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Título: No.
Personaje : Damian Wayne.

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¡Ganamos! ¡Ganamos y les pateamos el trasero! — chilló Gar tomándome por los hombros y agitando todo mi cuerpo sin medida.

— ¡Gar! — advertí en cuanto me hizo parar de mi asiento en la nave para hacer un intento fallido de bailar conmigo. Todos nos vieron con una sonrisa en el rostro claramente igual de aliviados por librar la batalla, todos menos Robin.

— ¡Oh! ¡Vamos Sky! ¡Yo sé que quieres bailar con este bombón — alegre, me alargó su brazo para tomarle la mano y por si fuera poco, Kory le dió un empujón poniendo Wake Me Up Before You Go-Go, una canción algo vieja pero bastante buena.

— Está bien — cedí rodando los ojos y alcanzando sus dedos. Rápidamente, Gar me hizo girar sobre mí misma y solté un pequeño grito de emoción. Cuándo quedamos frente a frente, mi amigo verde se meneó al ritmo de la música y lo imité sin soltar nuestras manos.

— ¡Ganamos, nena! ¡Esta noche yo pago la pizza! — Gritó alzando los brazos al aire y todos los demás, exceptuando al de siempre, que permanecía con la mirada fija hacia el frente, dirigiendo mi nave, soltaron un grito de igual emoción.

Incluso observé a Raven sonreír.

— Me alegra haber completado exitosamente el combate de hoy — habló Kory mientras Gar y yo seguíamos girando y gritando como locos —. Nightwing estará muy emocionado de saber que conseguimos el artefacto.

— Yo me encargaré de cuidarlo — apoyó Raven moviendo la cabeza al ritmo de la canción.

Ignorandolas olímpicamente, Gar me sonrió.

— ¡De ahora en adelante serás mi pareja oficial de baile, Sky! Eres fuego en la pista.

Y mágicamente, como si las palabras de Gar hubieran  ofendido a la canción, la música se detuvo en seco.

— Todos vuelvan a sus lugares y comportense como el intento de héroes que son — gruñó Robin sin dirigirnos la mirada.

La mayoría de nosotros intercambio una mirada de confusión. Si bien Damian nunca participaba en nuestras pequeñas celebraciones por cada victoria, nunca nos las impedía. Sin decir más, le sonreí con vergüenza a Gar y regresé a mi lugar.

La tensión era palpable en el aire.


..

Cuando llegamos a la Torre, Gar de inmediato se bajó de la nave, se transformó en un pájaro y salió disparado a la ciudad en busca de nuestra pizza, Kory y Raven dijeron que tenían que arreglar unos asuntos con ese extraño tubo cilíndrico que nos había arrastrado a la misión reciente y Jaime se limitó a decir que tenía que hacer algo; Robin y yo fuimos los únicos que entraron como tal a nuestro hogar.

Caminamos en silencio, él dos o tres pasos por delante de mí y yo con toda clase de pensamientos acabando con lo poco cuerda que estaba con su presencia. Mi rostro estaba caliente, mi corazón palpitaba a una velocidad y fuerza impresionante, mis piernas flaqueaban y mi respiración quería fallar.

Cuánto odiaba estar enamorada de ese bastardo.

— Damian — le llamé mordiendo mi lengua cuando solté su nombre, ¿Qué carajo estaba pensando?

Él se paró en seco y se giró para verme, sin embargo, no pronunció palabra alguna y se cruzó de brazos.

No quería hacerlo enojarme más así que con todas las fuerzas de valentía que me quedaban, solté un suspiro.

<< Y ahora enfrentarás al jefe final; el amor da un miedo que te cagas>>     pensé de la manera más estúpida posible mientras observaba su máscara ligeramente deformada por su ceño fruncido. 

— ¿Qué tienes? — pregunté dejando que mi corazón se sincerara por un breve momento — Normalmente nos dejas celebrar siempre que ganamos... ¿Ocurrió algo? ¿Lo hicimos?

Él masculló una maldición, negando con la cabeza.

— Asuntos muy estúpidos. Tenemos cosas más importantes que hacer...

— El bien emocional del equipo es una parte fundamental para mantener todo en orden — recité a la perfección lo que una vez, mientras lloraba desolada en mi cuarto, me dijo —. ¿Qué sucede?

— No es nada — gruñó mirándome fijamente —. Déjame solo.

Sentí un pinchazo en el pecho y él simplemente siguió su camino, tal vez yendo hacia su habitación en la Torre. Suspiré y negué con la cabeza, si nunca podría hacer que cambiara su actitud conmigo, mucho menos podría saber si existe la mínima posiblidad de gustarle. 

Porque Damian me tenía en a la deriva, a veces gritándome en la cara: "¡Me gustas!" Y a veces alejándose de mí como si le causara náuseas.

Con la cabeza mirando fijamente al suelo, opté por ir a entrenar como una medida bastante tonta para alejarme un rato de todo.

Una vez frente a las simulaciones, mi mente pareció dirigir mi cuerpo sin ningún esfuerzo y con ayuda de mis alas de cristal, que desprendían cada cierto tiempo espadas hechas con mi propia energía, derribé a cada una de ellas, destruyéndolas sin piedad ni compasión y desquitandome por lo frustrada que estaba.

— Idiota, idiota, idiota — gruñía cada que desintegraba a una simulación con fuerza, casi imaginando el rostro de Damian —. ¡Yo solo quiero ayudar!

— ¿Ayudar a terminar por romper el quipo completo? — la voz juguetona de Gar me irrumpió por completo, haciendo que una de las simulaciones tuviera el tiempo suficiente para incrustarme una especie de arma por la espalda y todo se disolviera. Había perdido.

— ¡Gar! ¡Me mataron por tu culpa! — lo reprendí intentando no sonreír y fingir molestia, bajé haciendo desaparecer mis alas, mirando la pizza jumbo que cargaba en sus manos y elevé una ceja.

— Vaya, qué considerado, está vez sí me dejaste algo — cuando él hizo un puchero, reí — ¿Dónde están los demás?

— Star y Raven están hablando con Nightwing sobre nuestros siguientes movimientos para evitar un ataque en la torre, Jaime está esperándonos en la cocina y no hemos visto a Robin desde que llegamos, ¿Sabes dónde se escondió?

Mordí mi labio inferior y desvíe la vista solo un pequeño segundo para que mi amigo verde no hiciera preguntas.

— Creo que por esta noche solo seremos nosotros tres.

Él asintió, me entregó la pizza y se transformó en un caballo.

— Mi Lady, su carruaje camino al palacio de la comida la espera.

Negando con la cabeza me subí y comenzó a caminar despacio ya que el trayecto era algo corto. Durante el camino, ambos soltabamos carcajadas que cualquiera dentro de la torre podría escuchar y cuando llegamos, la sonrisa de Jaime nos reafirmó que nos había escuchado.

— ¡Vamos chicos, me estoy muriendo de hambre! — exclamó frotando sus manos mientras observaba con un brillo especial la pizza y Gar se lanzó a abrirla cuando yo fuí por platos y vasos.

— ¡Salud! — gritamos los tres a unisono chocando nuestros vasos con juego de manzana.

— Oh viejo, hace tanto que no comía pizza — chilló Gar en cuanto le incrustó la primera mordida a su rebana.

— Tres días es mucho tiempo para ti — respondí sarcástica y él asintió con mucho pesar.

Los dos ya iban por la mitad de la primera cuando yo me iba a disponer a morder la mía, sin embargo, una presencia en la cocina hizo que todos nos detuvieramos para ver a Robin parado de brazos cruzados.

— Tenemos que hablar... — pronunció mirándome fijamente y me obligué a tragar en seco, intentando que no se notara que él me causaba un manojo de nervios mucho mayor a comparación de enfrentarme con un ejército completo.

Y tras lanzarle una mirada de disculpas a los chicos, seguí a Damian por los pasillos de la torre hasta llegar a su habitación.

¿Qué hacíamos allí?

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