29.

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—Yo saldré primero y les diré si todo está bien o no —dijo YeonJun con seguridad, SooBin intentó detenerlo pero el dolor de cabeza que lo atacó repentinamente lo detuvo y se tuvo que apoyar con una pared, su novio se giró y lo abrazó, sintiendo por medio del gesto que su cuerpo estaba hirviendo y parecía perder la fuerza con velocidad.

—SooBin, ¿qué tienes? —Le pregunto y los otros no entendieron por qué decidió susurrarle al oído a YeonJun si podía decirle a todos para poder ayudarlo.

—¿Es en serio? ¿Ahora? —Le pregunto el pelinegro con preocupación y TaeHyun se acercó para intentar entender la situación.

—¿Qué pasa? —SooBin miró a YeonJun directamente y pudo entender con esa mirada que no debía de decir nada a los demás. YeonJun se quedó callado unos segundos y miró a TaeHyun intentando parecer seguro.

—Creo que se comenzó a enfermar o algo así, tiene mucha fiebre —dijo, pero YoonGi no era tonto y parecía entender lo que estaba pasando, aún así decidió que no diría nada si SooBin no lo quería comunicar a los demás por sus propias razones personales.

—YeonJun, creo que tú deberías estar cerca de SooBin por cualquier cosa, yo iré al frente, ustedes en medio, detrás de ustedes estará BeomGyu y al final TaeHyun y Kai para así tener todo cubierto y poder protegernos si algo ocurre —les dio órdenes y no les quedó de otra más que asentir y formarse como les había dicho.

El pasillo daba miedo, no tenía ningún tipo de alumbrado y no sabían si había algún otro pasillo por ahí mismo o algún guardia cubriendo el área.

—YoonGi espera... puedo oír que alguien viene —dijo SooBin agarrándose con fuerza del cuello de YeonJun y los otros le vieron sin entender el por qué de ese actuar tan extraño.

—¿Cómo lo sabes?

Era sabido que en la raza Hell había algún sentido que siempre era más destacado que los otros, podías tener un muy bien olfato u oído. Y al parecer el de SooBin era el oído, los pasos se lograban oír cerca, sabía que no era solo uno, eran por lo menos tres, pero sus sentidos estaban tan alterados que podrían ser más y no lograba identificarlos claramente.

—Vamos a esperar a que pasen y tendremos que atacar, no podemos dejarlos ir o les avisarán a otros —les dijo y TaeHyun miró a YoonGi.

—Usted y yo podemos con ellos, los demás deberían ir caminando y encontrar una salida rápido —la idea no les agrado a los otros chicos, no pensaban que fuera posible separarse y dejar a YoonGi y TaeHyun solos después de toda la mierda que sufrieron.

¿Y si los atrapaban de vuelta? SooBin realmente no quería pensar en que se tendría que separar de su amigo, suficiente había sido todo esté sufrimiento desde que eran niños.

—Salgan ahora —dijo YoonGi cuando las siluetas de tres hombres se vieron a unos metros de ellos con expresiones amenazantes.

—¡Hey, ustedes! —YoonGi los empujó cuando vió que comenzaron a correr hacia ellos e hizo que TaeHyun tomara a SooBin para que se fueran junto a BeomGyu y Kai.

—Hyung, podría intentar transformarme, pero lo hice muy pocas veces y siempre se sale de control —le advirtió y YoonGi negó mientras lo colocaba detrás de su espalda.

—Cambio de planes, irás con los chicos y los defenderas, yo me quedaré aquí para ganar tiempo para ustedes —dijo y ambos pudieron ver qué los hombres se paraban al frente de ellos a solo dos metros.

—¿Acaso no es el Hell nuevo? —Dijo uno de ellos con una sonrisa de burla y los otros dos hicieron el mismo gesto.

—Vete, YeonJun —lo llamó y el otro intentó negarse, intentó hacer entender a su dragón que podía confiar en YoonGi, así que asintió y comenzó a correr al pasillo siguiendo el ahora de su pareja.

—¡Detente! —Cuando el guardia intento correr detrás del pelinegro, YoonGi se movió y alcanzo a tomarle del brazo y azotarlo sobre la pared haciendo que su cabeza se golpeara tan fuerte que su nariz y oídos comenzaron a sangrar.

Justo cuando giró su rostro pudo sentir claramente un fuerte dolor en la mandíbula que le hizo caer atontado y seguido de esto una mano de aferró a su cuello haciendo que quedara con la espalda sobre la fría pared y una mano ahorcándolo.

—Ve y llama a JaeHyun, él dirá que hacemos con él —dijo con furia el que lo tenía apresado por la garganta y YoonGi sonrió burlón intentando quitar las manos de su cuello.

—¿Crees que... puedes detenerme... c-con esto? —Le espetó burlón y su boca soltó un alarido de dolor cuando un duro golpe fue a parar a su estómago y hacer que todo poco aire que reservaba saliera de sus pulmones con rapidez.

Los dos guardias restantes giraron sus rostros al lado donde se habían ido los Hell cuando lograron oír una fuerte explosión que sacudió la paredes y el piso haciendo que el polvo del techo se desprendió con los movimientos.

—¿Pero que...? —El guardia que lo tenía sujetado de la garganta termino en el suelo y cuando el cuerpo cayó al suelo vio a BeomGyu con un cuchillo en su mano, le partió el alma ver al chico llorar y tener que ver el cuchillo lleno de sangre.

El otro guardia se le fue encima a BeomGyu y YoonGi le arrebató el cuchillo haciendo que no pudiera detenerse por la velocidad y el cuchillo se clavó en el estómago del guardia con tanta fuerza que pudo sentir en su mano la sangre caliente y deslizarse hasta su codo mientras la expresión de dolor y sorpresa se asomaba en su rostro.

—V-vámonos... —dijo YoonGi cuando sacó el cuchillo y el cuerpo del hombre cayó al suelo.

—Nosotros... matamos a dos hombres... —dijo el omega con la voz rota y YoonGi se giró para poder abrazarlo cuando lo vio en estado de trance y sus manos húmedas de sangre ajena.

—Eran ellos o nosotros, BeomGyu —le susurró y el otro asintió en su pecho mientras se soltaba del abrazo.

—Vamos a detenernos unos minutos aquí —les aviso HoongJoong y el grupo comenzó a bajar lentamente en la zona despejada de árboles.

JiMin se detuvo en el aire cuando escucho eso y bufó mientras seguía con el camino de antes, él no podía detenerse a descansar, necesitaba saber cómo estaba YoonGi, necesitaba tenerlo entre sus brazos y poder murmurarle al oído un verdadero te quiero.

—¡JiMin! —Le gritó San y estaba por comenzar a volar cuando su pareja lo detuvo.

—Yo voy —dijo WooYoung y en pocos minutos estaba al lado de JiMin, quién no estaba muy lejos del grupo.

—Vamos, regresa —le dijo y el dragón plateado le miró de reojo y se giró para seguir ignorando su presencia.

WooYoung bufó suavemente y de repente se puso al frente de JiMin haciendo que ambos chocarán con fuerza y perdieran el equilibrio para segundo de eso comenzar a caer.

—¡Idiota! —Le dijo WooYoung y ambos lograron estabilizarse mientras JiMin le veía con enojo desbordante.

—¿Te pedí que vinieras? Necesito saber cómo está YoonGi, no voy detenerme a descansar cuando tal vez él esté sufriendo —le espetó con coraje y WooYoung se mantuvo en silencio esperando a que JiMin pudiera sacar todo ese dolor que llevaba dentro.

—¿Qué harías tú si San estuviera en el lugar de YoonGi? Seguramente no te detendrías por nada, ¿entonces porque me pides eso a mí? Intenta ponerte en mi lugar, no puedo sentarme y esperar —dijo y no pudo detener las lágrimas de sus ojos mientras el alfa frente a él se mantenía callado.

Él no solía ser una persona que se quede callado si le hablan mal, pero ver todo ese dolor que consumía a JiMin hizo que algo dentro de sí le dijera que no diga nada y mejor lo ayudará.

—Entiendo, espera aquí y traeré a los otros para poder seguir —le dijo y JiMin no contesto mientras enfocaba su mirada en un punto perdido del cielo azul sobre sus cabezas.

Espero unos minutos y pudo ver después al grupo llegar a dónde estaba él y a San tomar nuevamente el liderazgo para hacerlos llegar más temprano a los campos de los Sun.

—Esta zona se ve algo insegura —dijo HoongJoong después de unos quince minutos volando y San hizo que todos se detuvieran un poco para poder hablar.

—Lo es, no hay muchos árboles o montañas donde protegerte si te atacan, así que tengan cuidado —dijo y Félix comenzó a sacar unas cosas de su bolso.

—Puedo hacer una barrera de protección si quieres —le dijo a HoongJoong y el castaño asintió mientras seguían volando.

—Más adelante habrá una zona de uno o dos kilómetros totalmente desierta, puede ser que ahí vaya a ser más peligroso —les advirtió, pero aún así todos continuaron.

—¿Crees que YoonGi este bien? —Le pregunto SeokJin a NamJoon y el dragón asintió con seguridad queriendo convencerse a sí mismo también.

—Claro que lo está, es YoonGi —dijo y SeokJin se sintió por lo menos un poco más seguro al oír que no solo él tenía la esperanza de verlo a salvó.

Detrás de ellos estaban TaeHyung y JungKook, quienes habían salido de viaje durante unos días y al llegar se enteraron que sus amigos estaban heridos y uno de ellos secuestrado. No dudaron en ofrecer su ayuda para ir por ellos y ser por lo menos más personas que pudieran traer de regreso al Hell.

Se encontraban perdidos entre tantos pasillos y explosiones afuera del lugar, habían escuchado a YeonJun dar indicaciones a los otros, intentaron seguir su voz y encontrar la salida o por lo menos el lugar donde ellos estaban para ayudarlos, pero todo parecía ser en vano pues de repente perdieron todo rastro de los otros y no le quedó de otra más que seguir buscando sin saber dónde estaban, ni siquiera podían buscar sus aromas porque la droga lo hacía tan opaco e inestable que era como si ya no tuvieran uno que los caracterizara.

BeomGyu cada vez se sentía más asfixiado, sentía que las paredes se cerraban y lo consumía una gran oscuridad, no había ventanas y cada giro que daban era solo para encontrar más pasillos lúgubres. Era como girar en círculos buscando la salida en un laberinto interminable.

—No puedo... —dijo BeomGyu dejándose caer al suelo de rodillas y sujeto su pecho con fuerza, YoonGi se detuvo y lo miró con angustia al notar que su estado era realmente malo por la forma en que su pecho llegaba a sacudirse.

—¿Qué pasa? ¿Qué tienes, BeomGyu? —Le dijo y el omega sintió las lágrimas caer por sus mejillas mientras YoonGi lo cargaba en sus brazos pasando por debajo de sus rodillas su brazo y seguía buscando la salida con las manos del omega aferradas a su cuello buscando ocultarse y no ver más el lugar que los encerraba.

—T-tengo... claustrofobia —le dijo y cerró sus ojos con fuerza una vez más al ver que los pasillos eran interminables y seguían apareciendo más y más sin importar cuántas veces girarán buscando una luz.

Al parecer no había nadie, tal vez las explosiones hicieron que fueran todos a defender, pero eso no los tranquilizaba pues eran sus amigos quienes se estaban enfrentando a ellos.

YoonGi se detuvo cuando se repente una luz apareció en el pasillo y se asomó levemente para ver que ahí había una ventana y un campo despejado afuera. Parecía normal pero a su vez era aterrador ver tanta calma en un infierno como ese.

—Ven, vámonos—le dijo y bajo a BeomGyu mientras corrían a la ventana, notaron que estaba cerrada, pero no tenían tiempo y el peligro era cada vez mayor.

—No te acerques mucho —le dijo YoonGi y el omega se hizo para atrás cuando vió a YoonGi cubrir su puño con su camisa y golpear el vidrio haciendo que esté se rompiera en pedazos. Quitó los restos de las orillas y tomó la mano de BeomGyu para acercarlo y verlo a los ojos.

—Yo saldré primero para poder cuidarte mientras sales después.

Una nueva explosión se hizo presente y sacudió las paredes con fuerza, debían estar cerca de sus amigos, pues los sonidos eran cada vez más claros y los gritos también se comenzaron a oír.

—H-hyung... —lo llamo BeomGyu cuando al frente de ese campo donde pensaban escapar aparecían tres dragones peleando.

Dos eran Sun y BeomGyu reconoció las escamas negras y cobrizas de TaeHyun de inmediato, su corazón se agitó desesperado cuando lo vió en el suelo y los otros dos intentando detenerlo. Era una pelea violenta y tan salvaje que por varios segundos no pudo reconocer a su amigo.

—¡TaeHyun! —Le gritó y comenzó a abrirse paso en la ventana, YoonGi reaccionó tarde y solo alcanzó a tomar solo su camisa, pero el omega se liberó y comenzó a correr hacia TaeHyun, quién estaba siendo ahorcado y cada vez se le veía con menos fuerza pues sus ojos se volvían blancos conforme el tiempo avanzaba.

—¡BeomGyu no! —Le gritó YoonGi desesperado viendo que los pocos planes que habían hecho se perdían como si nada.


Los amo bebés. 💜

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