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Cuando Danielle terminó la escuela y tuvo que decidir qué pasos seguir, no dudó en estudiar
Terapia Ocupacional, para saber mejor que nunca cómo se trata a los que son como su linda Haerin.

En el último tiempo, Haerin había entrado en confianza con ella, respondía a sus llamados, la miraba a los ojos, la reconocía completamente y hasta había aprendido a decir su nombre.

Danielle debía admitir que la primera vez que escuchó a Haerin murmurar un muy bajo "Da-nielle" se había puesto a llorar y Minji se había burlado de ella y comenzado a reír de forma inevitable.

Le había contado a Eunha y la chica se había puesto genuinamente feliz por ello, que Haerin reconociera a alguien por el nombre era muy especial, y significaba una gran importancia, enorme, que se supiera su nombre.

—Ha conectado contigo muy bien, Danielle, en verdad te ha elegido.

Danielle se sentía realmente especial para que eso ocurriera.

—Haerin, ¿por qué eres tan linda? —le preguntaba, y cada vez que lo hacía la menor sonreía y reía bajo.

La menor la miró a los ojos y tardó un momento en hablar.

—Princesa —dijo.

—¿Princesa? —preguntó Danielle, con gracia, y Haerin no respondió con ningún gesto— ¿Eres una princesa, Haerin?

La menor negó automáticamente.

—Danielle princesa —dijo.

—¿Soy una princesa? —preguntó, y Haerin hizo un sonido afirmativo.

De la nada, Haerin se acercó a ella y le hizo señas para que acercara su rostro, Danielle lo hizo sin pensar y fue después que se dio cuenta de lo que podia pasar.

Pero lejos, muy lejos de lo que cualquiera hubiera hecho, Haerin presionó el puente de su nariz sobre la frente de Danielle, sus ojitos brillaban con emoción y se apartó para reír y sonreír más que antes.

Danielle no necesitó de mucho para entender que para Haerin era un gesto tierno y de cariño, se preguntó si para ella sería algo más.

Luego de aquel día le había mandado un mensaje a Eunha, preguntando al respecto.

Oh, ni idea de qué será ese gesto pero es muy lindo —dijo, con una risa y un tono cargado en ternura—. Y ella quiso decir que eras bonita, no que eras una princesa. Para Haerin también eres "Linda Danielle".

Estaba feliz de lo que había elegido y estaba feliz de conocer a Haerin.

Con el estudio comenzó a pasar menos tiempo con Haerin y eso esperaba que afectara su relación pero no fue así, Haerin estaba cómoda pasando la cantidad de tiempo que sea con ella, sea todo el día o sólo un rato.

Aunque para compensar, Minji se había ido a otra ciudad a estudiar Ingeniería Ambiental, una carrera demasiado difícil para gusto de Danielle.

Ahora con la ausencia de la mayor, iba a la casa sólo para estar con Haerin.

En verdad Danielle no se dió cuenta cuándo dejó de ir a casa de su amiga para no estar con Minji sino para estar con Haerin.

—Ya no me quieres, Danielle, ya otra se ganó tu corazón —le dijo Minji un día.

—No es verdad.

—Sí es, pasas mucho tiempo con Haerin, le das atención a ella, vienes a casa para estar con ella, y hasta estás estudiando para estar con ella... Te gusta mucho.

Danielle sonrió y negó.

—Ella es muy tierna... Y me parece muy interesante, su autismo, su forma de ser, esa manera tan especial y diferente que tiene de comprender el mundo... Y también el hecho de que me haya elegido, de que me haya aceptado, me hace sentir especial —sonreía como una tonta—. Y yo también la elijo a ella... Y me gusta.

—¿Te gusta Haerin?

Danielle sólo se mantuvo en silencio, miró a Minji y sólo sonrió, sin decir nada, se fue a ver a su linda Haerin.

Danielle en verdad no sabía que era de decirle apodos bonitos a la gente hasta que se dio cuenta cómo le hablaba a la menor.

Siempre era "Linda Haerin", a veces era "Amor" y otras "Bebé", eran las tres que más usaba, y la pequeña estaba más que feliz de escucharlo, y también de que le dieran atención, Haerin amaba la atención.

—Danielle, un "Be" —dijo Haerin al verla, sus ojitos estaban felices y alegres.

Danielle no tenía ni idea de lo que hablaba.

—¿Un "Be"? ¿Qué es eso, bebé?

—Un "Be" —respondió Haerin.

—A ver, ¿qué es un Be?

Danielle se sorprendió cuando Haerin se acercó a ella, colocó sus labios sobre su mejilla y dijo un "Be" mientras se separaba y volvía a mirarla con el mismo brillo en sus ojos.

—¿Un "Be" es un "Beso"?

—Es un "Be".

Danielle sonrió y rió con alegría, sus mejillas se pusieron muy rojas.

—Es un lindo "Be", linda Haerin.

La menor sonrió y fue a tomar sus mejillas, viéndolas rojas y sintiéndolas calientes, hizo lo que siempre hacía con ella misma, pero con Danielle, golpeando sus mejillas, de inmediato la mayor tomó sus muñecas y respondió con un "No" rotundo, puesto que Haerin hacia caso sólo a las reacciones extremas, muchas veces tenías que ser muy dura con ella para que reaccionara, a veces las demás personas lo veían como muy malo o bruto con la pequeña, y como tenía autismo debía ser puro amor y besos.

La realidad no era así, al igual que todos, personas como Haerin necesitaban disciplina y orden, y a veces necesitaban algún grito algo fuerte para detenerlos de hacer algo que era malo, que podia hacer mal, a ellos y a otros.

Eran difíciles de tratar, eran duros de tratar, no eran para cualquiera.

Tenía que ser alguien fuerte, tanto en cuerpo como en mente, alguien que pudiera soportar la idea de que un pequeño llorara y gritara por no poder comprender, que sufriera de una forma tan intensa y dolorosa una frustración, y quien pudiera detener sus golpes, sus lesiones y sus heridas, que eran sumamente normal en sus casos.

Por suerte, Haerin no era de tener muchos eventos en los cuales se golpeara, debía estar muy alterada para llegar a ellos.

Con el paso del tiempo, Haerin comenzó a acercarse más a ella, en un contacto más físico, en un principio se acercaba a casi un metro de ella, luego se fue acercando de a poco, y antes de que se diera cuenta, la tenía apoyada contra su pecho mientras veían una película del espacio.

En ese momento estaba con Minji, y le hizo señas para que viera a la menor prácticamente recostada sobre ella.

Danielle estaba emocionada que lloraba, y Minji rió y rodó los ojos con cierto fastidio.

No sabía en qué momento su mejor amiga se había convertido en alguien tan especial para Haerin.

Pero si estaba feliz con ella, estaba más que feliz por las dos, porque ambas se notaban felices la una con la otra, qué más podía pedir.

—Haerin, ¿te puedo dar un "Be"? —preguntó Danielle una noche, en la que habían salido a ver estrellas, que si miraba las estrellas Haerin no se daba cuenta que estaba oscuro así que no tenía miedo, estaban ellas dos solas.

Minji se había ido al baño y debía aprovechar.

Haerin sintió.

—Quiero darte un "Be" un poco diferente a los que tú me das, Haerinie, ¿prometes no asustarte?

Haerin volvió a asentir.

—¿Vas a ser una nena valiente, amor? ¿Segura?

Haerin volvió a asentir y la miró, estaba algo cansada de que Danielle diera tantas vueltas.

—Bueno —murmuró, y juntó valor en segundos, tomó su mejilla con una mano y acercó su rostro al de la menor, sus labios tocaron los carnosos y suaves de Haerin en una leve caricia, la menor intentó imitarla de la misma manera suave que estaba teniendo la mayor con él, fue apenas de tres segundos y Danielle se separó.

La miró a los ojos y no encontró reacción alguna, Haerin no sabía qué significaba aquello, no sabía la carga emocional que tenía, no entraba en su lista de conocimiento, y por eso no puedo comprender ni sentir nada al respecto.

—Be.

Y sonrió, mostrando sus encías, perfecta y sólo para Haerin, y era ese gesto que siempre lograba agitarla por dentro, en ese sentimiento tan abrumador y gigante que pareció ser más fuerte que nunca, como si aquel "Be" lo hubiera potenciado, Haerin sintió que explotaría por dentro de tanta emoción.

Pero de nuevo, una vez más, por más de todo el tiempo que había pasado desde la primera vez que lo sintió, no sabía qué era.

Y más que nunca quería averiguarlo.

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