26.

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El concejo y la familia de JiMin fueron llevados al hogar del concejo para poder sanar a JiMin con las habilidades de curación de WooYoung y mantenerlos a salvo de otro ataque resguardando a la familia en las habitaciones subterráneas lejos del peligro.

Era muy tarde y la pelea entre los dragones no dejó dormir a nadie más en la aldea, estaban alerta de cualquier ruido y movimiento, muchos alfas se juntaron para hablar y comenzaron a repartirse los turnos de vigilancia por toda la aldea cubriendo cada punto ciego y subiendo a las torres de vigilancia para alertar a todos, SeulGi era una de las ayudantes y acompañó a su esposa a la casa del concejo para asegurarse que estaba segura al igual que su familia debido a sus meses de embarazo fue una prioridad para la familia Park mantenerla lejos del desastre.

—JiMin, siéntate por favor, Yuta te ayudará a curar tus heridas —dijo San mientras su pareja le ayudaba a sentarse debido a una herida en su pierna. El omega se dió cuenta que no podría recibir la ayuda de WooYoung cuando él estaba intentando restaurar el cuerpo debilitado de su pareja.

—Muchas gracias —les susurró apenas y Yuta se sentó junto a él con un botiquín en sus manos y una mirada compasiva.

—No tienes que agradecer nada —le dijo y el omega intento sonreír, pero sin lograrlo y sólo formó una mueca de dolor y tristeza cuando las manos del alfa empezaron a sanar superficialmente sus heridas.

JiMin realmente sentía que debía agradecerles por todo lo que habían hecho, por intentar salvar a YoonGi, ayudar a su familia y tantas cosas más. Yuta se quedó en silencio y veía de vez en cuando el rostro de JiMin para asegurarse de no lastimarlo más.

—Voy a curar las heridas de tu cabeza, avísame si te duele —Le dijo y él asintió sin hablar—. Tal vez más tarde cuando WooYoung se sienta mejor pueda terminar de sanar tus heridas con sus poderes —le sonrió y JiMin habló bajito:

—¿Esos son sus poderes?

—Así es, él seguro está intentando curar a San, no soporta verlo herido ni siquiera cuando tenemos entrenamientos y se hace algún raspón, seguramente correrá para sanarlo —ambos rieron bajito viendo de reojo a la pareja alejada de ellos con el alfa sosteniendo el rostro herido de su omega besando su rostro y JiMin se sorprendió de ver que las heridas cercanas a la zona que besaba se iban curando como si fuera magia.

Su charla se detuvo y solo sentía los delicados toques del algodón contra la piel de su frente cuando limpiaba sus heridas con calma.

Y aunque muchos estaban asustados, alerta y no sabían qué más hacer. El corazón de JiMin estaba mucho peor y su dragón le pedía ir por YoonGi, pedía ir a salvarlo para estar a su lado otra vez.

JaeHyun había salido de la habitación cuando un hombre entro y le contó algo al oído saliendo luego de ello.

«No te atrevas a intentar escapar o tu omega pagará las consecuencias» le dijo con desprecio y jaló el cabello de su nuca después de esa advertencia por parte del alfa.

Se quedó unos minutos en silencio y sin poder ver a los otros Hell frente a él mismo. Seguía siendo algo maravilloso de saber, se alegraba y ponía triste a la vez, esos chicos habían sufrido tanto a lo largo de esos cinco años y sólo por ser de su raza.

—¿En serio pensaste que eras el único Hell vivo? —Dijo uno de los chicos sin levantar su rostro.

YoonGi elevó su mirada intentando ver el rostro del menor, pero inconscientemente los observo a cada uno de ellos. Sus dientes se apretaron con fuerza, su mandíbula se tensó y las venas de sus manos se resaltaron por la presión. Los chicos no sólo estaban sufriendo por el encierro, tenían heridas a lo largo de su cuerpo, algunas pequeñas y otras no tanto, en sus brazos había piquetes y pudo imaginar una aguja pasando por la piel de los chicos, tenían moretones y su ropa estaba desgastada.

—¿No vas a contestar? —Su mente vino de regreso cuando la voz del chico apareció nuevamente entre ellos.

—Y-yo lo pensé todos estos años, después de todo no había visto a nadie con vida cuando la guerra acabo —dijo y el chico levantó su cabeza para verlo a los ojos, tenía una sonrisa, pero en lugar de mostrar felicidad sólo vió que estaba llena de dolor.

—Nosotros pensábamos lo mismo hasta que a JaeHyun se le escapó mencionarte junto a nosotros —dijo otro chico y recibió una caricia leve en su mejilla por parte del primer chico que hablo.

—Soy YeonJun y él es mi pareja SooBin —los presentó el mayor y YoonGi los vio a ambos con algo de sorpresa sin esperar algo así.

—¿Pareja? —Dijo y SooBin asintió.

—Sabemos que es raro que seamos pareja en estás condiciones, pero nosotros estábamos destinados a casarnos incluso antes de la guerra, de una u otra forma acabamos enamorándonos —le explicó y YoonGi asintió viendo levemente a los otros tres chicos que no habían dicho absolutamente nada.

—Él es Kai, el menor de todos, el chico rubio es TaeHyun y el castaño es BeomGyu —dijo SooBin y Kai levantó su cabeza para ver a YoonGi con una sonrisa.

—Un gusto —dijo con una voz apagada y demasiado baja, era preocupante oír ese tono tan lastimado pero no sabía qué hacer para ayudarlo.

—¿Estás bien? —Dijo YoonGi y BeomGyu se acercó a Kai como podía, pues las cadenas no eran tan largas después de todo y apenas les permitían estirarse para tocar sus manos.

El castaño comenzó a llorar cuando debajo de la mandíbula de Kai se notaron las leves cicatrices que aún tenía marcadas en una cicatriz de tonos cafés claros que bajaba por toda su garganta.

SooBin también comenzó a sentirse mal al ver que no pudo proteger a Kai cuando JaeHyun dijo que ese día él sería el experimento.

—A Kai le lastimaron las cuerdas bucales, JaeHyun quería saber por qué nuestro fuego es tan grande y poderoso, así que drogó a Kai y se lo llevó, lo trajo al día siguiente y vimos que estaba casi destrozado, no pudo hablar durante semanas y no dejaba de escupir sangre e infectar sus heridas —YoonGi sentía cada vez más impotencia, no podía permitir que siguieran sufriendo cuando él estuvo libre durante años y ellos soportaban el maltrato de un Moon con una obsesión de poder.

—SooBin y Kai son conocidos desde la infancia, se pelean mucho pero no tanto como Beom y yo —dijo YeonJun y después de eso se quedaron callados. Su intento de aligerar el ambiente funcionó los primeros minutos pero lentam volvieron a ese sentimiento amargo.

—Dijiste que drogó a Kai, ¿qué usa para drogarlos? —Lo interrogó YoonGi y el mencionado elevó su mirada por unos segundos para analizar el rostro del Hell recién llegado.

—No sabemos el nombre de la planta, pero al parecer es una debilidad de los Hell, nos quita las fuerzas y habilidad de transformarnos por horas —le dijo SooBin con cansancio cuando sus ojos se sintieron pesados de repente.

—¿Nunca aprendieron a transformarse?

TaeHyun bufó y lo miró con una sonrisa de burla confundiendo a YoonGi, pero los otros sabían que venía algún sermón o reclamo, lo conocían bastante bien como para saber que debían callarlo antes de que algo malo ocurriera como la última vez.

—Nos secuestraron desde niños, mataron a nuestras familias y nos quedamos sin nada, ¿crees que tuvimos tiempo de salir a volar con libertad? ¿Tienes mierda en el cerebro?

—¡TaeHyun, cállate! —Lo regañó SooBin y el otro soltó una carcajada y de repente todos se quedaron estáticos al verlo llorar mientras reía.

—¡SooBin, quien debe callarse eres tú! Crees que porque YeonJun está a tu lado tienes todo resuelto, seguramente no te importa quién de nosotros muera mientras ustedes estén juntos, ¿verdad? —El pelinegro lo miró con enojo y elevó su mano tanto como las cadenas le permitieron para apuntarle sin poder creer que alguien tan cercano le dijera eso a la cara.

—¡¿Crees que no me importas tú?! ¡¿Acaso piensas que no me dolería perder a uno de ustedes?! ¡Se convirtieron en mi familia, hemos sufrido esto juntos, deja de ser tan egoísta y decir que no me importaría perderte, maldita sea! —Los gritos resonaron en la habitación debido al eco, todos se quedaron callados y sus rostros caídos a excepción de los que se retaban con la mirada.

—Basta los dos —dijo YoonGi cansado. Se acababa de enterar que su especie no estaba extinta y no podía verlos pelear de esa forma, no cuando su mundo parecía comenzar a tomar un poco de forma.

—No puedes hacerle eso —dijo la mujer susurrando para no despertar a su hijo que ahora estaba dormido.

—¿Entonces quieres que se siga viendo con el Hell? No pienso perder a mi hijo por eso —le reclamó su esposo mientras enredaba sus dedos en su cabello cansado de aquella discusión que parecía no tener fin.

—Sí, podemos dejar que ellos estén juntos, tú más que nadie sabes lo que es separar a los destinados, tu hermano fue la prueba de eso —dijo ella intentando hacer entrar en razón al hombre, pero ese recuerdo fue el detonante para hacer al hombre comenzar a llorar en silencio.

—Justamente por eso lo hago, perdí a mi hermano porque se enamoró de un alfa que mis padres le prohibieron, él estuvo bien y cuando se encontró otra vez con él, al día siguiente estaban muertos los dos —ella se acercó para abrazarlo y negó mientras sentía las manos de su esposo aferrarse en su espalda. Sabía del miedo de su esposo, podía sentirlo a través del lazo, pero también debía de saber que la historia de su hermano era diferente a la de su hijo.

—Si los separamos será peor, pueden morir por depresión o intentar suicidarse, no les hagas esto, no le hagas eso a YoonGi que suficiente a sufrido solo por ser un Hell.

Cuando el hombre estaba por hablar la puerta fue tocada suavemente y ella se separó dejando un beso en los labios de su esposo y caminar para abrir la puerta, encontrando del otro lado a San con una pequeña sonrisa que ocultaba las verdaderas sensaciones que cargaba dentro.

—Lamento molestarlos, pero creemos que es necesario que ustedes siendo los padres de JiMin estén en la reunión que tendremos para saber en dónde tienen a YoonGi —dijo y ella asintió mientras su esposo se acercaba a la puerta.

—También queremos saber qué pasará en el futuro de ellos dos, no pensamos forzar las cosas si ustedes no le permitiran a JiMin seguir con Yoon...

—Ellos estarán juntos, no pregunten por eso ni una vez más —dijo el hombre y comenzó a caminar a la sala de estar donde estaban todos los demás y su esposa sonrió orgullosa de su decisión.

—Vamos, San —dijo ella tomando el brazo del chico para ir ambos con los demás—, casi lo olvido, Irene por favor cuida de JiMin y si sientes el mínimo dolor dímelo para llamar un doctor —le dijo y ella se asomó levemente sonriendo.

—Lo haré —dijo y tocó su vientre, la fecha de nacimiento sería en unos muy pocos días y las cosas podían adelantarse.

Caminaron entre el pasillo y al llegar a la sala vieron a todos sentados, una mesa en el centro y un mapa sobre ella marcando un lugar con plumón rojo.

—¿Qué es esa marca? —Dijo ella y SeongHwa comenzó a explicar.

—Nosotros creemos que debe ser donde tienen a YoonGi, ellos se fueron por el sur cuando lo secuestraron e investigando a los Moon y Sun descubrimos que los Sun tienen campos de entrenamiento en esa dirección.

—¿Y porque aseguran que YoonGi estará ahí? —Dijo el padre de JiMin y YeoSang señaló al lado de la marca roja.

—A unos cinco kilómetros de ahí hay una bóveda, se sabe que los Sun son muy precavidos y tienen bases para protegerse de las guerras, deberían de tenerlo ahí.

—¿Y no creen que es demasiado obvio saber dónde lo tienen? —Les interrogó WooYoung.

MinGi fue quien hablo está vez, aclarando antes el tono de su voz y mirar el mapa con detenimiento.

—JaeHyun es conocido por ser casi un psicópata, siempre dejan una pista o un rastro para que sepan dónde y qué han hecho o la gente no se dará cuenta y ellos quieren ser conocidos, él sabe que iremos por YoonGi y posiblemente tendrán algo planeado para nosotros —dijo y el padre de JiMin se levantó.

—Cuando tengan un plan definido háganmelo saber, iré a reclutar a otras razas para salvar a YoonGi —dijo él y HoongJoong lo miró y tomó su brazo antes de que se fuera.

—¿Crees qué querrán ayudarnos?

—Hay gente que me debe favores, además los Hell eran los protectores de la aldea, les deben más de lo que puedan imaginar.

Los amo bebés. 💜

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