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Título: Compromisos
Personaje: Damian Wayne

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- La boda se llevará acabo en tres semanas, con la reunión aquí mismo y la fiesta en la mansión Wayne - anunció una mujer de cabello dorado mientras movía con elegancia la copa de vino que sostenía entre sus delegados y finos dedos blancos. Sus ojos azules iban de aquí para allá con discreción por toda la mesa del restaurant más caro de Gotham City en un piso 20 del edificio de la industria Blake, calculando las reacciones que Bruce Wayne, su hijo y su propia hija tenían al respecto y al final, sonrió al ver los rostros inexpresivos de todos -. Claro, si es que le parece lo más adecuado, Señor Wayne.

- Si nos van a casar por la fuerza, al menos deberías fingir tenerle confianza a mi padre y llamarlo por su nombre - gruñó Damian Wayne, un imponente muchacho de veinte años con un cuerpo capaz de hacer pecar a una monja y unos ojos jade tan fríos que hacían a los demonios querer regresar al infierno.

- Damian... - advirtió su progenitor por pura educación; estaba completamente de acuerdo con su hijo.

- Por imposible que parezca, estoy de acuerdo con su hijo, Bruce - Kate habló por primera vez en toda la velada, enrollando un mechón de cabello castaño entre sus dedos algo nerviosa -. Si mi madre me quiere casar con alguien a quien no le tiene ni la más mínima pizca de aprecio, al menos debería ser lo suficientemente hipócrita para llamar al padre por su nombre de pila.

Silencio.

- Damian, ¿Podrías llevar a tu prometida a tomar un poco de aire? - murmuró su madre, tragándose las ganas que tenía de regañar a su hija, encerrarla en un cuarto por semanas y quitarle todos los privilegios que tenía hasta el momento por interrumpir en aquello.

Antes de poder protestar, la mirada de su padre lo hizo asentir de mala gana, pararse de la mesa y extenderle cordialmente el guante a Kate. Ambos fueron caminando incómodos hacia los miradores del restaurant, lugar que se encontraba apartado de todo lo demás. Cuando llegaron, la castaña automáticamente se soltó de él al no poder soportar el ardor de deseo que sentía al estar cerca de su cuerpo, no podía con la idea de que a pesar de que lo odiaba a morir, sentía una irremediable atracción por él, su forma de pensar y su despampanante físico.

Una vez apoyada de el balcón, respiró el aire frío de la ciudad y cerró los ojos. Pero su calma fue interrumpida cuando sintió el saco del primogénito Wayne caer sobre sus hombros con la pequeña excusa de que hacía frío.

- Me agradó lo que dijiste allá - murmuró él, recargandose de espaldas y cruzado de brazos -. Lástima que ella te matará por ello.

- Al menos quería un poco de sinceridad en esta porquería - susurró sin mirarlo.

- ¿No estás emocionada por casarte por un Playboy, filántropo, millonario? - cuestionó con algo de burla.

- O sí, me encanta la idea de vivir un matrimonio arreglado por dinero - con un golpe de sarcasmo, logró arrancarle una pequeña risa a Damian. Ella lo volteó a ver impresionada -. ¿Sabes reírte?

- Ese es el problema de los humanos - sonrió -, no se dan la oportunidad de conocer nuevos horizontes solamente porque está fuera de su confort. No conoces nada sobre mí, Kate.

- Creí saber lo necesario. Sarcástico, irónico, cara de que huele a culo 24/7, caballeroso pero nada sutil y alérgico al contacto físico, más si es mío - exclamó con molestia, mirándolo fijamente con las cejas fruncidas.

Damian permaneció callado, sosteniendo a la perfección el fallido intento de mirada dura que Kate intentaba darle.

- Teniendo el tiempo contado para quejarte de tu nuevo marido no has tenido tiempo para reparar en tu actitud de mierda contra nosotros, ¿Verdad Katie? - habló después de un rato, despojándose con brusquedad de su posición en el barandal para inmovilizarla con sus manos pero sin llegar a hacerle daño -. ¿Crees que esto es una linda fiesta de té para mí? Tal vez sea un cabrón con todos pero al menos creía que si llegaba a casarme sería por decisión propia. Tal vez, si pensaras en alguien que no fueras tú, te darías cuenta que no eres la única lastimada en esto.

Kate se quedó hecha piedra, temblando como un chihuahua ante el repentino cambio de actitud tan violento de Damian.

- ¿L-Lastimado? - se atrevió a cuestionar.

- Me sorprende que no lo notes cuando parece que conoces mi peor lado... - se rió de forma amarga y la soltó -. Las mujeres pueden ser más ciegas que un hombre cuando se lo proponen.

- ¿A qué te refieres?

- Si realmente no me importaras, le habría dicho a Bruce que dejara de lado la estúpida propuesta que tu madre hizo.

- ¿Importarte? - preguntó sorprendida, con un ligero temblor en su voz a causa de su corazón intentando brincar fuera de su pecho.

- ¿No sabes hacer más que preguntas?

Ella desvío la mirada, sonrojada.

- Bueno - suspiró -, el asunto se resume a que junto a ti me dan menos ganas de odiar el mundo pero tú pareces aborrecerlo junto a mí. Si lo deseas, le diré a papá que el matrimonio no es necesario.

- Entonces eso significa que tú realmente no estabas tan disgustado con nuestra unión. - murmuró sorprendida, fijando una mirada algo acusatoria en los ojos de Damian - ¿No es así?

- Creí que tú tampoco - exclamó encogiéndose de hombros - y una de las cosas que más odio es equivocarme.

- Mi madre se opondrá a romper el trato - dijo a trompicones, sin hacerse a la idea de poder estar libre de todo aquel desastroso embrollo. Sí, una parte de ella deseaba fervientemente el librarse de las cadenas que supondrían ese matrimonio, en cambio, otra le gritaba que no soportaría estar lejos de ese hombre ni nadie más lograría hacerla pasar tormentas emocionales tan fuertes como él lo hacía. Tal vez si lo llenaba de excusas falsas, terminaría por creerlas también.

- Ambos sabemos que la opinión de tu madre no te importa - se acercó a ella sin romper su pequeño juego de miradas y la tomó por el mentón para levantarle la cara ligeramente. Ella quedó sin aliento-. ¿Tú quieres casarte?

- No lo sé...

Él pareció dispararle con una sonrisa y ella murió de una forma tan bonita que no supo si seguía de pie frente a él o había subido al paraíso.

- Entonces eso es un sí - afirmó -. Quieres negarte, pero lo deseas.

- Nada nos asegura que esto no terminará en un desastre - advirtió intentando controlar sus piernas temblorosas.

- ¿Qué es la vida sin riesgos?

- Damian, ¿Me quieres? - la duda seguía allí, picandole las costillas. Tenía que escucharlo, quería escucharlo.

- Más de lo quisiera.

Se inclinó un poco, apenas lo suficiente para rozar sus labios, y la apretó contra él, posicionando sus manos con firmeza sobre su cadera. Esperó un segundo solo para oírla chillar u oponerse a él pero cuando simplemente escuchó la respiración agitada de Kate a la espera de sus labios, la besó.

•••

*Espera la llegada de los putazos*

¡Holi, holi!
Omg, no me vayan a golpear tan duro por tardar tanto en publicar ;-;
La inspiración no llegaba para este apartado y preferí escribir otras cosas XD

¡Pero obvio ya vengo renovaba y con muchos especiales por delante!

Tenemos un invitado especial y un par de Os atrás di una pequeña pista de quién sería, ¿Alguien sabe de quién se trata?

Cambiando de tema, ¿Qué tal están yendo sus vacaciones?
Las mías solo duraron tres semanas y el lunes ya entro a la preparatoria ;-; estoy súper nerviosaaaa
¿Algún consejo de supervivencia que puedan darme? XD

Las estoy leyendo 💓💓

XPanX fuera.

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