempo para correr fuera de la casa. Todo estaba completamente oscuro, la paz y el silencio reinaban en el lugar y lo único que se lograba oír era mi respiración agitada y los menos frecuentes latidos de mi corazón.

- Dick... - Susurré y comencé a correr dentro del bosque con un asesino a mis espaldas.