89

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Título: Máscara.
Personaje: Jason Todd.

~~~•••~~~•••~~~•••~~~•••~~~•••~~~•••~~~•••~~~

Mis tacones, como el único ruido disponible a kilómetros a la redonda, resonaba por las calles de Gotham sin cesar, a la par de mi movimiento de caderas bajo este estúpido ceñido y elegante vestido negro. Mi maquillaje, al igual que mi peinado y atuendo, están sumamente detallados, cuidando hasta el más mínimo detalle para crear la perfección absoluta.

Claro está, sin embargo, que como yo soy un desastre andante, la máscara tanto emocional y física tienen que esconder ese imperfecto, un minúsculo fallo que podría causar que la misión resultara fatal.

Antes de encender el intercomunicador que colgaba de mis pendientes plateados, moví un poco el antifaz que realzaba mis ojos verdes para que no se fuera a caer durante el baile, un carraspeo involuntario salió de mi garganta e inmediatamente llamé a Bárbara:

— ¿Ya revisaste el lugar? — Cuestioné, acelerando un poco el paso.

Querida, vas increíblemente tarde, qué elegante.

— Si hermanita, no necesito que me lo recuerdes con tu pésimo sarcasmo — rodé los ojos aunque no pudiera verme y sonreí —. Necesito una idea clara de lo que está sucediendo allí adentro, ¿Algo?

La mansión está llena, rodeada de guardias pero el ruido es demasiado como para que se escuche una conversación. Nuestro objetivo se encuentra en la segunda planta, rodeado de un pequeño grupo de cinco personas. Ah, por cierto, si la misión lo amerita, no puedes acostarte con él en la primera habitación que abran, hay muchas que están deshabitadas y el polvo está por todas partes, dejarían demasiada evidencia con todo lo que logren quitar.

— No soy tan tonta Barbs pero de todas formas te lo agradezco.

— Y otra cosa, Ray, Jason está allí.

Mierda.

Negué con la cabeza varias veces, intentando asustar la horrible sensación de ser pinchada que atacó mi pecho. No era tiempo para esas cosas.

Corte la comunicación sin pensarlo dos veces en cuanto mis ojos visualizaron la entrada de la mansión con poca iluminación, mis oídos captaron la música suave y sensual que había de fondo y mis pies empezaron a temblar ligeramente. Había llegado.

Pasé dentro sin muchos problemas, mezclando mi presencia entre todas las otras personas que portaban un antifaz con suma elegancia, algunas riendo por acá, otras negociando por allá y sin poder faltar los amantes que se frecuentaban en este tipo de eventos en las esquinas del salón, entre la oscuridad.

Robé varias miradas que contesté coquetamente con una sonrisa, como la persona por la que estaba intentando hacerme pasar lo haría. Llegué a la segunda planta y como Bárbara me lo dijo, me encontré con los intensos ojos de Robbie.

— ¡Oh! — solté un pequeño grito, chocando de bruces con él, quién probablemente estaba a punto de bajar las escaleras. Mi cuerpo se fue hacia atrás y me sostuvo por la cintura, ciñendo mis curvas con sus fuertes manos.

— Debería fijarse por dónde camina, señorita — comentó, sonriendo de lado mientras me colocaba de nuevo en mi eje de gravedad.

Bien, hora de la actuación.

— Lo siento, de verdad que no pensaba chocarme con alguien...

— ¿Tan guapo? — completó, fingiendo aires de grandeza por sobre su antifaz completamente negro y casual.

— No he sido yo quien lo ha dicho — sonreí, acercándome minusiodamente a él.

— Por cierto... ¿Qué hace una chica tan linda como usted por aquí, sola en el segundo piso? — cuestionó, tamborileando sus dedos sobre sus brazos cruzados, que hacían notar ligeramente sus músculos por debajo del traje.

Un segundo antes de responder, giré mi vista hacia un grupo de gente, probablemente de élite, que venía riendo elegantemente, fijando su vista en un hombre que era el centro de atención dentro del círculo. No logré visualizar más que un mechón de cabello blanco y supuse que era algún magnate en sus últimas andadas. Un viejo, para decirlo más fácil.

Por todas las palancas, me hubiera encantado que fuera un viejo el que estaba en el centro. El círculo se abrió y dejó a la vista a Jason Todd, acompañado de una rubia bastante cariñosa.

Definitivamente era él, lo reconocería en cualquier parte, a cualquier hora.
Cruzó primero una mirada conmigo y yo me sobresalté, él ni siquiera se inmutó y prefirió sonreírle a Robbie.

— Nos vemos después en tu despacho, Robertito, todavía tenemos muchos asuntos que tratar — elevó la copa y le guiñó un ojo antes de tomar un trago.

— Me encantaría seguir en contacto contigo, Todd. Será todo un placer, disfruta el resto de la noche — asintiendo, sonrió.

— Es lo que estoy haciendo — exclamó divertido antes de mirarme de reojo y robarle un beso de forma descarada a la muchacha que lo acompañaba.

"Hijodetodatuputamadretevoyareventarlospocoshuevosquetequedanydespuesselosvoyadardecomeralabativaca" pensé, intentando evitar que mi cara se deformara ante la escena.

Sí, ya no éramos novios, pero lo seguía amando.

El grupo de personas que lo rodeaba se cerró de nuevo y bajaron al baile, entre risas y comentarios inteligentes.

Después de carraspear tratando  de calmar mis pensamientos para regresar a mi papel, volví la vista hacia el castaño y pestañee.

— Antes de entrar vi un hermoso balcón en esta planta y como vengo sola, creí que sería bueno admirar la luna un rato...

Él sonrió lamiéndose los labios. Bien, admito que era sexy pero eso no le quita el maldito asesino que lleva dentro.

— Sé perfectamente dónde está, ¿Gusta que la acompañe?

Me ofreció el guante y, tras sonreírle con un cara de putona facilota, se lo acepté.

Al llegar al balcón, descubrí que era tan gran que solo la parte central estaba descubierta para la vista del público, lo demás estaba cubierto por un montón de enredaderas que caían hasta cubrir todo. Me solté de él y de inmediato corrí hasta llegar a la orilla del balcón para ver la luna, segundos después sentí su presencia aprisionar mi cuerpo, con cada una de sus manos a mis costados, me hizo voltear y su rostro quedó a centímetros del mío.

— Eres, sin duda, la mujer más hermosa con la que me he topado en la fiesta.

— El antifaz cubre la mayor parte de mí rostro, ¿Cómo estás tan seguro de eso? — le pregunté, tomándolo por la corbata para acercarlo a mí.

— Tu cuerpo me lo dice — susurró con la mirada cargada de lujuria, aferrando una de sus manos a mi espalda baja —, tu olor, tu cabello... Sobre todo tus ojos.

— No te quedas atrás — solté un suspiro, al sentir sus labios tocar mi cuello.

Tal vez debería dejar el espionaje de lado para hacerme actriz.

Cómo siguiente movimiento, Robbie me hizo sentarme sobre el balcón de mármol, posicionándose entre mis piernas que yo abrí sin ningún problema. Nos arrastramos hasta donde las enredaderas para que nadie nos viera y allí continuamos con un juego de toqueteos indebidos, yo fingiendo gemir con cada uno de sus roces y él sin darse cuenta de que no causaba nada en mí.

— Quítale las manos de encima, cabrón — gruñó alguien con la voz ronca, furiosa, que me erizó la piel por completo. Robbie, confundido, intentó darse la vuelta pero fue demasiado tarde, porque cayó inconsciente al suelo apenas pestañeo.

— ¿No se supone que tenías una rubia para manosear allá abajo? — Gruñí  arreglándome desvergonzada la ropa y el cabello. Sin esperarlo, Jason me agarró por las dos manos y me levantó en el aire, dejando mis pies a centímetros del suelo — ¡Ey! ¡Bájame!

— ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Por qué estás con este asesino? — Molesto, su antifaz se deformó un poco, dándome a entender que tenía el ceño fruncido. Me miró una y otra vez de arriba abajo, asegurándose de que llegó a tiempo y que todo estuviera en orden.

— Vengo a hacer lo mismo que tú — contesté obvia, rondando los ojos —. Dejá de mirarme, idiota.

Le lancé una patada que fue a dar directo a sus costillas pero apenas y se movió.

— Sigues estando igual de debilucha, ¿Así pensabas que ibas a sobrevivir a un ataque de este asqueroso ninfómano? — lo miró con desprecio —. Él mata a sus parejas después de cogerselas como si no hubiera un mañana, ¿Crees que lo iba a dejar hacerte eso?

— ¿El matarte o lo otro? — me acerqué a él, molesta.

Él pareció reaccionar ante sus palabras y abrió ligeramente los ojos.

— ¡Ambas! — chilló, soltandome — ¿Qué es lo que querías conseguir?

Solté un suspiro y masajee mis muñecas, no me había lastimado, sin embargo, era la primera vez que sentía su piel de nuevo, si tacto... Lástima que sea en esta situación.

— Estoy en medio de una misión importante — murmuré, quitandome el antifaz para verlo mejor —. Tenía todo eso en cuenta, Jason, no soy tan estúpida como crees.

Él se cruzó de brazos.

— ¿Y por eso vas a y le abres tus piernas? ¿Cuántas veces has hecho eso con otros criminales?

Sentí un pinchazo en el pecho y salté sobre él sin pensarlo, furiosa. Ambos caímos al suelo, yo a horcajadas de él. Le lancé mi puño derecho y lo detuvo a centímetros de su rostro.

— ¿Piensas que soy una puta? ¡Demonios, Todd! ¡Es la primera vez que lo hago! No voy campante sentandome en todo hombre que esté involucrado en un crímen. Es una misión, era algo necesario y lo pensé mucho antes de hacerlo.

— Bueno, la tiene chiquita — gruñó, cruzándose de brazos.

— No me interesa mucho, ni siquiera sentí nada, mucho menos iba a sentir eso — respondí imitando su acción y él no logró reprimir una risa.

— De todas formas no iba a permitir que te tocara ese asqueroso sin consideración — murmuró, desviando la vista.

— Claro, y yo sí tengo que tragarme la bilis cada que vea a la rubia comerte la boca.

— ¿Celosa? — movió las cejas de arriba abajo, sonriendo y recapacitando en la pose en la que estábamos.

— Cállate.

Me iba a levantar para irme, parar tirar por la borda el encuentro algo agitado que habíamos tenido, lamentablemente, me negó eso y en cambio me volvió a tomar por las muñecas, ingeniando una forma fácil para cambiar pocisiones.

— Ray... Te extraño.

— Eso hubieras pensado antes de arruinar las cosas — contesté cortante, intentando ahuyentar los latidos de mi corazón, que claramente estaban traicionando lo que mi mente pensaba.

— Dije que te protegería sin importar nada y eso hice — exclamó seguro —. Lo sigo haciendo.

— ¿Todavía me quieres? — le pregunté, mirándolo fijamente a los ojos.

— Nunca dejé de hacerlo. 

Nuestra respiración se aceleró con velocidad a medida que la distancia entre nosotros se acortaba, mi pecho se pegó con la el suyo y Jason me acarició la mejilla antes de juntar nuestros labios, sin prisa alguna. Lo jalé del traje para sentirlo más cerca y él se acomodó entre el espacio que impuso entre mis piernas, delicadamente, agarró una y la acarició.

— Te amo, idiota — susurré, cuando nos separamos con algo de dificultad.

— Yo también me amo — contestó y le di un golpe.

— Ya, ya. Yo también te amo Ray, más que a mí mismo, más que a mi vida. Te amo como nunca amaré a nadie.

Pensé que me volvería a abrazar, en cambio, me rodeó con brazos y me abrazó como un niño pequeño, escondiendo su rostro en mi cuello.

~~•••~~•••~~

Oh sí babys, espero que no les moleste que está wea esté casi igual de larga que la riatota de los Robins 🌚
Y  también espero que les gustara el Os 💕

Hace tiempo publiqué algo sobre si querían que hiciera otro Fic de Jason Todd y todas digeron que sí 7u7. Después de tener una semana súper ocupada, estresante y que casi me convierte en anorexia con problemas de debilidad, pude  volver a la tranquilidad y el tiempo que me faltaba para inspirarme en la historia.

El nombre está bien cliché pero la historia valdrá la pena;)

"El club de los renegados"

Para iniciar, busquen una canción de Panic! At The disco que se llama Liying is The most fun a girl can have without taking ver clothes off.

La encuentran más fácil si solo ponen lo primero :v

Es canción es parte de todo el soundtrack de la historia, una en la que pondré todo el corazón 💕.

Espero que les guste la canción y si la escuchan, me gustaría saber si la pista principal de la historia ya les dió alguna idea de qué tratará este fic <3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro