Capítulo 12: Un Compromiso.

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Jueves 11:20 AM
Roxana y Carolina

Roxana abría la puerta y una mujer de la tercera edad, algo enojada, la miraba y veía a Carolina de la misma forma.

—Señora Luz. –Dijo Roxana algo incómoda sonriéndole falsamente.

—Usted me tiene hasta aquí. –Dijo enojada y casi gritando, poniendo su mano en su frente, mostrando en su rostro su enojo. —Me debes el alquiler, un servicio atrasado, de paso trae esa mujer a mi casa. –Se expresaba molesta señalando a Carolina con su brazo extendido.

Carolina solo la ignoraba mientras veía la televisión, esa mujer continuaba hablando enojada ante la mirada indiferente de Roxana.

—Sabes bien que se cobra extra por las visitas, y necesito ese dinero ya, ya, ya. –Repitió enojada golpeando su dedo índice sobre la palma de su mano derecha. —Me importa una mierda si no lo tienes o donde lo consiga. –Su voz sonaba molesta y arrogante, levantando sus hombros, con una mirada indiferente.

—Mi amor ¿Me podrías pasar la billetera? –Le preguntó con cariño viendo a su amiga.

Carolina se levantaba del sofá caminando al cuarto de Roxana, al regresar le pasaba la billetera a Roxana que la recibía con una sonrisa, cuando abría el cierre los billetes salían, empezaba a contar el dinero antes la mirada de aquella mujer y de Carolina que se veía sorprendían.

Al terminar de contar el dinero, ella se lo entregaba dejándolo en la palma de esa mujer y le dedicaba una sonrisa algo engreída.

—Ni un peso más ni un peso menos. –Dijo sería Roxana mientras guardaba el resto en la billetera.

Aquella mujer contaba cada billete y la deuda estaba completa, levantando su mirada.

—¿De dónde lo sacaste? –Le preguntó con seriedad con los billetes en su mano.

—Que yo recuerde, a usted eso no le importaba. –Le respondió con frialdad. —Le entregaré el apartamento en estos días, en lo que busco un nuevo lugar donde vivir. –Se escondía detrás de la puerta cerrándola un poco. —Tenga un buen día. –Le dijo a secas sonriéndole cerrando la puerta.

—¡Woo! –Dijo sorprendida Carolina acercándose al sofá. —Lo de cambiar de casa sí que lo decías en serio. –Le sonrió mientras tomaba asiento.


—Claro que sí. –Le respondió con seriedad. —Igual esa señora me cae mal. –Susurró. —Ahora únicamente quiero terminar de desayunar. –Cerró sus ojos mostrando algo de estrés en su rostro.

Roxana volvió a tomar asiento en el sofá tomando su plato y dándole una cuchara a sus huevos revueltos a levantar la cuchara acercándola a su boca, su celular empezaba a sonar, soltando un suspiro enojada, bajaba la cuchara tomando su celular y respondía.

—¿QUÉ? –Gritó algo molesta.

—Emm. –Hizo una breve pausa. —¿Hola? –Preguntó Timoteo algo confundido.

—Ay Timoteo, qué pena contigo. –Se sonrojaba mientras veía a su amiga. —No he empezado bien el día y ya tengo mal humor. –Se disculpó con vergüenza.

—Claro, está bien, estoy afuera de tu casa. –Dijo serio y algo tímido por aquel grito del inicio. —Hoy debemos subir nuevo conte...

—Ah sí, sí. –Repitió nerviosa interrumpiéndolo. —Ya bajo, no demoró. –Terminando así la llamada.

Roxana le sonreía nerviosa a su amiga mientras tomaba el plato.

—Trabajo. –Se excusó sonriéndole, levantando sus hombros.

—Claro.

Viendo la televisión Roxana desayunaba rápido, se escuchaba como la cuchara golpeaba el plato al comer, en un par de segundo ella dejaba el plato sobre la mesa completamente vacío.

—Recuerda buscar la nueva casa. –Se levantaba limpiando sus labios mientras la veía. —Vuelvo antes del anochecer, estuvo rico, gracias. –Se despedía apresurada dándole un beso en la mejilla. —Te quiero corazón.

Carolina sonreía con aquel cálido beso mientras veía como ella se iba para su cuarto, volviéndola a ver al pasar frente el televisor llevando una bolsa negra en sus manos llegando a la puerta.

—Roxana. –Dijo tímida llamando su atención

Ella miraba hacia atrás y sonreía.

—¿Dime? –Preguntó con curiosidad.

—Cuídate mucho. –Dijo apenada viéndola sonrojada.

—Siempre lo hago, tu igual cuando salgas. –Le sonrió despidiéndose con su mano.

Roxana salía a paso ligero de su casa bajando por las escaleras casi corriendo, al salir de la casa la dueña la veía salir y como se saludaba con Timoteo, que estaba vestido muy elegante de negro con una bufanda del mismo color, ambos se tomaba las manos saludándose con una sonrisa, este muy caballeroso le abría la puerta, ella solo sonreía y se subía a su auto, mientras Timoteo caminaba hacia el otro lado de la camioneta, la dueña comenzaba a murmurar con otra mujer de lo que estaba viendo.

Timoteo se subía al auto y se acomodaba poniéndose el cinturón.

—¿Lograste resolver el problema con la policía? –Preguntó curiosa mientras lo veía.

—Si ya pagué la multa. –Giraba la llave encendiendo el auto. —Debo estar agradecido con aquel detective, pudieron quitarme la licencia. –Dijo algo preocupado mientras ponía en marcha el auto.

—Ya he trabajado tres días seguidos, ¿Me darás un descanso? –Preguntó con seriedad sonriendo para no sonar tan mal con aquella pregunta.

Timoteo sonreía nervioso con la mirada en el camino.

—Lo siento. –Se reía. —Es que le estás dando buenos recursos a la compañía, pero si quieres mañana te tomas un descanso. –La miraba y le sonreía. —De todas formas, tú eliges cuándo descansar y los domingos descansamos. –Dijo con amabilidad, viéndola con una sonrisa, poniendo de nuevo su mirada en el camino.

—No sé si alegrarme por eso. –Dijo seria mirando por la ventana del auto.

—Los usuarios aman tu contenido. –Dijo con amabilidad continuando con el viaje.

—Muchos de esos "usuarios" –Hizo una breve pausa moviendo sus dedos haciendo aquellas comillas. —Podrían ser menores de edad. –Se sonrojaba soltando un suspiro. —Me hace sentir algo extraño, con mucho remordimiento, los niños tienen algo valioso y es su inocencia ante al mundo. –Se expresaba con cariño mientras sonreía y jugaba con sus manos.

—Tranquila, nuestra página es de paga, solo una persona con tarjeta de crédito puede consumir nuestro contenido y gratuito es meramente tentador. –Le respondió con tranquilidad mientras manejaba. —Tenemos un sistema de seguridad que evita que puedan descargar nuestros vídeos o se haga público en otras páginas. –Tomaba una curva girando el volante hacia la izquierda. —Así que tranquila, igual en la adolescencia, tienes las hormonas hasta el cielo y solamente piensa en sexo, porno y chicas. –La miraba con una sonrisa tímida.

Ella lo miraba algo extrañada y confundida, su adolescencia había sido muy distinta, alejado de todo eso, intentando superar varias cosas en tan poco tiempo de vida.

—¿Por qué me miras así? –Preguntó nervioso mientras movía la palanca de cambio.

—¿Qué edad tenías cuando viste porno por primera vez? –Le preguntó con curiosidad fijando su mirada en él.

—Ammm. –Balbuceó. —Tenía doce años. –Miraba hacia arriba tratando de recordar. —Fue en el colegio con unos amigos, siempre hay un amigo que tenía el celular lleno de pornografía. –Respondió en un tono burlón y sutil mientras manejaba.

—No entiendo por qué usted se reúne para ver cómo se cogen a una chica, ¿No es algo gay? –Lo miraba con una sonrisa. —Unos dos o tres amigos reunidos, solos viendo porno y luego se masturban de a turno en el baño. –Dijo seria y con firmeza.

—Aaah. –Balbuceó sonrojándose. —Son cosas de hombres, no lo entenderías. –Dijo serio y nervioso mientras manejaba. —Además, usted las mujeres se reúne para hablar de chico y leer libros eróticos, fantaseando con personajes ficticios y perfectos y sobre todo tóxicos, como si todos los hombres fueran así. –Le respondió en tono burlón y juguetón.

Roxana abría su boca, poniendo su mano en el pecho, haciéndose la ofendida en forma de broma, apartando su mirada y moviendo su cabello.

—Yo no hacía eso. –Le respondió con firmeza, evitando verlo.

—Ah, pero has hablado de actores guapos, siempre dicen. –Hizo una breve pausa. —Ojalá me follará. –Imito una voz femenina en un tono burlón. —Es lo mismo que los hombres con el porno. –Levantó sus hombros mientras manejaba con calma.

—Aaah. –Balbuceó girando rápido para verlo y poder responder. —Pero usted son unos cochinos mínimo disimulen sus ganas. –Dijo con seriedad mientras se hacía la digna mirándolo con seriedad. —Siempre quieren sexo, solo piensan en sexo, hacen cosas para conseguir sexo. –Dijo un poco molesta, sonriendo nerviosa.

—Cada quien. –Le respondió mientras se reía. —Mejor dime ¿Qué llevas en esa bolsa? –Preguntó con curiosidad mientras manejaba.

Ella se sonrojaba tocando la bolsa haciendo que suene.

—Es para el vídeo de hoy. –Le respondió apenada, viéndolo.

Timoteo únicamente sonreía mientras continuaba manejando mientras pensaba cómo seguir la conversación.

—¿Cuéntame sobre tu amistad con Carolina? –Le preguntó con amabilidad frenando en un semáforo.

—Claro. –Respondía algo sorprendida.

El presente.

—De a poco lo iba conociendo, no le tenía mucha confianza. –Dijo emocionada cruzando sus piernas. —Aún me faltaba mucho por conocer de ese hombre y entre más lo conoces alguien más sabes cuánto debes confiar de una persona. –Se expresaba con seriedad perdiendo su mirada.

El pasado.

Timoteo y Roxana llegaban al trabajo, al llegar a la recepción estaban los dos detectives que se levantaban al verlos.

—Señor Timoteo. –Dijo aquel detective de barba. —¿Podemos hablar con usted? –Preguntó serio.

—Claro. –Respondió con tranquilidad tratando de ocultar sus nervios. —Roxana espérame en la sala de descanso. –Dijo con amabilidad retirándose con los detectives.

—Está bien, te espero. –Respondió algo preocupada viendo a los tres hombres.

Mientras los detectives se alejaban con Timoteo, ella entraba al edificio y se acercaba a la sala de descanso que estaba vacía, tomaba asiento y miraba su celular, no tenía datos para conectarse, aburrida ya que en la televisión estaba pasando las noticias sobre la economía del país, comenzaba caminar por salón y encontraba una placa de plata, que decía, "La contraseña es, eresnuestraperra." Roxana sonreía ante aquella contraseña, comenzaba a probarla con cada una de las redes que estaba cerca y se conectaba a una de ella.

Volvía a tomar asiento mientras perdía su tiempo revisando sus redes sociales, por el lugar pasaba Thiago que seguía de largo y retrocedía al verla, entraba a la sala con sigilo.

—¿Por qué estás tan solita? –Le preguntó con algo de cariño viéndola.

Roxana levantaba su mirada del celular y sonreía.

—Hola Thiago. –Le respondió amable, sonriéndole. —Espero a Timoteo. –Le respondió sin mucho interés.

Thiago se acercaba y se sentaba a su lado mientras la miraba.

—¿Te has sentido bien trabajando? –Le preguntó con amabilidad.

—Sí, sí. –Respondió algo tímida. —Me voy acostumbrando a esto. –Movía sus manos al expresarse.

—Me alegra mucho eso. –Sonreía perdiendo su mirada.

Se hacía un corto silencio entre ambos, algo incómodo.

—Quería saber. –Hizo una breve pausa. —Quería saber Roxana sí. –Soltaba un suspiro. —¿Quería salir conmigo en una cita? –Preguntó con tranquilidad, levantando sus cejas, viéndola fijamente a los ojos.

—Mañana no trabajaré, así que estoy libre, si quieres mañana. –Le respondió sin mucho interés sonriendo.

—Me parece bien, quiero conocerte mucho mejor. –Dijo él con cariño y con amabilidad, viéndola a los ojos.

Ella se sonrojaba, sonriendo, agachaba su mirada.

—¿Por qué tanto interés en mí? –Le preguntó con seriedad viéndolo.

—¿No recuerdas nada de la fiesta? –Le preguntó con curiosidad mientras se acomodaba en la silla.

—No, solo recuerdo que me desperté en tu casa, no recuerdo más. –Le respondió algo confundida, acomodando su cabello.

—Vale. –Se reía un poco. —Me interesas. –Respondió de forma indiferente juntando sus manos para frotarlas.

—¿De qué forma te llamó la atención? –Preguntó con la misma seriedad, sonrojándose.

—Eso lo vamos a saber en la cita. –Le respondió con algo de misterio en su voz.

Roxana se sonrojaba y perdía su mirada fijándose en la televisión donde pasaban las noticias.

—Debido a la alta tasa de feminicidios en la ciudad, una marcha de feministas está bloqueando las calles en manera de protesta. –Dijo serio el presentador. —Estamos en vivo con Jonathan, Jonathan.

—Es preocupante esto de los feminicidios. –Dijo Thiago con seriedad viendo la televisión. —Por eso te recogeré y te dejaré en casa. –La miraba con una sonrisa.

—Gracias. –Le respondió con sonrisa viendo la televisión.

Se veía al reportero mientras detrás de él pasaban varias mujeres marchando y cantando, "Estamos marchando por las mujeres asesinas para que no olviden sus nombres, el estado es indiferente con sus muertes porque es gobernado por hombres" mientras pasaba algunas mujeres la cámara mostraba la gran marcha de mujeres que caminaba por la avenida mientras algunos policías y cuerpo antidisturbios las acompañaba, mientras el reportero hablaba detenía una de las manifestantes, la cámara no la graba, pero se le escuchaba hablar.

—¿Su nombre? Por favor. –Preguntó el reportero.

—Carolina. –Respondió una voz femenina.

Roxana se cubría la cara y susurraba.

—Solo una cosa la mandé hacer hoy, por favor que lleve blusa, por favor que lleve blusa, por favor que lleve blusa. –Susurró mientras no miraba la televisión.

—¿Dijiste algo? –Preguntó Thiago al escucharla susurrar.

—No, nada. –Le respondió algo nerviosa viéndolo, soltando una sonrisa nerviosa.

La cámara enfoca a la mujer entrevistada, llevaba un pañuelo morado en su cuello y tenía los senos al descubierto tapados por dos cintas negras en forma de equis que le tapaban los pezones, mientras Roxana se veía avergonzada, Thiago levantaba su ceja mostrándose sorprendido por aquella chica.

—Ay Carolina, por favor. –Susurró al ver a su amiga cerrando los ojos, tapando su mirada con su mano, mostrando vergüenza en sus expresiones.

La entrevista continuaba hasta que era interrumpida por una explosión y a lo lejos se veía como salía humo y todos empezaban a correr, junto a ellos el camarógrafo y el reportero, solo veía el suelo, ya que iba corriendo.

Roxana levantaba su mirada mientras veía como la situación en aquel lugar se volvía violenta, al mismo tiempo Timoteo entraba a la sala viendo la tele.

—¿Qué ocurre? –Preguntó algo confundido al ver la cara de preocupación de Roxana.

—Una manifestación se acaba de salir de control. –Le respondió Thiago sin mucho interés.


Timoteo se le acercaba a Roxana tocando sutilmente su brazo, se le acercaba al oído.

—¿Pasa algo? –Preguntó en un susurró preocupado.

—Carolina está en esa protesta. –Susurro preocupada viendo la televisión.

—¿En dónde está ocurriendo la protesta? –Preguntó Timoteo con curiosidad.

—Están bastante lejos, cerca de la alcaldía. –Le respondió Thiago.

Los tres veían el reportaje, veían como llegaba una tanqueta antidisturbios y comenzaba a echarle agua que empujaba con fuerza a las mujeres manifestantes, sonaban explosiones y comenzaba a salir humo.

—Están lanzando gases lacrimógenos a las manifestantes. –Dijo el reportero agitado alejándose de aquella difícil situación.

Se veía como uno de gases caía cerca de ellos y empezaba a salir humo, solo se lograba escuchar como empezaba toser el reportero mientras corría del lugar, se escuchaba grito y más fuerte explosión, la señal en vivo era interrumpida por el presentador.

—Volveremos en vivo cuando la situación se normalice un poco, esperemos que Jonathan se encuentre bien. –Dijo el presentador con profesionalismo guardando la calma. —En otras not...

Roxana se cubría la boca con su mano y en su mirada reflejaba preocupación.

—Tranquila estará bien. –Dijo Timoteo con calma sonriéndole mientras la tomaba de los hombros.

Thiago no entendía muy bien que pasaba viéndolos a ambos.

—¿Te sientes bien? –Preguntó viéndola, levantando sutilmente su ceja.

—Si estaré bien. –Soltaba un suspiro. —Vamos, tenemos trabajo por hacer. –Dijo decidía y con seguridad viéndolo a ambos.

—Está bien. –Respondió Timoteo algo confundido.

Ambos se alejaban de Thiago, que se sentía confundido y algo derrotado, quizás estaba celoso por la confianza y cercanía que tenían ambos.

—Oye Roxana. –Dijo Thiago viéndola.

Aquello llamaba la atención de ambos que se giraron a verlo.

—¿Mañana a las siete? –Preguntó con una sonrisa.

—Sí, mañana a las siete. –Respondió con amabilidad.

Timoteo se sentía algo confundido con la respuesta de ambos, al final ambos salían y caminaban por el pasillo, rumbo al set de grabación.

—¿Mañana a las siete? –Preguntó con cierta prudencia en su voz.

—Me ha invitado a cenar. –Le respondió sin interés. —¿Por qué la pregunta? –Le preguntó con curiosidad.

—Amm. –Balbuceó. —Por nada solo es curiosidad. –Respondió algo indiferente mientras caminaban.

El presente

—Estaba celoso. –Se reía aquella mujer. —Pero en ese momento ni estaba enterada de que quería ellos dos. –Dijo con sinceridad y una sonrisa. —Ese día pasaron muchas cosas. –Cerraba sus ojos y movía sus manos de lado a lado. —¿Por qué los detectives querían hablar con Timoteo? –Se preguntó así misma levantando su mirada. —Lo de Carolina y el cómo se resolvería eso en casa, pero ese día después del vídeo, algo pasaría que me haría sentir culpable, pero, sobre todo. –Hizo una breve pausa. —Me haría desconfiar de todos en esa compañía, todos tenían algo muy malo en su interior y en sus intenciones. –Dijo con seriedad reflejando lo mismo en su mirada.

El pasado.

—Segura, ¿Qué quieres hacer esto? –Preguntó Timoteo con algo de preocupación mientras alistaba las cámaras.

—Sí. –Le respondió ella con seguridad. —Carolina ya había hecho eso antes, solo me preocupa que se haga daño, ya en casa le reclamaré. –Soltó una corta sonrisa. —Este es el último video de la semana. –Sonrió soltando un suspiro tratando de conseguir tranquilidad.

—Necesito un favor tuyo. –Dijo él con amabilidad mientras sostenía una cámara y la miraba detenidamente.

—Claro, ¿Dime? –Le respondió sin interés, conservando la amabilidad.

—El público te ama, necesito que crees una cuenta en Instagram y empieces a subir fotos sexys. –Dijo algo incómodo con esa última palabra, perdiendo su mirada mientras se sonrojaba.

—Claro, ¿Cómo lo hago? –Preguntó con inocencia algo confundida con la tecnología.

—Yo te ayudo, por favor préstame tu celular. –Extendió su mano.

Ella sin ningún problema desbloqueaba su celular para pasárselo.

—No sé si tu celular esté actualizado para aquella app, es algo viejo. –Dijo con respeto riéndose un poco mientras giraba el celular entre sus manos mientras lo veía.

—Oye no me ofendas, el celular lo tengo desde hace ya varios años. –Le respondió con algo sarcasmo en su voz.

—Veré si se puede, pero antes. –La miraba con seriedad. —¿Cómo quieres que te conozcan en el mundo del porno? ¿Cuál va a ser tu seudónimo? –Preguntó con seriedad.

—Ammm. –Balbuceó mientras ponía su dedo índice sobre sus labios, levantando su mirada mientras pensaba en un buen nombre. 

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