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Título : Enamorarse es estúpido.
Personaje: Jason Todd

Caro, tan destinada estabas a que no se me olvidara hacer este capítulo que dado la temática de éste, mira qué número le tocó ser (͡° ͜ʖ ͡°). Ahre.

Dedicada con todo el corazón del mundo a la mujer encargada de la mayoría de mis portadas, la que escucha todas mis ideas y me ha apoyado fielmente durante algún tiempo aquí en Wattpad y a la chica que es mi compañera, ambas somos una niñas pérdidas súper estúpidas ❤

-redfield
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Jason, ansioso y desesperado por volver a verla, agarró la chaqueta que colgaba del perchero en la pared del recibidor de la mansión Wayne y sin esperar las instrucciones de Batman para una misión que tenían pendiente, corrió hacia donde su motocicleta estaba aparcada como si su vida dependiese de ello. Tal vez así era.

Pasó entre los carros que circulaban las calles de Gotham como si fuera un rayo y, sin importarle si se accidentaba o no, se pasó algunos semáforos y aumentó la velocidad gradualmente, cada vez más emocionado al notar que se acercaba a la cabaña dónde se veían normalmente.

Al pasar los árboles que ya se sabía de memoria, aparcó la motocicleta junto a la cabaña, dejó caer el casco al suelo y mientras corría se sacó la chaqueta con prisa, dejando a la vista una camisa gris algo sudada y ajustada que marcaba perfectamente su cuerpo esculpido con las uñas de los dioses más hermosos del Olimpo.

(Descripción de una fangirl dónde, ahre (͡° ͜ʖ ͡°))

Con el corazón bombeando más rápido que un auto de carreras, sacó las llaves con las manos temblorosas y como pudo abrió la puerta.

— Llegas tarde — escuchó cierta voz cargada de sensualidad en cuanto cerró la puerta tras él y bastante sorprendido por su presencia, fue hasta la sala de la cabaña para descubrirla recostada en el sofá mirando el techo.

— Kiara... — murmuró casi babeando por ella.

La nombrada se giró lentamente hacia él, con la luz de la luna completamente a su favor, y le lanzó una sonrisa llena de inocencia. Actuada, claro.

— ¿Cómo estás, Jay? — Preguntó levantándose del sofá y caminando lentamente hasta quedar unos centímetros separada de él.

Esa pequeña distancia que había entre ambos, inmediatamente mató a Jason.

— Aburrido de las reglas y de la estupidez humana, como siempre — sonrió intentando acercarse pero a la chica le bastó poner un sólo dedo sobre su pecho para detenerlo —. Pero ahora estoy aquí contigo y con eso me basta.

Kiara sonrió subiendo su lujuriosa mirada desde dónde su dedo se encontraba hasta chocar con los potentes ojos de Todd y su espina dorsal sufrió un pequeño escalofrío, sin embargo, no se dejó dominar tan fácilmente por eso.

— Entonces eso quiere decir que me extrañaste — afirmó sonando más como una pregunta.

— Siempre lo hago — murmuró agachando un poco la vista, él le sacaba una cabeza como mínimo.

Con un pequeño movimiento, Kiara redujo más la distancia y comenzó a caminar sus dedos por todo su pecho, haciéndolo de una manera dolorosamente lenta. Jason, petrificado ante su toque, no logró hacer nada más que observarla.  Sus pequeños dedos acabaron en su mandíbula y, tras una pequeña mirada, ambos acercaron sus labios hasta rozarse y sonrieron antes de completar el acto.

Kiara pasó sus brazos por los hombros de Jason y él acarició su cintura por encima de aquella pequeña pijama blanca que llevaba puesta. Con los ojos cerrados, el antihéroe llegó sin despegarse de ella al sofá y se recostaron en él  con la ansiedad y el fuego ardiendo en cada tramo de su piel.

— Te necesite durante todo el mes — murmuró bajando sus besos hasta el cuello de la azabache y arrancándole un pequeño suspiro —. No encontré otra solución más que tocarme pensando en ti. 

Ante la pequeña revelación, abrió los ojos ligeramente.

— Una simple llamada para ayudarte con eso bastaba, ¿Sabes? — susurró con el iris de sus ojos aumentando considerablemente de tamaño.

— Nah, valió la pena la espera.

Sin decir algo más, las ágiles manos de Jason viajaron hasta su espalda y sin el mínimo esfuerzo, se deshizo de su sostén, lo lanzó lejos y después le arrancó la blusa blanca de la pijama. Esa pequeña acción llena de violencia y necesidad, excitó a ambos.

Tras detenerse a observarla con el cabello desordenado, los labios rojos e hinchados, la vista algo perdida, su respiración agitada y sus pechos al aire, su boca se dirigió a la punta de sus pezones, pasando lentamente la lengua por el pequeño tramo.

Kiara gimió con fuerza.

Todd sonrió con suficiencia y mientras se entretenía jugando con sus pechos, una de sus manos bajó hasta los shorts que todavía separaban la entrada de Kiara de la enorme erección que él tenía retenida en sus pantalones. Sus dedos se deslizaron con facilidad hasta tocar su clítoris y, al sentir que la chica que estaba debajo de ella se tensaba, comenzó a acariciarlo con firmeza, haciendo círculos y robándole unos cuantos gritos a ella.

— Y-Ya... — susurró entre jadeos, golpeando con sus manos temblorosas su pecho.

— ¿Ya te dije cuánto me encantan oírte pedirme que pare? — le cuestionó al oído mientras ella intentaba controlar a su propio cuerpo, alejarlo de tanto placer que le estaba brindando en una simple acción. Se acercó un poco más a ella y le mordió el lóbulo para después susurrar una palabras que apenas logró entender —. La verdad es que con eso haces que se pare otra cosa.

Kiara arqueó la espalda en cuanto  sus emociones y sensaciones  la dominaron para hacer un  tornado en la parte baja de su vientre y cuando sintió que el eminente orgasmo iba a arrasar con ella, Jason sacó sus dedos y los lamió frente a ella, disfrutando el sabor y deleitándose con lo mojada que la había dejado. Gruñó al verlo reírse.

— Tranquila, cosita, todavía no termino.

— Yo lo haré por ti — contestó ella girando drásticamente sus posiciones. Ella quedó encima de él. Sorprendido, Jason se quedó algo petrificado al ver sus caderas moverse con algo de lentitud, él abrió la boca para replicar pero sus quejas fueron sustituidas por un gemido que se le escapó al sentir el magnífico roce entre sus genitales.  Kiara acarició su pecho y bajó sus manos lentamente hasta llegar a sus pantalones, entre ambos, sacaron aquel pedazo de tela que esos momentos parecía estorbar y en cuanto cayó al suelo, sus manos terminaron por meterse en sus boxers hasta tocar su enorme y duro miembro, primero lo acarició como si tratara de algo que se debía tocar con suma delicadeza y después empezó un vaivén rápido, lleno fuerza y dirigido por la lujuria.

Jason no pudo reprimir los gemidos que se escapan de su boca cada vez que aquellas manos recorrían su longitud con tanta experiencia.

[Deooooos, qué cosas del diablo me obligas a escribir!?;-; *se va a un rincón a llorar por todo lo que ha escrito en este mugroso fic* *secretamente lo disfruta*]

Después de varios minutos repitiendo la misma acción, Jason fue tentando por penetrarla con fuerza al pensar que aquellas manos eran su vagina apretada y, sin esperar a que ella terminara su trabajo, a agarró lo la cintura y elevó en el aire, poniéndola en cuatro frente al sillón.

— ¡Ey! — chilló y antes de replicar algo más, Todd se bajó los boxers e hizo a un lado las bragas de Kiara. La penetró hasta el fondo de una estocada —¡ Ahhhh!

Ese primer y largo gemido, lo invito  a seguir penetrandola con toda la rudeza que le fuera posible, mirando cómo sus perfectas y redondas nalgas rebotaban contra su pelvis.

— ¡J-Jason! — gimió cuando le agarró el cabello con algo delicadeza a comparación de cómo le estaba dando y la jaló.

El único ruido en la sala era el de sus cuerpos chocando y los jadeos que ambos soltaban.

— Di que eres mía — gruñó.

— So-Soy tuya — murmuró sintiendo su cuerpo retorcerse ante las estocadas tan agresivas que recibía.

— Di que nadie más que yo te tocará — volvió a gruñir y, una pequeña parte de él, quería que aquello fuera verdad.

— N-Nadie lo hará, solo tú, todo el tiempo — chilló con los ojos cerrados, mordiendo sus labios sin saber cómo soportar todo aquello.

Un par de movimientos más y todo aquello explotaría en millones de sensaciones.

Antes de que ambos llegaran al orgasmo, Jason sacó su miembro y le dió la vuelta, mirándola directamente a los ojos  y  robándole un beso cargado de amor. Confundida, Kiara le devolvió el beso con algo de lejanía, sin saber por qué la besaba con amor, tan despacio, tan dulcemente...

Sus manos recorrieron de nueva cuenta su cuerpo, pero no con la misma lujuria y rapidez, sino, despacio y disfrutando el tacto, acariciándola con dulzura, a la espera de mirar sus hermosas reacciones para ser feliz.

La azabache quedó perturbada.

Desde un principio, ambos había acordado que aquello sería sexo y ya, ¿Por qué se estaba comportando así?

Para evitar más escenas de aquello, ya que no sabía cómo manejarlo, cerró sus piernas de golpe y lo obligó a sentarse.

— Creo que es hora de que la gatita también se defienda en el juego — ronroneó moviendo sus caderas despacio, observando la mirada atontada del antihéroe seguirla hipnotizado.

Aunque ya lo hubiera visto cientos de veces, el tamaño de Jason Jr la seguía sorprendiendo por completo y sabía que sí en algún momento se le ocurría dejar de frecuentarlo, nadie podría llenar el vacío de su partida.

Se sentó encima de él y soltó un pequeño jadeo, comenzando a montarlo lentamente, esperando que eso lo matara y acabara con él.

— Haces demasiado bien tu trabajo, cosita...  — susurró cerrando los ojos y disfrutando el contacto.

Hizo movimientos circulares y después comenzó a saltar sobre él, haciendo que sus pechos rebotaran casi en la cara de Todd, éstos eran algo pequeños, pero perfectos para él. 

Sus brincos aumentaron velocidad y fuerza, dejándose caer con precipitación en su miembro y gritando durante cada estocada.

— ¡Me vengo! — chilló cerrando los ojos, jadeando con fuerza — ¡Joder Jason, me vengo!

El nombrado no dijo nada y pronto, ambos se corrieron liberando un montón de sensaciones placenteras.

Felices, ambos se acomodaron en el sofá, de tal manera que pareciese que estuvieran en una cama matrimonial, ella abrazándolo por la cintura y él con los brazos atrás de la nuca.

El lugar quedó en silencio por unos minutos, claro, hasta que al antihéroe se le ocurrió hablar.

— Te amo — soltó sin pensarlo.

Kiara levantó la vista sorprendida.

—¿Qué?

Al recapacitar en sus palabras, sintió como si un balde de agua fría le cayera encima, sin embargo no era tiempo de echarse hacia atrás.

— Te amo Kiara, te amo — murmuró negando con la cabeza — sé que acordamos no enamorarnos, que esto era algo puramente carnal pero, mierda, era imposible no terminar rendido a tus pies.

La chica se quedó helada, completamente vacía al pensar intentar dar una respuesta. Sería mentira si dijera que ella no empezaba a sentir mariposas cuando lo veía sonreír y no solo cuando le daba duro contra el muro, pero experiencias pasadas le había hecho el corazón una mierda.

— Enamorarse es estúpido, Jay — le cortó las alas pero no se atrevió a soltarlo o encararlo —. Yo... No puedo corresponder tus sentimientos, no por ahora, pero lo que te puedo decir es que no deberías enamorarte de alguien como yo.

— Aún tengo algo de esperanza — contestó sintiendo un poco de decepción en su corazón — y mientras la esperanza viva, no dejaré de estar loco por ti ni un segundo.

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