72

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Título: Problemas.

Por primera vez (según mi memoria de ardilla recuerda), haré un vs en este libro 👀❤

#teampalancas
#teamnalgasplasticas

Probablemente el os tenga tres partes, elijan sabiamente el ganador babys  👀🤓❤

~~~•••~~~•••~~~•••~~~•••~~~•••~~~•••~~~•••~~~

Una patada al estómago y ya me encontraba doblando mi cuerpo a la mitad, soltando un pequeño grito que no pude contener. El azabache que tenía en frente pareció soltar un gruñido y eso me dió a entender que Jay-Jay se había molestado conmigo, siempre era lo mismo, yo mostraba algún signo de debilidad y Jason parecía irritarse, como si el hecho de que únicamente yo fuera débil, le pareciera la ofensa más severa de todas.

En un intento de corregir mi pequeño error, bajé el resto de mi cuerpo cuando ví sus enormes hombros descubiertos acercarse a mí con precipitación, gatee con velocidad por debajo de sus piernas y cuando menos lo pensé, él pareció tensar su cuerpo por un segundo, cayendo en cuenta que ahora él había cometido un error y me había dado paso libre a un punto ciego.

Aprovechando la oportunidad, di un salto subiendo a su espalda con la intención de ahorcarlo con mis piernas enredadas en su cuello, forcejeó e intentó sacarme de encima y sin lograr nada, observé que sus movimientos indicaban que se dejaría caer para golpearme. Entrando en un mini estado de pánico, no encontré otra opción más que dar un codazo en la parte superior de la cabeza y, dada mi fuerza, tenía la idea de que en ese golpe no iba a ser cualquier  cosa. Mis siguientes movimientos flaquearon, sin embargo, nadie pareció percatarse de aquello y justo en ese momento el combate entre los cuatro cristales de la sala de entrenamiento de Bruce dieron por terminado.

— Bien, suficiente por hoy — avisó mi mejor amigo  mientras nos observaba con mirada severa a los dos, me bajé de Jason y el pasó su mano por sus hombros —. Buen trabajo, ______.

— ¿Desde cuándo subiste de peso? — preguntó Jason en cuanto Dick abandonó la habitación sin siquiera dirigirme una pequeña sonrisa, algo completamente inusual en él.

Fruncí el entrecejo.

— ¿Subir de peso? Pero si estoy igual que antes — Respondí extrañada ante el comentario y, hasta cierto punto, ofendida.

— No, digo, has subido mucha masa muscular — avisó tomando una toalla, me lanzó otra y terminó por ponerla en sus hombros — y como sabes, la masa pesa más que la grasa.

— Supongo que es para soportar más los golpes — susurré secando mi cara — pesando lo mismo que una pluma, cualquier criminal podría tumbarme.

Jason sonrió y se acercó a mí hasta acorralarme contra la pared, mis pies tambalearon ante esa acción tan fuera de lugar y terminé por sentirme atrapada cuando colocó uno de sus brazos por encima de mi cabeza. Sabía lo que podía provocar en mí.

— Ahora, segunda pregunta. ¿Por qué te detuviste cuando tenías el combate ganado? — Cuestionó cambiando la sonrisa  con la que usualmente coqueteaba a una expresión mucho más severa, una que revelaba lo serio que podía llegar a ser de un momento a otro.

— Y-Yo... Era un golpe demasiado peligroso, Jason, se me pasa la mano y sería el fin — murmuró intentando no verlo a los ojos, unos hermosos ojos azules que me llamaban a gritos y me decían que los contemplara, que los admirara.

Mi respuesta pareció molestarlo, porque, casi inmediatamente, su puño golpeó la pared y unos cuantos pedazos de vidrio cayeron hasta mis hombros. No sé si me asustó demás el hecho de que aquel vidrio era aprueba de balas o que no sabía hasta qué punto estaba molesto.

— Era tu fin o el mío — susurró acercándose un poco más mí —. Matas o mueres, punto.

Probablemente lo tenía a unos cinco centímetros de tocar mis labios y ya no había podido hacer nada para no aparte sus ojos de los míos. Una sensación embriagante se apoderó de mis fosas nasales y la idea tentadora de dejarlo dominar la situación llegó como un relámpago a mi mente, porque sabía que, a pesar del carácter de Jason, podía confiar plenamente en que nunca me haría nada.

Y luego Richard apareció en mi mente como si se tratara de una bofetada, su comportamiento distante había logrado captar mi atención y, como toda buena amiga con sentimientos encontrados, debía preguntarle qué sucedía. Instintivamente puse mis dos manos en su pecho para evitar que se siguiera acercando y ambos tuvimos un pequeño temblor.

— Tranquilo, Jay-Jay, es un entrenamiento, no es la vida real — intenté tranquilizarlo y, casi al momento, su rostro se descompuso.

— Volví a hacerlo, ¿No? — preguntó alejándose, haciendo que su cercanía dejara un vacío en mí — ¿Volví a perder las riendas?

Asentí apenada.

— Solamente quiero que no te pase nada, hámster — comentó negando con la cabeza mientras se jalaba en cabello frustrado —, quiero que te sepas defender por si no puedo llegar a tiempo. No siempre podré estar cuidando tus  espaldas.

— Parece que lo dices como si lo quisieras — murmuré dándome cuenta lo estúpida que había sonado. Volví a bajar la vista.

— Hámster — me llamó —. Mírame.

Subí la mirada sintiéndome pequeña, por lo general, mi carácter era pesado, uno fuerte, casi impenetrable, pero con Jason y sus actitudes protectoras y superiores, me hacía ceder por completo, me dejaba sin armas.

— No vuelvas a decir algo así — sentenció mirándome fijamente. Mi corazón se aceleró más —. El hecho de que vea las cosas con realismo, no significa que así quiera que sucedan. Si soy duro contigo en los entrenamientos, es porque quiero y sé que puedes hacerlo mejor que yo, sé que puedes ser fuerte y... Siento que si muestras debilidad, he fallado como tu amigo, como tu protector. 

Una punzada de dolor me atacó sin piedad. Sabía perfectamente que eso lo decía por Bruce.

Una vez que te fallan, harías lo imposible por no hacer lo mismo.

— Tú eres de los únicos que nunca me han fallado — susurro acercándome cautelosamente a él — y sé que nunca serías capaz de hacerlo.

Y lo abracé a sabiendas de que Jason no soportaba el contacto afectuoso. La sorpresa de ser correspondida casi al instante fue grata.

— Cuando salgas a la calle, prométeme que no me vas a dejar solo, Hámster.

Y antes de contestar, dos voces llamaron nuestra atención.

— ¿Seguro que ya no están? — Inmediatamente identifiqué a Kory y sentí una punzada de celos comerme viva.

Jason abrió los ojos y me miró. De un segundo a otro, ya estábamos escondidos en detrás de una pequeña puerta que conducía a las regaderas.

— Completamente seguro — afirmó y sentimos cómo entraban al lugar, bajaron las escaleras y entraron en la cabina — ¿Lo ves? Completamente vacío, cariño.

— Bueno, entonces... ¿Ya podrás enseñarme ese nuevo movimiento? — Por el tono de voz que utilizó, comprendí que aquello seguramente no iba a terminar en nada bueno y, a pesar de que sabía que no podía replicar nada ni sentirme traicionada, los celos y el sentimiento de tristeza me estaban quemando.

Intenté mirar qué sucedía cuando ya no escuché ruido alguno pero Jason me lo impidió.

— Hámster, detente ahora — susurró intentando tapar mi vista.

Fruncí el ceño claramente molesta.

Le mordí la mano y cuando mis ojos se toparon con ellos dos, entendí por qué Jay no quería que viera lo ue había en frente.

Se estaban comiendo a besos.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro