Capítulo 9: Un Nuevo Misterio.

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Miércoles, 11:50 am
Roxana y Thiago.

La luz del sol en la mañana pegaba a través de la cortina dándole en el rostro a Roxana que comenzaba abrir los ojos parpadeando lento, las sábanas eran blancas y cómodas, soltaba una sonrisa por lo cómoda que se sentía, abrazaba la sábana de inmediato abría los ojos de golpe, se levantaba y se agarraba la cabeza por la resaca, estaba en un cuarto que no conocía, era un cuarto enorme y bastante lujoso.

—¿Dónde estoy? –Se preguntó así misma tomándose la cabeza.

La perilla del cuarto se movía, asustándola un poco, la puerta se abría y entraba Thiago sin camisa, pero con un pantalón blanco, entraba empujando la puerta con su espalda y entre sus manos llevaba una bandeja.

—Buenos días. –Dijo con amabilidad mientras se acercaba.

—Espera, ¿Este es tu cuarto? –Preguntó molesta viéndolo de la misma forma.

—Sí. –Le respondió sin interés. —Te traje el desayuno. –Le sonrió acomodando la bandeja sobre ella.

—Muy amable de tu parte y todo, pero tú y yo. –Movía su mano señalando a ambos.

—Tú y yo ¿Qué? –Le preguntó con al de cinismos levantando su ceja.

—Ya sabes, no te hagas el estúpido. –Le respondió molesta, juntando sus cejas, demostrando enojo en su mirada.

—Ah, no. –Le respondió sin interés. —No es lo mismo si están ebrias. –Tomaba una fresa del plato y se la comía. —Te hice una rica ensalada frutas...

En el fondo se le escuchaba hablar a él sobre la ensalada, ella se le quedaba viendo sin saber cómo sentirse al respecto con esa respuesta, aún así la alojó en su cuarto y se ha tomado la molestia de traerle el desayuno en teoría no había hecho nada malo, al salir de sus pensamientos y le sonría.

—Y leche. –Dijo él con algo de doble sentido. —Leche condensada. –Le soltó una sonrisa.

—Ammm. –Balbuceo nerviosa. —Si, se ve delicioso, gracias. –Respondió con amabilidad.

—Es con gusto, entre compañeros de trabajo. –Se levantaba de la cama tomando una manzana que estaba en un recipiente sobre la mesa de noche.

Thiago se agachaba, mientras ella probaba una fresa se quedaba mirando las nalgas que tenía aquel apuesto hombre.

—Tu celular se descargó, anoche, lo puse a cargar. –Se ponía de pie viéndola. —No paraba de llamarte. –Dijo desinteresado mientras sostenía el celular entre sus manos.

Ella se limpiaba los labios y estiraba sus manos sonrojándose un poco.

—Me lo pasas por favor. –Se expresaba algo avergonzada, estirando su mano derecha hacía él.

—Claro. –Se le acercó y le pasaba el celular.

Ella lo tomaba y miraba que eran casi cincuenta llamadas perdidas de Carolina.

—Tienes internet que me regales. –Dijo algo tímida sonriendo al final de la oración.

—Deja te escribo la contraseña. –Extendía su mano.

Ella le pasaba el celular mientras él escribía rápido la contraseña con una mano, giraba el celular con la misma mano devolviéndoselo.

—Ten. –Le dijo sin interés mientras le daba un mordisco a la manzana.

—Gracias. –Le respondió con amabilidad.

Lo primero que hacía era buscar el chat de su amiga, le marcaba y se acomodaba el cabello detrás de su oreja, seguido de su celular en el mismo lugar.

Thiago se sentaba en la parte baja de la cama y encendía la televisión, pasando los canales, pasaba por las noticias y veía la imagen de alguien que conocía.

—Hola Carol. –Dijo algo preocupada y nerviosa, al fondo se le escuchaba a su amiga molesta hablando.

En el televisor se lograba ver a un reportero dando la noticia.

—Hoy, en la madrugada, fue hallado el cuerpo sin vida de la joven Johanna García.

Thiago levantaba las cejas al escuchar aquel nombre, podría ser solo casualidad, en el fondo se escuchaba como daba excusas Roxana a su amiga.

—La joven, de dieciséis años, salió de fiesta la noche pasada. –Dijo con seriedad el reportero que se acomodaba al lado de un hombre con barba. —Estamos con el investigador extrajeron a cargo de los últimos casos de feminicidio, Detective Alejandro. –Hizo una breve pausa. —¿Esto es obra de un asesino en serie? –Su pregunta era directa y con seriedad.

El detective respondía aquella llamada escuchando a Roxana detrás de él.

—Si yo también te quiero. –Dijo ella colgando la llamada. —¿Ese detective es alguien importante? –Pregunto curiosa dejando su celular sobre la cama.

Thiago se giraba viéndola y le sonreía.

—Es de otro país, la policía lo trajo para investigar el narcotráfico y los últimos feminicidios en el país. –Le respondió con amabilidad. —Pero eso no es lo que me importa, es el nombre de la chica. –Se expresaba con seriedad mientras se escuchaba la televisión de fondo.

—¿Qué tiene el nombre? –Preguntó preocupada mientras comía algo de fruta.

—Es la hermana de Anaís. –Le respondió serio, viéndola de la misma forma.

Ella se quedaba algo confundida y movía su mano derecha con sutileza, demostrando que no conocía aquella persona.

—¿Quién es Anaís? –Preguntó algo apenada, levantando su ceja derecha.

—Es la mejor actriz porno de la competencia, el problema es que nadie conoce a su familia, solo personas cercanas. –Le respondió serio cambiando el canal.

—¿Qué significa eso? –Preguntó algo nerviosa.

—Nos van a investigar. –Le respondió sin interés apagando el televisor.

Él se levantaba de su cama y estiraba sus brazos.

—Pero no hicimos nada. –Dijo tranquila sonriendo. —El que nada debe nada teme. –Se expresaba con tranquilidad.

—Aún así, cualquier rumor afecta a cualquier empresa, dependiendo de qué tan grande se haga la acusación. –Respondió con frialdad acercándose a la puerta, ponía su mano sobre el marco de la puerta. —Ve a ducharte. –Le señaló el baño que estaba en el cuarto. —Tenemos que ir al trabajo. –Le sonrió mientras su teléfono sonaba.

Thiago lo sacaba de su bolsillo y se lo mostraba a ella que aún seguía acostada en la cama.

—Es Teemo. –Señaló su celular contestando.

Roxana acomodaba la loza sobre una mesa y se levantaba recogiéndose el cabello, "Que fue de ti, anoche no regresaste" se le lograba escuchar a Thiago al hablar por el celular mientras se alejaba, ella organizaba algo la cama y caminaba por el cuarto buscando una toalla lograba ver unos zapatos cerca de la puerta del baño al asomarse por puerta había ropa junto a una toalla, sobre ella una nota.

—¿Será para mí? –Se preguntó así misma algo confundida.

Se acercaba viendo una nota sobre aquella toalla, al tomarla la leía con dificultad, "Los pequeños detalles enamoran más cuando no te los esperas" era lo que decía la nota, aún así ella bajaba la nota y miraba hacia la puerta del cuarto, sonreía y se sonrojaba, le importaba más el detalle y lo atento que era, no por lo que decía aquel papel.

—Thiago. –Suspiró sonriendo.

El presente.

—Me estaba empezando a enamorar, aunque me quería hacer la difícil. –Sonreía y se sonrojaba. —Él era una enorme debilidad, pero debe conocer primero a las personas antes de decirle que la amas, igual estaba tan tonta por él que me despistaba de algunos detalles.

El pasado.

Roxana se miraba en el espejo y notaba que llevaba una blusa y estaba en panty.

—Yo tenía un vestido. –Se metía la mano entre la blusa y notaba que no tenía sostén. —Eso quiere decir que él. –Se sonrojaba viéndose al espejo.

Miércoles 12:15 pm
Timoteo.

Timoteo se encontraba caminando por los pasillos de la empresa junto a un detective joven distinguido por sus mechones rojos en su cabello, Timoteo caminaba hablando por el celular mientras aquel joven le seguía el paso.

—Ya he llamado a todos, pronto estará acá. –Se excusó algo nervioso mientras guardaba su celular.

—¿Tienen cámaras de seguridad? –Preguntó con curiosidad mientras caminaban.

—Claro, sígame. –Le respondió con amabilidad mientras caminaba más rápido.

Ambos llegaba al cuarto de seguridad, en ese cuarto estaba César mirando las cámaras y los miraba de reojo al verlos entrar.

—Patrón. –Dijo algo sorprendido Timoteo al verlo.

—Señor, esas grabaciones son clara evidencia para nuestro caso, le pido que se retire. –Le dijo con amabilidad mientras se acercaba extendiendo sus brazos señalando la salida.

—Solo vengo a revisar las grabaciones de mi oficina, anoche perdí algo importante, quiero ver si alguien estuvo en mi oficina. –Le respondió con seriedad y frialdad dándole la espalda a las cámaras.

César sacaba una USB a escondida de ambos y la escondía en su puño.

—Y no encontré nada, quizás los perdí en otra parte, ya que usted es detective, podría resolverme eso rápido. –Propuso con algo de misterio en su voz mientras se expresaba con sus manos al hablar.

—Claro, por favor se pueden retirar. –Señaló la puerta, César le pasaba, por un lado. —Ambos. –Dijo serio mirando a Timoteo.

Ambos salían del cuarto, apenas salían, el detective cerraba la puerta, haciendo sonar el seguro, César miraba con seriedad a Timoteo.

—¿Dónde estabas anoche? –Preguntó serio en un susurro.

—Señor, fui arrestado y golpeado por varios policías en una celda. –Le respondió algo nervioso.

—¿Pruebas? –Preguntó con frialdad e indiferente.

Timoteo señaló su ojo morado hasta alguien detrás de ellos se pronuncia

—Yo soy prueba. –Dijo un hombre con uniforme y barba.

Ambos se giraba para verlo.

—Detective Alejandro. –Mostró su placa. —Los llevaré a interrogatorio, así que necesito una sala, para tener sus testimonios. –Dijo con mucha seriedad.

Miércoles 1:10 pm
Roxana y Thiago

Ambos llegan y veía a todos reunidos hablando entre ellos, al acercarse Moon se pronunciaba.

—¿Qué tal la pasaron anoche? Se quedaron solo. –Dijo en un tono burlón.

—No pasó nada. –Le respondió Thiago sin interés.

—Lo importante aquí es ¿Qué está pasando aquí? –Preguntó Roxana al verlo reunidos.

—Si han visto las noticias ya sabrán qué está pasando. –Respondió Cat tomándose la cabeza debido a su resaca.

—Era suponerse que nos iba a inculpar. –Respondió Thiago algo indiferente.

—No es solamente eso, dicen que la encontraron en el mismo lugar donde ya había encontrado a otras dos chicas. –Dijo Moon con algo de misterio e intriga.

De una de la sala salía Honey que los saludaba con una sonrisa.

—Siguiente. –Dijo serio el detective Alejandro.

El siguiente en pasar era Sure que se acercaba, César llegaba y los veía.

—Saben que odio, que salga de fiesta. –Dijo serio y molesto. —Pero esta vez eso los salvó. –Los señalaba con su dedo índice. —Después de esto necesito que haga sus mejores videos. –Hizo una breve pausa. —Esto suena mal, pero sin Anaís la competencia va a perder fuerza y es hora. –Fijaba su mirada en Roxana. —Que tú. –La señaló. —Empieces hacerte un nombre en la industria del porno, así que no me decepciones mujer. –Dijo serio mientras soltando una sonrisa al final. —Estaré en la oficina, recuerde solo la verdad, los podrá sacar de este problema. –Se pronunció con seriedad levantando su mano al retirarse.

Todos veía como su jefe se alejaba dejándolos a todos en un silencio, las horas transcurrían y pasaban uno por uno para ser interrogados, al final los detectives terminaba, se retiraba con "Tengan un buen día"

—Y ¿Ahora? –Preguntó Roxana viéndolos.

—Trabajar. –Le respondió Moon mientras se alejaba.

—Debo hacer un vídeo con Blue. –Dijo Thiago viéndola —Te veo más tarde. –Le soltó una sonrisa.

—Claro. –Le respondió con una corta sonrisa.

Una mano le tocaba el hombro haciendo que Roxana mire hacia atrás.

—Ven tenemos que grabar, hablé con el patrón, se comprometió a pagarte si hacías el vídeo de hoy. –Dijo Timoteo con amabilidad. —Veo que lo necesitas.

Roxana le sonreía y soltaba un suspiro.

—Tres cosas, gracias en serio que si lo necesito. –Le respondió con amabilidad tomándose la cabeza. —Dos, ¿Dónde estaba metido anoche? –Preguntó algo molesta viéndolo de la misma forma.

—Me arrestaron de paso, me golpearon entre varios policías. –Se excusó algo nervioso rascándose la cabeza.

—¿Por eso tu ojo morado? –Preguntó preocupada señalándolo

—Si, y el labio. –Señalaba sus labios con su dedo índice. —Ven hagamos eso. –Dijo entusiasmado alejándose un poco.

—Claro, lo tercero era. –Hizo una breve pausa tomándose la cabeza. —Esta resaca me está matando, me duele algo la cabeza. –Dijo molesta cerrándose sus ojos.

—Espérame en el set diez y te traeré algo. –Dijo preocupado y con algo de calma.

—Gracias ¿Es el mismo set donde baile? –Preguntó como curiosidad.

—Si, te veo ahí en unos minutos. –Le dedicó una sonrisa.

Ambos tomaban caminos diferentes, en el camino al set de grabación se escuchaba los gemidos de algunas mujeres, esto aún le incomodaba al escucharlo, al llegar abría la puerta, esta rechina y la luz enfocaba una mesa con algo encima, mirando hacia los lados entraba cerrando la puerta acercándose aquella mesa.

Era un libro, su título eran "La oveja y el lobo" aunque ella no pudo leerlo, se hacía una idea con los dibujos de la portada, había una nota junto al libro que tampoco lograba leer, la puerta se abría iluminando algo el cuarto, y entraba Timoteo.

—Ya llegué. –Dijo él emocionado con un vaso con agua en sus manos.

—¿Esto es idea tuya? –Le preguntó con alegría sonriendo, mientras levantaba el libro.

Él sonreía y dejaba el vaso sobre la mesa.

—Sí, ese va a hacer el primer libro que vas a leer. –Dijo con amabilidad y cariño sonriendo. —Como una meta. –Se expresaba con amabilidad y carisma.

—¿Regalas libros en vez de rosas? –Levantó su ceja dejando el libro sobre la mesa.

—Los libros son inmarcesible. –Sonrió mientras sacaba algo de su bolsillo.

—No entiendo. –Lo miraba con confusión levantando sus cejas.

—No se marchitan. –Sonrió mientras dejaba unas pastillas en el agua y estás empezaba hacer burbujas. —Ten esto te ayudará con la resaca. –Dijo con amabilidad mientras sostenía el vaso y se lo ofrecía.

—Por cierto, ¿Qué dice la nota? –Preguntó con curiosidad levantando la nota.

—Eso lo descubrirás cuando aprendas a leer. –Le sonrió. —Anda tómate esto, te hará sentir mejor. –Le ofrecía el vaso.

Ella lo recibía y le daba un sorbo alejándose del vaso.

—Tiene un sabor horrible. –Dijo molesta demostrando asco en su mirada sacando su lengua.

—Te hará bien anda, tómatelo todo. –Insistió con amabilidad y una sonrisa.

Ella le hacía caso tomando aquello de una vez sin saborear, demostraba asco al terminar sacando su lengua dejando el vaso vacío sobre la mesa.

—Más te vale que sí. –Arruga su rostro y movía su cuerpo, demostrando fastidio.

Timoteo se ría ante su expresión y ella lo empujaba algo molesta por su risa.

—Esta noche quiero ir a tu casa para darte tu primera clase. –Dijo él sin mucho interés, golpeando sus dedos sobre la mesa.

—Primera clase, ¿De qué? –Preguntó curiosa y algo tímida, mal pensando lo dicho.

—De lectura. –Respondió el rápido y sin interés.

—Ah claro. –Perdía su mirada y sonreía. —Me parece bien. –Soltó una sonrisa nerviosa.

Roxana se fijaba que él aún llevaba la bufanda, desde primer día que lo vio él llevaba una bufanda, le causaba curiosidad eso, pero siente que no era oportuno preguntar.

—¿Cómo te sientes? –Preguntó amable y sonriendo. —Te sientes mejor para grabar. –La miraba a los ojos con curiosidad.

—Si me siento mejor, realmente es un buen remedio. –Dijo sorprendida levantando el vaso. —Si ya estoy para grabar algo más erótico. –Dijo decidida junto a una sonrisa algo pícara.

—¿Te masturbarás? –Le preguntó con seriedad mientras se acerca a las cámaras.

—Si, pero tengo un pequeño problema. –Bajo su voz en las últimas palabras mientras acercaba su dedo pulgar con el índice, dejando pequeño espacio en ambos entre cerrando sus ojos.

—¿Te da pena? –Le preguntó sin interés mientras acomodaba su cámara.

—Bueno, aparte es que tengo mucho vello. –Dijo apenada perdiendo su mirada.

—Ah, eso, tendrás que afeitarte muy bien, es un requisito, pero no importa otro baile más erótico no estaría mal. –Le respondió con amabilidad sonriendo. —Ve ponte lencería. –La miraba de arriba abajo. —Sabes no estaría nada mal si la usas debajo de tu vestido.

Roxana se tomaba la cintura y miraba su vestido azul.

—¿Tú crees? –Preguntó curiosa, levantando su ceja, viéndolo con seriedad.

—Si, ya eres hermosa por tu sonrisa, no necesitas más. –Le coqueteaba con una sonrisa sonrojándose perdiendo su mirada.

Ella solo le respondía con una sonrisa desviado su mirada.

—Iré a cambiarme. –Dijo nerviosa y poco incómoda con el momento.

—Claro. –Levantó su mano acercándose a las cámaras.

Ella se alejaba hacía los vestidores y él se quedaba preparando el set y todo lo necesario para poder grabar al mirar al suelo, se fija que había un collar con una mariposa, se le hacía raro, ya que nadie podía llevaba un collar, eso estaba prohibido debido algunos accidentes en el pasado, se agachaba tomando aquel collar y en su rostro se reflejaba confusión.

—¿De quién será esto? –Susurró algo confundido al verlo.


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