91

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Título: Mentiras
Personaje: Jason

~~~•••~~~•••~~~•••~~~•••~~~•••~~~•••~~~•••~~~

En cuanto mi temblorosa voz pronunció su nombre, Conner apareció detrás de mí y me lanzó una patada en la espada, invirtiendo los papeles y ahora lanzando mi cuerpo contra la pared de ladrillos. Solté un grito furioso, teniendo apenas la fuerza suficiente para voltearme a verlos.

— ¿Qué está sucediendo aquí? — susurré bajo la mirada preocupada de mi ex novia ex muerta y la de Conner — ¿Qué estás haciendo con él?

De forma acusatoria, intenté destruir a Conner con la mirada.

— ¿Se lo explicas tú o yo? — murmuró ella desviando la mirada.

— Yo solo estaba cumpliendo la misión, _____, creo que te corresponde a ti decirle las cosas — el azabache colocó una mano en su hombro y apreté la quijada —. Te espero en el auto.

Ella asintió con pesadez y Superboy desapareció de mi campo de visión en un abrir y cerrar de ojos. Con dificultad, logré sentarme en el suelo escuchando cómo mis huesos chillaban de dolor, probablemente indicándome que Conner me había roto más de alguno.

— Se supone que estabas muerta — gruñí — así que dime, ¿Cuándo te revivieron para estar con el pito chico de Conner?

La castaña rodó los ojos y apenas noté una pequeña curva hacia arriba en sus labios.

— Mira, Jay, para empezar... No estoy muerta...

— Oh, sí, gracias mi amor, no me había dado cuenta de eso — solté con desdén —. Dime cómo, cuándo... ¿Por qué nunca volviste conmigo?

Al verla con ojos de perrito abandonado, ella pareció aflojar las expresiones de su rostro.

— Era una misión y encubierta, solo Dick, Conner y yo sabíamos de ella. Fingir mi muerte era la primera parte de todo para poder dar con un grupo de villanos que quería acabar con Gotham City. Cuando la misión se cumplió, todos fueron citados para revelar que seguía con vida pero tú estabas tan destrozado que ni siquiera fuiste. No volví porque creí que era tarde y nadie te lo mencionó porque vieron que te estabas estabilizando.

Se mordió el labio y se quitó la capucha que cubría su rostro, probablemente porque gracias a las gotas de agua ya se había vuelto pesada.

— Te necesité muchísimo... — solté en un suspiro — y tú creíste que sería mejor esconderte de mí...

— Lo siento, Jay... Sé que ahora me od-

"Claro que no te odio, nunca lo haría. ____ te sigo amando más que el día que te perdí. Olvidemos todo, empecemos de cero, vive otra vida más conmigo" Me hubiera encantado decirle. Sin embargo, como siempre, la ira cegó mi mente, nubló por completo mi sentido común y perdí los estribos.

— ¡Claro que te odio! — grité, apretando los puños — ¡Eres una maldita egoísta que no se detuvo a pensar un puto instante en mis sentimientos! ¿¡No crees que nos ahorraríamos esta mierda si me hubiesen dicho de la misión!? — gracias a mi enojo, me levanté sin sentir el mínimo dolor —. Tal vez... Tal vez deberías largarte con Conner, parece que estuviste muy cómoda estos cinco putos años a su lado, ¿No es así?

Lo último me apretó el pecho y un nudo en la garganta aprisionó mis palabras, impidiendome soltar más idioteces.

Antes de ver a Conner entrar de nuevo en el callejón, solté un golpe seco en la pared y se partió, dejando un hoyo enorme allí.

— ¿Qué está pasando? — preguntó él, dejando ver en su voz una mezcla de confusión y molestia.

_____ me miró con los ojos llorosos y se limitó a negar con la cabeza.

— Vámonos, Conner, al final Jason resultó ser la mierda que me advertiste.

Y me quedé allí, estático, con la lluvia golpeándome el rostro. Me dejé caer al suelo y suspiré.

Como siempre, la había cagado.

.

.

.

Me encontraba en mi apartamento mirando fijamente una de las paredes, casi deseando que éstas me dieran las respuestas y valentía que necesitaba para lanzarme a brazos de _____, pedirle perdón arrodillado si hacía falta y odiarme a mí mismo más tiempo del que tenía haciéndolo por tratarla de aquella manera.

Solté un suspiro pesado y desordené mi cabello, frustrado. ¿Qué carajo había hecho? 

Estaba totalmente acostumbrado a una vida solitaria, ya me había hecho amigo de las noches solo, sin el cuerpo de la mujer que amaba con el corazón entero a mi lado y ahora sentía que no podía hacerlo más, sabía que estaba viva y eso me quemaba la piel a cada instante, matando a mi mente en solo pensar que ese agujero en mi cama y corazón, nunca tendría por qué haber estado vacío. 

Entonces, sepultado bajo el silencio agonizante del departamento, tocaron la puerta.

— ¡Quien quiera que seas, puedes irte a la mierda por donde llegaste! — grité sin pudor alguno, desinteresado en mi entorno.

— ¡Jason! ¡Abre la puerta de inmediato! — la  melodiosa voz de Grayson, nótese el sarcasmo, llegó a mis oídos y solté un gruñido.

— Lárgate a cogerle el culo a otra persona — bramé, harto.

— ¡Esto es serio, hermano!

— ¡Tratándose de tus nalgas nada es serio! — fastidiado, desde la sala le lancé un cojín a la puerta que Grayson no paraba de tocar. Ignoré por completo el vuelco que causó en mi pecho al llamarme hermano.

— ¿Qué pasa sin son las nalgas de _____? — al final de aquello soltó una pequeña risa y completamente indignado y dispuesto a soltarle un buen golpe que lo dejaría sin pequeños Dicksitos corriendo por ahí en un futuro, salté fuera de mi depresión y abrí la puerta.

— Mira pendejo, es la última vez que vuelves a nombrar sus nalgas sagradas o te...

Rápidamente me callé al verla a ella asestándole un enorme puñetazo en la mejilla a Richard. Éste chilló como niña y se cubrió el rostro.

— No de lo que vivo, _____.

Ella rodó los ojos y me miró directamente. Su nariz estaba ligeramente roja por el frío que la lluvia estaba causando a fuera, sus brazos se mantenían rodeando sus costados para mantener con algo de calor a su cuerpo y sin embargo... Podía sentir sus ojos esmeralda abrasar con mi alma, robar mi aliento.

— ¿Qué estás haciendo aquí? — pregunté en un tono más grosero del que pretendía y de inmediato me mordí la lengua.

— Sé que me odias — suspiró —, sé que no quieres ni siquiera verme, sé que soy una estúpida por venir a tus pies después de todas las idioteces que me dijiste pero, Jay, no puedo dormir desde ese día. Me parece imposible descansar sabiendo que te lastime y no se aclaró n-

— Cállate y ven acá, tonta — susurré notando de un segundo a otro las pequeñas ojeras que se empezaban a esparcir debajo de sus párpados. La jalé y atraje su cuerpo hacia mí para envolverla en un abrazo.

Dudosa, ella acomodó sus brazos sobre mi cintura y escondió su nariz en mi pecho, mientras yo tenía una mano en su espalda baja y la otra en su cabello, acariciándolo con algo de necesidad.

— Lamento haber sido un idiota como siempre — susurré enterrando mi nariz en su cabello, anhelando el olor de ese dulce ángel —. Estaba alterado, en completo shock al saber que estabas viva y no habías ido por mí. Nada lo dije en serio, ______. Eres la única persona en el mundo que puede sacarme una sonrisa y lo sabes... Es horrible saber que cause que lloraras, no podría soportarlo una vez más.

— Mucha cursilería, ¿No crees? — se burló mirándome a los ojos, ignorando por completo la cara de asco que Dick nos ponía.

Solté un suspiro y asentí. Agarré sus dos manos y las coloqué sobre mi pecho, justo delante de mis latidos desembocados.

— Mi alma y mi corazón te pertenecen hasta el día en el que las estrellas del cielo dejen de brillar. Toma mi cariño, mi cuerpo, mi mente y todo lo que puedas de mí y has lo que se te apetezca con ello, seré tu esclavo, tu amante, tu amigo, lo que desees. Te pertenezco y tú a mí. Nadie podrá cambiar eso.

Y después de tantos años sin probar sus labios, me incliné hacia ella y le robé un pequeño beso.

Ella estaba sin palabras, mirándome fijamente. Acaricié su mejilla con mi dedo pulgar y sonreí.

— Por cierto, te toca lavar los platos.

Soltó una carcajada y de nuevo, por fin, me sentí completo.

Me sentí en casa.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro